jueves, 27 de noviembre de 2008

Bond, James Bond



"Quantum of Solace" me viene muy bien para contar una cosa y es la mecánica de trabajo en Hollywood de determinados directores ante determinados proyectos. Un director, a menos que se llame Spielberg, Scorsese, Lucas o algo parecido, en la infinidad de los casos rueda un guión que ya le han dado cerrado y cuando termina el trabajo en el set de rodaje, se va a casa, porque ya será otro (el productor/es) quien la montará y supervisará. Pero es que en el caso de los films de acción, el asunto se puede volver todavía más impersonal dado que salvo contadas excepciones, no es el director de la película quien filma las escenas de acción sino el director de la segunda unidad. Siguiendo las indicaciones del director si, pero quien está ahí colocando cámaras y dirigiendo las acciones es el director de la segunda unidad. Y todo esto es así con mayor razón si cabe en la saga Bond, donde los productores son los verdaderos amos del producto final razón por la cual, suelen contratar a directores sin demasiada personalidad (Campbell, Sposttiswoode, Tamahori, Apted.) buena o mala, y por esta misma razón, aunque gente como Quentin Tarantino o Buzz Luhrman hayan manifestado su interés por dirigir un Bond, me parecería muy extraño que al final Tarantino o Luharmn terminarán poniéndose detrás de un 007.
Con "Quantum of Solace" han tratado de darle algo de empaque artístico al conjunto poniendo a Marc Forster al frente de la película, pero lo cierto, un servidor no vio ni rastro de ese sentimiento de culpa interior que según decían algunos, perseguía a James Bond en esta película. Tampoco he visto nada de esa búsqueda de uno mismo y menos aún una construcción interna del personaje más allá de los meros y escuetos apuntes esperados. Hay alguna mirada, alguna frase, pero poco más. Hasta aquí en mi opinión, el poso dramático del que tanto se ha hablado, iba a imprimir Forster en "Quantum of Solace".
Pero es que en lo que a escenas de acción se refiere, es donde a mi parecer, "Quantum of Solace" hace aguas por todo sitio, lo que resulta imperdonable en un Bond. Hacía tiempo que no veía escenas de acción tan mal rodadas y montadas. La cámara se mueve mucho, los planos duran poco, que ya se sabe, siempre queda muy bien, o eso deben de pensar algunos, pero saber, saber lo que está pasando, más bien poco. Ya se que uno no es un lumbrera y que un despide lo tiene cualquiera pero no entendí en la persecución inicial que coño hace Bond para que el coche que lo sigue salga disparado de la carretera, como tampoco entendí que narices hace 007 con la lancha que se le sube a su embarcación en otra persecución. Tiene un par de numeritos si, la persecución por los tejados y posterior numerito colgados del andamio y la movida del avión y posterior salto en el paracaídas, pero apaga y vámonos. Mucho ruido y pocas nueces, un Bruckheimer sin sello, lo que es un pecado.
Todo esto pasa, creo yo precisamente porque a Marc Forster nunca le ha interesado el cine de acción, como él mismo ha dicho, y por tanto, en un film como "Quantum of Solace" lo más normal es que cuando se pone a planificar escenas de acción no sepa como hacerlo, y en efecto, no sabe. Pero pese a todo, lo cierto es que, un director como Forster les venía muy bien a un producto como Bond por varias razones, primero, las escenas de acción las rueda el director de la segunda unidad con lo cual se supone que las va a hacer mejor que nadie (es un error, y a la vista está, pero a los productores, que un director filme escenas de acción como James Cameron, John Frankeheimer o John McTiernan siempre les ha dado igual). Y segundo, si uno echa un vistazo a cualquier otra película de Forster se dará cuenta de que el director de "Descubriendo nunca jamás" debe rodar sus películas con tres o cuatro cámaras y luego, ya veremos como lo montamos, lo que en un film Bond viene muy bien porque como ya he dicho, estas películas las montan los productores.
En fin, decepción. Esto demuestra que existen determinadas películas que por su naturaleza y por su razón de ser no pueden ser entregadas al primer director que se ponga por delante por muchos premios que éste guarde en casa. Esto prueba que un Martin Campbell es más efectivo y eficiente en un producto que sólo pide un poco de peso dramático y mucha y buena acción. Quien lo iba a decir, Martin Campbell ha hecho una película mejor que el laureado Marc Forster, "Casino Royale" y todo, pese a ese ladrillo de final que tiene la película de Campbell.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Lo prometido es deuda


Ahí van un par de fotos de un servidor (con cinco kilos más por lo menos) y David Arnold. Fue hace un año y pico, en el congreso internacional de Música de Cine de Úbeda. Fueron cinco días de infarto, de comer y beber cerveza por todos los costados (así volvi...). En aquel congreso tuve la grandísima suerte de conocer además de a Arnold, a John Debney (BSO "La isla de las cabezas cortadas", Bruce Broughton (BSO "El secreto de la pirámide"), John Powell (BSO "X-Men III") y el murciano Roque Baños (BSO "La comunidad") además de un grupo de gente magnífica, una auténtica cumbre de freaks no apto para cualquiera. Hasta yo pensé, nada más llegar y ver a algunos personajes: oh Dios, esto es demasiado freak para mi...
En cuanto a Arnold, ya os dije que era todo un personaje. Con diferencia era el más cachondo y el más cercano. No tenía inconveniente en estar un cuarto de hora haciéndose fotos con los fans que por allí pululaban que éramos unos cuantos. Recuerdo que en la charla que dio Arnold, a mi se me ocurrió hacer un pregunta y con voz temblorosa (estaba nerviosísimo) le pregunté que había pasado con "La isla de las cabezas cortadas" porque en los primeros carteles publicitarios de la peli Arnold aparecía como el compositor de la BSO. Cuando escucho esa pregunta me miro y puso una cara como qué cabrón, has dado en el clavo. Muy amable respondió que Renny Harlin, el director de aquella película sólo se ponía en contacto con el por medio de fax y que cuando Arnold le enseño un primer tema, Harlin puso caras raras, según Arnold, salió de la habitación y nunca más se supo. Luego, al salir de la charla me hice esa foto que tengo con el sólo y cuando me vio me señaló y me dijo; ¡great question!. Yo no sabía si darle las gracias o pedirle perdón.
Luego, la otra foto de grupo íbamos a ser dos o tres pero de pronto empezó a sumarse gente. Como veréis yo estoy al lado de Arnold, estábamos allí, posando cuando de pronto, por el rabillo noto que Arnold empieza a moverse poco a poco, de pronto lo miro y lo veo poniendo ese careto, yo me pongo a poner caretas, la gente se queda con la movida y todos a poner caras raras. Menuda fotito...
En fin, como veréis, un tipo la mar de majo y además, un compositor cojonudo.

martes, 25 de noviembre de 2008

Ridley Scott


Ahora que está en cartel la última película del director británico Ridley Scott, me parecía adecuado lanzar unas palabritas sobre este cineasta adorado por unos, repudiado por otros, pero nunca indiferente, lo cual, de entrada, siempre es bueno. Yo, tengo que admitir que mantengo con el director de "Alien" una particular relación de amor-odio. Aborrezco algunos de sus tics más indisociables de su filmografía, tales como las fugas de luz, el preciosismo de sus imágenes, la lluvia y el polvo flotando entre sus planos, el uso de los primeros planos, su montaje percutido y sincopado heredero de su pasado en el mundo de la publicidad, pero a la vez, tengo que rendirme ante la evidencia de que Scott, ha filmado muy buenas películas.

BUSCANDO UN LUGAR EN EL MUNDO (DEL CINE)

Yo, de Scott, sitúo en lo alto de la pirámide a "Alien" y no "Blade Runner" por varias razones. En primer lugar, Scott supo aprovechar bien la materia prima que contenía el relato de Phillip K. Dick en el que se inspiró "Blade Runner", pero está película y su prestigio, en buena medida, son obra de Dick, lo que no ocurre con "Alien" que parte de un guión original de Dan O´Bannon y Ronlad Shusset. Además, me parece que en conjunto, "Alien" es un film mucho más atmosférico, o dicho de otro modo, una película donde el peso específico del entorno, de los decorados, de la atmósfera, en suma, son mucho más importantes para el contenido del film. Y no sólo eso, si somos honestos creo sinceramente que "Blade Runner" exprime mucho más esos vicios de Scott al plano publicitario (fugas de luz, cámaras lenta, juego de luces y sombras...) que en el caso de "Alien", que es un film mucho más oscuro, donde el contraste surge de la luz y las tinieblas, de lo humano y lo viscoso de ese híbrido que es el alien, cuya fisionomía interna aparenta ser un corrompido cruce entre lo animal y los mecánico. Que nadie se llame a engaño, no estoy diciendo que "Blade Runner" sea una mala película, sólo que a "Alien" le daría el primer puesto y a la película protagonizada por Harrison Ford, el segundo.

UN DIRECTOR MEDIOCRE DE PRESTIGIO

Después de "Alien" y "Blade Runner", Ridley Scott era eso, un director de prestigio. Por tanto parece lógico que como todo cineasta que trabaja en Hollywood, Scott se aventurará a probar casi todo tipo de géneros. Esta fase de la carrera de Scott está compuesta por productos, por lo general, muy lejos de las expectativas que generaron films como "Los duelistas" pero sobre todo, "Alien" y "Blade Runner". "La sombra del testigo" es un film correcto, pero demasiado apegado a su estética, el verdadero talón de Aquiles de Scott. Su historia no cala y su resolución resulta bastante indiferente. "Black Rain" es bastante similar a "La sombra del testigo", cine de género pero sin alma.

CÓMO TERMINÉ ODIANDO A RIDLEY SCOTT

Muchos aplaudieron a rabiar y consideraron la recuperación de Ridley Scott "Thelma & Louis". Yo, la verdad, me quedo con el fulminante juicio de mi buen amigo Pedro, pues vaya una película feminista cuya única salida para un par de mujeres es lanzarse por un precipicio. Tengo que volver a verla, lo se, pero a mi, en principio, "Thelma & Louis" me dijo bien poco. "1492. La conquista del paraíso" fue también interpretada como un patinazo de Scott, no convenció a nadie y a mi, me empezó a producir urticaria las películas de este director británico. "Tormenta blanca" me dio un poco igual y "La teniente O´Neil" fue la gota que colmó el baso. Mala, mala, pero mala, mala. Demmi Moore muy guapa, si señor, con pelo rapado y todo, pero la película, muy mala. Este film es uno de esos casos que hubiera dado igual que la hubiera dirigido su hermano Tony (el bueno, según el listillo de Quentin Tarantino), película machacona, simplona, aburrida... lo peor de lo peor.

CAMINO A LA RECONCILIACIÓN

"Gladiator" también fue celebrada, aplaudida y oscarizada. Era algo así como si Ridley Scott pudiera demostrar que además de un buen constructor de imágenes, podía orquestar una gran superproducción susceptible de acumular un buen número de oscars. La película está bien, para que nos vamos a engañar, pero no descorchemos el champagne. El retrato del personaje de Maximus resulta demasiado esquemático y la maldad de Comodus, demasiado estereotipada. El film resulta muy vistoso, se deja ver muy bien pero en mi opinión, fluctúa entre un oscurantismo nada heroico (la batalla que abre el film) y una resonancia épica (los combates en el coliseum) que desequilibran un poco las intenciones del film. Película bien hecha, pero no lo olvidemos, encargo de Dreamworks para estimular el cine de romanos.
"Hannibal", tengo que admitirlo, la repudié en su día. La odie, la propuse para quemarla en el punto álgido de una misa negra. Me pareció auténtica basura, salí escandalizado. Pero entonces, pasó el tiempo y, reconocer es de sabios aunque yo no sea ninguno, aprendí a valorarla. Hoy, pienso que el film soporta muy bien la inquietud que debe provocar un personaje como Hannibal Lecter, creo que tiene una primera parte muy bien llevada y también considero que Scott supo como exprimir un poco más a Lecter sin embadurnar de sangre la pantalla peeeero, sigo pensando que su segunda mitad es un poco destartalada hasta la peculiar última cena, una escena ciertamente angustiosa, sin necesidad de sustos o golpes de música y si, mucha quietud. Espeluznante...

LA PELÍCULA QUE ME HIZO PENSAR

Fui a ver "Black Hawk derribado" después de haber visto "Hannibal", en plena etapa en la que con espumarajos en la boca, atacaba con ferocidad y alevosía la obra de Scott, excepción hecha de "Alien" y "Blade Runner". Una vez más, puse a caer de un burro, a la altura del betún a "Black Hawk derribado". Larguísima, ruidosísima, simplonísima, estereotipadísima, patriotísima, en una palabra, excesiva, no mejor, abusiva. Años después, no recuerdo por qué, volví a ver está película. Y no se que pasó, pero la vi otra ve entera y me gustó. Yo me asuste, ¿me estaré volviendo imbécil?, pensé yo. Entonces volví a verla, esta vez de forma premeditada. Y empecé a darme cuanta de por qué me gustaba y que había de bueno en ese film (para más detalles, pinchar aquí, hemeroteca, el número dedicado a "África"). Fue de hecho está película la que me ha hecho reconsiderar la obra de Scott y la que me ha hecho entender que no todo es malo en el cine de Ridley Scott post-"Alien" y "Blade Runner". Que en realidad todo lo bueno de Scott que estaba en esas películas, sigue estando en éstas.

El definitivo problema de Scott, creo yo, es de entrada, que se ha dejado líar por Jerry Bruckheimer, algo así como el gurú del cine Mtv de Hollywood, y eso a veces, le hace mucho daño al cine del director de "Hannibal". Scott sigue haciendo películas muy flojas pero también algunos productos ciertamente admirables. Pero sobre todo, es un hombre que a sus 71 años tiene una vitalidad por trabajar ciertamente admirable. Le gusta meterse en berengenales y a veces, no siempre, sale airoso. Creo en verdad, que a Scott hay que verlo sin prejuicios, que era lo que yo arrastraba a la hora de ver una de sus películas. Su cine tiene un interés es cierto, sólo que en ocasiones, creo yo, resulta desfigurado por lo desmesurado del artefacto visual que lo envuelve. Mucha peso específico para la técnica visual para todo tipo de contenidos, ricos y pobres y eso, a veces, Scott, no lo controla. En cualquier caso, yo con Scott siempre recomendaría prudencia y sobre todo distancia a la hora de valorarlas.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Londres


Balance total. 13 pintas en 16 horas (por cabeza). Todavía no me explicó cómo me pude levantar al día siguiente… La cerveza Pilsen, lo que ellos llaman Lager, típica de Londres, la Carlin, basurilla. Allí la que se está haciendo con el mercado es Stella Ardois, belga buenísima. Las Tabernas a las 12 chapan y te quedas en la calle. El Soho es una pasada. En la imagen, mi novia con un ataque de histeria contagiosa en una taberna londinense junto al Big Ben con cuatro o cinco pintas ya en el cuerpo, una pasada.
Picadilly, una oda al consumismo en pleno centro neurálgico de Londres, una ciudad repleta de callejuelas, tabernas y edificios increíbles. Trafalgar un disparate de grande y preciosa con el Big Ben de fondo. Visista al museo británico, la piedra de Rosseta impresiona una barbaridad, el friso de Partenon increible y Tutankamon, no estaba…
Estuve en la casa donde estuvo viviendo Alfred Hitchcock y me hice una foto en una estatua de Henry Irving, el actor para el que trabajó Bram Stoker y en cuyo rostro se inspiró para describir a Drácula. Tela...
Mucho, mucho, pero mucho frío. Nos nevó y todo una mañana. Cojonudo. Le hice una foto a los cines Odeon, donde se suelen estrenar las pelis con alfombra roja y todo. Como no podía ser de otro modo, allí estaba "Quantum of Solace".
Muchas, muchas cosas por ver. Fue un viaje fulminante con zarandeos incluidos en el avión que nos llevó a Inglaterra cuando aterrizó y bajada a empujar a un coche fastidiado en plena carretera de camino al aeropuerto, que nos tuvimos que apear del autobús y todo para empujar...
¿Mi inglés? Bien gracias. Obviamente se nos escapaban algunos matices, como aquella vez que pedí one toast y me pusieron dos tostadas...

viernes, 21 de noviembre de 2008

"Quantum of Solace"


Hoy es viernes, glorioso día de estreno y como sabrán el mundo se ha detenido ante el estreno de “Quantum of Solace”, al final con título original. Las primeras críticas no han hablado mal de film aunque algún que otro crítico ha asegurado que “Quantum of Solace” no es mejor película que “Casino Royal” lo que me sorprende viniendo de un film de un director tan aplaudido como Marc Foster (aplaudido por algunos porque yo ya he dicho en alguna ocasión que no me interesa demasiado este hombre). También se ha hecho mención en más de una crítica la sensible aproximación que la serie Bond está teniendo a otra serie de espías, Bourne, dado que en ambas sus protagonistas son agentes reacción que se buscan a ellos mismos, seres rasgados por un pasado demasiado turbio que busca en el futuro una luz al final del túnel. También se ha dicho que en esta ocasión, el romance de rigor entre 007 y la obligada chica Bond es un episodio fugaz, secundario, lo cual, a un servidor, siempre le agrada (en los 007 las relaciones con las mujeres suelen ser, en la mayoría de los casos meras concesiones a la taquilla que espera ver desfilas deslumbrantes mujeres con exóticos modelos y parece que por mucho que Daniel Craig le esté imprimiendo una nuevo orientación a la saga hay cosas que nunca cambian).
Resulta curioso, que el mismo día que se estrena la última película del agente secreto más famoso del mundo al servicio de su Majestad la Reina de Inglaterra, un servidor parta para tierras bretonas. Si señor, hoy mismo, a eso de las seis y media cogeré un avión para viajar a Londres. Es una visista fugaz, ni 48 horas, pero creerme cuando os digo que las voy a explotar. Ya os contaré a mi vuelta, probablemente sobre exquisiteces de las deliciosas cervezas que por aquellas latitudes tanto se prodigan y seguro que todo, vendrá empañado con un agradecido y sensible regusto cinematográfico.
Hoy no me puede extender demasiado que voy atragantado con los preparativos y el curro de modo que un saludo y nos vemos (nos leemos) el lunes.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Martin Campbell


Como mañana se estrena "Quantum of Solace", vamos a hablar si os parece (y si no os parece me da un poco igual a menos que reciba una llamada en este mismo instante para que alguien me convenza de lo contrario, ¿a ver?..., no) de Martin Campbell. A lo mejor, este nombre os suena a chino mandarín pero lo cierto es que este neozelandés de 58 años es uno de los principales responsables del actual y notable estado de salud del que está gozando estos años el agente secreto más famoso del mundo. Fue Martin Campbell y no otro, el director que se hizo cargo de llevar a buen puerto "Goldeneye", como sabrán, la aventura Bond que tenía sobre si el nada cómodo peso de resucitar una franquicia que parecía muerta y enterrada desde, para ser buenos, "Panorama para matar" en 1985, tras los fiascos consecutivos de "Licencia para matar" y "Alta tensión" con Timothy Dalton como 007.
El asunto tenía su aquel, porque las dos últimas veces que Bond había parecido en pantalla el entusiasmo había sido bastante limitado y de eso hacía ya seis años, además, aunque todos parecían bastante contentos con Pierce Brosnan, nadie sabia con seguridad como iba a salir el invento. Y lo cierto es que con todos sus defectos, "Goldeneye" funcionó a las mil maravillas, Brosnan empezó a ser laureado como el mejor y más digno sucesor de Sean Connery y la franquicia se puso otra vez en marcha.
No me extraña por tanto, que cuando 007 cambió de actor protagonista los productores de la saga recurrieran otra vez a Martin Campbell. De este modo, fue otra vez Campbell quien puso en escena a Daniel Craig con la ejemplar (con defectos y todo) "Casino Royale". Los Bond de Campbell hay que admitirlo, tiene todos los defectos de un Bond, pero también, creo yo, todas sus virtudes. Además a Campbell, probablemente como premio por su buen hacer en "Goldeneye" se le ofreció retratar la que a efectos cronológicos, era la primera aventura de James Bond, algo así como un pre-007.
Pero ahora bien, ¿quien es Martin Campbell? ¿Un artesano dicen por ahí? Bueno, quizá si, pero escarbemos un pelín en su filmografía, ¿les parece? Martin Campbell era un director bastante mediocre muy conocido en su casa a la hora de comer que tenía en su haber lindezas del calibre de "Escape de Absolom", un film ciertamente malo en el que no me explico que hacía allí Ray Liotta. Esta película es del año 1994 y "Goldeneye" de 1995, lo que pasó en medio, es un misterio. Yo me inclino a pensar en la poderosa y estudiada presencia en los créditos de "Goldeneye" de sus productores y propietarios de la franquicia. Como sabrán, la serie Bond es una de las pocas sagas que se filman con un escrupuloso sentido de película de encargo, es decir, un director filma un guión que le han dado y cuanto termina se va a casa que otro la montará. Desde luego, algo de eso debe haber en "Goldeneye".
Pero el caso es que después Campbell filmó un simpático film de aventuras, un poco largo, pero simpático al fin y al cabo, "La máscara del Zorro", con nuestro Antonio Banderas. Es verdad que detrás estaba Spielberg que es otro productor de cuidado no se, a lo mejor Campbell es un director que funciona si tiene a alguien detrás que pula sus errores y dignifique sus aciertos. Una sugerencia que cuadra bastante con su siguiente película, la anodina "Límite vertical", si todo muy espectacular, pero bastante aburrida. A su lado "Máximo riesgo" era toda una obra maestra (bueno, a lo mejor me he pasado pero el film de Renny Harlin desde luego, era más entretenido). De hecho, su siguiente film vino a confirmar lo que yo sugería líneas arriba, que sin un productor que pusiera a Campbell en su sitio poco había que hacer, de "Amar peligrosamente" ni Angelina Jolie se acuerda.
Tuvo que llegar Steven Spielberg para ofrecerle a Campbell un material con el que pudiera tener algún éxito. "La leyenda del Zorro" funcionó muy bien y a efectos prácticos, la películas es tan buena y tan mala como la anterior. Con "Casino Royale" Martin Campbell volvió a poner en evidencia que sin productores detrás, poco, poco vale.
Ahora Campbell prepara "Edge of Darkness" con Mel Gibson y con Graham King, el productor de de "Gangs of New York" y "Next" y Michael Wearing, productor de mucha, mucha televisión y ningún éxito en cine. Mala pinta...

Clásicos entre los clásicos


¿No os pasa a vosotros que tenéis determinadas películas que por más veces que las veáis nunca os aburrís? A mi me pasa con unas cuantas, es como con Los Simpson, podría estar viendo la serie año tras año sin por ello aburrirme. El otro día, a última hora, entre charlita va y charlita viene, me puse por enésima vez "Con faldas y a lo loco" de Billy Wilder y es que no me canso. La película es sin duda alguna una de las mejores comedias jamás escritas y dirigidas. Y no sólo eso, Wilder fue el que más y mejor supo exprimir las posibilidades interpretativas de Marilyn Monroe, que en este film, está, simple y llanamente que se sale. Llama también mucho la atención comprobar hasta que punto Jack Lemmon es un motor cómico en el film, sin él, la película hubiera perdido un elevado porcentaje de su comicidad. Lemmon está sublime, magistral, metido en su papel de travestido, cortejado y huido de los gangsters de Chicago, y lo está, bastante más y mejor que Tony Curtis que se nota, estaba mucho más cómodo flirteando con la Monroe que vestido con medias y tacón. Como de costumbre los diálogos son formidables, los gags impecables y bueno, ese final... (¡nadie es perfecto!), de Oscar. Esta película, la he podido ver cientos de veces, recuerdo que mi hermana y yo, la veíamos todas las semanas una o dos veces. Era una de esas películas que no nos cansábamos de ver pero que además, conseguía aunar dos gustos tan dispares como los de mi hermana y yo.
Pienso, que estas películas inagotables e inabarcables, tienen conforme pasa el tiempo, algo de nostalgia cada vez que las vemos, algo de recuerdo de infancia. Me pasa con otras muchas, "Con la muerte en los talones", "Psicosis" y "La ventana indiscreta" de Hitchcock, "Cantando bajo la lluvia", "Una noche en la ópera", "El gran dictador", "El halcón y la flecha" y "El temible burlón", "Ciudadano Kane", "La guerra de los mundos" (la de Byron Haskin), "El golpe", "El día más largo", "El desafío de las águilas", "Historias de Filadelfia", "La costilla de Adán" y ya en fechas más tempranas y acorde con una personilla que se crió en los 80, pues largometrajes obligados como "La guerra de las galaxias", "El imperio contraataca" y "El retorno del Jedi", la trilogía de Indiana Jones, pero en mi caso concreto, especialmente "Indiana Jones y el templo maldito", "E.T", "Regreso al futuro", "Los Goonies", "Jungla de cristal", "Superman", "Top Secret", "La princesa prometida", "Los intocables" todas películas que de jóvenes, secuestraron mi imaginación y supongo, que la de millones de personas más.
Películas en suma que tienen algo de mágicas, porque no sólo son ejemplares (unos más que otros) propuestas de cine espectáculo, sino que además sedujeron y lo que es más, siguen seduciendo la imaginación y los sentimientos de miles de personas. Y eso es algo bonito.
Ahora, resulta demasiado osado preveer qué películas serán, dentro de unos años clásicos, qué películas nos han comprado el corazón recientemente y lo seguirán haciendo a generaciones venideras y a nosotros mismos. ¿Títulos? Muy complicado. A mi, de pronto, se me viene a la cabeza "Big Fish". No se..., es sólo una propuesta.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

32 años


Como decía Ralph Wiggum, hoy es el día que se celebra mi portentoso nacimiento. Una vida más, hace hoy 32 años, se dejó caer por este corral de insensatos al que llamamos mundo. 32 tacos..., ¡buff! Camino de los 35..., cuando me vaya a dar cuenta, ¡40! Pero bueno, bueno, no adelantemos acontecimientos. 32 años, si señor y bien llevados, eso creo vamos. El otro día, mi queridísima novia me montó una fiesta sorpresa en casa, imaginaos lo que es entrar a tu dormitorio y de pronto que de un vestidor, ¡un vestidor! salgan como diez personas, cámaras de foto en mano cegándote a flashes... Pero fue emocionante, nunca me habían montado una fiesta sorpresa...

Acto seguido pues eso, aperitivos, montaditos, cervezas, copas, en fin... Ahí estoy yo, en la imagen, con gorra al fondo. Muy buena mañana/tarde, si señor. A las diez de la noche todavía llegó un invitado rezagado, mi queridísimo amigo Antonio Rentero, que debió de haberse comido un jabalí entero el solito porque fue imposible convencerlo para que comiera algo por la noche...

Sabemos bien que los regalos son lo de menos pero tampoco le importan a uno. Y la verdad es que aquel día, el fin de semana pasado, recibí más regalos de los que he recibido nunca, pero tengo que destacar uno independientemente del regalo que supuso montarme esa fiesta sorpresa, y fue el presente de mi queridísimo amigo Sergio, que no se le ocurrió mejor cosa que regalarme un pack con 5 ó 6 DVDs de películas del destape... ¡antológico! Y ya no lo digo por "El ligero mágico", "Cristóbal Colón, de oficio descubridor", "Juana la loca... de vez en cuando", "Brujas mágicas", "Polvos mágicos" o "El erótico enmascarado", que eran las más conocidas, sino por títulos que yo francamente ignoraba, como "La masajista vocacional" o "La insólita y gloriosa hazaña del cipote de archidona"...(¡!). Pensarán, los que no me conocen que ya me vale..., pero lo cierto es que siempre he sentido simpatía por este cine, hoy defenestrado, pero fundamental para la industria del cine español en su día. Sólo un dato: en aquellos años 70 y 80 la cinematografía española recaudaba bastante más dinero que los productos genialoides actuales...

Pues hoy poco más. 32 lozanos años, dicen que no los aparento, ni con la barba... Supongo que será un cumplido. Pues eso, un abrazo.

martes, 18 de noviembre de 2008

Ocho años sin Michael Kamen


Parece que fue ayer cuando un día antes de mi cumpleaños me llegaba la noticia de Michael Kamen había muerto y han pasado ya ocho años, hoy en concreto, se cumple el aniversario de su muerte. Para una persona como y, que ha basado buena parte de su infancia en las bandas sonoras, ha crecido escuchando en su casa además de a Kamen, a Williams, Goldsmith o Horner, que se muera un personaje como Michael Kamen es una noticia ciertamente traumática. Es como si una parte de la banda sonora de mi vida se hubiera ido. Puede parecer una estupidez, pero algo así se llega a sentir. Michael Kamen compuso cerca de cien bandas sonoras, algunas de ellas inolvidables, otras simple y llanamente, divertidas y otras, menores pero siempre, con un tono único y especial, con un dominio de la orquesta muy particular, con un especial apego a determinados sonidos y determinadas melodías que con sólo escucharlas, uno sabía que estaba escuchando a Michael Kamen.

Entre sus obras más recordadas se encuentra la música de películas como "Brazil", la obra que lo lanzó al estrellato, "Los inmortales" (de Kamen es la popular melodía que canta "Queen" y no al revés), toda la serie de "Arma letal", "Aventuras en la gran ciudad", las tres primeras entregas de "La jungla de cristal", "Las aventuras del barón de Munchausen", el Bond "Licencia para matar", "El gran halcón", "Robin Hood. Príncipe de los ladrones" (cuyo tema principal se convirtió en la sintonía del logo de Morgan Creek), "El último Boy Scout", "Resplandor en la oscuridad", "El último gran héroe", "Los tres mosqueteros", "Don Juan de Marco" (en estos últimos dos casos, sus respectivas canciones también fueron compuestas por Kamen), "101 Dálmatas", la extrañísima "Horizonte final", "Más allá de los sueños", "El gigante de hierro", "Frequency", "X-Men" y "Open Range" entre otras muchas.

En el caso concreto de "X-Men" la elección de Kamen fue impuesta por los productores, algo que cambio su director, Bryan Singer en cuanto tuvo ocasión a la hora de filmar la segunda entrega al incorporar a John Ottman que compuso un tema inicial con mucha fuerza (inspirado en la melodía que Kamen compuso para la primera) pero nada más (como por otro lado, suele ocurrir con Ottman) y que en "X-Men III" fue otra vez sustituido por John Powell que éste si, compuso una BSO redonda aunque una vez más, con tema principal de nuevo, inspirado en Kamen (esto es algo que entre los freaks de la BSO se me suele discutir bastante pero yo sigo en mis trece).

Michael Kamen, también participó en el célebre concierto que dio el grupo Heavy "Metalica" con la Orquesta Sinfónica de San Francisco que Kamen dirigió y compuso el acompañamiento ciertamente colosal.

Michael Kamen, era un compositor muy particular. Había a quien le gustaba y había quien prefería otros sonidos. Kamen no era amigo de los sintetizadores, su esencia residía en una buena orquesta tocando al cien por cien, y cuando utilizó los sinte, lo hizo de una forma más experimental (especialmente en "Horizonte final"). Le gustaba mezclarse con otros compositores y combinar sonidos, lo hizo con Metalica, pero también con Eric Clapton, David Sanborn, Elton John o Robert Kraft entre otros y por si fuera poco, compuso un concierto para saxo y orquesta que resultó ser una auténtica delicia.

Kamen se fue y dejó un legado que afortunadamente todavía perdura. Yo, hoy, voy a pasarme el día, en la medida de lo posible, escuchando a Michael Kamen, algo, que siempre es una delicia. Por si alguien aún lo pone en duda, aquí os dejo con el bellísimo tema principal de "Los inmortales". Disfrutarlo, porque de verdad, merece la pena. Olvidaos de Christopher Lambert y Ssan Connery espadas en mano y cerrar los ojos y dejaos transportar a donde la música os lleve que tratándose de Kamen, seguro que será un lugar apasionante.

lunes, 17 de noviembre de 2008

"Giallo"


Como bien sabrán los aficionados al cine de terror, el maestro del horror italiano Dario Argento, se encuentra en estos momentos ultimando la que será su película número 22, "Giallo" (en la imagen su cartel promocional). También como sabrán los aficionados al género, "giallo" (amarillo o amarillento) es el término con el que se define a aquellas películas de terror de los años 70 en las que un asesino, generalmente, arma blanca en mano, rebanaba cuellos y extremidades por los, en principio, apacibles paisajes romanos. El término "giallo" viene del color amarillento de las páginas de mala calidad en las que se imprimían las novelas que servían de inspiración a este tipo de películas. Pues bien, en este terreno, uno de sus más ilustres representantes ha sido y en cierto modo sigue siendo, Dario Argento.
La última película que Argento anda terminado, tiene como título precisamente "Giallo" lo que confiere al conjunto cierto tono catedralicio, como si Argento quisiera culminar su aportación a esta variante del horror. Pero lo cierto y verdad es que Dario Argento lleva bastante tiempo sin dar pie con bola. Si bien es verdad que su episodio para "Master of Horror", "Pieles", no estaba mal del todo, si que era un ejemplo bastante alejado de las constantes más ricas y características del universo-Argento. El director de "Tenebre", siendo benevolentes, empezó a perder el norte con la llegada de la década de los 90, o dicho de otro modo, se empecinó en reincidir una y otra vez en aquellos elementos que le dieron fama internacional pero con un matiz añadido; ya no eran frescos o transgresores, en los 90 ya eran viejos y caducos, anquilosados y paralíticos. De hecho, esto ha sido así hasta tal punto y de tal manera que Argento es uno de esos curiosos directores que matiz arriba, matiz abajo, lleva haciendo la misma película 30 años.
Ahora, con "Giallo" el asunto amenaza con ser el mismo aunque eso si, Argento cuenta ahora con dos elementos diferenciadores a tener en cuenta. Uno, dos jóvenes guionistas ajenos al mundo de Argento, Jim Agnew y Sean Keller, dos hombres que también ha fichado John Carpenter para su acariciado proyecto "L.A. Gothic" y que podrían imprimir algo de aire fresco a una fórmula que como hemos dicho, Argento a exprimido más allá de lo recomendable. Y en segundo lugar, un reparto internacional romance rosa incluido, Adrien Brody y Elsa Pataky, además de Emmanuelle Seigner,
Mis mejores deseos para un Dario Argento porque virtudes, tiene este cineasta italiano. Hace poco volvía a ver "Rojo oscuro" y me llamó mucho la atención como Argento contrasta cierto costumbrismo romano con esa óptica adulterada de Roma, como hace que un mismo escenario provoque cercanía, realidad, y al minuto siguiente, intriga y pánico. Llama también la atención ese cuidado con el que Argento construye las escenas de suspense, como su cámara analítica, presta una especial atención por los objetos inanimados, pero cargados de significado y como Argento le gusta regodearse por la figura del cadáver, pequeñas y truculentas obras maestras de la barbarie humana donde el rojo escarlata, desempeña un papel fundamental.
Hay materia primera, la cuestión es que sepa aprovecharla. De momento ya hay un primer trailer que ciertamente, propone todos y cada uno de los recursos propios de Argento. ¿Será más de lo mismo?

viernes, 14 de noviembre de 2008

"Arrastrame al infierno"


Este es el explícito título de la última cinta de Sam Raimi y esta, la primera imagen que se ha podido ver de la última película del director de "Posesión infernal". El largometraje, esta creando una expectación considerable porque existe el temor generalizado de que Raimi se haya acomodado en los algodones digitales de "Spider-Man" y secuelas y se haya olvidado de lo que al fin y al cabo le dio un nombre en esto del cine, el terror sin concesiones ni prejuicios. Afortunadamente parece que Raimi se ha curado en salud. En la convención Comic Con de San Diego, donde además de comic por lo visto, también se habla de películas, Raimi y sus productores sacaron de debajo de las piedras una primera escena de la película para poder exhibirla al público. Si se busca por Internet se puede encontrar el condenado clip pero yo, que soy un fracaso en esto de los ordenadores, no se por qué narices no he podido verlo. Lo que si cuentan quienes si lo han visto es que Raimi no ha perdido un ápice de su mala uva a la hora de plantear y filmar escenas de terror. De hecho, parece que la película es una mezcla entre "Premonición" y "Posesión infernal", es decir, un thriller pero con mucha sangre.

Habrá que esperar no obstante hasta junio o julio del año que viene para ver "Drag Me To Hell" en los cines españoles. En mayo, está previsto su estreno en Estados Unidos. Será entonces cuando podremos entrar a valorar a un Raimi demasiado acunado últimamente por presupuestos demasiado altos y secuelas demasiado vistosas. El director de "Darkman" ya ha anunciado que dirigirá "Spider-Man 4" y "Spider-Man 5" de una sola tacada, para abaratar costes, pero yo me pregunto hasta que punto tiene sentido si los productores no dejan que Raimi se suelte el pelo.

"Spider-Man" era una correctísima cinta de superhéroes, "Spider-Man 2" era una formidable película y "Spider-Man 3", todavía no se si es la mejor de la serie o la más decepcionante. No lo se...

Un "Spider-Man" consecuente con el espíritu Raimi, probablemente se parecería más a "Spider-Man 3" pero con un corazón menos abigarrado y un ritmo más frenético, más percutido. Un "Spider-Man" consecuente con el espíritu Raimi ante todas las cosas, no debería tener ningún prejuicio (y "Spider-Man 3" en algunos momentos, no lo tenía), zambullirse en el disparate, flirtear con la hilaridad y desde luego, hacer un mayor uso de la sangre.

En cualquier caso ahora toca esperar "Drag Me To Hell", con la esperanza de que sea un digno regreso de Raimi (yo en el fondo todavía lo dudo hasta que por lo menos, no vea el dichoso clip) a sus orígenes, si se quiere no con la caspería que impregnaron todas sus primeras producciones, pero si al menos con las intenciones y la anarquía formal que dieron perfil y fondo al nombre de Sam Raimi.

Pesadilla en 3-D


Hoy es viernes, glorioso día de estreno. La cartelera, bueno, hay de todo un poco, pero el estreno al que me voy a referir no es para estos días. El próximo 21 de diciembre se estrenará en toda España (tranquilos, incluida Murcia) "Pesadilla antes de Navidad" en 3-Dimensiones. La noticia, no puede resultar más gratificando viniendo de un film insólito, impensable incluso para los tiempos que corren que logró hace ya 15 años, encoger más de un corazón y entusiasmar a un buen pedazo de público.

Como sabrán, "Pesadilla antes de Navidad" es un film basado en un poema del propio Tim Burton. El director de "Batman" tenía pensado hacer un corto de animación en blanco negro sin diálogos y con una única voz, la de Vincent Price como narrador. El proyecto, obviamente fue creciendo poco a poco hasta convertirse en un proyecto muy, muy grande que además, terminó gozando del apoyo de la mismísima Walt Disney, paradojas de ésta, nuestra existencia, la misma casa que años atrás había rechazado un sinfín de proyector de Burton por resultar demasiado oscuros para la casa que vio nacer al ratón Mickey.

Tim Burton produjo el invento y el dio nombre a una historia original -recordemos que la película se titula en realidad "Pesadilla antes de Navidad de Tim Burton"- suya, aunque fue Michael McDowell ("Bitelchus") y Caroline Thompson ("Eduardo Manostijeras") quienes le dieron forma de guión. Pero quien coordinó el complejísimo proceso de rodaje en stop-motion (fotograma a fotograma) y quien estuvo todos los días al pie del cañón (Burton sólo iba al final de la jornada a supervisar y dar el visto bueno a lo que se había rodado) fue Henry Sellick.

Sellick, que ya había hecho algún trabajo de animación, encontró en "Pesadilla antes de Navidad" su oportunidad de oro para darse a conocer a todo el mundo y así lo hizo. Dirigió y organizó un trabajo titánico que en cierto modo, nunca le fue valorado. Todo el universo del film estaba enraizado en el universo burtoniano y Sellick, como buen profesional, únicamente se limitó a dar forma a lo que Burton tenía en su cabeza. Un trabajo durísimo, tanto por el esfuerzo por la falta de reconocimiento de la que gozó Sellick. Tim Burton sabía que, en cierto modo, había explotado el talento de Sellick, por eso inmediatamente después Burton puso su nombre (el propio director de "Mars Attack!" reconoce que no hizo mucho más) a la que sería la siguiente película de Sellick, "James y las habichuelas gigantes" pero el asunto no terminó de cuajar. No en vano, cinco años después Sellick volvería al ataque con una película ciertamente disparatada que creo yo, valdría la pena revisar un día de estos, la disparatada "Monkeybone", la perfecta mixtura entre Tex Avery, Terry Gilliam y Tim Burton. Un completo disparate. Ahora, ocho años después Sellick prepara otro largometraje de animación, "Caroline". Mis mejores deseos.

Otra de las más recordadas anécdotas de "Pesadilla antes de Navidad" es que al parecer, el compositor Danny Elfman, autor de la banda sonora, productor asociado, y voz de Jack Skellington y por extensión, verdadera arteria del film, se enteró por terceras personas que Tim Burton no había quedado del todo satisfecho con la BSO de Elfman (¿qué querría Burton? me pregunto yo, porque el trabajo de Elfman en está película es difícilmente mejorable). De hecho, en la siguiente película que Burton dirigió, -la grandiosa-"Ed Wood", Elfman desapareció de los créditos del film en favor de un recuperado Howrd Shore, un compositor que aunque no sea santo de mi devoción, tengo que admitir, hizo un magnífico trabajo en aquella película. Afortunadamente la cosa se quedó en eso y Burton y Elfman volvieron a trabajar juntos a partir de entonces (menos mal porque yo diría que Burton es el único que sabe sacarle chicha a un Elfman que cada vez anda más perdido entre los estruendos de la orquesta y el ritmo de los sintetizadores).

En cualquier caso, el hecho es que "Pesadilla antes de Navidad" regresa a las pantallas 15 años después, y eso es una buena noticia. Da igual que sea en formato 3-D ó 4-Alfa, porque se trata de un film irrepetible, sencillo es un concepción dramática, pero complejísimo en su materialización. Una ocasión única para revisar la película en una sala en condiciones, sobre todo para aquellos que como yo, la vio confinado en la vergonzosa sala murciana "Floridablanca C", un insulto al arte cinematográfico, a sus espectadores y un milagro todavía inexplicable de arquitectura (todavía me preguntó cómo cabía una sala de cine allí dentro) En suma una -presumible- obra maestra (siempre me ha dado mucho miedo utilizar este término porque le tengo mucho respeto) que de momento ya ha superado su década y media de vida con un excelente estado de salud. Yo diría que al film de Sellick y Burton, todavía le quedan muchas generaciones a las que encandilar.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

"Aparecidos"


El cine de terror español goza de una formidable salud. Filmax ya está preparando "[REC] 2 " y el director Paco Cabezas ha escrito y dirigido una ópera primera que ya está dejándose sentir en nuestro país un mes antes de que se estrene, se titula "Aparecidos" y ha puesto en marcha una singular campaña publicitaria. Les cuento. Los responsables del film han decidido poner en marcha una curiosa manera de demostrar que en "Aparecidos" se pasa mucho, mucho, miedo. Se trata de reunir a algunos de los actores más populares del panorama nacional, Manuela Velasco, Fernando Tejero, Kira Miró o Macarena Gómez entre otros nombres que han asistido a un pase privado del film de Cabezas. La curiosidad es que mientras veían la película eran filmados por una cámara que recogía en todo momento sus reacciones espontáneas antes las escenas de "Aparecidos". Las imágenes las podéis ver aquí y bueno..., hay de todo, más teatreros y menos teatreros, pero desde luego el asunto además de curioso, ha creado una generosa espectación.

"Aparecidos" como suele pasar con el cine español, es una coproducción con Argentina, ha sido rodada con una cámara de super 35 panorámica, lo que al parecer, le viene a las mil maravillas a un film enraizado en las road movies. Su director (y guionista de, entre otras, "Sexykiller"), asegura que su película es una forma distinta de abordar un terror que sostiene, siempre es inteligente. El film también deambula por el pasado político del país andino con lo cual no quisiera pensar, que una vez más, un español va aprovechar una cinta de terror para hacer una denuncia política, que aquí en España a veces tenemos unas ideas...

A mi la propuesta, desde luego, me interesa, pero no deja de llamarme la atención que su director Paco Cabezas esté hablando de terror inteligente a los cuatro vientos y que en su promoción se estén distribuyendo las típicas reacciones de sustos entre los famosos. Y es que susto y terror inteligente son una combinación, no necesariamente antagónica, pero sin de delicadísima convivencia.

En cualquier caso, que el cine español apueste por el terror es siempre una buena noticia. Espero que el asunto no se queda en buena idea y poco más, porque como sabrán, el terror, el buen cine de terror, es un cine complicadísimo, muy difícil y que ha puesto en apuro a más de una avezado cineasta.

Polanski, una vida de cine


Si uno es un director completamente desconocido que hasta la fecha se ha ganado la vida como segundón, nada mejor que llevar al cine la vida de algún reputado cineasta, para el caso, Roman Polanski. Damian Chapa, un actor, director, guionista y productor muy conocido en su casa a la hora de comer, ha escrito, dirigido, producido y protagonizado "Polanski", un film que abordará los azarosos avatares del director de origen polaco afincado en Francia. La idea desde luego, tiene su chicha, lo que ya no tiene tanta chicha desde luego es que su director sea el tal Damian Chapa, que tiene en su haber largometrajes tan aplaudidos como "El padrino" (pero no la de Coppola) y "El padrino 2" (tampoco es esta la de Coppola), "Fuego" y "Chicano Blood" entre otras reconocidas obras maestras del cine fronterizo de Estados Unidos.

Pues bien, este personaje será quien interprete al propio Polanski, en cuyo reparto le acompañarán Elena Talan como Mia Mia Farrow y la bellísima Brienne De Beau como la trágicamente desaparecida Sharon Tate. El film arrancará con la infancia de Polanski en un guetto judío en la Segunda Guerra Mundial, abordará la terrible muerte a manos de la secta de Charles Manson de su esposa Sharon Tate, su acusación por haber violado supuestamente a una niña de 13 años y sus coqueteos con las drogas, algunas de las razones por las que a día de hoy, Polanski sigue sin poder pisar suelo americano.

El asunto desde luego puede ser curioso, pero semejantes antecedentes lo mismo, van directos a las estantería de un DVD. Ya veremos...

Cicatrices de guerra, heridas de paz


Ayer terminé de leer "Cicatrices de guerra, heridas de paz. La tragedia árabe israelí". El volumen viene escrito por Shlomo Ben Ami, ex ministro de exteriores de Israel y ex embajador de Israel en España. El hombre, se nota de aquí a Lima, que controla lo que dice. De hecho, el único problema que puede tener un libro como este es precisamente eso, su tremenda complejidad y lo enmarañado del asunto que está narrado por Ben Ami dando por supuesto, que el lector tiene los conocimientos de base necesarios para enfrentarse a tamaña lectura. En mi caso concreto el asunto iba casi, casi... Reconozco que en ocasiones me perdía un poco, porque Ben Ami sabe demasiado sobre el tema, su forma de escribir resulta poco esclarecedora en algunos detalles de base, como cuales fueron las razones que llevaron a Ariel Sharon a sitiar a Yasser Arafat en su cuartel de Ramalah. Y es que, "Cicatrices de guerra, heridas de paz" es más un libro global, que pretende ofrecer algo de luz a un conflicto con más de cien años de historia sin detenerse demasiado en los detalles y si en las consecuencias generales del enfrentamiento entre árabes e israelíes.


Pero lo que si cabe reconocerle al libro de Ben Ami es su generosa neutralidad. El ex ministro de exteriores admite desde el principio las imperdonables barbaries que tanto juidos como palestinos ha inflingido a la otra parte. Echa en cara sin pelos en la lengua las constantes pérdidas de oportunidades, tanto de unos como de otros por encontrar puntos de acuerdo. Recrimina la soberbia israelí con respecto a los palestinos, a los que siempre han visto un escalón por debajo, pero Ben Ami también es muy duro con los palestinos, especialmente con Arafat, a quien acusa de mantener una doble cara, una, la más amable y reconciliadora que el líder palestino ofrecía a la comunidad internacional y otra de absoluto inmovilismo y en favor del alzamiento de las armas, que ofrecía a su pueblo.


Ben Ami también reprocha los vagos intentos de los líderes judíos por encontrar una solución al conflicto, incuso a Issac Rabin, una de las vacas sagradas de la política israelí que apunto estuvo de firmar un acuerdo de paz que se fue al carajo cuando un extremista judío lo asesinó en 1994. Donde Ben Ami admite todas sus simpatías es en la cumbre de Camp Davis auspiciada por Bill Clinton y en la que él participó. Amin considera que el plan Clinton era el más justo y adecuado para un problema demasiado enmarañado como para no cortarlo de raíz.


Sin embargo, Ben Ami también pasa de puntillas por cuestiones, ciertamente espinosas. Por ejemplo, el ex embajador israelí en España no hace ninguna consideración previa a los derechos supuestamente históricos del pueblo judío sobre Palestina, aunque bien es verdad que Ben Ami considera -no sin razón- que esta cuestión hay que superarla de una vez por todas y pasar a la mesa de negociación, porque abanderando derechos históricos e ideologías religiosas, reconoce el autor, no se llega a ningún sitio. Tampoco menciona Shlomo ben Ami que la votación de la ONU de 1948 que aprobó la creación del estado de Israel fue fruto de numerosas coacciones y chantajes por parte de judios que por aquellos días en Nueva York, perseguían a los cónsules de los distintos países amenazándoles -en cuestiones, fundamentalmente económicas- si no votaban a favor de la creación de Israel.


En cualquier caso, "Cicatrices de guerra, heridas de paz" es un libro ciertamente importante y necesario que ha sido aplaudido incluso, por aquellos que atacan con ferocidad la política israelí. Porque Shlomo Ben Ami reconoce la complejidad del conflicto y admite los serios problemas, tanto en un bando como en el otro para dar con una solución. La política israelí está demasiado anclada a los designios de los ortodoxos, facción judía que aspira al Eretz Israel, es decir, los antiguos reinos de Judá e Israel, históricamente, cuna de los israelitas y la célebre Tierra Prometida, que angloba territorios del actual Israel si, pero también de Siria, Líbano, Cisjordania, Jordania y Egipto, una completa insensatez según el propio Ben Amin. El problema es que estos juidos ortodoxos son un fuerte grupo político que condiciona y mucho, la política de Israel.


El otro problema, en el bando palestino es la falta de una autoridad que aúne a las innumerables facciones que pueblan Cisjordania y Gaza, incluso, cuando Yasser Arafat estaba al frente. Los palestinos, desgraciadamente, no gozan de una democracia en condiciones como para decidir de forma unánime, libre y al unísono, el destino de su pueblo y eso, es un escollo de difícil solución.


Y todo esto, lo escribió Shlomo Ben Ami antes de que Ariel Sharon cayera en coma y fuera sustituido por al actual Ehud Ormet, antes de que Hamas fuera elegida democráticamente y se hiciera por la fuerza con el control de la franja de Gaza, antes de que Tony Blair fuera nombrado mediador europeo para el final del conflicto, antes de la enclenque cumbre de Annapolis... Pese a todo, el discurso de Shlomo Ben Ami en "Cicatrices de guerra, heridas de paz" es de rabiosa actualidad, y desgraciadamente lo seguirá siendo mientras árabes e israelíes no se sienten a hablar, busquen y encuentren un camino hacia la paz. Bien le hace falta a dos pueblos, que ya está bien, han sufrido demasiado y todo, paradójicamente en torno a una ciudad como Jerusalén, que significa la ciudad de la paz.

martes, 11 de noviembre de 2008

"J.C.V.D"


Yo siempre he sido de la panda de Arnold Scwarzenegger, por encima de Silvester Stallone y no digamos de Steven Seagal o Jean Claude Van Damme, porque a Chuck Norris y Charles Bronson ya los pillé creo yo en recesión, como la economía de medio mundo. No se, siempre he pensado que Schwarzenegger siempre ha tenido mucho mejor ojo a la hora de elegir los proyectos en los que se iba a involucrar hasta, eso si, "Ereaser", su última película con cierta dignidad. Es por esta razón, que un documental que recientemente se ha estrenado en cine titulado "JCVD" (iniciales de Jean Claude Van Damme) me importara, más bien un bledo. Van Damme siempre me ha caído mal. Miento. En los inicios, cuando yo aún era demasiado ingenuo como para replantearme qué coño estaba viendo, lo seguí con moderada atención en películas como "Libertad para morir" o "Soldado universal". Me aburrí poderosamente con "El luchador", me desesperó "Cyborg", me dio igual haber visto o no "Sin escape", experimenté instintos homicidas con "Doble impacto", aquí si, admito que me lo pasé pipa con "Blanco humano" (primer film americano de John Woo producido por Sam Raimi), me volví a aburrir bastante con "Time Cop", a punto estuve de asesinar con mis propias manos al ingrato amigo que me convención (todavía no se como) para ir a ver "Street Fighter", paso un rato instrascendentalmente inadvertido con esa ligereza titulada "Muerte súbita" y en este punto dije, hasta aquí hemos llegado. Estarán conmigo en que aguanté bastante al señor Van Damme, sin duda alguna demasiado.

Desde aquel año 1995, Jean Claude Van Damme ha protagonizado 19 películas, todas, inadvertidas, ha intervenido incluso en una impensable secuela de "Soldado Universal" y ahora prepara "Soldado Universal III. Un nuevo comienzo". Por hacer, Jean Claude Van hasta ha dirigido una película, "The Quest" un largometraje con Roger Moore que no he tenido el gusto de ver. Pues bien ahora, trece años después de que me dignara a ver un film de Van Damme, aparece un documental sobre su persona. Yo, desde luego, y conociendo el ombliguismo de éste hombre, ni de lejos me había preocupado en este largometraje. Sin embargo, ha pasado algo inesperado, la crítica, la está poniendo por las nubes, la misma crítica que ha arremetido con furia y alevosía contra toda la filmografía del actor (?) belga.

Dicen por ahí críticos de buen criterio y de la más diversa procedencia, que "JCVD" es un asombroso ejercicio de honestidad por parte de Van Damme, que pone al descubierto sin corta pisas sus miserias, fracasos, decadencia y problemas con las drogas. Su director, Mabrouk El Mechri se ha dado a conocer en todo el mundo por el que se asegura, es un formidable documental lejos, de eso que, yo el primero, había imaginado, un aburrido e indigesto ejercicio al servicio de las noblezas de Jean Claude Van Damme.

En fin, estupefacto, yo el primero. De modo que tengo que admitirlo. Veré "JCVD".

"Thor"


Es que no he podido esperar a mañana. Cómo sabrán, hace tiempo que se anda cocinando por Hollywood una adaptación cinematográfica del superhéroe de Marvel "Thor". Y como sabrán también, mis conocimientos sobre el mundo del comic son bastante escasos de modo que yo, a este personaje sólo lo asocio con una curiosa aparición en "Aventuras en la gran ciudad" y con una serie de animación bastante mediocre de los años 80 que yo veía de crío pero que nunca me terminó de enganchar.

Pues bien, me aseguran fuentes bien fidedignas (mi buen amigo José Antonio Planes) y me lo han confirmado otras tantas (diversos blogs de cine y sobre todo, imbd.com) que Kenneth Branagh ha sido el director elegido para dirigir la adaptación del cómic (¡!). A mi, semejante decisión me recuerda un poco a cuando se eligió a Ang Lee para dirigir una película como "Hulk", un film que, dicen por ahí, que no gustó a nadie, pero que a mi me gusta bastante (en relación a lo que me interesa Ang Lee que desde "El banquete de boda" es más bien poco).

La reacción, en general, ha sido de estupefacción. ¿Branagh dirigiendo "Thor"? Hombre, la verdad es que si lo pensamos un poco y le quitamos al director de "Enrique V" el sanbenito de adaptador oficial de Shakespeare al cine, la propuesta me parece de lo más prometedora. Brangah ha demostrado ser un director perfecto a la hora de encarar una superproducción de forma espectacular, gastándose dinero pero que además éste, se refleje en la pantalla. "Frankenstein de Mary Shelley" puede que no gustara en su día y que siga sin gustar, pero yo soy de los que sospecha que sin ser una obra maestra, la película está bastante mejor de lo que se aseguró en su día (de entrada, está mejor que "Drácula de Bram Stoker", nada menos que de Francis Ford Coppola). Construyó un simpático refrito hitchcockiano con "Morir todavía" y a grandes rasgos es un tío de lo más eficiente (aún tengo que ver "La flauta mágica" y "La huella").

Kenneth Branagh no es tonto, y aunque esté disfrutando de lo lindo con sus últimas aproximaciones cinematográficas, casi de arte y ensayo, el director de "Hamlet" es también un hombre al que le gusta los grandes espacios y las grandes inversiones y debe de saber muy bien ue tanto tiempo en la segunda fila del cine comercial (lo que no significa que haga malas películas) no es bueno para su vertiente más espectacular. Le pierde un pelín esa megalomanía que rezuma casi todas sus películas, pero me parece una elección de lo más interesante. De todos modos, quiero pensar que tras la torrencial avalancha de críticas (injustas a mi modo de ver) que Branagh recibió por "Frankenstein" y sus posteriores recreaciones del universo shkespeariano en un tono menos grandilocuente (con "Hamlet" corramos un tupido velo), quiero creer que Branagh se haya reformado y haya dejado su ombliguismo en un discreto segundo lugar.

Otra de las cuestiones que de inmediato, ha suscitado esta elección es la de quien interpretaría a "Thor". Yo, conociendo como se las gasta Branagh estoy seguro de que se va a proponer él mismo, una opción en la que yo, un inculto del universo Marvel, no veo nada de malo.

En cualquier caso el guión ya está escrito por Mark Protosevich ("La celda", "Poseidón" y "Soy leyenda"... y es seguro que el resultado final no dejará a nadie indiferente. Yo, en todo caso, ya me froto las manos para el año 2010...

lunes, 10 de noviembre de 2008

Terror británico


Como es bien sabido por todo obseso al cine de terror como el que esto firma, las películas de miedo forman parte de la idiosincrasia británica. Su Londres victoriano parecía pensado para albergar personajes de la calaña de Jack El Destripador y puestos a visitar Europa, que mejor lugar que Londres para acoger con los brazos abiertos y los cuellos desnudos al mismísimo conde Drácula. El cine inglés por su parte, no sentó las bases de un terror made in England hasta finales de los 50, gracias a las particulares aptitudes de Terence Fisher y su popular productora Hammer Films.


Después de esta gloriosa etapa, aderezada por interesante propuestas de otra productora surgida a la sombra de la Hammer, la Amicus, el cine inglés de terror dio bandazos más que otra cosa. En las adaptaciones que años después, ya en los 80 , realizó Clive Barker con "Hellraiser" a la cabeza, muchos quisieron ver una recuperación del género en las islas británicas, pero no fue más que un espejismo más o menos simpático.


Cuando si hemos podido contemplar un resurgir más o menos serio del cine de terror británico fue a partir del año 2002 con la película "La cámara secreta" de Marc Evans, uno de esos largometrajes que a mi me gusta definir como, películas rebote, es decir, un film redondo de un director del que después, nunca más se supo. Es decir, una película que salio bien de rebote. Eso parece ser "La cámara secreta" a tenor de la nula presencia de su director, Marc Evans, un hombre que llegó a compartir portada con Mike Leight y que algunos apresurados quisieron ver como la nueva cara del cine británico fuera de sus fronteras.


El caso es que "La cámara secreta" funcionó a las mil maravillas y como por aquel entonces, el cine de terror en todo el mundo estaba la mar de bien, ahí que los ingleses se pusieron a hacer películas de terror como rosquillas. Véase "Deathwatch", "Dog Doldier", "The Descent", "28 días después", "The Hole"... Pero hubo un film que personalmente, me gustó particularmente, "El bunker" (en la imagen) de Rob Green. Este director británico se había forjado una interesante carrera como montado en películas como "Licencia para matar", "Kafka" o "Frankenstein de Mary Shelley" y "El bunker" fue su primera película. Aquel film suponía una interesantísima aproximación al modelo de casas encantadas pero con un bunker en lugar de una vieja mansión. Con unos soldados alemanes como ocasiones fantasmas y un grupo de militares, también alemanes encerrados en el bunker de marras, el film jugaba al terror sin mostrar a penas nada y si haciendo hincapié en la degradación del espíritu humano, de como éste se iba corrompiendo hasta convertirse en el peor enemigo del propio hombre. Con un final esqueletoso y tremendamente ambiguo, "El bunker" resultó ser además, un magnífico ejemplo de puesta en escena, creación de ambientes y construcción de atmósfera. Muy recomendable.

Sin embargo, algo raro debe pasar con el señor Green. Durante un tiempo se anunció que iba a dirigir la secuela de "Dog Soldier" de Neil Marshall, film mucho más efectista y sanguinolento con sus acierto si, pero a años luz del riesgo y el rigor narrativo de "El bunker", pero al parecer, la cosa al final se quedó en nada. Si se filmará eso si, una secuela de un film de Marshall, "The Descent 2", a cuyo cargo está Jon Harris, montador de "The Descent". Pero Green sigue estancado sin un proyecto a la vista. A escrito el guión de "House" de Robby Henson y el de "Live Girls", otro film de terror de momento sin director que me llama la atención, no se le haya ofrecido a Green.

Lo que vengo a decir en suma con todo esto, es que por desgracia, parece que hay que ofrecerle al público bofetadas visuales si uno quiere trabajar en esta industria de forma regular y más aún, en un género tan popular como el terror. Neil Marshall, que filma muy bien pero que a punto está de cargarse su trabajo en el set a base de un montaje heredero de la Mtv, no tiene problemas para rodar, de hecho, "Doomsday", su última película, ya se estrenó por todo lo alto, fuera de los circuitos minoritarios en los que vierno la luz "Dog Soldier" o "The Descent". Pero Rob Green ahí sigue, sin un lugar donde poner de manifiesto sus cualidades que a tenor de "The Bunker", son unas cuantas.

El mismo Juan Carlos Fresnadillo, que se tuvo que ir a Inglaterra a filmar su segunda película (su ópera primera, "Intacto", le costó sudor y sangre sacarla adelante porque nadie veía clara una historia de suspense en torno a un concepto tan ambiguo como la suerte....), debió de sufrir algún tipo de catarsis interna para rodar, y cómo la rodó, ese atolondrado festín de movimiento desmedido y montaje disparatado que es "28 semanas después". Lo que de nuevo, parece incidir en esa idea; filma como un alumno de Jerry Bruckheimer si quieres que las cosas te salgan bien con moderada facilidad.

Video-clubs


El otro día fui a uno de esos fríos y estúpidos dispensadores de películas que hay en la calle. ¿Ya saben? ¿Una de esas maquinas que te obligan a pagar por adelantado por un producto que no han consumido aún? Vamos, lo que se conoce como un video-bank, un vídeo-club con aspecto de cajero automático y que por lo general, provoca casi tantos disgustos como cuando vamos al cajero de nuestro banco. Saqué, ansioso por verla, "La niebla", de Frank Darabont, de la que me consta por los entusiastas comentarios de mi buen amigo Antonio Rentero que la película está muy bien. Yo, desgraciadamente no puedo corroborar dicha opinión, y no porque la película no me gustara, sino porque sólo pude ver hasta más o menos la mitad. ¿La razón? Ese formidable invento que es el DVD y que se vendió como el disco que nunca se rallaba, probablemente estaba rallado y tras una vistosa escena de mosquitos y gigantes y pájaros con cuatro alas, el asunto se fue a hacer gárgaras. La imagen se detuvo, y ya podías aporrear el mando del DVD que ibas listo...

Tengo que ir a reclamar, es cierto, pero aún así no se como saldré del asunto porque a donde tengo que ir a reclamar es a una..., gasolinera. Como lo oyen, el dichoso vídeo-bank está en una gasolinera. Todavía recuerdo cuando uno iba a una gasolinera, sólo a echar gasolina y con suerte, un bote de coca-cola. Pero ahora no. De hecho, en esta gasolinera en concreto, que se encuentra a la salida de Molina para Altorreal, yo voy a comprar el pan, el periódico, cerveza (incluida una de importación alemana la mar de buena), algunas latas de aperitivos, hielo, pizzas, huevos, útiles de limpieza, carne, fiambre, agua y si quiero incluso, ahora que se acercan los Reyes, puedo comparar el coche de los nazis que aparece en la persecución final de "En busca del arca perdida" (con su marca registrada y todo, no crean). Por si fuera poco, la gasolinera, que de gasolinera cada día tiene menos, ofrece también lavado de coches (a mano y a máquina, siempre al gusto del bolsillo del consumidor), macetas y un bar que está siempre hasta arriba. Vamos, lo que comúnmente se conoce por una gasolinera al uso.

Si no quiero sacar un DVD en ese estúpido expendedor, puedo desplazarme unos cuantos metros (un par de kilómetros diría yo) y deleitarme entre la excelsa oferta que nos propone la cadena de videoclubs Blockbuster, otro centro que cada día tiene menos de vídeo-club y donde uno puede desde conectarse a Internet hasta comprarse una pizza, pasando por pipas y toda la mierda embolsada que quieran, gafas de sol (¿?), coca-cola, pizzas, alquilar vídeojuegos y claro, comprar alguna película, pero nada serio no crean.

En estas, mi mañana de Lunes en la que me ha dado por reflexionar por qué cojones no devolví la película al minuto y me dieron otra copia o como mínimo, me permitieron sacar otra peli como cuando era niño, no he podido acordarme de eso, de mis años mozos con mi querido vídeo-club de barrio. Recuerdo que se llamaba Leyser, y estaba muy cerca del cine Gran Vía (donde por cierto hoy hay un macro-gimnasio impersonalizado donde los haya donde o te curras tu un modelo de ejercicios, o vas listo si pretendes que un instructor con pinta de adolescente te preste algo de atención, aunque bien pensado, mejor me quedo con mi artesanal tabla y me arriesgo a una lesión) y que siempre era recibido con una sonrisa en la boca por la misma chica de siempre. Esa chica que sabía que te gustaba y que preferías obviar.

Recuerdo que en ese vídeo-club vi "Indiana Jones y el templo maldito", una película que para bien o para mal, cambiaría mi vida. "Golpe en la pequeña china" un buen montón de títulos de 007, un pastel intragable que atendía al nombre de "RoboWar" (entenderlo, tendría 12 años...). Pero si hay una película, de riguroso vídeo VHS, claro está, a la que le tengo especial cariño esa es "Esta casa es una ruina"... Les cuento, andaba yo con mi monopatín (nunca fui un experto ni saltaba bancos por la calle, pero me defendía bastante bien) correteando por los alrededores del actual Pabellón Príncipe de Asturias con tan mala fortuna, que una piedrecilla se interpuso entre mis ruedas y el horizonte, saliendo convenientemente disparado por los aires para aterrizar en un suelo, primero con mi hombro, y después con mi boca. Todavía recuerdo escuchar trozos de dientes rebotando por mi alrededor.

Afortunadamente la cosa no fue tan grave. Un diente roto, poca cosa, tan poco, que el dentista me dijo que si fuera él, lo dejaría tal cual, y así hice. Y la verdad es que no es una cosa cantosa, y si te fijas, pues si bueno, ahí está, y no pasa nada. El caso es que aquella tarde mi madre me hizo las curas habituales en un crío de 12 años que se pasaba el día el la calle. Como premio de consolación ante tan traumática tarde, mi madre me dio 300 pesetas para alquilar una película. Así que al vídeo-club Leyser que me fui yo con medio brazo vendado, la espalda y la cara llena de arañazos y moratones. Cuando me vio la chica, lo lógico, ¿qué te ha pasado?, primer relato de una larga lista de relatos trágicos en mi vida (nunca pensé que contaría esto en Internet), y ella me respondió imagino que hoy tendrás ganas de reírte, ¿no?. Yo moví la cabeza como diciendo ¡Imagínate!, y aquella chica me dio "Esta casa es una ruina".

Aquella noche, como respuesta a mi trágica tarde, mis padres accedieron a ver la película conmigo (eso de ver una peli en familia en mi casa era algo muy poco habitual) y resultó que gustó a todo el mundo, incluido mi padre (alguna vez les hablaré de el). Ahora, he visto alguna vez esa película de Richard Benajamin, protagonizada por un Tom Hanks cuando todavía hacía gracia y producida por un Spielberg en plena edad dorada, y la verdad es que la encuentro bastante mala. Pero no puedo evitar reírme, quizá con cierta nostalgia, la misma que estos días me ha venido a la cabeza. ¿Imaginan que fuera a un estúpido dispensador un niño de 12 años con el diente roto a sacar una película?

Se impone la fuerza de la frialdad, de lo global, de lo absoluto. En todos sitios debe de haber de todo y si nos fijamos en realidad, resulta que no hay nada....

jueves, 6 de noviembre de 2008

Michael Crichton


Ayer fue un día complicado, y al final no pude escribir ninguna entrada y no porque Barack Obama se hiciera con la presidencia de los Estados Unidos, sino por asuntos más mundanos. El caso es que el día de la resaca electoral norteamericana, va Michael Crichton y se muere. Una pena, si señor. Sus novelas han servido de inspiración para casi una treintena de películas y series de televisión. Durante la década de los 70 y los 80, Crichton se dedicó a bucear por el mundo del cine con sus propias novelas y dirigiendo incluso algunas estimables películas como "Coma" o "Almas de metal".

Pero los años dorados de Crichton fueron los 90, a partir sobre todo del estreno de "Parque Jurásico" que, admitamoslo ya, es un film de lo más entretenido. Una vez los dinosaurios dominaron la Tierra, llegó la fiebre Crichton con películas como; "Sol naciente" (aburridísima), "Acoso" (facilona), "Congo" (muy mediocre), "Twister" (malísima), "El mundo perdido" (decepcionante a más no poder), "Esfera" (buen principio y poco más), "El guerrero número 13" (formidable película de John Mctiernan que al parecer, terminó montando el propio Crichton e incluso hay quien dice, que rodando algún plano, aunque la impronta visual de McTiernan esté muy clara a lo largo de todo el film), "Parque Jurásico III" (simple y llanamente, cumple con su función de no aburrir al respetable) y "Timeline" (la lectura más aburrida posible de un libro la mar de entretenido). Se habló de que se estaba preparando una adaptación de "Punto crítico" para que la dirigiera McTiernan pero todo parece indicar..., que nos quedaremos con las ganas, al menos hasta nuevo aviso.

Yo, tengo que admitirlo, con la de libros que quiero leerme, me cuesta mucho enfrentarme a un best-seller que no dejan de ser tochos de casi mil páginas con mucha paja y consistencia escasísima. Mi relación con Crichton en la lectura es muy, muy básica. Me leí "Paruqe Jurásico" a remolque del film de Spielberg, y me pareció de lo más acertado como se había adaptado el film. Me leí "Esfera" porque el film de Barry Levinson me parecía que tenía una propuesta interesantísima que por no se qué razones, no sabía aprovechar. Ahora se que el libro, era más o menos igual. Y me leí "Los devoradores de cadáveres" cuando me enteré que McTiernan iba a dirigir la película.

En cualquier caso se ha ido un hombre que se ha hecho rico a consta de entretener a medio mundo, lo que no es moco de pavo. Ha dirigido películas muy estimables, ha escrito libros de agradecida lectura y ha puesto en marcha alguna que otra serie de televisión con "Urgencias". Seguramente Michael Crichton no pasará a la historia del cine, pero muchos desde luego le agradecemos ahora las ideas que ha tenido que han dado origen al menos, a unos ratos de lectura distendida y a un puñado de películas, de esas que uno ve un sábado por la mañana no se sabe muy bien por qué y cuando te vas a dar cuenta resulta, que te las has tragado entera.

martes, 4 de noviembre de 2008

Rebobine por favor.


No había visto yo está película, y eso que venía dirigida por uno de los directores más interesantes que deambulan últimamente por Hollywood, el francés Michel Gondry, director de "Human Nature" y "Olvídate de mi". Vendida como un largometraje para el lucimiento del actor cómico Jack Black, que nadie se llame a engaño. "Rebobine por favor" es otra cosa, bien distinta hasta el extremo de que la presencia de Black, termina por resultar una mera anécdota.

La propuesta de "Rebobine por favor" no puede ser más hilarante: dos tipos filman versiones caseras de grandes éxitos de Hollywood con la asombrosa respuesta de que el público, les pide más. Y cuando digo versiones caseras no se imaginen producciones humildes con ingenio que medios, me estoy refiriendo a auténticas y destartaladas ocurrencias de 20 minutos de duración cogidas con los hilos justos para que al espectador, la imagen de esa destartalada imagen, le rememora la de una película de éxito.

Para los que amamos el cine, una película como esta nos toca la fibra sensible. Porque la película de Gondry, además de la cultura y de la industria del cine, nos habla del propio cine y su pasmosa capacidad de fascinación. De cómo un público acosado por deudas y multitud de problemas, detiene por unos segundos su devenir existencia, para contemplar una sucesión de imágenes aunque estas, no hayan sean más que una destartalada construcción (o deconstrucción, según se mire) de éxitos de Hollywood. Es como si Gondry nos dijera que no se trata tanto de realizar films con una factura impecable, como de contar una historia, sólo eso. Nada más. Porque eso es, en última instancia, lo que el público quiere. Por eso con este film Gondry propone desnudar el cine y ofrecer una micro-industria que se dedica a emular los blockbuster, como si eso filtrara la producción original de todos sus ornamentos y la dejara en una, mera, sencilla y bonita historia. Tal vez por eso, la versión que en "Rebobine por favor" hacen sus protagonistas de "Los Cazafantasmas" dura sólo 20 minutos.

Pero es que además de todo esto, y de la siempre agradecida presencia de Mia Farrow, Michel Gondry demuestra una vez más que sabe lo que es una imagen, que sabe como tratarla sin que eso implique adulterarla y que en muchos sentidos, era el cineasta idóneo para trasladar esta historia al cine sin caer en lo chabacano. Sólo destacar un plano-secuencia verdaderamente antológico, en el que la cámara de Gondry va recorriendo suavemente diversos micro-estudios donde se están refabricando películas como "Hombres de Negro", "King Kong" o "2001. Una odisea en el espacio".

Muy recomendable.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Arnold, David Arnold.


Aquí donde lo veís, tan mono él con cara de enigmático, David Arnold es un cachondo. Tuve la oportunidad de conocerlo personalmente en Úbeda y hablar con él mientras me tomaba unas cañas en un acogedor "tablao" flamenco, mientras Bruce Boughton, John Debeny y Roque Baños entre otros, deambulaban por el recinto. Fue allí, hace ya más de un año donde Arnold me contó que había sido contratado para componer la BSO de "Las crónicas de Narnia 3", ¡bien!, tras las dos aburridas -correctas en todo caso- bandas sonoras de Harry Gregson Williams. También fue allí donde Arnold me aclaró mi sospecha de que él y Roland Emmerich ("Stargate") se habían mosqueado. David Arnold me dijo que no, que el actual compositor fetiche de Emmerich, Harald Kloser es alemán como él y un viejo conocido, que Arnold no se siente en absoluto despreciado y que de hecho, si algún día Roland Emmerich volviera a reclamarlo, Arnold lo haría encantado.

Debeny, que es un tipo encantado, Brougton, correcto y amable, Baños, simpático y murciano (con él entonamos un "Murcia que hermosa eres" que retumbó en todo el restaurante). John Powell, me duele mucho admitirlo (porque es un compositor cojonudo), pero resultó ser un tipo bastante frío, distante y un pelín seco, por no ser malo. Pero lo de Arnold, no tiene nombre. Te hacías una foto con el y cuando te dabas cuenta esta poniendo caretas, apareció por un Úbeda con una camiseta sin botones abierta hasta el pecho, le gustaba hablar con la gente y tuvo la valentía de dirigir un tema frente a una orquesta con una rosquilla en la mano... ¡Colosal!

Pues bien, este hombre ejemplar y compositor genial, vuelve a la primera plana de la actualidad musical gracias a la reciente edición de su último trabajo, como todos sabrán "Quantum of Solace". Recomendado por el mismísimo John Barry (el creador de ese sonido Bond tan característico), David Arnold ha conseguido reiventarlo y si no mejorarlo, si abordarlo desde una óptica nueva, moderna y muy efectiva. La orquesta de Arnold tiene un sonido propio, compacto, con fuerte presencia de cuerda y viento y un ritmo frenético que "Quantum of Solace" empapa todo el disco.

Tras esas verdaderas orgías de sintetizadores y orquesta en las que se habían convertido los trabajos de Arnold para el 007 de Pierce Brosnan, con el cambio de rumbo de la serie, Arnold también ha modificado sensiblemente su música. Menos sintetizadores, más orquesta pero no por ello, menos ritmo y acción. Llama la atención que el popular tema de James Bond no abunde en la partitura que nos ocupa, aunque el sonido Bond esté siempre presente. Acción trepidante, temas ciertamente espectaculares y en suma una BSO que no tiene ningún desperdicio y que confirma lo que ya sabíamos muchos, que David Arnold es uno de los mejores compositores del panorama actual, una especia de mezcla entre la densidad orquesta de Danny Elfman y las melodías de John Williams. Un sonido propio, con mucha fuerza y que todavía, tiene mucho que ofrecer.