viernes, 27 de febrero de 2009

La Pantera Rosa


Al ritmo de una pegadiza melodía compuesta por Henry Manccini una pantera de color rosa,conquistó el mundo. Fue en 1963 cuando Blake Edwards, por aquellos años un prestigioso director de Hollywood fue contratado por los hermanos Mirisch para que rodara una película sobre un ladrón de guante blanco. Era una película pensada para una estrella, David Niven. La producción se puso en marcha y según el guión había un inspector de la policía de Paris, Clouseau, que se tiraría todo el largometraje tratando de atrapar a Niven. El personaje de Clouseau lo iba a interpretar Peter Ustinov pero de pronto, el actor británico a falta de escasos días para comenzar el rodaje se retiró de la producción. Así, deprisa y corriendo comenzó la búsqueda de un nuevo Clouseau y Edwards se había fijado en un popular actor británico que por aquel entonces gozaba de cierta fama sobre todo, en los programas de humor ingleses, Peter Seller. A Seller, que tenía el ego subido por las nubes, lo hizo demasiada gracia eso de que lo llamaran como segundo plato, pero su representante insistió se trata de Hollywood.

Peter Seller se leyó el guión prácticamente por el camino y cuando llegó no tuvo que esperar mucho tiempo para ponerse a rodar. Cuando Seller se plantó delante de la cámara y Edwards grito acción se hizo el silencio. Sellers seguía el guión pero... había algo imprevisto, había chispa en aquello y de pronto, sin previo aviso, sin contar con el guión, Seller improvisó, el equipo de filmación estalló a reír y surgió la magia. Visto lo visto, Edwards le dio el suficiente margen a Seller para que improvisara y el propio director se sumó a ir añadiendo pequeños chistes visuales que poco a poco iban generando un personaje único, tanto, que terminó eclipsando nada menos que a David Niven.

Tras el éxito clamoroso de "La pantera rosa", Peter Seller se convirtió en una celebridad y le llovieron los proyectos, uno de ellos era un film de suspense titulado "Un disparo en la oscuridad". A Seller no le gustaba el guión y le pidió a su amigo Edwards que lo reescribiera y dirigiera él la película. Edwards le dijo sólo haría eso si introdujera al personaje de Clouseau. El asunto se plantea a los productores, que casualmente, eran los mismos hermanos Mirisch de "La pantera rosa" y Clouseau resucitó. Retitulada en nuestro país como "El regreso del inspector Clouseau" fíjese en que la Pantera Rosa como tal, aún no se asocia al personaje, es sólo el brillante del primer film, un McGuffin en estado puro que nadie suele recordar. "El nuevo caso del inspector Clouseau" funcionó muy bien en taquilla pero Seller no quedó nada satisfecho con el resultado final, de hecho, por lo visto fue un rodaje bastante tortuoso entre el actor y el director. Ambos terminaron la película sin ninguna intención de volver a trabajar juntos. Pese a todo y por suerte, Seller y Edwards eran magia en estado puro y ambos se volvieron a ver las caras en la fantástica "El guateque".

A mediados de la década de los 70, diez años después de "El nuevo caso del inspector Clouseau" ni Seller ni Edwards atravesaban su mejor momento, de modo que ambos decidieron recuperar a Clouseau paro ahora si, la cosa sería bien distinta. Edwards y Seller afrontaron el proyecto de una forma sensiblemente diferente, de entrada, el término Pantera Rosa se asociaría con el propio inspector, todos se dieron cuenta que incluyendo en el título las palabras Pantera y Rosa, el éxito se multiplicaba y después, Edwards reconfiguró a Clouseau que si en las dos primeras películas era un ingenuo infeliz absolutamente despistado, ahora sería un completo disparate, decididamente hilarante y completa y asumidamente enfocado hacia el humor algo que en los dos primeros films, casi, surgió por generación espontánea. "El regreso de la Pantera Rosa" es para mi, de las mejores. Hilarante hasta el disparate, desproporcionadamente surrealista, desconcertantemente descacharrante fue a partir de esta película además cuando a Clouseau se asociaría a una particular forma de hablar (que según parece escuchó Seller hablar así a un pasajero de un avión) que se come las palabras y pronuncias las cosas como le vienen en gana y su afición a disfrazarse. "El regreso de la Pantera Rosa" toma además prestados, modelos del cine de 007 con un pretendido villano marcadamente teatral que quiere dominar el mundo y para demostrar su fuerza hace desaparecer la sede en Nueva York de la ONU.

Nuevo éxito, Edwards y Sellers parecían haber dado en el clavo. Al año siguiente, en 1976 director y actor regresan con "La Pantera Rosa contraataca" donde Clouseau ya no sólo es la estrella, sino que es un completo idiota, ajeno al mundo que le rodea y los villanos que persigue. Pero además, en esta época Sellers ya estaba muy enfermo. Se había hecho una operación de cirugía estética y su rostro se había hecho más agresivo y menos inofensivo que el Clouseau original. Por aquel entonces Peter Sellers había sufrido dos o tres infartos, la situación era tan delicada que Edwards usaba constantemente un doble salvo cuando no había más remedio de que se viera la cara de Sellers. La relación Sellers-Edwards continuó siendo un volcán en activo que oscilaba entre la magia ocasional y los enfrentamientos. 1978 Edwards y Sellers se verían las caras por última vez en "La venganza de la Pantera Rosa", tal vez la película más mediocre de la era Sellers. Profundamente influenciada por la moda pop del momento, el film resulta tan disparatado que por momentos ni se sostiene en pie. Pese a todo, la película sigue atesorando algunos momentos ciertamente brillantes por obra y gracia del estilo Sellers.
Peter Sellers murió en julio de 1980. Pues bien, en 1982 Blake Edwards rodó "Tras la pista de la Pantera Rosa" con... Peter Sellers. Si señores, el señor Edwards ideó una trama según la cual Clouseau desaparecía durante los primeros minutos de película y resto del film era una entrevista tras otra a aquellos que lo habían conocido reproduciendo así pasados episodios de películas anteriores y escenas descartadas. La idea, que como se verá no tiene ni pies ni cabeza porque más que una película "Tras la pista de la Pantera Rosa" casi sabe a homenaje, posee algunos momentos ciertamente hilarantes rescatados de películas pasadas que ciertamente, no tienen precio como aquel momento de Sellers en el baño de un avión... "La maldición de la Pantera Rosa" repitió la fórmula anterior sin Sellers pero con Clouseau...
Blake Edwards exprimió más allá de lo tolerable el filón de la Pantera Rosa, no obstante se dio algún que otro desagradable incidente durante estos años. Fruto del desigual entendimiento entre director y actor, en 1968, después de la desafortunada experiencia profesional según Edwards y Sellers, ninguno de los dos quiso atender la petición de los Mirisch para resucitar a Clouseau, y entonces de decidió hacer un film sobre el personaje sin Edwards ni Sellers. El resultado fue "Inspector Clouseau", retitulada aquí no entenderé jamás por qué "El rey del peligro", con un director demasiado televisivo como Bud Yorkin y con Alan Arkin como imposible Clouseau. El asunto, no pasa de curioso.
Ya en la década de los 90, cuando Clouseau parecía permanecer encerrado en la galería del museo de los mitos del cine, Edwards lo utilizó una vez más como medida desesperada para reavivar una carrera ya, en franca decadencia. Utilizando la escusa de el hijo de... Edwards contrató a un cómico europeo, por aquel entonces, como Sellers en su momento, muy popular en su país de origen, Italia. El actor era Roberto Benigni y la película "El hijo de la Pantera Rosa". La película resulta ciertamente desigual, tiene sus momentos, pero porque Edwards es un genio del gag visual, pero el guión no se sostiene y aunque Benigni hace lo que puede por olvidar a Sellers, el asunto no paso de un quiero pero no puedo. Edwards parece ser que fue el primero que admitió que ese era su fin. Después no volvió a dirigir una película más.
Ya en el Hollywood del siglo XXI, el mundo de los remakes y los rescates desesperados de éxitos del pasado, Steve Martin capitaneó la recuperación del personaje y de la serie de la Pantera Rosa. Manteniendo los elementos básicos, Clouseau, el inspector Dreyfus (Kevin Kline), el odio antagónico del uno por el otro, la estupidez del primero y el dichoso diamante en cuestión, Martin construyó un vehículo para su lucimiento. El principal problema de esta nueva Pantera Rosa son varios, primero que Steve Martin no es Peter Sellers, no obstante Martin tomó la valiente decisión de no imitar a Sellers y construir su propio Clouseau. La idea era buena, arriesgada pero buena, lo que ocurre es que este Clouseau de Martin es un personaje demasiado ridículo tanto, que se nota que está hecho para hacer risa, se nota que abre, anda y viste para hacer risa, en el humor, cuando se nota que se quiere hacer risa, la comedia fracasa. Y segundo, el director del film Shwan Levy no es más que un artesano que trabaja de encargo sin personalidad alguna y desde luego, lejos de la sutileza y la elegancia que pese a todo, siempre tuvo Blake Edwards. Se pasa el rato si, pero uno termina de ver esta "Pantera Rosa 2000" queriendo revisitar los mejores episodios de Edwards-Seller. Hoy se estrena "La Pantera Rosa 2". ¿Será tan longeva esta nueva saga? Yo creo que no. Ni hay ingenio suficiente, ni valor suficiente y hasta que Steve Martin no penda de un hilo, tampoco necesidad suficiente.

jueves, 26 de febrero de 2009

"Million Dollar Baby"


Hoy pasan por la tele "Million Dollar Baby" aunque yo recomiendo encarecidamente que quien no la haya visto que se la compre en DVD y las vea antes que someterse a esa tortuosa experiencia que debe ser ver un film como el de Clint Eastwood constantemente interrumpido por los temidos cortes publicitarios y más aún, en la cadena en la que la emiten.
Yo recuerdo cuando fui a ver "Million Dollar Baby". Fui solo, convencido de que iba a ver una buena película de boxeo, la verdad, no esperaba mucho más. Cuando salí del cine, salí trastornado, o mejor, en estado de shock. No me esperaba eso. No me esperaba un film tan bello y a la vez tan amargo. No me esperaba comprender que alguien quisiera morir. No me esperaba una elipsis tan elegante y emocional como aquella que nos muestra a Frankie (Eastwood) saliendo del hospital cuando ya sabemos, ha tomado la decisión de terminar con la vida de Maggie (Hilary Swank). No me esperaba interesarme tanto por los personajes, que me parecieran tan humanos, incluido el personaje de Eddie, interpretado por Morgan Freeman, un buen actor, no digo yo que no, que se ha ganado la fama de actor que interpreta a personajes trascendentes y cada vez que lo veo salir en una película me pongo a temblar.
Yo creía que después de "Toro salvaje" era ridículo hacer un film de boxeo (a mi nunca me dijo nada "Rocky"), porque era imposible superar la película de Martin Scorsese. Pero Eastwood me enseñó que me había equivocado. Porque además, el director de "Poder absoluto" propone una aproximación radicalmente distinta al mundo del boxeo, tanto en su forma como en su contenido. Primero por su propia historia de superación de Maggie, una de las pocas veces que hemos visto a una mujer boxeando en una película. Pero bueno, esto es pura anécdota. Y luego porque la película de Eastwodd está rodada con tanta contención ya la vez elegancia, clasicismo, control de la puesta en escena, del ritmo y del sentido del plano, que nada tiene que ver la truculenta balsa de aceite que es "Million Dollar Baby" con el torbellino de vísceras que es "Toro salvaje". No digo que una cosa sea mejor que la otra, digo que son cosas distintas.
Clint Eastwood, que a lo mejor, como leí hace poco por un blog, puede que esté un pelín sobrevalorado (la verdad es que da la impresión de que todo lo que filma es una obra maestra, aunque sea la fiesta de cumpleaños de sus nietas), pero lo cierto es que ante una película como "Million Dollar Baby" sólo nos resta quitarnos el sombrero. Porque Clint Eastwood consigue algo que no se veía casi, desde el cine clásico, y es construir una abrumadora obra maestra sin que a penas nos demos cuenta de que hay unos actores y un operador de cámara que recibe órdenes de un director filmando lo que estamos viendo. Es decir, Eastwood, como narrador logra desaparecer entregándonos, con gran honestidad, la historia al desnudo. Con lo bueno y con lo malo. "Million Dollar Baby" es un film inmejorable, perfecto del primer al último fotograma, una obra maestra absoluta que en mi opinión, no ha sido superada aún por el propio director. Una obra maestra extraña, diferente, porque insisto, está libre de formalismos y guiños de autor y sólo hay una cámara que filma. Una obra maestra que demuestra que las grandes propuestas del arte (al menos en el cine), no está necesariamente en lo rocambolesco o en lo disparatadamente original, sino en los matices, los que en el fondo, siembran y sostienen el drama. Cine puro, cine del bueno, cine que como los buenos vinos, ganan con el tiempo. Para mi, ya, todo un clásico.

miércoles, 25 de febrero de 2009

"Los cronocrímenes"


No había visto yo esta película. Como es sabido, "Los cronocrímenes" es la exitosa ópera prima de Nacho Vigalondo, autor de ese divertidísimo corto candidato al Oscar que fue "7:35 de la mañana". La historia de "Los cronocrímenes" es muy curiosa y a la vez sintomática del alarmante nivel de ceguera que hay en este, nuestro cine español. La película, tras pasar por los festivales de cine fantástico de Ámsterdam, Austin (Texas), Asia y de Philadelphia, el film de Vigalondo llegó al conocido festival de Sundance sin tener un distribuidor en su tierra. Eso si, sólo hace falta echar un vistazo a sus créditos para comprobar que dinero tenía de prácticamente todas las comunidades autónomas (entre ellas, dos lugares tan distanciados en el espacio-tiempo conocido como Asturias y Canarias) además de un largo etcétera de los consabidos estamentos oficiales. Vamos, que el dinero parece que aquí lo damos sin problemas, otra cosa es que se distribuya el producto. Pues bien, "Los cronocrímenes" llega a Sundance y gusta tanto, que United Artist, de cuya empresa es copropietario Tom Cruise, compra los derechos del film y la película de Vigalondo, consiguió distribuidor americano antes de que en su propia tierra pudiera exhibirse en un solo cine. ¡Con dos cojones!. En fin…

Entonces si, una vez Estados Unidos promocionó y alimentó la carrera comercial del film, entonces si, aquí ya nos pusimos manos a la obra. Incluso le dimos el premio al guionista revelación del Círculo de Escritores Cinematográficos -CEC- (asociación de la que por cierto, formo parte) aunque eso si, en 2009, dos años después de haber sido rodada la película, cuando al fin encontró distribuidor para España. En cualquier caso el premio del CEC no deja de ser un galardón concedido por críticos de cine, y no por profesionales del cine que a lo máximo que han llegado ha sido a nominar "Los cronocrímenes" al Goya al mejor director novel, premio que en todo caso, perdió.

Pero entrando ya en materia, "Los cronocrímenes" es ciertamente, un film estimulante. A lo mejor, la propuesta hubiera podido dar para más, pero tal y como ha quedado, sólo nos queda aplaudir generosamente una película interesante y salpicado de curiosas reflexiones a cerca del cine de suspense y de sus estereotipos. "Los cronocrímenes" arranca con una apreja en una casa de campo, el marido, Héctor (Karra Elejalde), sentado en una tumbona observa con sus prismáticos algo extraño en el bosque, una prenda y después, una joven que se desnuda. la curiosidad le puede, se adentra entre la maleza para comprobar qué es lo que está pasando. Cuando llega se encuentra a la joven aparentemente muerta y entonces, surge la figura de un hombre con gabardina y la cara envuelta en vendas. Tijeras en mano este extraño sujeto hiere y persigue a Héctor que entra en una propiedad privada, entra en una casa y encuentra un walkie-talkie del que emana una voz que parece querer ayudarle y lo guía hasta otra zona de la casa mientras el sujeto misterioso con la cara llena de vendas le pisa los talones. Cuando Héctor encuentra al sujeto al otro lado del walkie, éste le anima a que se esconda en un extraño recipiente, dubitativo, Héctor accede. Cuando se va a dar cuenta es una encerrona y queda atrapado. Algo extraño ocurre. Héctor, viaja en el tiempo unas horas atrás.

Buen principio si señor. Planteamiento y desarrollo de la situación con buen pulso. Sin histrionismos ni malabarismos. Sólo lo clichés propios del género bien llevados. A partir de este momento "Los cronocríemes" se zambulle por completo en una historia de alteraciones temporales, juegos de apariencia y suspense. El resultado es ciertamente estimable, sobre todo por propone a una curiosa aproximación a la figura del asesino enmascarado que para la ocasión, Vigalondo desvirtúa de buena parte de su halo de misterio para exponernos desde el principio, como se construye un psycho-killer, cuáles son sus objetivos y qué le mueve a actuar de ese modo. De este modo, el misterioso hombre enmascarado de "Los cronocrímenes" se transforma en un hombre inseguro, temeroso y casi obsesionado por una meta que, así de entrada, no tiene nada de malo. Salvar a su mujer.

Al final, Héctor se ha convertido en un personaje frágil, traslucido, a través de cuyo rostro podemos identificar las facciones de un asesino sin escrúpulos. Interesante apuesta la de Vigalondo, sin duda, en un film en conjunto, bien rodado, que sabe mantener el ritmo y lo que es casi más importante, no llega resultar confuso en una trama salpicada de saltos temporales, intrigas y falsas apariencias. De modo que no deberíamos perderle la pista a Vigalondo y rezar porque no tenga que hacer como Juan Carlos Fresnadillo, que tras una película tan interesante como "Intacto" (que un poco como Vigalondo, le costó sudor y sangre venderla a la industria del cine español), se tuvo que ir a Inglaterra a filmar "28 semanas después" y ya prepara su segundo largometraje fuera de nuestras fronteras, "Wendesday"...

martes, 24 de febrero de 2009

"Monster Show"


Que David J. Skal publique un libro es ya razón más que suficiente para no perderle la pista al ejemplar. Skal es uno de los historiadores cinematográficos más importantes de Estados Unidos y además es uno de lo mayores conocedores de la primera Edad Dorada del cine de terror de la Universal y del cineasta norteamericano Tod Browning, tanto, que Skal es el único escritor hasta la fecha que le ha dedicado a Browning un monográfico en exclusiva. Por todo esto y algunas cosas más, el último libro de David J. Skal, "Monster Show. Una historia cultural del horror", se tercia un volumen apasionante, imperfecto tal vez, pero repleto de apuntes, hallazgos, anécdotas e interesantes reflexiones a cerca del cine de terror y los fenómenos culturales que lo han visto crecer.
Por decirlo de algún modo, el esqueleto sobre el que se articula "Monster Show" es la demostrada relación existente entre el cine de terror, la sociedad en la que nació, la lucha contra las censuras y los gustos populares que alimentaron o acabaron con determinadas tendencias de escasa longevidad. Propuesta apetitosa, no cabe duda, ahora bien, si "Monster Show" se subtitula "Una historia cultural del horror" muy bien debería haberse subtitulado "Una historia cultural y parcial del horror americano". Parcial porque Skal se ventila en un par de páginas tanto a Val Lewton y sus míticas producciones para la RKO como a Roger Corman y sus particulares adaptaciones de relatos de Edgar Allan Poe, así como pasa de puntillas sobre películas tan fundamentales como "La noche de los muertos vivientes". Americana porque en el libro de Skal no hay rastro de la obra de Dario Argento, las producciones de la Hammer simplemente las menciona en un par de ocasiones y de Roman Polanski sólo parece recordar "La semilla del diablo" y todo quizá, porque venía producida por William Castle, uno de los feriantes más lucrativos que tuvo el cine de los 50. Y esto, no es del todo bueno. Ahora bien...
Pese a todo, si uno aborda la lectura de "Monster Show" y asume las citadas carencias, el libro de Skal, en buena parte de lo que aborda resulta una propuesta terriblemente interesante. De hecho, donde más hace hincapié "Monster Show", es precisamente en aquello que más conoce Skal, en la Edad Dorada de la Universal y en los trágicos vaivenes del director Tod Browning.
En lo referente a la Universal, los conocimientos de Skal no tienen parangón, tal es así, que aunque esta etapa ocupe una abusiva mitad de todo el volumen, lo cierto es que uno hubiera preferido que Skal se hubiera limitado a escribir sobre la Universal, porque no se escapa casi ninguna película y sobre todas, hay algo interesante que decir. Skal desgrana como los grandes mitos del horror, Drácula, Frankenstein, la momia y el hombre lobo fueron explotados, desarrollados, exprimidos y tirados a la basura –aunque siempre en el recuerdo colectivo de los americanos- en una década de cine irrepetible. Nos relata también las continuas luchas con la censura de la época, las complejas referencias culturales, las gestiones internas de sus maquinaria de producción y sobre cómo determinadas películas afectaron, de forma definitiva, al ideario colectivo norteamericano de forma, mucho más sentida que en el resto del mundo. Pero a Skal tampoco se le escapan otras películas producidas fuera de los estudios de la Universal como "El hombre y el monstruo" o "Asesinato en la calle Morgue" pero sobre todo, el autor ofrece un riquísimo repaso a la obra y la personalidad de Tod Browning, de lo más valioso del libro, que nos descubre a un hombre acomplejado, bebedor, lisiado tras un terrible accidente que casi le cuesta la vida, lastrado por un genio que supo controlar y olvidado por Hollywood tras filmar su obra maestra, "La parada de los monstruos".
Pasados estos capítulos la densidad de "Monster Show", al menos en mi opinión decae, aunque esto no impide que el libro siga ofreciendo jugosas anécdotas, interesantes datos y reflexiones. En este último caso sin duda, hay dos cuestiones particularmente curiosas, Una es la lectura que Skal hace de la figura del niño en la década de los 70. Según el autor, un niño pasó de ser una bendición a convertirse en una carga, fundamentalmente económica, que lastra la vida de pareja y sume las relaciones en un caos. De aquí, según Skal, surgieron películas como "La semilla del diablo", "El exorcista" o "La profecía". La otra, es la interpretación que el autor hace de la plaga del sida, sus primeros años en los que el cine hemoglobínico explotó literalmente salpicando de sangre las pantallas de medio mundo (“Hellraiser”), y como este fetichismo por la sangre revisitó a los vampiros ("Entrevista con el vampiro") hasta convertirse en un refinado y hasta amanerado canibalismo propio sólo de los snob y los intelectuales ("El silencio de los corderos", "American Psycho").
Pero además, "Monster Show", por su naturaleza de libro profundamente americano, escarba y expone, algunos fenómenos de la cultura americana que aquí, a España, nos han llegado e pasada, de rebote o ya, adulterados por la industria. Skal explica cómo y por qué nacieron y murieron fenómenos como "La familia Adams", "La familia monster", Vampira o "Historias de la cripta". Pero Skal habla también de literatura y centra buena parte su libro (demasiado, diría yo), sobre Stephen King, figura -es cierto- fundamental para comprender el terror de los 80 y como su comunión con el cine estuvo plagada de altibajos, más bajos que altos, todo sea dicho de paso.
En cualquier caso, libro enriquecedor, con carencias, es cierto, pero repleto de curiosidades e información básica para comprender el horror americano y aunque nos pese, también buena parte del horror occidental, aunque insisto, se obvien figuras fundamentales.

lunes, 23 de febrero de 2009

"Slumdog Millionaire" barre los Oscar



Pues ya está. Un año más. Nuestra Penélope Cruz se llevó el Oscar a la mejor actriz de reparto y hasta donde he podido ver esta mañana todo sigue igual, el cielo es azul, el sol brilla, el agua moja, el cine español continua dependiendo de las subvenciones públicas, porque sino se iría al traste y los productores seguirán exigiendo que por ley, una película aguante en cartel durante semanas aunque nadie vaya a verlas. Así nos va, mientras, Penélope, será laureada y agasajada como la nueva apuesta de Hollywood, empezarán a lloverle ofertas y a ver lo que elige la niña porque hasta ahora, ha tenido más bien poco ojo.

En cuanto al resto, nada que objetar, al contrario. Los Oscar cantados, fueron eso, Oscar cantados, el de la propia Cruz, el de mejor film de animación para "Wall-e" o el Oscar al mejor actor de reparto para Heath Ledger, aunque a mi, el que me sorprendió verdaderamente fue el de mejor actor de reparto que no fue para Mickey Rourke, sino para Sean Penn, que es un actor como la copa de un pino, bastante más listo que Rourke y que además se metía en la piel de un político homosexual lo que para una institución tan conservadora como Hollywood llama la atención, le hayan dado el premio aunque claro, ahora que un negro ha llegada a la Casa Blanca imagino que Hollywood se habrá puesto más progresista y habrá dejado a un lado prejuicios estúpidos como la orientación sexual o la raza de un político, al menos..., en el cine.

De haberme apostado algo con mi quiniela, todo iba por buen camino al principio de la gala. Oscar técnicos para "Benjamin Button" y los más serios para "Slumdog Millionaire" (en la imagen). El asunto empezó a torcerse, a ojos de mi quiniela, cuando el film de Danny Boyle tomó carrerilla y empezó a llevárselos todos, incluyendo algunos de esos menores que yo en principio había adjudicado al film de David Fincher; Banda Sonora, montaje, fotografía... El tema se iba de las manos, la distancia entre "Benjamin Button" y Slumdog Millionaire" se hacía cada vez más grande, cuando me fui a dar cuenta le dieron el oscar al mejor director a Danny Boyle (entregado por cierto, a mi juicio, demasiado pronto), en ese momento, ya no había ninguna duda, era la noche de "Slumdog Millionaire". En total ocho Oscar, tres menores para "Benjamin Button".

Como suele ocurrir cuando uno se equivoca en estas cosas, después se empiezan a atar cabos y en efecto, las cosas cuadran, sólo que no nos dimos cuenta antes. Recientemente Dreamworks ha firmado un acuerdo millonario con Bollywood para que el cine indio llegue a Hollywood más y mejor, y no por casualidad, fue el propio Steven Spielberg quien salió a entregar el Oscar a la mejor película del año. Llegado cierto momento, cuando se estaban presentando las canciones que optaban al Oscar a la mejor canción (que por cierto, sólo se presentaron las tres canciones, tres, de "Slumdog Millionaire"), la gala de los Oscar empezó a apestar, en el buen sentido, a fiesta multicultural de muy buen rollo, y ahora que Bush se había ido de la Casa Blanca, pues parecía un bueno momento para hacer las paces con todo el mundo, incluyendo la India que como sabrán, es una de esas potencias emergentes a la que nadie quiere perder de vista y Hollywood, el primero. Además, insisto, por más que el film de Boyle sea una producción independiente dirigida por un británico y un buen pedazo de equipo indio, la película fue salvada de los vidoeclubs por Fox y eso, siempre, se ha de tener en cuenta.

Por lo demás, pues todo más o menos como siempre. Como casi todos los años, hubo un sector intermedio preñado de publicidad, premios de segunda de los que por aquí, nos cuesta tener referencia, número musicales y en suma, todo, se hizo bastante agónico. Por su parte, Hugh Jackman, qué quieren que les diga. No me lo imaginaba cantando y bailando (Jackman tiene un apreciado pasado por Broadway) y sus números fueron los mejores de la noche. Ben Stiller con barba y gafas de sol como ausente estuvo de premio y Jerry Lewis, recibiendo el Oscar honorífico fue una de esas justas lecciones que de vez en cuando da la Academia de Hollywood. Por lo demás, pues lo dicho, la pareja del año (Pitt y Joline) a casa sin Oscar, David Fincher a casa sin Oscar. Frank Langella, ya mayor el hombre, a casa sin Oscar. Meryl Streep acumulando y acumulando nominaciones como quien colecciona chapas. "El caballero oscuro" con dos Oscar en el bolsillo, "Frost/Nixon" ni uno, The Reader" y "Revolutionary Road" de vacío y otro tanto se puede decir de las películas más comerciales generalmente idóneas para los técnicos como "Hellboy II" y "Iron Man" que no consiguieron ni una bolsa de palomitas de consolación. Pues nada, qué se le va hacer, el año que viene más.

viernes, 20 de febrero de 2009

Mi quiniela para los Oscar



Si, ya se que son política y si, ya se que son a deshoras y si, ya se que no son más que una herramienta de promoción del cine de Hollywood, pero que queréis que os diga, yo me lo paso bien viéndolos y me parece una escusa perfecta para respirar, comer, beber y fumar cine durante tres o cuatro horas. Y ya se sabe, una vez al año, no hace daño...
Este año, el asunto parece estar bastante claro, salvo sorpresas que nunca se sabe. Últimamente los Oscar no ha sorprendido demasiado de modo que nada hace pensar que este año vaya a ser distinto. De modo que aquí va mi quiniela para este año cuya gala tendrá lugar el próximo domingo de madrugada, ya lunes para nosotros. Vaya por delante que es una quiniela y por tanto su objetivo es acertar, no dar los premios que a mi me gustaría que se diesen. No, eso no, aquí va los que yo creo van a caer.
MEJOR PÉLÍCULA
"El curioso caso de Benjamin Button". Simple y llanamente porque es el film más Hollywood que hay. Producida por Warner y Paramount, con estrellas, director de prestigio ascendente y lo más importante, moderados resultados en taquilla. La película no ha sido un fracaso pero nada le vendría mejor que unos cuantos Oscar para reavivar su vida comercial.
MEJOR DIRECTOR
Cuando Hollywood premia a su película pero el mundo entero tiene la suya, ocurren cosas como la que probablemente ocurrirá en la próxima gala, que el Oscar a mejor película vaya para un film, y el Oscar a mejor director vaya para otro, en este caso Danny Boyle, responsable de la sorpresa de la temporada. Cabe la opción de que a "Slumdog Millonaire" sólo le den el Oscar al mejor guión, que suele ser otro Oscar de consolación que van para las películas verdaderamente buenas, pero David Fincher, director de "El curioso caso de Benjamin Button" es un cineasta poco acorde con un Oscar, su cine, sus formas y sus intereses, no cuajan con el conservadurismo de la Academia y aunque Boyle es un macarra cinematográfico con películas en su haber como "Trainspotting" no se trata tanto de reconocer su carrera como la de estimular un film, al fin y al cabo europeo, aunque eso si, distribuido por la Fox, que la salvó de ir directamente a los videoclubs.
MEJOR ACTOR
Como he dicho, un Oscar es un empujo comercial. ¿Quien lo necesita más, Brad Pitt o Mickey Rourke? Está claro, ¿no? Además la historia de superación personal de Rourke gusta mucho en Hollywood de modo que yo personalmente, no creo que haya sorpresas. No obstante, que nadie pierda de vista a Sean Penn aunque es un tipo demasiado incendiario y eso de interpretar a un político gay en Estados Unidos....
MEJOR ACTRIZ
Kate Winslet. Se ha llevado todos los premios previos. Prácticamente, no hay otra opción.
MEJOR ACTOR SECUNDARIO
Heath Ledger. No creo que haya que argumentar esto demasiado, ¿no?
MEJOR ACTRIZ SECUNDARIA
Penélope Cruz. Lo mismo se puede decir de esta categoría. Además no está la Winslet que le ha quitado sistemáticamente casi todos los premios previos a los Oscar.
MEJOR GUIÓN
Pues aquí tenemos el primer caso verdaderamente complicado. Yo diría que el asunto va a estar entre "WALL-E" y "Mi nombres es Harvey Milk", probablemente la segunda, dado que todos han concluido que es una película que está bastante bien y probablemente, éste sea el único Oscar que se lleve.
MEJOR GUIÓN ADAPTADO
Pues aquí el asunto va estar entre "Benjamin Button" y "Slumdog Millonaire". Yo me inclino por la segunda, la de Fincher huele más a Oscar técnicos, otra salida cuando el Oscar a mejor película y director se lo llevan dos películas distintas, una acapara los suficientes técnicos para superar en número de galardones a la película que se hizo con el Oscar al mejor director. Pues eso...
MEJOR PELÍCULA DE ANIMACIÓN
Bueno, aquí el asunto también creo que está bastante claro. "WALL-E".

El resto pues eso, los Oscar se dividirán de modo que "Benjamin Button" termine llevándose al final entre cinco y seis estatuillas y "Slumdog Millonaire" una o dos menos, aunque esta se lleve los de mejor director y guión y el film de Fincher los de mejor películas y cuatro o cinco técnicos, pero así es Hollywood. Por lo demás, algún Oscar impensable al vestuario o al mejor montaje de sonido a un "Iron Man" un "Wanted" o a un "Hellboy II" o incluso un "Revolutionary Road" al mejor vestuario y esas cosas y poco más.
Por lo demás, por ver está que es lo que hace el hombre más sexy del mundo (según la revista "People") Hugh Jackman como maestro de ceremonias. El hombre desde luego, es guapo, ahora carismático y simpático, fluido y ocurrente, habrá que verlo. Yo como no lo se, de momento, no lo voy a juzgar. De momento…

miércoles, 18 de febrero de 2009

El cine: arte-esponja



Las pasadas Navidades mi novia tuvo la insensatez de regalarme una Palystation 3. Bueno..., en realidad fui yo el que la estuvo pidiendo durante meses. En realidad no quería exactamente una Playstation, me daba igual que fuera una X-BOX, pero tenía mucha curiosidad por meter la cabeza en el mundillo de los actuales videojuegos. Mis relaciones con los videojuegos se reducen a dos momentos de mi vida. Una en la que pasé una temporada enganchado a la Sega Master System II cuando rondaba los 10 años y otra ya, con unos 16 ó 17 años, en la que me pasé unas horillas delante del ordenador jugando al popular "Quake II". Pero ahora, más de diez años después de la última vez que jugué a un videojuego, habiendo oído y leído tanto sobre la influencia cada vez mayor del videojuego en el cine, tenía mucho interés por comprobar en realidad, por donde iban los tiros. Y bueno si, también, lo admito, me gusta jugar a los videojuegos, con reservas, pero me gusta, si.
Lo primero que me ha llamado la atención es que, visto lo visto, no se trata tanto de que las consolas estén infectando a las películas, es al contrario, las películas están afectando el diseño, las tramas y la acción en los videojuegos. El objetivo parece obvio, crear la ilusión de que el jugador controlar al héroe de una película. Para esto, se utilizan muchos de los recursos del cine. Por ejemplo, cuando un personaje llega a una gran ciudad (y me estoy refiriendo en concreto a un juego, el “Assassin´s Creed” –en la imagen-, al parecer el último grito en diseño y juegos de aventura), el juego se detiene unos segundos y filma en grúa el núcleo urbano o en los momentos acción en los que la cámara cambia su ubicación (por corte o a través de un movimiento) y la representa, al menos, desde dos puntos de vista.
Pero tal vez, lo más sorprendente sea el propio ritmo de algunos juegos. El personaje avanza por parajes alcanzando objetivos a través de los cuales, no siempre hay que hacer grandes cosas, solo atravesar largos caminos, en cuyo momento, suena una banda sonora que acompaña en tono épico al personaje que por cierto, va a caballo. Porque esa es otra, las Bandas Sonoras son cada vez más logradas hasta el punto de que existen videojuegos que han requerido del ingenio de reputados compositores como fue el caso de "Lair" cuya BSO la compuso John Debney. También se suele dar, y mucho, el caso contrario. Se considera que un curtido compositor de videojuegos es un excelente candidato para ponerle música a una película, y así sucedió con el caso de Michael Giacchino, autor de más de decenas de BSO de videojuegos, después responsable de las BSO de las series "Alias" y "Perdidos" y actualmente compositor de las BSO de "los increíbles", "Ratatouille", "Mission: Impossible III", "Speed Racer", el nuevo capítulo de "Star Trek" y la inminente "Up", la última ocurrencia de Pixar. Como digo, trasvases de cerebros, algo que también sucede entre guionistas, diseñadores, productores y no me extraña porque según parece, la industria del videojuego mueve más dinero que la del cine y la música juntas. Ahí es nada...
Y lo cierto es que no me extraña. El cine siempre ha sido un medio esponja. Nació absorbiendo los conocimientos del teatro (la escuela alemana de Max Reinhardt) y no tardó demasiado en percatarse de que en la pintura también había material del que nutrirse (la influencia de "La isla de los muertos" de Arnold Böklin en el diseño de "King Kong"). Ni que decir tiene la influencia que la literatura ha manifestado y sigue manifestando en el cine. La arquitectura también se dejó sentir y mucho en determinadas épocas del cinematógrafo (los diseños de "Intolerancia" de Griffith, la influencia cubista en "Satanás" de Edgar G. Ulmer), prácticamente nada ha escapado a la atenta mirada del cine, que nació y es un arte esponja.
Como suele suceder, las sacrosantas influencias del cine venidas del teatro, la pintura, la arquitectura o la literatura, suelen ser vistas con muy buenos ojos, algo que no ocurre cuando hablamos de la cada vez más visible influencia que los videojuegos o el cómic tienen en el cine. El problema deriva obviamente en que a día de hoy, la consideración cultural, tanto de cómic como la del videojuego no goza de un particular prestigio. El cómic parece que ha ganado cierto terreno en este sentido. Ya se habla de novelas gráficas en vez de tebeos y los expertos aseguran que hay matices de forma y contenido para calificar a un cómic de una forma en vez de otra. Pero el videojuego es todavía demasiado joven. Además, también es cierto que las películas que han tomado como inspiración directa los videojuegos tampoco han destacado como grandes películas precisamente.
En cualquier caso, pienso que no debemos reprobar aquellas influencias más recientes como un modo de infectar al cine, un medio que al fin y al cabo ha bebido de todo lo que le ha rodeado. Es cierto que no es lo mismo dejarse influenciar por un cuadro de Böcklin que por un juego de la Playsation, pero creo que esto es, de momento. El avance incesante de la industria del videojuego, su cada vez más cuidados argumentos, recreaciones y aspecto visual (y no me refiero sólo a la creación de gráficos de asombroso parecido con la realidad, sino a su planificación y a su intrínseca narrativa audiovisual) harán que más pronto que tarde, el videojuego empiece a ser considerado como una fuente de influencia más que digan (y no voy a hablar de considerarlo arte para no ofender a nadie).
De todos modos, de momento creo, que el cine le lleva la delantera al videojuego. Un videojuego es más realista, aplaudido y apasionante si tiene una estética cinematográfica, es decir, si genera la sensación de que estamos en una película. Y todavía voy más allá, no creo que los videojuegos sean los responsables de esos guiones construidos en torno a situaciones que se van complicando conforme pasa el metraje, asemejándose según algunos, a los distintos niveles que componen las pantallas de todo videojuego porque si no me equivoco (y no me estoy equivocando), fue Cecil B. De Mille quien dijo eso de una película debe comenzar con un terremoto y a partir de ahí, ir aumentando de intensidad.

martes, 17 de febrero de 2009

Ang Lee


El otro día vi "Brokeback Montain". Si, aunque parezca mentira no la había visto en su día y es que, tengo un problema con Ang Lee. No me gustan sus películas, lo cual me traído no pocas y acaloradas discusiones sobre su cine y las que me gustan, dicen sus admiradores, son las más flojas. Hombre, a ver, a mi me gustó mucho "El banquete de boda", me pareció uno de esos films rodados y escritos con tanta sencillez y desnudez que Lee puso de manifiesto que cine barato y honesto con pocos personajes y mucho sentido común se puede hacer también fuera de Estados Unidos.
El primer toque de atención con respeto a Lee lo tuve con "Sentido y sensibilidad". Jamás he abandonado una sala de proyecciones en mitad de una película, nunca, con una única excepción, "Sentido y sensibilidad". Me aburrió tanto, que no sabía a que parte de la pantalla mirar. Admito que quizá fue uno de esos días que uno no estaba para exquisiteces y "Sentido y sensibilidad" me pilló con el pie cambiado. Se que quizá, debería darle una segunda oportunidad, pero es que Ang Lee es un hombre que me interesa lo justo de modo que no creo que mi apreciación sobre este film escrito por Emma Thompson vaya a suponer un cambio radical en mi forma de ver y entender el cine en general y la obra de Lee en particular.
"La tormenta de hielo" si que me gustó, aunque empezó a definir mi posición frente a Lee. Se nota que el director taiwanés tiene inquietudes y se siente atraído por los temas complejos y repletos de enriquecedores matices, pero no me gusta nada como filma. Por como pone la cámara Lee y por como monta, sería complicado situar una película con un director como Ang Lee. Es decir, Ang Lee es un hombre visualmente impersonal, plano y sin nada que aportar. Sus temas si, muy interesantes, pero su aparato formal y narrativo, nada de nada. Da igual quien filme sus películas porque visualmente no hay nada que las distinga.
De hecho, estoy convencido de que fue debido a esta impersonal plasmación visual y a su absoluta convencionalidad a la hora de filmar una película, las razones por las que Ang Lee fue elegido para dirigir "Hulk", otra obra supuestamente menor de Lee que a mi, también me gusta. Nunca he entendido las pegas que los fans y el público en general le han puesto a esta película que la tachan de demasiado sesuda (¿?), cuando lo único que me parece es que se trata de una película con los personajes mejor trabajados que en un film de superhéroes medio pero de igual modo, absolutamente espectacular y trepidante. Una vez más, marca de fábrica de la casa Lee, insulsez visual (la película está muy bien montada, idea de Lee, bien hecho, pero más allá de su vistoso montaje, ni rastro de una personalidad tras la cámara) y una mayor madurez dramática.
Yo, "Brokeback Montain" la situaría en este paquete de películas visualmente asépticas, sin un ápice de personalidad, pero con un contenido dramático complejo y en este caso concreto, muy arriesgado. Ang Lee demostró además que es un buen director de actores y mantuvo a flote una película que podría haber naufragado en cualquier momento si no llega a ser por un buen guión, unos buenos actores y un buen director que lo coordine todo claro está, pero a un nivel visual.... ¿Qué más da, en este sentido, que "Brokeback Montain" la hubiera filmado cualquier otro cineasta maduro de Hollywood pero sin chicha visual?
Pero en realidad, la película con la que terminé, o empecé a odiar a Ang Lee fue con "Tigre y dragón". Y esto fue así, por varias razones (está si que la he visto al menos dos veces). Primera; que la película se vendiera como un film chino cuando en realidad era un producto filmado por un taiwanés (seguro que para nosotros un taiwanés nos suene igual que un chino o un japonés, pero estoy seguro de que deben de haber abismos de diferencia) entre cuyas productoras estaban involucradas, además de varias chinas, si es verdad, Sony Pictures y Columbia Pictures. Entre sus muchas distribuidoras, además de Columbia y Sony estaba Warnes Bros. De las cuatro empresas dedicadas a elaborar los efectos especiales del film, una era Blue Sky Studios, algo así como la Pixar de Fox y principales responsables de la serie "La edad de hielo", y la empresa norteamericana CFC/MVFX, responsable de los efectos de entre otras "American Beauty", "Entre el amor y el juego", "El dilema" o "El regreso de la momia". De modo que si, todo muy asiático, si…
En segundo lugar, porque ya no sólo por sus responsables, sino por sus formas visuales, "Tigre y dragón" tenía mucho más que ver con el cine de David Lean que con cualquier tradición cinematográfica china más allá de sus vistosos decorados y trajes y vestidos. Cuando Zhang Yimou fimó "Hero" si que había herencia china, pero cuando Lee filmó "Tigre y dragón" sólo había un reflejo de las enseñanzas del cine clásico y épico de Hollywood. Grandes planos generales, ampulosas, grúas, planos contra planos... De nuevo, profunda impersonalidad.
De este modo y en mi opinión, Ang Lee se encuentra instalado en esa complicada línea entre lo personal (en conceptos) y lo anodino (en formas), muy lejos, a mi modo de ver, de cineastas como el propio Yimou o pongamos por caso, Won Kar Wai, dicho sea de paso, mucho más distantes de Hollywood tal vez porque la fábrica de los sueños de occidente, no está lista para las propuestas formales y dramáticas de un Yimou o un Kar Wai. Pero Ang Lee si. ¿Por qué será?

lunes, 16 de febrero de 2009

Alexandre Aja


Saltó a la fama internacional con su segundo largometraje, "Alta tensión" (de su primer trabajo "Furia", parece que nadie quiere acordarse entre otras razones tal vez, porque es complicado localizar esta película). Fue de hecho, en el festival de Sitges donde se encumbró a Alexandre Aja con este film violento y, admitámoslo, tramposo. "Alta tensión" cuenta la desesperada huida de Marie (Cécile De France) de las despiadada hacha de un psicópata asesinó que sin razón aparente la emprende a hachazos con la amiga de Marie, Alexia (Maïween Le Besco) y toda su familia. Por tanto, "Alta tensión" no puede tener un planteamiento más sencillo; huída de un tipo con un hacha. Simple, ¿no?
Si pero, hay dos cuestiones fundamentales que diferencia "Alta tensión" de cualquier otra película del estilo. La primera, a mi modo de ver, la más valiosa, es el pulso narrativo de Aja, con un ritmo cuidado, preciso y muy bien medido que marca a golpe de sangre los diferentes pasajes del film. "Alta tensión" es en su conjunto una impecable set peace construida en torno a una serie de grandes momentos en los que Aja descarga toda su artillería en torno a una ejemplar planificación, un milimétrico montaje de las escenas y un regusto por la sangre sensiblemente por encima de la media. Bien hecho.
La segunda cuestión que diferencia "Alta tensión" del resto de psycho-killers es su final. Twist dramático donde los haya, estoy convencido de que ningún productor daba un duro por el guión de Alexandre Aja hasta que llegó a sus páginas finales. Una vuelta de tuerca, a mi parecer, poco honesta, dado que el joven cineasta francés construye toda una trama en torno a una trampa, que no sólo nos desvela hasta el final, sino que tampoco sugiere hasta el punto, de plantear argucias dramáticas de dudosa justificación, una vez descubrimos el final de la cuestión. Yo no negaré que el film resulta en cualquier caso sumamente entretenido e interesante pero esto no quita, creo yo, su dudosa artimaña final.
Lanzado pues a la estratosfera de los nuevos cineastas del cine de terror, Aja es requerido por Hollywood para filmar, en principio, un proyecto dudosamente apasionante, un remake de un film bastante mediocre de Wes Crave, "Las colinas tienen ojos". Recuerdo que en su día, leí un artículo del crítico de cine Antonio José Navarro en donde se afirmaba que la versión de "Las colinas tienen ojos" de Aja era una afinada crítica y una asumida demolición de los valores familiares norteamericanos. Yo, como muchos otros lectores del artículo (surgieron algunos comentarios en Internet ciertamente hostiles contra el texto de Navarro), consideré que el estimado crítico había visto más allá de lo supuestamente planteado por Aja pero tengo que admitir que una vez vi el film, tuve que darle toda la razón a Navarro (ese plano de un mutante muerto con la bandera americana en la cabeza en una zona residencial típicamente americana aunque vaciada de significado, de vida no tiene desperdicio...).
"Las colinas tienen ojos" según Aja demostró además que el director de "Alta tensión" tiene una especial capacidad para la acción física, para representar el sufrimiento humano y para plantear y desarrollar momentos de suspense. Muy bien filmada, bien planteada y mejor resuelta, la película de Aja, como ocurría con "Alta tensión", no se deja intimidar por su, a priori, desigual planteamiento dramático (una familia americana que se queda tirada con su roulotte en mitad del desierto) y se revela como un ejemplar ejercicio de puesta en escena, ritmo, violencia y fuerza narrativa.
Ya consagrado, alguien le ofrece a Alexandre Aja "Reflejos", otro remake, está vez de un film japonés, sobre los espejos y sus ricas sugerencias y supersticiones. Nada que temer, en principio, Ajá ya había demostrado tener muy buena mano con el horror y lo que es más, dignificar una práctica tan peliaguda como los remakes. Sin embargo, podemos decir con un escaso margen de duda que "Reflejos" es la película más floja de Aja. Y esto, creo yo, por varias razones pero fundamentalmente porque el largometraje interpretado por un recuperado Kiefer Sutherland (gracias a dios debe de estar dándole Sutherland a "24" todos los días...) traiciona todo aquello que había hecho destacar a Aja. Me refiero en concreto a la acción física, a la violencia de la carne y al sufrimiento humano. Hay indicios eso si (el tipo degollándose el cuello el mismo al principio o la chica que se abre la mandíbula con sus propias manos) pero no cobran -porque tampoco lo buscan- la importancia que habitualmente hubieran ocupado escenas así en un film de Aja.
Además, mientras Aja había hecho suyas tramas-tipo como las de "Alta tensión" o "Las colinas tienen ojos" con "Reflejos" el director galo sigue las reglas no escritas sobre este tipo de películas sin variarlas un ápice, es decir, "sucesos extraños, investigación, puesta en peligro de la vida de la familia del protagonista" y todo culminado con sus respectivas explosiones y derrumbamientos. El film tiene no obstante sus hallazgos si, sus apuntes, pero nada particularmente significativo. ¿El final? Si, tiene su punto, y la banda sonora de Javier Navarrete todavía más, con esa variación del tema "Asturias" de Isaac Albeniz como leit motiv del film.
Lo que a mi modo de ver demostró "Reflejos", es la capacidad fílmica de Aja para desarrollar un horror físico en entornos hostiles (a cielo abierto o en espacios alejados) en contra de sus capacidades para situar sus historias en pleno corazón de Nueva York. Es como si las capacidades de Aja pidieran a gritos un espacio alejado de la civilización para así dar rienda suelta a sus maliciosas ocurrencias. Es como si los golpes de alta tensión organizados por Aja no tuviera cabida en un lugar como la Gran Manzana, demasiado populoso, demasiado civilizado. Aja pide algo diferente, un espacio abierto, una roulotte, una casa en el campo, una camioneta, elementos sencillos con poca ornamentación y mucha furia narrativa.
Ahora Alexandre Aja anda metido en otro remake. "Piraña 3-D". El hecho de que se trate de un film pensado para ser proyectado en salas de tres dimensiones no tendría por qué alarmarnos, de entrada. Además, "Piraña" (simpático film de Joe Dante) si que parece contener esos entornos donde aja tan buenos resultados ha dado, el espacio abierto, la naturaleza y mucha sangre...

viernes, 13 de febrero de 2009

Viernes 13


No había caído yo en que hoy es viernes 13, lo cual me consuela, eso me dice que no soy supersticioso. Como es bien sabido, tan fatídica fecha originó una lucrativa saga del cine de terror por gentileza de Sean S. Cunningham, director y productor de la popular "Viernes 13". Sobre esta película, ya lo dejo bien claro el villano enmascarado de "Scream", existe el mito de que el film contabas las andanzas de un asesino con máscara de hockey llamado Jason Voorhees, cuando en realidad, la que iba degollando adolescentes por el campamento era la madre de éste, la apacible señora Voorhees que al parecer, iba matando jóvenes, casualmente con la testosterona por las nubes como venganza a la muerte de su hijo en ese mismo campamento.
"Viernes 13" tenía su gracia, justita, pero ahí estaba. El film era una consecuencia nada disimulada del éxito de John Carpenter y mejor película de aquí a Lima "La noche de Halloween" y como esta, su proliferación de secuelas sigue siendo actualmente una de las más inexplicablemente longevas de la historia del cine. "Viernes 13" ha tenido hasta la fecha diez secuelas, que se dicen pronto con títulos ciertamente divertidos. Fíjese cómo, conforme avanza el número de secuelas los títulos se iban haciendo más y más disparatados: a "Viernes 13" le siguieron, "Viernes 13. Parte 2", "Viernes 13. Parte III" (fíjese en el salto a números romanos...), "Viernes 13. El capitulo final" (ya, ya...), "Jason vive. Viernes 13 parte VI", "Viernes 13. Parte VII. La película", "Viernes 13. Parte VIII. Jason visita Manhattan" (¡!), "Viernes 13. Parte IX. Jason vuelve...para siempre" (¡¡!!), "Jason va al infierno" y "Jason X" esta última absolutamente disparatada con el invencible enemigo rebanando cabezas en una estación espacial en Marte... (¡¡¡!!!). Por si los títulos fueran poco pintorescos, uno puede tropezarse con estas películas con otros títulos de modo que seguirle la pista al asunto no es tarea fácil. Por si fuera poco, Jason ha aparecido en una de esas hilarantes propuestas de cócteles de monstruos en "Freddie Vs. Jason", tal disparate que al final, o le reías las gracias o te rasgabas las vestiduras.
Yo, tengo que admitir que he visto unas cuantas aunque francamente, hace tiempo que perdí el interés por situar determinadas escenas clones en esta o aquella secuela. El ya de por si frágil interés de “Viernes 13” se evaporó en “Viernes 13. Parte 2”, se hizo trizas en la tercera parte y a partir de aquí, honestamente, no recuerdo casi nada, sólo asesinatos sanguinolentos. Las más frescas que tengo en la memoria son “Jason X”, que al menos, no aburría y “Freddie Vs. Jason”, como he dicho, disparatada.
La saga de “Viernes 12”, como las secuelas de “Halloween”, popularizaron el mito de que eran producciones en el fondo del todo, moralizantes, que empapaban en sangre a todos aquellos jóvenes ligeros de cascos como castigo a su lasciva actitud. Aún suponiendo que en la cabeza de Cunningahm existieran esas intenciones, cualquier atisbo de intención por hacer llegar un mensaje se volatilizó pronto y claro está, en las últimas entregas no hay ni rastro de esto y tan solo un empeño por explotar al personaje que por lo visto, por el simple hecho de aparecen en pantalla, genera ingresos.
Hasta "Viernes 13. Parte VI", Jason Voorhes (siempre con la careta puesta y en su defecto, con el rostro desfigurado) fue interpretado por actores de tercera con poca o ninguna carrera cinematográfica. La cosa cambió con "Viernes 13. Parte VII", cuando el mítico asesinó fue interpretado por Kane Hooder, un reputado especialista muy habitual en la serie B americana. Hooder le puso cuerpo (que no cara ) a Jason en tres ocasiones consecutivas, hasta la llegada de Ken Kirzinger en "Jason X", otro especialista este si, muy solicitado en las grandes superproducciones de Hollywood.
Lo cierto es que a título personal, a un servidor nunca le ha interesado la serie de Jason, lo que no quita que me haya resultado sumamente curiosa la inagotable proliferación de secuelas. Pero cuando llevaron a Jason a Marte, lo siento, pero eso tenía que verlo y en efecto, el asunto tiene su gracia. ¿Terror?, ninguno, gracia, si uno se la sabe encontrar, si. “Freddy Vs. Jason” también me produjo mucha curiosidad, no me lo podía creer pero si, allí estaban los dos peleándose entre si, tampoco sin una pizca de terror y sin con mucho cachondeo. En cualquier caso, yo la verdad, me quedo con “Jason X”, que ya es decir…
El caso es que mientras Hollywood ya ha lanzado su particular remake bajo la bendición de Michael Bay ("La roca) y la dirección de Marcus Nispel (director de otro remake, "La matanza de Texas"), Sean S. Cunningham sigue estrujándose la cabeza para exprimir, aunque sea un poco más el filón de Jason. Probablemente, consciente de que el film de Nispel pondrá de nuevo de actualidad a la criatura, Cunningham ya se encuentra preparando el rodaje de "Black Friday 3D"... Desconozco si el invento es una nueva y retorcida vuelta de tuerca al asunto Jason en plan 3D o si es que Cunningham directamente, ha perdido la cabeza en cualquier caso, culpa de Cunningham no es, que hace una película como esta y la vende, se la compran, y la ven. En todo caso preparaos para volver a tener a Jason en las pantallas de todo el mundo y lo que es peor (o curioso en todo caso), amasando millones de euros y de dólares. Otro día, hablaremos de este revival de los 80...

Jumper


No había visto yo "Jumper" de Doug Lima, director de "El caso Bourne" y "Sr. y Sra. Smith" lo que a ojos de un servidor, no venía a decir nada particularmente significativo, ni bueno, ni malo, simplemente intrascendente. Pues bien, digámoslo desde el principio, qué película más mala... Y ya no porque Hayden Christensen sea más o menos insípido o porque no nos creamos la historia, es que la película es aburrida ante una alarmante acumulación de tópicos impensables, creía yo, a día de hoy. De hecho, tal es así, que yo no me explico como un productor puede ver un guión como el de "Jumper", dar luz verde al proyecto y quedarse tan pancho... ¡no lo comprendo!
El tema es el siguiente. Christensen es un "jumper", ¿que qué es eso?. Pues un tipo que n o sabemos por qué ni para qué, tiene la capacidad de teletransportarse. Ya está. Y luego están otros (no recuerdo su nombre), cuya misión vital es por lo visto, cargarse a los Jumpers que uno deja caer, llevan por el mundo desde la Edad Media. Y ya está. Juego del gato y el ratón en escenas sin chicha alguna y con muy poca gracia y poco más.
Samuel L. Jackson empieza a ser una presencia bastante incómoda en cierto tipo de largometrajes en donde siempre interpreta el mismo papel, Jessica Beil es muy mona ella pero que poca gracia tiene en esta película, David S. Goyer (Goyer tenía que ser...), guionista del asunto no imprimió a la historia ningún ritmo, la plagó de escenas insustanciales, de personajes planos y transparentes como el papel de final y encima, sus escenas de acción y efectos, no tienen nada particularmente llamativo más allá de ver a dos personajes como se pelean dando saltos entre Egipto, Tokio, Nueva York, Dubai o Irak..., vamos, poca cosa pasado el efecto inicial.
Total, un chiste muy caro, no ya sin garra, sin gracia ninguna, sin ningún tipo de poso hasta el punto de que, nada más empezar, uno puede presumir poco los desiguales niveles de calidad del film (no se, esas cosas se ven...), una impresión que no se evaporará hasta su final, por cierto, abierto no, despatarrado, de modo que todos listos para un "Jumper 2" que yo, no pienso ver, salvo aburrido sábado por la noche en casa sin nada mejor que hacer y sin el mando a distancia a mano por lo que me vea obligado a ver, en un día muy, muy lejano, un hipotético "Jumper 2".

Sólo una cosa buena a destacar de "Jumper". Su banda sonora de John Powell, sobre todo, su tema principal con ese delicioso piano que confirma varias cosas, que Powell es un monstruo y que malas películas y buenas bandas sonoras no están, ni nunca han estado reñidas. ¡

jueves, 12 de febrero de 2009

Master of Horror. Temporada II. Rob Smichdt



Una de las particularidades menos celebradas de "Master of Horror" es la de incluir en la serie a directores primerizos, con una o dos películas en su haber, que tienen el honor de ser llamados a engrosar la lista de "Master of Horror". Este es el caso sin duda de Rob Schmidt, director, en el mejor de los casos, aplicado, tras su único trabajo dentro de los parámetros del terror, "Km. 666". Uno siempre puede pensar que una película es fruto de demasiadas presiones y que en una serie de televisión, un presumiblemente prometedor cineasta como Rob Schmidt se puede sentir más suelto y ofrecer su verdadera facultad creativa. Bien, pues no.
"Derecho a morir" tiene como de costumbre, un punto de partida prometedor. Los Addison son un matrimonio con algún problemilla que el anuncio de un inminente hijo no viene a arreglar del todo. En cualquier caso poco viene a importar, porque tras el anuncio del embarazo los Addison tienen un accidente de tráfico y Abbey, la esposa, queda inconsciente con quemaduras de tercer grado en el cien por cien de su cuerpo. Un monstruo que además, sin piel, los dientes como los de una calavera y los ojos demonizados, miran ávidos de un lado a otro de la habituación aunque los médicos aseguren que Abbey no percibe nada.
Pronto descubrimos como el marido, Cliff, mantenía una relación sentimental con otra persona y también como Abbey, no terminó abrasada única y exclusivamente por su mala suerte en el accidente... El asunto empieza a ponerse verdaderamente truculento cuando el cuerpo ensangrentado de Abbey aparece arrastrándose y amenazando a Cliff y hasta aterrorizando a los que le rodean e incluso, acabando con alguna que otra vida.
Idea con posibilidades creo yo, pero en nada aprovechada. Las apariciones de Abbey pierden fuerza nada más hacer acto de presencia, el sentimiento de culpa que rodea a Cliff y que se supone, impregna de fuerza la narración, resulta demasiado confuso o mejor, demasiado esparcido, carente de consistencia, de empaque.
Al final, "Derecho a morir" se queda como un batiburrillo más o menos curioso, en donde nada destaca ni para bien ni para mal y que, entiendo es lo que se le debió pedir a una serie de televisión. Decepcionante.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Tropic Thunder


No había visto yo "Tropic Thunder", la última y descacharrada ocurrencia de ese enfant terrible de la comedia americana que es Ben Stiller. Escrita, dirigida y protagonizada por el propio Stiller, vamos, un film de autor, "Tropic Thunder" parte como una parodia del cine dentro del cine en la que se aprovecha para decir algunas verdades sobre la industria y de paso amasar unos cuantos millones de dólares. El film, arrasó en taquilla lo que en cierto modo, era de esperar, pero lo que más me sorprendió del asunto fueron sus críticas entusiastas que encumbraban al film como el último grito de la nueva comedia americana, algo así como un ajuste de cuentas entre esos largometrajes de humor políticamente incorrectos y la crítica que con "Tropic Thunder", parecieron reconciliarse. Con sumo interés me enfrenté al visionado del film de Stiller, acompañado de Robert Downey Jr. y Jack Black y bueno..., el asunto sin estar mal del todo, tampoco me pareció el último y honorable grito de la nueva comedia americana de principios de siglo.
En primer lugar porque el film, descarga su presunta crítica hacia el cine y sus estrellas en momentos contados sin exprimir el jugo que semejante propuesta le brindaba a Stiller. Es cierto que el personaje de Black se tira toda la película suplicando y persiguiendo un gramo de droga del tipo que sea emulando a una estrella bastante similar en la vida real al propio compañero de reparto Robert Downey Jr., pero es la única gracia (excesiva por otro lado, debido a los excesos de Black y seguramente a las indicaciones del director) que se deja sentir como ácida reflexión sobre los entresijos del cine. Porque lo cierto es que "Tropic Thunder" funciona a las mil maravillas hasta uno de sus momentos más hilarantes, cuando una mina antipersonas hace volar por los aires al supuesto director de la película que están rodando y después Stiller, coge su cabeza y hasta saborea su sangre convencido de que se trata de una cabeza falsa...
Pero lo cierto es que después, "Tropic Thunder" se convierte en una comedia de acción bélica, más o menos al uso. Con Stiller estirando más allá de los aconsejable su papel de retrasado que interpretó en otra película a la que se hace mención (“Jack el simple”), con Black adorando una montaña de coca que finalmente, como era de esperar, no esnifa, y con Downey Jr. pasando bastante desapercibido porque el impacto inicial de ver al actor maquillado como un negro ya ha perdido su efecto. La película todavía conserva alguna gracia adicional y bien es verdad que esa imagen de Stiller corriendo con un niño agarrado a su espalda como una garrapata y posteriormente, siendo lanzado al río no tiene precio.
Pero lo más curioso de "Tropic Thunder" es que en suma, se trata de un largometraje que pretende diseccionar el engranaje del cine espectáculo erigido sobre las estrellas de cine, explotando precisamente eso, el espectáculo y un elenco de estrellas en donde no falta casi nadie (a Stiller, Black y Downey habría que añadir la insólita y divertida presencia de un Tom Cruise casi irreconocible, Nick Nolte, Matthew McConaughey y las apariciones estelares de Jon Voight, Jennifer Love Hewitt, Toby Maguire, Alicia Silverstone o Kevin Pollack entre otros). Es la eterna historia de Hollywood, no sabe criticarse sin abusar de eso que critican, y eso es "Tropic Thunder".
Pese a todo que nadie se altere. La película de Stiller se ve sin grandes esfuerzos, es divertida y no provoca urticaria. Pero tal vez, sea mejor contemplarla como una comedia al uso más o menos atinada que como la última obra maestra de la comedia americana, que es, casi, casi, lo que se ha venido diciendo en algunos sectores. De este modo, es casi seguro que "Tropic Thunder" guste a todo el mundo, y entonces si, sorprenda a más de uno.

martes, 10 de febrero de 2009

Los extraños


No había visto yo "Los extraños" de Bryan Bertino. Era una película que me había llamado poderosamente la atención en sus trailers, en los que había ausencia de sanguinolentos efectismos y si una extraña inquietud que me perturbó poderosamente desde el primer instante. Ya se sabe que los trailers están para eso, pero creía creer que en "Los extraños" había algo distinto. Y no me equivoqué.
Se trata de la ópera primera de Bryan Bertino, un joven texano de 31 años que ha demostrado con "Los extraños" ser un director y guionista a tener muy en cuenta. El punto de partida del film no puede ser más reconocible para el espectador, un matrimonio en su casa de campo que se ve acosado por tres extrañas figuras enmascaradas. La principal virtud de un film como "Los extraños" reside en como Bertino plantea y desarrolla visualmente la cuestión. Estamos acostumbrados a ver como un a chica huye de un hombre enmascarado, generalmente, utensilio punzante en mano, en unos 10 ó 15 planos, es decir, 6 ó 7 para la víctima que huye y otros 6 ó 7 para el asesino, como la persigue. Por esto, cuando en "Los extraños" vemos como en un segundo plano, borroso, de entre las sombras, de una forma nada teatral, surge un hombre con una extraña careta que no parece ser más que un saco (en la imagen), y Bertino, no lo subraya, es decir, no le dedica un plano al hombre enmascarado sino que aprovecha el plano inicial y lo aguanta, explota las posibilidades del encuadre, de la profundidad de campo y de la puesta en escena, la terrible sensación de pavor se multiplica por diez.
Hacía tiempo, mucho tiempo, que no se veía en el cine norteamericano moderno un momento como este. Quizá Shyamalan sea el único que se haya arriesgado a mantener un plano más allá de lo comercialmente tolerable para Hollywood y eso, ha hecho Bertino. Yo, creía, que estaba ante una obra maestra absoluta. ¡Ha vuelto a ocurrir! pensé. Pero aquí si, me equivoqué. El problema de "Los extraños" es el mismo que una de sus virtudes, su punto de partida es uno de esos planteamientos difíciles de aguantar durante hora y media precisamente porque se trata de un escenario demasiado visitado por el género. "Los extraños" hubiera resultado un cortometraje, o mejor, un mediometraje magistral, pero las necesidades de producción y distribución lo impedían.
Ojo, no estoy diciendo que "Los extraños" no soporte el metraje y caiga en la mediocridad y en lo manido, no. Digo, que dado el intrigante arranque de la cinta, "Los extraños" resulta sensiblemente inferior en su tramo central aunque siempre, se mantenga en un estadio por encima de la media. Por fortuna, la película de Bertino todavía nos ofrece una prima final. Y no en forma de inesperado giro dramático, sino en forma de insoportable crueldad. Bertino, adultera la luz del día, históricamente refugio de los héroes y heroínas que durante toda la noche han esquivado a zombis, demonios y asesinos y en "Los extraños", es precisamente, una vez ha amanecido, cuando la tragedia de la muerte se hace patente. El film está basado en un hecho real y de hecho la película arranca dando bastantes pistas de lo que efectivamente va a ocurrir al final de la película...
Cuando Kristen (Liv Tyler) suplica por su vida amordazada y pregunta ¿por qué a nosotros?, una turbadora voz, humana, pero turbadora, femenina, responde, porque estabais en casa. Así de sencillo y de cruel. Los tres asesinos matan a Kristen y a James en una escena terrible. Sin efectismos, con frialdad. Un plano de un rostro retorciéndose de dolor y gritando, y un escorzo de uno asesinos que se intercambian el cuchillo y los que nunca se le van la cara, aún cuando se quiten las máscaras (buen detalle, así Bertino incide en esa idea de un mal prácticamente en estado puro, sin caer en parafernalias demasiado carnavalescas al despojarlos de sus rostros humanos). Y todo, a plena luz del día, todavía más cruel, pero también acertado para un film de terror y sobre todo, arriesgado, al abandonar uno de los escenarios tipificados del horror (la noche y las casas) para rodar en una casa si, pero con la puerta abierte (detalle de suprema maldad) y con una resplandeciente luz fuera.
"Los extraños" podría haber sido una descomunal obra maestra del género, una valiosa joya del horror en tiempos de desorientación genérica. La película de Bertino, podría además, poder abierto una tendencia, una escuela, la de las películas que se preocupan más de que un hijo de puta se cuele en tu casa y te mate a ti y a los tuyos, que de un monstruo. Son los nuevos tiempos, los tiempos reales, los tiempos en los que uno ya no está seguro ni en su propia casa. Los tiempos que han ido más allá de lo previsto por el propio Baudrillard, porque al parecer, el mundo se había acostumbrado a que los muros de la realidad se hubieran desplomado, pero nadie parece soportar aún la desaparición de los muros que rodean nuestro hogar. Nuestra seguridad, en nuestro propio hogar. Eso no. Por esta razón "Los extraños" es un film que penetra en el meollo de un pavor demasiado generalizado, demasiado cercano, demasiado real. Y lo hace con un cineasta, Bertino, que filma con la cabeza puesta en el montaje, sin efectismos (en todo caso, el plano final, pero visto el resto del metraje, se lo dejamos pasar) y sin con una preocupación que insisto, no se veía desde Shyamalan, el suspense. Porque Bryan Bertino parece ser consciente de que eso que llamamos suspense no es algo que surja por generación espontánea en una película una vez integres determinados elementos (asesino, chica huyendo, sangre, cuchillos...). No, el suspense hay que construirlo, lleva su tiempo, en realidad no demasiado, pero un tiempo que hay que dedicarle. Un cresccendo, un poco a poco.
Insisto, "Los extraños" muy bien podría haber sido una formidable película. Desde luego, tiene un principio y un final que así lo atestiguan. En cualquier caso, su visionado es altamente recomendable especialmente para aquellos que no teman enfrentarse a un temor demasiado real y cercano, pero también para aquellos que aman el cine, que aún tienen esperanzas en el cine de los nuevos realizadores y muy especialmente para los enamorados del cine de horror. En todo caso, mucha atención sobre Bryan Bertino. Su próxima película, "Alone" está prevista para el 2009. Otro thiller de horror.

lunes, 9 de febrero de 2009

Master of Horror. Temporada II. Mick Garris


Tiene su gracia que el principal impulsor de la serie "Master of Horror", sea un director tan mediocre como Mick Garrris. El señor Garris, es el responsables de perlas de la historia del cine moderno como "Critters 2", "Psicosis IV. El comienzo" y "Sonámbulos", último largometraje estrenado en cine, dado que desde entonces, Mick Garris ha estado flirteando con mayor o menor intensidad con el medio televisivo, verdadero hogar de Garris. Hasta que a Garris no se le ocurrió la idea de "Master of Horror", el hombre malvivía entre los set de televisión sin que a nadie le preocupara demasiado y todo para cuando se hacía notar, dejarse en evidencia ante producciones tan malas como "El resplandor", como es sabido, interminable telefilm basado en la novela de Stephen King que el propio escritor produjo para resarcirse de la adaptación que en su día filmo Kubirck y que en nada gustó a King.
Pues bien, era lógico pensar que si Garris es el principal impulsor de "Master of Horror", el mismo se reservará algún episodio, aunque no sea ningún "Master" de nada... En esta segunda temporada Garris filmó el episodio "Valierie en las escaleras", un relato basado en una historia del escritor Clive Barker y vaya si se nota... De hecho, ante la insípida puesta en escena de Garris y la nula imaginación del director, lo único que cabe destacar de "Valerie en las escaleras" es la presencia de ese universo demoniaco semilla de nuestras peores pesadillas caracterizado por los submundos, los demonios, la tortura, la condenación y en suma, el horror...
El punto de partida es el siguiente, un joven escritor llegar a una especia de residencia de escritores frustrados (entre ellos, un recuperado Christopher Lloyd, ya saben, el científico de "Regreso al futuro" -en la imagen-), en donde se puede gozar de un alojamiento hasta conseguir que publiquen una obra. El asunto pronto toma tintes sobrenaturales, royo golpes, ruidos, fantasmas y apariciones de una joven en la escalera de la pensión. Como digo, el asunto es más interesante y prometedor sobre el papel que como es llevado a la pantalla por Garris, sin garra ni alma. Al parecer, el espíritu en cuestión tal vez no es tanto un espíritu, pero lo que si parece cierto es que es esclava de un terrible ser, un demonio. El joven escritor pronto meterá la cabeza en el asunto y descubrirá una especie de complot entre un grupo de escritores que al parecer, tienen el don de hacer realidad lo que escriben...
Insisto en que el producto es bastante mediocre y que el único interés que uno puede sacar del conjunto son las referencias de la obra de Barker y desde luego, su final. Inquietante, sorprendente y bastante desolador que hubiera dado pie a jugosas lecturas si no hubiera sido por una puesta en escena tan llana y aséptica como la de Mick Garris.

viernes, 6 de febrero de 2009

En busca del Goya perdido

Como bien sabrán, hace unos días un avispado crítico de cine, según él, en paro, robó un premio Goya entre los abrigos de una discoteca madrileña en la fiesta post-gala. Se ha hablado bastante del asunto pero yo aún no me había pronunciado porque en el fondo, creo que sigo sin tener una postura clara sobre el asunto. No quiero decir con esto que apruebe que alguien robe, lo que sea, sea un Goya, un Oscar o una piruleta, lo que me llama la atención ha sido su reivindicación y la técnica empleada para ejecutarla.
Porque vamos a ver una cosa. Que el cine español ostenta unos niveles alarmantes de mediocridad, eso lo sabemos todos. No hacía falta robar un Goya y jugarse una denuncia. Que la gala de los Goya es un teatrillo de amiguetes en la que ellos se lo cocinan y ellos se lo comen, también los sabemos todos. No hacía falta robar un Goya. Que los premios van a las películas, en ocasiones, menos apropiadas, también lo sabemos todos. Que un tugurio infecto de humo, alcohol y seguramente drogas, no es el lugar más adecuado por un Goya, también lo sabemos todos. Pero de ahí, a robar un Goya, caballero, me parece que hay un trecho. El hecho de que el señor critico y ocasional mangante, devolviera el premio a un periódico como "El Mundo", le ha dado además al asunto, un tono político, ideológico. ¡Cómo somos los españoles!, a la primera de cambio, le ponemos colores a las cosas.
Ahora bien, deshagámonos de ese sambenito tan extendido y publicitado (y yo soy el primero) de que todo, TODO, el cine que se hace en España es basura. Hombre, tampoco es eso. Está claro que hay una elite que tiene su corrillo y que además controla el cotarro. Me cuentan desde Madrid amigos que están estudiando o que han estudiado cine, que allí las subvenciones están dadas, que siempre se las llevan los mismos y que como no podía ser de otro modo, también las subvenciones tienen un color político. ¿Qué como me parece todo esto? Fatal, pero robando un Goya no vamos a solucionar nada señor crítico. ¿Llamar la atención sobre la cuestión? Permítame que lo discuta. Como he dicho antes, es de dominio público la situación cultural y política del cine español. No nos lo recuerde más, porque en el fondo, hace daño y nosotros, los espectadores, e incluso los críticos de cine, esta visto que no podemos hacer nada. Por más que el público no vaya al cine a ver una película española, los artistas nacionales nos quieren imponer sus películas por Ley. Por más que la crítica ponga a caer de un burro determinadas producciones españolas, no pasa nada, porque estas se repiten como rosquillas.
En el cine español, como en todos sitios, hay cosas muy buenas, buenas, regulares, malas, espantosas y ofensivas. Es cierto que lo malo parece que tiene más publicidad, que los españoles, somos muy dados a criticar lo nuestro, pero seamos honestos, hay de todo. Y para decir todo esto, para en el fondo, admitir lo bueno y lo malo que hay en el cine español, no hacía falta robar un Goya...

Misión cumplida




Pues ya lo he hecho, ¡y de qué manera! Ayer, a eso de las doce del mediodía me llaman y me dicen, ¿puedes dar tu clase de montaje hoy en vez de mañana como estaba previsto? Yo, trago saliva y como no se decir que no, pues digo que si. De modo que así me veis a mí tratando de hacerme con todo el material que había preparado y que ayer por la mañana tenía desperdigado por una serie de razones. ¿Solución? Un disco duro extraíble con varios vídeos y un pen-drive con otros tanto y el resto, Youtube. Es increíble en el portal de Internet está casi todo, escenas antológicas de cine clásico, moderno, de todo..., increíble.
Algún teórico francés, no se si fue André Bazin, dijo eso de el cine es el montaje y dado que una facultad de audiovisual, al menos en la mía, eso de historia del cine, se da pero no se da, disperso en varias asignaturas y en distintos años de la carrera (a mi no me quedó clara la cuestión hasta que no me leí por mi cuenta y riesgo una Historia del Cine), me pareció lo más lógico ofrecer una visión general de la historia del cine, una historia, que viene marcada por el montaje.
Me fui muy atrás la verdad. Empecé con los Lumiere, les puso desde "La llegada del tren a la estación de Paris" hasta "El gran robo al tren" de Edwin S. Porter. Cuando estaba en todo lo mío me di cuenta que en mi mente tenía un modelo, que sin darme cuenta, estaba emulando a una persona, a un antiguo profesor que tuve en la Universidad al que debo muchas cosas, a Marcelo (este es su interesantísimo blog), algunas expresiones, incluso algunos gestos... lo tenía grabado en la memoria después de años sin que me haya dado una clase. Con Marcelo, la verdad es que no es para menos...

Fue una experiencia maravillosa, me vi completamente suelto, y sobre todo, capaz. Tuve las salidas suficientes a todas las cuestiones que me plantearon y casi, casi, no me quedé en blanco casi nunca... (por lo visto parece inevtiable que en cinco horas uno, antes o después, se quede en blanco unos segundos...) Yo soy de los que le cuesta tirarse flores, pero la verdad, es que el asunto fue fluido y relajado. De Porter salté a los rusos, les puse la mítica escena de "El acorazado Potemkin" y le explique el conocido efecto Kulechov, en este punto concreto, les puse un vídeo bastante gamberro pero muy ilustrativo de lo en que consiste ese experimento. De Rusia regresé a Hollywood y expuse las líneas maestras del clasicismo americano con el clásico entre los clásicos, Howard Hawks. Me detuve en Hitchcock soltando algunas anécdotas bastante golosas, proyectando -no podía se de otro modo- la famosa escena de la ducha de "Psicosis" e incluso, poniendo una pequeña clase de montaje del propio Hitchcock que se puede encontrar en Youtube sin demasiado esfuerzo. Dando un pequeño salto me pase a las vanguardias, con la Nouvelle Vauge y un fragmento de "Alphaville" de Godard, para rápidamente regresar a Estados Unidos y rescatara a la denominada "generación de la televisión" (Frankenheimer, Penn, Kramer, Yates...), para ilustrar el momento, proyecté la que está considerada la mejor persecución de coches de la historia (¿?), "Bullit" de Yates. Y de ahí, volvimos a los orígenes clásicos con el "Nuevo Hollywood" con una formidable escena de "Tiburón".
Ya que estábamos metidos en la historia del cine/montaje, me pareció interesante meterme en camisa de once varas y penetrar en lo desconocido, más allá de donde he podido leer, simple y llanamente, porque está ocurriendo ahora, y hablé de lo que yo llamé "La generación Mtv". Llamé la atención sobre el hecho cierto y demostrado de que los actuales blockbuster hayan sido una creación de Lucas-Spielberg pero también subrayé el hecho de que al contrario que Lucas y Spielberg, esta nueva generación no viene capitaneada por una serie de directores convencidos de que son artistas (aunque al final se hayan convertido en los tiranos de Hollywood que ellos mismos evitaron a toda costa al principio de sus carreras), sino por un productor, Jerry Bruckheimer ("La roca", "Piratas del caribe", "SCI"...), lo que ya denota un sentido bastante más comercial incluso que antes. Recordé que un número importante de directores actuales llegan de la publicidad y que Bruckheimer, a partir de su éxitos, ha codificado el 80 por ciento del cine comercial que nos guste o no, está infectado a toda Europa. Como botón de muestra me pareció interesante proyectar una escena de "La roca". El film es de Michael Bay, el pupilo aventajado de Brukheimer, y además, la escena en cuestión era una persecución de coches por las calles de San Francisco, como en "Bullit". La comparación de ambas escenas, la de "Bullit" todavía fresca, me pareció interesante. Y así parece que fue.
Como guinda, y viendo que me sobraba algo de tiempo hablé de algo de lo que tampoco he leído demasiado aunque parece que siempre está implícito cuando se habla o se lee de cine y lenguaje cinematográfico, sobre lo que podríamos llamar el montaje sin corte. Es decir, la capacidad de algunos cineastas de organizar algunos planos de tal forma que el propio plano en si, ofrezca dentro de si, otros dos planos, gracias fundamentalmente, a un buen empleo de la profundidad de campo. Para la ocasión, puse un fragmento de "Marine la ladrona" impecable (en la imagen).
Casi cinco horas de haber empezado a hablar salí contento. Satisfecho. Acto seguido empezaron a llegarme a la cabeza cosas que podía haber dicho y no dije. ¡Mierda!, pensé. Incluso se me olvidó hablar del plano secuencia, pensaba ponerles o bien el principio de "Sed de mal" o incluso, el primer plano de "Snake Eyes" para demostrarles un poco que triples saltos mortales, todavía hoy día, se siguen haciendo, aunque sean con truco. Pero para entonces, empecé a darme cuenta de que había estado durante esas cinco horas en constante tensión. Mis músculos empezaron a relajarse y de pronto, sentí un cansancio arrebatador. Mi novia y nos amigos me esperaban en un bar. ¡Me tuve que tomar unas cañas! No tengo remedio. Al final, me acosté un poco tarde. Hoy a las 7, estaba en pie. A las 4 tengo que dar otra clase, ésta menos apasionante, sobre televisión. Tiene su punto también, he trabajado en el medio y lo conozco moderadamente bien. Pero no es cine...

jueves, 5 de febrero de 2009

"Suspense" de Jack Clayton


"Suspense" nos dejó a más de uno con la boca abierta. De pronto, de la nada, fuera de los espacios especializados en el horror, existía una formidable película de terror que jugaba con las sugerencias y los tópicos del miedo de una forma absolutamente brillante. Fue a través de "Suspense", como yo conocí la existencia de una genial novela, "Otra vuelta de tuerca", del no menos estimulante Henry James. En 1961, año de producción de "Suspense" el cine de terror andaba ya un poco titubeante. La Hammer comenzó a mostrar preocupantes síntomas de agotamiento y en Estados Unidos ya se estaba fraguando lo que pocos años después generaría propuestas tan osadas y rupturistas como "La noche de los muertos vivientes" (1968) o "La matanza de Texas" (1974). Pero antes de esto, como siempre, el genial Alfred Hitchcock había removido los cimientos del género con una novelucha de tres al cuarto que el orondo cineasta británico convirtió en una obra maestra, "Psicosis" (1960).
Pues bien, en este contexto, un relativamente joven (tenía 40 años y "Suspense" era su cuarta película) director británico, oriundo del movimiento Free Cinema (bajo ese sello Clayton filmó "Un lugar en la cumbre"), recogió una obra maestra de la literatura universal con sus raíces impregnadas del modelo clásico de las casas encantadas y la estimuló con una de las lecturas más apasionantes que jamás se hayan hecho de la obra de James. Clayton, que no era tonto, supo rodearse de algunos de los más prestigiosos profesionales, entre ellos, Truman Capote para que le escribiera una adaptación de la novela de James, el director de fotografía Freddie Francis y la actriz inglesa Deborah Kerr.
Rodada en riguroso blanco y negro (una opción lógica para la temática de horror clásico de la cinta pero también muy arriesgada para 1961) "Suspense" cuenta la, en principio, anodina historia de una institutriz, la señorita Giddens, que viaja a una mansión a hacerse cargo del cuidado de dos niños... No hace falta decir que pronto, en la mansión de marras, comienzan a pasar cosas raras, fundamentalmente, la presencia de una extraña figura de lo que parece ser un hombre, ruidos, golpes, en fin.., lo habitual en estos casos. El asunto, comienza a ponerse más truculento de lo habitual cuando comenzamos a percibir cierta conveniencia por parte de los pequeños con los extraños sucesos que se suceden en la casa, sobre todo, del niño, personaje sobre el cual recaerá buena parte de la... atención de la señorita Giddens.
Así las cosas, y dada la exquisita puesta en escena de Clayton, el guión a prueba de bomba y al formidable trabajo de fotografía en blanco y negro de Francis, "Suspense" consigue proponer una inquietante historia de amor bajo las figuras amenazantes de una típica Ghost House. "Suspense" además invita a un buen número de lecturas, casi tantas como la novela de Henry James o incluso más, porque en el film de Clayton, los matices visuales y sonoros incluso, logran tomar una entidad difícilmente equiparable a la de un libro, como ese piar de los pájaros al final de la película que sugiere, una tórrida historia de amor incestuoso.
"Suspense", aunque superior a películas como "Al final de la escalera", ha logrado hacerse poco a poco y sin hacer demasiado ruido, un significativo hueco entre los fans del terror y amantes del cine en general, hasta el punto de que directores tan populares como Alejandro Amenábar admitiera públicamente, que "Suspense" era una de sus película favoritas y una importante fuente de inspiración para su película "Los otros" (yo iría más allá y diría que la película de Amenábar era algo así como la versión intelectualmente descafeinada del film de Clayton).
En 1967 Jack Clayton filmó otra inquietante historia con niños, "A las nueve cada noche". La película gira en torno a la historia de ocho hermanos que tras la muerte de su madre deciden enterrar el cadáver en el jardín y seguir su vida como si nada hubiera pasado, aunque eso si, consultando a su madre las decisiones más importantes a través de una de las hermanas, que sentada en una inquietante mecedora, parece ponerse en contacto con la madre muerta. Punto de partida muy propio de un film de horror que no obstante, deriva en una trágica historia de la ausencia de una figura paterna (que no materna), degenera a un drama casi social salpicado de elementos de horror.
En cualquier caso, una película por debajo del riesgo, el rigor y las transgresión de "Suspense", un film que recomiendo encarecidamente que vean todos aquellos que no lo hayan visto, porque además de ser un largometraje abierto a un buen número de complejas lecturas es además, un estimulante film de terror.

martes, 3 de febrero de 2009

Master of Horror. Temporada II. Joe Dante


Ha salido recientemente a la venta el tercer volumen de la segunda temporada de la terriblemente interesante serie de terror "Master of Horror", lo que incide en esa incomprensible idea de poner a la venta los capítulos de la segunda temporada antes que los de la primera, que por otro lado, ya están a la venta desde hace tiempo en Inglaterra en un lujoso pack que ya veremos, si se dejar caer un día de estos por estos paralelos. En cualquier caso para este volumen los directores seleccionados han sido Joe Dante, Mick Garris (principal instigador de la serie por lo que a tenor de su filmografía, esto es lo mejor que ha hecho el señor Garris) y Rob Schmidt ("Km. 666").
El episodio de Dante atiende al título de "El eslabón más débil" (en la imagen) y supone una insólita aproximación al cine de terror de ribetes de ciencia ficción aderezado con un toque de crítica social. O dicho de otro modo, da la impresión de que Dante ha querido hacer algo parecido a lo que consiguió con su episodio de la primera temporada de "Master of Horror", "El ejército de los muertos", ofrecer un buen producto de terror revolviendo algunas conciencias. Peeeero...
El asunto esta vez a Dante, no le ha salido del todo. "El eslabón más débil" propone una de esas historias absolutamente hilarantes como punto de partida. Una extraña toxina alterada por no se sabe quien, provoca que los hombres cuando son sexualmente estimulados se vuelvan violentos contra las mujeres hasta matarlas sin miramientos. ¿El objetivo? El final de la raza humana.
Como digo el asunto se presta a diversas lecturas sobre la actual sociedad y un papel de las mujeres adulterado y exagerado gracias a la fantasía pero al contrario, cuesta abajo. En un momento en el que la igualdad entre ambos sexos parece prácticamente conseguida (a mi me da vergüenza ajena que todavía haya mujeres que cobran menos que los hombres haciendo el mismo trabajo de igual forma que me parece una idiotez eso de la paridad, quien vale, vale, sea hombre o mujer) Dante propone una radical involución al extremo. En el fondo, el director de "Aullidos" sabe que aniquilando a las mujeres la raza humana está condenada a desaparecer, que son ellas, y no nosotros, los verdaderos recipientes de vida, pero ese es el juego de horror que propone "El eslabón más débil".
El film está protagonizado por Jason Prestley si, el de "Sensación de vivir", pero todo hay que admitirlo, unos quilitos de más, los años y una barba de tres días le han sentado bien al hombre, ya no resulta tan cataplasma como cuando lo veíamos en un papel secundario en un largometraje estigmatizado por aquella terrible serie adolescente, Prestley aprueba y con nota, en su rol de padre de familia que pronto..., siente en sus carnes la adulteración de la naturaleza que alguien ha alterado.
Como digo, a la propuesta le falta la garra de "El ejército de los muertos" (en realidad, "Regreso a casa" y que si no la han visto ya, hagan lo posible porque la propuesta no tiene desperdicio). Se deja ver con facilidad, el film deja caer alguna escabrosa cuestión que enriquece el asunto, siempre da gusto ver una película de Joe Dante, aunque dure una hora escasa, ya que sigue aguantando buena parte de su ingenio. De modo que "El eslabón más débil" no deja de ser un simpático completismo cinematográfico en honor sobre todo de un cineasta como Joe Dante, que lleva desde 2003 apartado de la gran pantalla (excepción hecha del film de episodios "Trapped Ashes" (2006), y que sobrevive como puede en la televisión (dirigió un episodio de "CSI. Nueva York" titulado "Boo!" -sexto episodio de la cuarta temporada-) a la espera de su acariciado regreso a las salas de cine con la cinta "The Hole" que actualmente, se encuentra rodando. Esperemos que esta vez Dante, encaje mejor la maquinaria.