Justicia. Y van dos años seguidos, ¡qué cosas! "Celda 211", que casualmente ha sido la película -íntegramente- española más taquillera del año, se llevó a casa ocho goyas. Me parece muy bien, porque Daniel Monzón es un tipo que me cae simpático. Aprecio pese a sus altibajos "El corazón del guerrero", me divertí con "El robo más grande jamás contado" y pase un rato entretenido con "La caja Kovak". Nada del otro mundo, es cierto, pero si que se dejaba sentir una importante tendencia hacia el cine de género, que es algo, de lo que está muy necesitada nuestra industria.
Otra cosa bien distinta es "Agora". Estoy seguro que más de uno de la gala de entrega de premios se debió de preguntar en qué clase de ceremonia española se encontraba cuando una buena parte de los Goyas técnicos al film de Amenábar eran recogidos por extranjeros... Era el gran hándicap de Amenábar para este año, mucho presupuesto sí, mucha taquilla, también, pero pocos españoles, o al menos, no los suficientes. Pero a Amenábar lo quieren mucho en la Academia de Cine, demasiado, y por eso nadie se resistió a darle el Goya al mejor guión original, aunque yo se lo hubiera entregado a Fernando Trueba por su despreciada "El baile de la victoria". Habría sido un reconocimiento merecido para un cineasta de primera que no siempre, y esto es lógico, da en el clavo de la taquilla.
Por lo demás, sorpresas las justas, más allá de la presencia del laureado Pedro Almodóvar. Se dice que Alex de la Iglesia lo intentó también con José Luis Garci y Quentin Tarantino. No se puede negar que el hombre apunta alto y eso es bueno. En lo que respecta a la gala, la verdad es que no deberíamos quejarnos demasiado; una retransmisión en directo sin publicidad debe de ser algo agotador, y con alguna que otra descompensación (un vídeo que no entró, una música que no dejaba de sonar...), el conjunto se dejo ver con ligereza. Buena culpa de esto la tuvo, claro está, Andreu Buenafuente que podrá caer mejor o peor a según quien se le pregunte, pero vale la pena reconocerlo, hizo un magnífico papel como maestro de ceremonias. También se agradeció la presencia de la insustituible Rosa María Sardá, y hasta estuvo simpático el montaje que Santiago Segura presentó de "Celda 211" y ese número musical del principio de la gala donde se pusieron algunos puntos sobre las íes, aunque eso si, con bueno humor y desparpajo, para que nadie se ofendiera demasiado.
Y poco más la verdad. A Luis Tosar había que darle ese Goya, aunque su papel estuviera hecho a la medida de un actor que parece haber nacido para interpretar personajes de villano (para cuando una comedia para Tosar, ahí sí que se vería lo gran actor que es). La BSO para Alberto Iglesias también tiene su punto de contradicción, la partitura de Roque Baños era mucho más compleja, pero la sensibilidad de Iglesias y el prestigio del compositor fuera de nuestras fronteras siempre ha jugado a su favor en los Goya, y todo aunque su director fetiche, Pedro Almodóvar, nunca haya terminado de encajar con la Academia.
En suma, una estimable fiesta de promoción del cine español. Dos películas de género y taquilleras coparon todos los premios y eso también es bueno. A ver si este año se repiten las cifras del pasado aunque sin estreno anual de Amenábar, Almodovar o un "Planet 51" el asunto va a estar dificilillo. A ver si nos sorprenden con algo...
Otra cosa bien distinta es "Agora". Estoy seguro que más de uno de la gala de entrega de premios se debió de preguntar en qué clase de ceremonia española se encontraba cuando una buena parte de los Goyas técnicos al film de Amenábar eran recogidos por extranjeros... Era el gran hándicap de Amenábar para este año, mucho presupuesto sí, mucha taquilla, también, pero pocos españoles, o al menos, no los suficientes. Pero a Amenábar lo quieren mucho en la Academia de Cine, demasiado, y por eso nadie se resistió a darle el Goya al mejor guión original, aunque yo se lo hubiera entregado a Fernando Trueba por su despreciada "El baile de la victoria". Habría sido un reconocimiento merecido para un cineasta de primera que no siempre, y esto es lógico, da en el clavo de la taquilla.
Por lo demás, sorpresas las justas, más allá de la presencia del laureado Pedro Almodóvar. Se dice que Alex de la Iglesia lo intentó también con José Luis Garci y Quentin Tarantino. No se puede negar que el hombre apunta alto y eso es bueno. En lo que respecta a la gala, la verdad es que no deberíamos quejarnos demasiado; una retransmisión en directo sin publicidad debe de ser algo agotador, y con alguna que otra descompensación (un vídeo que no entró, una música que no dejaba de sonar...), el conjunto se dejo ver con ligereza. Buena culpa de esto la tuvo, claro está, Andreu Buenafuente que podrá caer mejor o peor a según quien se le pregunte, pero vale la pena reconocerlo, hizo un magnífico papel como maestro de ceremonias. También se agradeció la presencia de la insustituible Rosa María Sardá, y hasta estuvo simpático el montaje que Santiago Segura presentó de "Celda 211" y ese número musical del principio de la gala donde se pusieron algunos puntos sobre las íes, aunque eso si, con bueno humor y desparpajo, para que nadie se ofendiera demasiado.
Y poco más la verdad. A Luis Tosar había que darle ese Goya, aunque su papel estuviera hecho a la medida de un actor que parece haber nacido para interpretar personajes de villano (para cuando una comedia para Tosar, ahí sí que se vería lo gran actor que es). La BSO para Alberto Iglesias también tiene su punto de contradicción, la partitura de Roque Baños era mucho más compleja, pero la sensibilidad de Iglesias y el prestigio del compositor fuera de nuestras fronteras siempre ha jugado a su favor en los Goya, y todo aunque su director fetiche, Pedro Almodóvar, nunca haya terminado de encajar con la Academia.
En suma, una estimable fiesta de promoción del cine español. Dos películas de género y taquilleras coparon todos los premios y eso también es bueno. A ver si este año se repiten las cifras del pasado aunque sin estreno anual de Amenábar, Almodovar o un "Planet 51" el asunto va a estar dificilillo. A ver si nos sorprenden con algo...
3 comentarios:
¿Has visto alguna vez una entrega de premios de las academias británica o francesa? Me pregunto si serán también una imitación... Yo, como creo que esto es una indrustria, creí que se llevaba el Goya la de Amenabar. ¿Crees que pasará lo mismo con Avatar y En tierra hostil?
Suelo equivocarme más con los Oscar que con los Goya la verdad, per mi sentido de la lógica, aplicada siempre a la filosofía iinherente de los Oscar, me dice que Avatar se llevará, como mínimo, el Oscar a mejor películas, pero que "En tierra hostil" muy bien podría hacerse con el Oscar al mejor director. A veces ocurre que en los Oscar, por inercia hollywoodiense, le dan el oscar a la mejor película en efecto, a las más taquillera, pero cuando hay que dar el oscar al mejor director, el asunto se bifurca. Ocurrió con Shakespeare in lovo y Salvar al soldado Ryan y ocurrió con Chicago y El pianista. No me extrañaría, además levantaría mucha tinta eso de que Cameron y su ex, Bigelow, se reparttieran los oscar casi a la mitad. Aunque eso si, en este caso, siempre Avatar se llevaría un Oscar más que En tierra hostil. Me huelo un barrida de oscar técnicos para Avatar, algo más prestigiosos para "En tierra hostil" (dirección, guión y esas cosas...) y un verdadero baile en los actores. Por ejemplo, esa noche Sandra Bullock sale con un Oscar en la mano, eso seguro...
"Casi" premonitorias tus palabras, Ramón, casi (excepto en lo de mejor película, en casi todo has acertado: En lo del Oscar a la mejor actriz, en lo del director -directora en este caso-, en lo de los Oscars técnicos para "Avatar" -eso sí menos favorecida igual de lo que se esperaba)
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