miércoles, 14 de abril de 2010

"Celda 211" de Daniel Monzón (2009)


A mí siempre me ha caído bien Daniel Monzón. Incluso cuando hacía críticas de cine en "Días de cine". Todavía me acuerdo de él haciendo una crítica sobre "Héroe por accidente" en un croma que simulaba estar al borde de un edificio o de "El hombre invisible" en la que simple y llanamente, no se veía, por eso de ser invisible...
Pero en lo que a su trabajo como director se refiere, también me ha caído siempre bien el hombre. "El corazón del guerrero" es un film terriblemente irregular, pero con ideas interesantes, con propuestas interesantes y sobre todo, con unas intenciones muy interesantes, aunque no las lograra. "El robo más grande jamás contado" tampoco era la película perfecta, es más, insistía en muchos de los defectos de "El corazón del guerrero" y además caía en otros errores nuevos, pero seguía sosteniendo determinados intereses, intereses engranados fundamentalmente en el cine de género. Monzón era y es un agricultor de ese cine denominado, de género, es decir, un cine que se decanta abiertamente por los marcos dramáticos y visuales de los clásicos de Hollywood (donde se inventaron y se les dio forma definitiva a los géneros). Eso mismo -o más de los mismo, según se mire- vino a demostrar una película tan irregular como "La caja Kovak", buenas intenciones, buenos momentos, pero mal cohesionado el conjunto, mal equilibrado el asunto.

Todo esto demuestra una cosa, y es que por más que Monzón tuviera buenas miras y por más que Jorge Guerricaechevarría le echara una nada desdeñable mano a partir de "El robo más grande jamás contado" (porque a partir de aquí, el cine de Monzón mejoró) lo que este ex crítico de cine necesitaba era una buena regleta, una buena base que le diera un diamante en bruto. Esto ha demostrado al menos que Daniel Monzón sabe aprovechar un buen material, y que sabe de hecho, adecentar un material mediocre, pero es que había que ser muy bestia para desaprovechar un material como el que brindaba la novela de Francisco Pérez Gandul (su ópera prima, por cierto).

Lo cierto es que "Celad 211" tiene pulso, garra, tensión. Casi no decae su equilibrio, en todo caso, el elemento más frágil de todo el film sea la relación entre Juan Oliver (Alberto Amman) y Elena (Marta Etura) pero lo cierto es que poco importa, porque la conexión sentimental entre ambos personajes genera el combustible preciso para uno de los momentos más tensos del film. Monzón filma con brío, sabe donde poner la cámara y además lo hace con bastante honestidad. Además, "Celda 211" le permite al director de "La caja Kovak" alternar ese realismo extremo con el que ha flirteado en algunas ocasiones (los pasajes dedicados a la prostituta de "El corazón del guerrero" eran ciertamente desagradables) con la maquinaria del suspense que todo parece indicar, es el verdadero meollo del cine de Daniel Monzón.

Por lo demás, todo encaja en la película con una asombrosa precisión. La música del -murciano- Roque Baños aunque seguramente inaudible en solitario, cumple con su cometido sin estridencias y los actores están muy bien, desde el primero al último. Mención especial merece sin duda Luis Tosar, que simple y llanamente, clava su papel de delincuente habitual capaz de rajarte la garganta sin pensárselo dos veces, uno de esos tipos a los que da simplemente miedo acercarse. Pero precisamente por esto, "Celda 211" funciona tan bien, porque al final, uno se identifica con "Malamadre" (Tosar), porque al final lo compadece, se identifica, y lo sufre... La verdad es que, muy bien hecho señor Monzón.

martes, 6 de abril de 2010

"La cuarta fase" de Otulande Osunsanmi (2010)


Yo siempre he defendido que es más saludable una buena polémica que la indiferencia. Y aunque sólo sea por eso, nada más empezar, chapeau por "La cuarta fase". Al parecer, la película de Otulande Osunsanmi ha montado un buen pollo en tanto se ha discutido mucho sobre qué hay de verdad en la película y qué es total ficción... Para los que no sepan demasiado sobre la película, les pongo en antecedentes. "La cuarta fase" es un film protagonizado por Milla Jovovich que nos cuenta la historia, supuestamente real, de la terapeuta Abbey Tyler quien al parecer, en un pequeño y remoto pueblecillo de Alaska llamado Nome, trató y experimentó en sus propias carnes lo que significa eso de ser abducido por un extraterrestre.
Hasta aquí el tema, más o menos normal. El asunto, por lo visto, empezó a ponerse peliagudo cuando los responsables de "La cuarta fase", incluyendo a sus distribuidores (la Universal y la Warner Bros. en Japón) vendieron y publicitaron la cinta como un relato documentado de hechos reales incuestionables hasta tal punto que el film de Osunsanmi llega a combinar escenas rodadas con actores en vídeos, teóricamente reales del hecho en sí. O dicho de otro modo, mientras vemos en la película como un personaje/actor es grabado con una cámara de vídeo, vemos al otro lado de la pantalla al supuesto personaje real que fue realmente grabado con esa cámara de vídeo que hemos visto colocar. Buena o mala la película no me negarán que la idea tiene su interés.
De entrada, me veo en la obligación moral de admitir que he sido el primero en caer en la red publicitaria de la película y en haber visto "La cuarta fase" pensando que había un soporte gráfico real indiscutible. Muy tonto por mi parte, aunque por otro lado pienso que no deja de ser un sentimiento maravillosamente ingenuo eso de ver una película como si fuera algo real, como un tonto... Ahora que lo pienso, espero seguir así muchos años...
Esto no quita, no obstante, que pasado el efecto inicial de embriaguez dramática, uno, tome posiciones, asiente los pies en la Tierra, y tome una determinación sobre lo que ha visto. Pues bien, para mi, lo que nos expone "La cuarta fase" es dramáticamente falso (sólo hace falta dedicarle una horilla a navegar por Internet para legar a esa conclusión), pero la verdad es que a mi eso me da francamente igual Lo que realmente me encandila de la película de Osunsanmi es que después de cosas como "Holocausto caníbal" o "El proyecto de la bruja de Blair", sigamos cayendo en la trampa de manejar la posibilidad de que lo que estamos viendo es real. A ver, caballeros, que en Hollywood no son idiotas y en el resto del mundo parece que cada vez los somos un poco más, (empezando por los propios diarios de Alaska que al parecer, llegaron a denunciar a la Universal por difamar la realidad de un entorno tan bello y rural, si es que esta misma información es cierta...).
Porque ya no se trata de cómo es posible de que ciertas imágenes hayan sido ocultadas hasta el estreno del film, o cómo puede ser que algo así esté pasando en un lugar como Alaska y nadie se haya percatado de ello, o de cómo es posible que el FBI haya visitado el lugar más de 200 veces y hayamos oído hablar más de Roswell que de Nome, en fin... De lo que se trata, insisto, es que hemos vuelto a caer. Hollywood, o en este caso, Otulande Osunsanmi (un director nacido en Estados Unidos pero que no debe esforzarse mucho en demostrar sus orígenes africanos...) nos ha vuelto a embaucar.
Por otro lado, la películas ha generado algunas críticas ciertamente feroces. Yo he llegado a leer que era la peor película de terror jamás filmada. A ver, caballeros, que hay mucho cine malo por ahí suelto y "La cuarta fase" no es uno de ellos... La película con defectos y todo, vale la pena admitirlo, y dejando incluso polémicas a un lado, consigue su propósito básico, inquietar y en última instancia, aterrorizar. Si, caballeros, "La cuarta fase", SI UNO ENTRA EN SU JUEGO, da miedo, es entretenida y aguanta en la memoria más de lo esperado. Mucho, para una película protagonizada por la Jovovich, que nos tiene demasiado acostumbrado a sus "Resident Evil" & Cia...
En fin..., a mi modo de ver, película a retener, o al menos, a tener en consideración y a no despreciar a la primera de cambio. La película, insisto, tiene defectos si, pero también virtudes (su nivel de efectismo es muy limitado, o al menos, singular, los extraterrestres por ejemplo, nunca se llegan a ver). Yo al menos pienso, que merece la pena intentarlo, y esto en el panorama actual es decir mucho. Pero desde luego, mala, mala de rasgarse las vestiduras, pues tampoco caballeros... Primero porque será el tiempo el encargado de indicarnos si esta película es un fiasco aunque yo sospecho que no y segundo, porque uno al fin y al cabo, insisto, si se deja llevar por el film, pasa miedo, y eso, eso siempre es bueno en el cine de terror.