miércoles, 21 de septiembre de 2011

ScifWorld (Septiembre 2011)

Nuevo número, y esta vez especial, de ScifiWorld con una de esas portadas de escándalo. Un nutrido y completísimo dossier especial sobre el festival de Sitges copa la mayoría del espacio con entrevistas a sus directores, un recorrido por su historia y una breve aproximación a algunos de los títulos más emblemáticos que han pasado por Sitges desde su nacimiento. Para la ocasión, mi pequeña y humilde aportación se ha ceñido a unas breves reseñas sobre El baile de los vampiros, El fotógrafo del pánico, Posesión infernal, Cube, Europa y Dracula. Pages From a Virgin´s Diary. Además, este número ofrece una interesante aproximación a uno de los grandes de la literatura fantástica, Richard Matheson y un interesante comentario sobre uno de los videjuegos con uno de los trailers más perturbadores que se han filmado jamás, como botón de muestra, ahí va este enlace.

sábado, 17 de septiembre de 2011

"Noche de miedo" de Graig Gillespie. 2011

Nueva vuelta de tuerca a esa década, hoy tan vanagloriada, y en su día tan discutida como fueron los 80. En aquellos años de escapismo desaforado y de retorno a los modelos clásicos de Hollywood, surgió una simpática película que como otros largometrajes de terror de su generación, se acercaban al género sin demasiada crudeza, para así poder incrementar considerablemente a su público potencial. “Noche de miedo” era la primera película de Tom Holland, un avispado ayudante de dirección, productor, editor y guionista que había conseguido hacerse un hueco en esto del cine con el singular guión de “Psicosis 2. El regreso de Norman”. “Noche de miedo” fue un inesperado éxito, entre otras razones porque se mantenía fiel a los cánones de la factoría Spielberg de la época; estos es, adolescentes en un entorno mundano que de forma también mundana se tropiezan con lo extraordinario. O dicho de otro modo, qué hacer cuando tu vecino es un vampiro.


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lunes, 5 de septiembre de 2011

A propósito de drogas, sangre y sexo


La capacidad adictiva y narcótica de la sangre no se puso de manifiesto en el cine hasta 1958, año en el que se estrenó Drácula de Terence Fisher, lo cual no deja de resultar curioso. La sangre ha tenido desde que el hombre es hombre una capacidad regeneradora y unas características lindantes con lo legendario que ha salpicado la práctica totalidad de las culturas que han proliferado a lo largo y ancho de planeta. Desde los Mayas y más atrás aún, el hombre ha visto en la sangre el fluido vital por excelencia, el aditivo perfecto para la consecución de fuerza, vitalidad, juventud y hasta inmortalidad. Atila se bebía la sangre de sus enemigos convencido de que así recogía su fuerza y no son pocas las tribus que hacían lo mismo con los animales que cazaban para así heredar su valor, su fuerza y su destreza.


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