lunes, 29 de septiembre de 2008

Paul Newman


Quizá sea uno de esos pocos hombres del que, cualquier tío, sin temer por su virilidad, pueda afirmar que era guapo sin ambages. Y además, el cabrón, fue guapo hasta la tumba poniendo en entredicho esa -sobrevalorada- afirmación de "vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver". Si, que se lo digan a Paul Newman... Este norteamericano natural de Ohio, fue y era un torrente interpretativo, una verdadera y luminosa catedral del cine que dudo mucho, se vuelva a repetir. Un actor excepcional capaz de meterse en la piel de cualquiera sin perder un ápice de su estilo, su carácter y su porte. ¿Películas? Por toneladas y casi todas muy buenas. No voy a aburrir aquí con una interminable lista de películas. Yo sólo voy a mencionar dos: "El buscavidas" y "El golpe". La primera porque es rematadamente buena y todavía hoy provoca sesudos estudios. Y la segunda, porque es el perfecto ejemplo de película bien hecha donde todos y cada uno de sus elementos funcionan como un mecanismo de relojería pero sin la frialdad de una maquina, sino con gracia. Inolvidable la partida de Poker en la que Newman finge ser un jugador bebido...

¿Como persona? Pues dicen que la hostia. Solía reírse de su mismo cuando vio su cara estampada en una marca de sopas. Sentía pasión por las carreras de coches (su último trabajo tras la pantalla fue precisamente poniéndole voz a un viejo coche de la película "Cars"), llevaba en danza una comprometida sociedad benéfica y vivió una envidiable historia de amor con su -única- mujer durante medio siglo en un mundo forjado en las infidelidades y los multimatrimonios colaterales. En este sentido, el gran Newman dijo "Para qué voy a salir a comer hamburguesa cuando en casa tengo solomillo". Grandiosa.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Guerra, inocencia y...risas


Hoy es viernes, glorioso día de estreno. Y hoy, se estrena un buen paquete de películas, algunas de ellas ciertamente interesantes. Nos llega la última película del director italiano Giusseppe Tornatore, "La desconocida". A mi Tornatore es uno de esos directores que más me gustan cuando se pone tierno u optimista ("Cinema Paradiso", "La leyenda del pianista en el océano"). "La desconocida" es un drama de modo que ya veremos como se digiere eso... Luego también nos llega "Tropic Thunder" de Ben Stiller. La película la están calificando de obra maestra absoluta de la historia de la comedia y mira que a mi eso me extraña. No es que Ben Stiller sea un Dennis Dugan cualquiera ("Zohan") pero si que es un tipo con un sentido del humor que en ocasiones, no ha tenido inconveniente en rayar con el trazo grueso (al fin y al cabo, Stiller fue el protagonista de "Algo pasa con Mary").

En cualquier caso al parecer, el film arranca con una serie de trailers falsos (una tendencia que parece ir imponiéndose a las modas), que aseguran, es de lo mejor que se ha visto nunca, y cuenta además con inesperados cameos de algunos de los actores más importantes del actual Hollywood como el mismísimo Tom Cruise, que según dicen, aparece calvo, gordo, bailando interpretando a un productor gruñón... "Tropic Thunder" esta protagonizada por el mismo Stiller (que escribe, dirige y protagoniza el film), Jack Black y Robert Downey Jr. que interpreta a un actor blanco que se somete a una operación de pigmentación para interpretar a un negro...

Y finalmente, entre los estrenos destacados de la semana tenemos "El niño con el pijama a rayas", como es bien sabido, adaptación del celebérrimo best-seller de John Boyne que ha seducido a medio mundo sobre la amistad entre dos niños, uno dentro y otro, fuera de un campo de concentración nazi. Cosa fina...

En fin y poco más, salvo que la película de José Luis Cuerda, "Los girasoles ciegos" para representar a España en los Oscar. Esto no quiere decir que el largometraje vaya a ser nominado al Oscar a la mejor película de habla no inglesa, 1simplemente que es la apuesta Española en este sentido y que ahora, depende de la Academia de Artes y Ciencia Cinematográficas de Hollywood que nuestra propuesta sea admitida, que entre ustedes y yo, lo veo complicado... También es verdad que la cosas estaba dificililla este año a falta de algo tipo "El laberinto del fauno" o un "Mar adentro" que dicho sea de paso, suelen ser las películas que hacen cuadrar los números del cine Español y paso falsear su delicadísimo estado de salud. En cualquier caso, mucha suerte señor Cuerda y todo caso recordar, que usar la guerra civil como telón de fondo en una película española empieza a resultar manido... Bueno no, ¡qué coño!, ¡hace tiempo que está manido!

jueves, 25 de septiembre de 2008

Terence Fisher


Yo hice mi trabajo fin de carrera sobre Terence Fisher (en la imagen). Ante la inaudita falta de bibliografía en castellano y la vergonzosa gestión del servicio interuniversitario de bibliotecas, me las vi y me las desee para rastrear información sobre este extraordinario cineasta británico. Dejando a un lado las horas que me pase navegando por internet, me ve en la obligación de escarbar en libros de historia del cine en general, para poder encontrar algún resquicio más sobre el director inglés. Mi sorpresa fue mayúscula. Creo recordar, que no consulté una sóla historia del cine que le dedicara más de tres líenas al trabajo de Fisher en la Hammer Films. Aquello me hizo pensar. ¿Estare volcando todo mi esfuerzo en un director de segunda que yo me empeño en destacar pero sobre el que nadie ha vertido demasiada atención?




Los años han pasado. He seguido viendos las -maravillosas- películas de Terence Fisher y he aprendido mejor a valorar sus virtudes y a encontrar sus defectos. Pero sigo sosteniendo una cosa. Terence Fisher dentro de la historia del cine está a la altura de Murnau, Browning, Tourneur o Polanski. El problema, o mejor, la peculiaridad que tuvo Fisher es que nunca pretendió desentenderse de la Hammer, una productora cuya Edad de Oro él mismo inició con "La maldición de Frankenstein" y que prácticamente vio morir con su último film, "Frankenstein y el monstruo del infierno". Fisher estuvo demasiado ligado a la popularidad de la Hammer y por tanto, también a sus defectos y a sus tendencias populistas. La virtud de Terence Fisher dentro de este marco de acción, fue el de capotear con las exigencias de la Hammer cuando no servirse de ellas como fue el uso que Fisher hacía del sexo en sus películas.




Asumido todo esto, y también el ajustadísimo calendario y presupuesto con el que contaban sus películas, no parece demasiado complicado valorar las virtudes, algunas verdaderamente brillantes, del cine de Terence Fisher. Entre 1957 (año de producción del primer Frankenstein) y 1974 (estreno del último episodio de la saga de Frankenstein), a Terence Fisher le dio tiempo de casi todo, de filmar algunas obras maestras irrepetibles, de ser transferido a otros estudios para rodar películas, ciertamente mediocres, a experimentar con nuevos y apsionates caminos y hasta a iniciar una sensible decadencia que en todo caso, se nunca terminó por estropear ninguna de sus últimas películas.






Los Frankenstein



La propia serie de Frankenstein es todo un ejemplo de ascensión creativa, primeros signos de cansancio y un agotamiento creativo al final de su carrera que no obstante, se veía remachado gracias a algunas propuestas ciertamente insólitas que terminaba por eclipsar los apuntes menos interesantes (también llama la atención el curioso hecho de que Fihser lanzará a la Hammer con su primer episodio sobre Frankenstein y que su última película fuera también y precisamente, un Frankenstein). "La maldición de Frankenstein" es simple y llanamente una obra maestra. Con diferencia, la mejor adaptación que ha tenido la obra de Mary W. Shelley y todo un ejemplo de fidelidad al espíritu de la obra, que no a la letra. "La venganza de Frankenstein" (1958) pule si cabe más aún las virtudes del primer episodio y algo insólita, desarrolla la propuesta de Shelley con un planteamiento sorprendente.


Entonces se produce un lapso de casi 10 años hasta que Fisher retoma al monstruo de Frankenstein. La Hammer empezaba a tambalearse, de modo que comenzó a recurrir a aquellos personajes que le habían dado el éxito. Con "Frankenstein creó a la mujer", Terence Fisher filmó probablemente su episodio menos interesante, debido seguramente, al protagonismo que le cede a la historia de amor entre dos personajes secundarios y relegando la siempre imponente presencia de Peter Cushig. Pero no pasa nada. En 1969 Terence Fisher vuelve con todas sus fuerzas en otro ejemplo de brillantez, "El cerebro de Frankenstein", estimulante regreso del popular doctor. Lo más interesante aquí es comprobar como la personalidad de Víctor Frankenstein se ha ido degenerando y de un ávido médico con ganas de comerse el mundo ha pasado a un psicópata que mata indiscriminadamente cegado en pro de la ciencia. El último capítulo, "Frankenstein y el monstruo del infierno" tiene un valor añadido dentro de la serie. No sólo por ser el último trabajo de Fisher, sino por lo que tiene de propuesta en si misma, situar al doctor Frankenstein en una prisión para locos de remate que el mismo trata, combinado con una mayor sutileza a la hora de cometar sus asesinatos, aquí, tratados de una forma muy somera.




Los Drácula




La serie que el cineasta británico filmó sobre el popular conde transilvano resulta mucho más compacta y equilibrada, entre otras razones por ser sólo tres películas y habiéndose filmado en un periodo de tiempo relativamente corto. Todas se rodaron en pleno apogea de la Hammer y la prodcutora británica apenas había empezado a recurrir a dudosas artimañas mercantilistas. "Drácula" la rodó Fisher inmediatamente después de "La maldición de Frankenstein" como consecuencia directa del éxito de ésta. Es por tanto un film muy simular en tanto a que supone como aquella, una -inmejorable- aproximación a la novela de Bram Stoker. En este particular, de nuevo, la mayoría de los críticos suelen estar deacuerdo. No se ha hecho mejor adpatación de la novela de Stoker en un film que nuevamente, es todo un ejemplo de fidelidad al espíritu, que no a la letra.


Con "Las novias de Drácula" se produce un caso curioso. Para la Hammer la simple mención de la palabra "Drácula", era sinónimo de éxito. Christopher Lee no quería voler a interpretar al vampiro, de modo que se ideó un guión sin su presencia aunque su nombre apareciera en el título y únicamente, se le hiciera una fugaz mención al principio de la película. Además, la película es también curiosa porque sin ser estrictamente una secuela del primer "Drácula", si que encaja sin problemas entre está y el film que Fisher rodaría años después. Ese film es "Drácula. Príncipe de las tinieblas", para muchoas, la mayor y mejor película que jamás haya realizado Fisher aunque también están los que la consideran una burda copia del original... En esta ocasión si que aparecer Drácula (aunque no Van Helsing, con lo que nos perdemos la siempre esplendorosa presencia de Cushing) interpretado nuevamente por Christopher Lee quien, se vio obligado a interpretar al personaje por segunda vez. La películas, que es rematadamente buena, cuenta con una virtud muy particular, Lee interpretó al personaje a regañadientes, además el actor, consideraba que sus diálogos eran completas idioteces, de modo que se nego a pronunicar una sola palabra. Sabía decisión. El Drácula de "Drácula. Príncipe de las tinieblas" es uno de los más terroríficos y seductores que jamás se hayan configurado. Sigiloso, amenazante, este Drácula es una especia de felino boraz y salvaje capaz de seducir a cuantas doncellas se le ponga por delante.




Bestiario




Visto que los monstruos clásicos funcionaban a las mil maravillas, Terence Fisher también se apróximo a otras bestias del terror. Dirigió "La momia", una dignísima prolongación del mito que filmó de forma ejemplar Karl Freund en la Universal. El doctor Jeckyll y Mr. Hyde también cayó bajo el objetivo de Fisher que rodó una intrigante adaptación de la obra de Louis Stevenson con interesantísimos añadidos en "Las dos caras del doctor Jeckyll", como es el hecho de que Jeckyll no se beba la famosa poción sino que se la inyecta, de modo que su adicción a la poción queda mucho mejor ejemplificada visualmente. "La maldición del hombre-lobo" es tal vez una de las más poéticas y complejas aproximaciones que se hayan hecho jamás al mito de la licantropia donde Fisher puso un especial enfasis en el origen del mal y la naturaleza de la propia monstruosidad. Terence Fisher también rodó "El fantasma de la ópera", película menor aunque eso sí, sumamente curiosa e interesante.




Variedades




Fisher rodó casi 50 películas, en la Hammer, una veintena. Además de tocar los monstruos clásicos el cineasta británico también se aventuró con otros largometrajes de tono terrorífico. Tal es el caso de "Los extranguladores de Bombay", interesntísima aproximación en blanco y negro a la secta thug (los malos de "Indiana Jones y el templo maldito"). También resulta particularmente lograda "El perro de los Basckerville", impecable adaptación de la obra de Conan Doyle e impecable caracterización de Sherlock Holmes por parte del formidable Peter Cushing. También cabe destacar en este aspecto de la obra de Fisher "La novia del diablo", para muchos, la última obra maestra del maestro del horror británico. Rodada con ejemplar pulcritud, notoria concepción del suspense, asombrosas soluciones, visuales... magistral.




Terence Fisher murió el 18 de junio de 1980 sin poder realizar uno de sus proyectos más acariciados, una adaptación de la novela de Richard Matheson, "Soy leyenda". Fisher además padecía una dolorosa enfermedad que le hacía rodar con severa dificulad. Fihser se fue pero ahí queda el legado. Directores como Tim Burton, Martin Scorsese, John Carpenter o George A. Romero han manifestado en más de una ocasión su admiración por Fihser y la Hammer, y que así siga pues, a Fisher, el cine de terror, le debe mucho.


miércoles, 24 de septiembre de 2008

Plutón BRB Nero


Llega a la 2 de Televisión Española (esta noche) la serie de humor y ciencia ficción "Plutón BRB Nero", dirigida por el siempre interesante Alex de la Iglesia. La serie supone un hito por varias razones empezando por el hecho de ser la primera comedia de situación de ciencia ficción rodada en España además, de haberse rodado un cine, una sabia (y cara) decisión que le dará al conjunto un look alejado de ese tono de vídeo que tanto inunda la televisión de ficción nacional.

A mi, de entrada, lo que me da miedo de "Plutón BRB Nero" es que, de entrada, me recuerda demasiado a "Acción Mutante", un film que tengo que reconocer abiertamente, no terminé de ver en su día porque era superior a mi voluntad (limitada también es verdad porque era yo muy joven cuando pasó aquello y debería darle otra oportunidad) pero en conjunto lo cierto es que "Plutón BRB Nero" encaja bastante bien con los eternos intereses de De la Iglesia, es decir, un cine de presupuesto que visualmente recuerda mucho al norteamericano pero salpicado de citas a las España profunda. O dicho de otro modo, algo así como poner a Paco Martínez Soria al frente de la Nostromo. Algo así es lo que veo venir. Y todo, con una guinda sexual que añada picor al asunto y que en este caso viene dada por la -espectacular- Carolina Bang en su primer trabajo de resonancia y a la que sospecho, a partir de ahora vamos a ver con mayor frecuencia por las pantallas españolas.

En resumen, mi más sincero apoyo al proyecto de De la Iglesia que bien se lo merece. Salvo sorpresas, mañana hablaremos de los resultados...

martes, 23 de septiembre de 2008

CSI: La estética del crimen


"CSI" lleva en las parrillas de la televisión de medio mundo 8 años, casi una década. Ya hay una generación entera que se ha criado viendo como avispados investigadores descubren al asesino más rocambolesco. Como sabrán, este tipo de asesino que planea sus crímenes como si de un crucigrama se tratase sólo habita por tierras americanas. Aquí cogemos un cuchillo y ensangrentados negamos ante la policía cualquier implicación. "Spain its different"...

También como sabrán, "CSI" es un invento de uno de los productores más poderosos de Hollywood, Jerry Bruckheimer, responsable/culpable de películas como "Top Gun", "Dos policías rebeldes", "Black Hawk derribado", "Piratas del Caribe" o "La búsqueda", vamos, cosa fina... Para entendernos, Bruckheimer sería algo así como la Hamburguesa por antonomasia, el Burguer King del cine, es decir, mucho ruido y pocas nueces. Pero eso si, un ruido que Bruckheimer, lo ha demostrado con creces, sabe vender muy bien. Nunca ha ocultado sus verdaderas intenciones, lo suyo es hacer ruido. Sólo cuando filma con los hermanos Scott, el personal se toma el asunto con mayor seriedad pero aún en estos caso, lo que prima es el ruido. Y cuando hablo de ruido no me refiero sólo a formidables equipos de Dolby Digital Sourround, sino también a ruido visual, es decir, formidables efectos especiales y una cuidadísima estética articulada en función de sus planos, las fugas de luz, juegos con la profundidad de campo y claro está, el montaje, mucho, mucho montaje, Si además resulta que hay un buen guión, pues mira, eso que nos llevamos, pero esa no es la prioridad.

"CSI" es en verdad todo esto. La cámara está en constante movimiento, si se fijan, casi nunca está quieta, suaves desplazamientos por aquí, elegantes grúas por allá, además en muchos casos, también si se fijan, entre la cámara y el objeto principal a encuadrar, hay elementos secundarios desenfocados, que se "pasean" por delante de la cámara. En "CSI" también encontramos una cuidadísima iluminación, algunas efectos de montaje ciertamente chirriantes que a ritmo de rock nos muestran con todo lujo de detalles la belleza innata que inunda una sala de autopsias cuando un cadáver es abierto en canal. Los investigadores reproducen las escenas del crimen y Burckheimer se encarga reproducirla con sus consabidas cámaras lentas, acercando y alejando la cámara de forma imposible pero eso si, muy vistosa. Y otra cuestión desconcertante de "CSI". Todo el mundo es guapo o es guapa. Además están buenos y los, y las que no lo están, están tremendas. Todo resulta demasiado idílico, demasiado perfecto, demasiado...

Bien pues este es el mundo que ha manofacturado el señor Bruckheimer y que se vende como rosquillas en todo el mundo. Al público le gusta, por lo visto, sumergirse en truculentas tramas donde todo, no obstante, huele a nuevo. Historias de tragedias sociales que no estorban a nadie porque no dejan de desprender algo de plastificado, de falso. El público sueña por tanto con ser un esbelto o esbelta investigador/ora que con su flamante cuerpazo y sus tetas de silicona desenmascara a los malos sin que el peinado sufra daños colaterales o el rimel corriéndose hacía donde no debe. La muerte y el crimen resultan atractivos en "CSI" y Bruckheimer no tiene inconveniente en comercial con ello, ni nosotros, o al menos sus fervientes seguidores (yo la sigo ocasionalmente cuando soy invitado a verla), en comprarlo. La muerte y el crimen se han convertido en un buen material de mercado aunque esté vacío de contenido, aunque su única finalidad sea entretener.

No se hasta que punto hacemos bien, cuando mercadeamos con la muerte y el crimen que han sido maquillados para que gusten al público. Un público que sólo pide (en todo su derecho) pasar un rato frente al sofá evadido de sus problemas entretenido mientras unos mueren y matan en una sucesiva repetición de postales que en suma, no nos quieren decir nada, salvo consume, y no pienses porque no vale la pena.

Me dirán algunos, sus guiones está muy bien. Si, ¿y qué?

lunes, 22 de septiembre de 2008

Mortadelo y Filemón


Siempre que se estrena una película basada en algún personaje de comic, salen de debajo de las piedras, históricos seguidores de sus aventuras. De pronto, y sin previo aviso, tu amigo de toda la vida, el mismo con el que has arreglado el mundo en varias ocasiones y has discutido de sexo, amor y guerra resulta, que es un enamorado coleccionista de las aventuras de Spiderman, Hulk o Iron Man ede los trabajos de Alan Moore, Mike Mignola o Frank Miller. Yo nunca he sido un gran lector de comic y algunos nombres como los de Moore, Mignola o Miller los he descubierto gracias al cine. No me decían gran cosas aquellos comics, prefería las películas. Sólo hubo un comic que me atrapó, "Mortadelo y Filemón" de Francisco Ibañez. Lo bueno del asunto es que a día de hoy, a mis treinta y un años sigo disfrutando de su lectura y todavía de vez en cuando, me compró un comic de Mortadelo y Filemón previa estupefacción por los cuatro euros que me piden a cambio...

No hace mucho, los inmortales personajes de Francisco Ibañez han estado de enhorabuena tras la celebración de sus 50 años en esto hacer reír al personal, pero también volvieron a la primera página de la actualidad gracias a la película de Javier Fesser "La gran aventura de Mortadelo y Filemón" y su secuela, "Mortadelo y Filemón. Misión salvar la tierra" de Miguel Barden. La película de Fesser contó con el beneplácito y el apoyo del mismísimo Francisco Ibañez (algo que no ha pasado siempre) y el experimentó se saldó con uno de los mayores éxitos del cine español (ya saben, una de esas películas patrias que cuadran los números por todas aquellas que no lo han hecho y hacen que parezca que el cine español goza de buena salud). A mi la película de Fesser, todo hay que decirlo, me parece estimable y hasta valiente, ahora bien, también pienso que fue una terrible decepción. Y todo, aún denotando abiertas y generosas virtudes que van desde sus efectos especiales, a la caracterización de los actores y muy especialmente, la acertada decisión de hundir el universo de Mortadelo y Filemón en el costumbrismo más cañí de la España profunda. Hay mucho de eso en Mortadelo y Filemón. Sin embargo su guión es un completo despropósito, unos personajes como Mortadelo y Filemón, es un error de base, separarlos y Fesser, lo separa durante un buen pedazo de metraje, su realización a veces es tan tosca que no cubre cuestiones básicas de libro de audiovisual y en conjunto, su adaptación de la historieta "El sulfato atómico" es absolutamente desigual y hace aguas por todas partes. Pero como digo, su éxito, y lo entiendo, fue arrollador. Yo aún no he visto la segunda parte, ya le veré y os contaré, pero no espero nada especial.

No obstante, antes de la llegada de Fesser, Mortadelo y Filemón habían protagonizado una serie de televisión en 1994. Ibañez puso la serie a caer de un burro y lo cierto es que no era para menos porque ya no era una cuestión de que la animación fuera pobre, la banda sonora lamentable o el doblaje para echarse a llorar, es que las historias eran aburridas. Horrible, de hecho, la serie no duró demasiado.

Pero antes, mucho antes, unos 30 años antes, Mortadelo y Filemón ya protagonizaron una serie de televisión. Se trataba de una producción de los estudios Vara, dirigidos por Rafael Vara. Sus cortos funcionaron bastante bien y Vara los reunió en un largometraje titulado "Primer Festival del Humor" (1969). Eran historias calcadas en espíritu y casi también en la forma a las historietas de Ibañez. El doblaje resultó ser ciertamente sublime, la banda sonora idónea y todo, parecía encajar con la precisión idónea. El éxito provocó un segunda Festival (1970) muy similar al anterior, con muy poco dinero y si, mucho ingenio, Rafael Vara dio forma a la que para muchos sigue siendo la mejor adaptación que han tenido los personajes de Ibañez a la pantalla (ya sea esta grande o pequeña). Según parece, a Francisco Ibañez no le terminaba de gustar la apuesta de Vara, pero esto no impidió que el productor sacara un nuevo largometraje con dibujos más elaborados, una historia más cuidada y continuada que aunque ligada con 7 cortometrajes tenían una continuidad, es decir, al más puro estilo de los comis. El largometraje de 1970 "El armario del tiempo" (en la imagen, atención al diseño del cartel que no tiene desperdicio), es para el que esto firma, lo mejor que se ha hecho utilizando a Mortadelo y Filemón como base. Vara añadió además un personaje de su propia cosecha sacándose de la manga a un primo de Filemón, Chiflágoras (algo que según creo, no gustó en absoluto a Ibañez).

"El armario del tiempo" es absoluta hilaridad, un completo disparate ciertamente anárquico repleto de persecuciones y caídas en picado, gags inmejorables y todo gracias a un agradecido trabajo de animación, a su excelente banda sonora (de Ramón Femenías y Rafael Ibarbia) y claro está, a sus actores de doblaje; Víctor Ramirez (Mortadelo), José Martinez Blanco (Filemón, que también interpretó al barón de Somolskaia en "Aquí huele a muerto") y José Moratalla (primo Chiflágoras). "El armario del tiempo" es una película de bajo presupuesto, su animación resulta en ocasiones tosca y abiertemente, lejos de la perfección, tiene algunos errores de guión y su continuidad es a veces, sostenida con hilos, pero lo cierto es que el film es una verdadera delicia y ahora, 20 años después de haberlo visto decenas de veces, lo volví a ver, y me seguía haciendo gracia. Sus dibujos, sus historias, sus fondos, su música todo encajaba a la perfección en un trabajo que visto lo visto, se antoja irrepetible.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Extrañamente inquietante


Hoy es viernes, glorioso día de estreno. Y hoy, toca hablar de "Vicky, Cristina, Barcelona". Yo no me voy a extender demasiado sobre este particular porque como es bien sabido, Woody Allen es toda una caja de sorpresas que no sabe uno nunca por donde le va a salir. Eso si, manifestar mi absoluta admiración por el cine de este neoyorquino de sesenta y tantos años que tiene más ingenio, habilidad y capacidad que muchos enfant terribles del actual cine norteamericano, y no voy a dar nombres. A mi, y lo siento, es así, me gustan, en mayor o menor grado, todas las películas de Woody Allen, todas sin excepción, salvo "Scoop" un film que, tengo que admitirlo, me hizo temer un triste signo de decadencia. Afortunadamente, después Allen filmó "El sueño de Cassandra" y quise entender que nadie es perfecto. Como digo, no se que esperar de "Vicky, Cristina, Barcelona", salvo una buena película. Las críticas parecen que son buenas y esta misma mañana me han dicho que alguien que la había visto había afirmado que "da la sensación de que Javier Bardem y Penélope Cruz se han colado en una película de Woody Allen". Todavía no se exactamente que significa esto pero estoy atento.

Pero la película que a mi más me llama la atención es "Los extraños". Se trata de la primera película del texano Bryan Bertino y las primeras imágenes que hemos podido contemplar en el trailer destilan una inusual perturbación. Hay un detalle en concreto que me ha llamado poderosamente la atención, la ausencia de primeros planos de rostros enmascarados hacha en mano asustando al personal, y si esas imágenes en planos generales de esas figuras fantasmagóricas que por alguna extraña razón deciden acosar (e imagino que matar) a una apacible pareja en su casa de campo.

La idea, pese a su sencillez, tiene su aterrador aquel y más aún en un momento en el que uno no está seguro ni en su propia casa cuando los periódicos se llenan de noticias de asaltantes que entran en los hogares de quien haga falta, haya o no gente, para robar. Pero parece que aquí el suceso (que está basado en un desalentador hecho real) no tenían intereses económicos sino algo más pavoroso. Las primeras críticas son ciertamente llamativas y confirman mi sospecha que más allá de un escenario habitual y una situación tipificada (el punto de partida es muy similar al de "Funny Games" de Michael Haneken), detrás hay un cineasta como la copa de un pino. Cuidadosa, elegante y concisa, "Los extraños", dicen quienes la han visto, juego con los elementos más sutiles del cine de terror, precisamente en aquellos que suelen pasar por alto, y Bertino los desarrolla. La angustia, la claustrofobia, el pánico, en suma, la atmósfera.

Quizá otro día en otra entrada me tenga que tragar mis palabras pero de entrada, la cosa promete.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Madonna


Ahora que todo el mundo está perdiendo, literalmente, los papeles por ir a ver a Madonna a Sevilla y Barcelona, parece un buen momento para hablar de esta particular estrella del pop y su ocasional y turbulenta relación con el mundo del cine. Su primera película como actriz fue "Un cierto sacrificio", película de la que muy acertadamente, nadie se acuerda, pero el primer éxito de Madonna llegaría con "Buscando a Susan desesperadamente" en 1985. Pronto, para lo que ofrecía la cantante, su estrafalario look y un film muy a tono a la imagen que Madonna quería ofrecer, más o menos, lo que estuvo haciendo hasta "¿Quien es esa chica?" ahora si, un film absolutamente puesto al servicio de Madonna que dirigió en su día James Foley ("Glengarry Glenros".


Después, parece que Madonna quiso ponerse algo más seria y participó en un arriesgado film de Howard Brookner, junto a Matt Dillon y a renglón seguido, se centraría en su música, hasta su espectacular reaparición (imagen) en "Dick Tracy" de Warren Beatty. La cantante/actriz, que nunca se ha prodigado en virtuosos cambios de registros, lo cierto es que encajaba como anillo al dedo como mujer fatal en un mundo fantástico de colores chillones sacado de las viñetas de un comic. Seguía resultando inexpresiva, pero ahí donde la pusieron, encajó, sobre todo cuando la vemos rondar a Tracy a cuatro patas sobre la mesa de su despacho...


Dos años después Madonna confirmaría que ya se había terminado eso de hacer la payasa delante de una cámara e intervino en el film de Woody Allen "Sombres y nieblas". Nadie se acuerda de su paso por aquella película pero el intento, ya vale la pena tenerlo en cuenta. Se atrevió a compartir pantalla con Geena Davis y Tom Hanks en la divertida "Ellas dan el golpe" de Penny Marshall, quizá su papel mejor interpretado. Ni destacaba (que generalmente lo hacía por su falta de expresividad) ni resultaba indiferente. En su punto, bien.

Quizá fue que empezó a creerse que era algo parecido a una actriz, Warren Beatty, Woody Allen, Tom Hanks, en fin... Tal vez por esto, Madonna se metió en uno de esos proyectos que crucifican a cualquier actor, "El cuerpo del delito" un espantoso thriller erótico surgido a la sombre de "Instinto básico" donde Madonna volvía a dar buenas razones a todos su retractores para odiarla. No contenta con el formidable fracaso de "El cuerpo del delito", Madonna osa meter la cabeza en un film de Abel Ferrara (director al que hay que darle de comer a parte con algún que otro problemilla con el alcohol y las drogas hasta el extremo de haber tenido que suspender un rodaje al ser trasladado de urgencia a una clínica de rehabilitación) en "Dangerous Games". Nadie se acuerda especialmente bien del film, pero Madonna se asocia a uno de los directores más polémicos y complejos y eso, la hace sentir bien. Ya no es un escote protuberante que se pase por delante de una cámara, ahora quiere ser actriz. Y así sigue, dos años más tarde interviene en "Blue in the Face" una de las sorpresas independientes del año 95.

A partir de entonces Allison Anders ("Four Rooms" con padrinazgo de Robert Rodriguez y Quentin Tarantino, Spike Lee ("Girl 6") y la que sin duda es su mejor película, "Evita", de Alan Parker, con guión de Oliver Stone. Madonna entonces demostró que había aprendido a interpretar, que ya no era la eterna adolescente que únicamente pensaba en follar y que su apuesta por el cine era seria y contundente. Madonna se llevó incluso el Globo de Oro a la mejor actriz, muchos la veían ya recibiendo el Oscar. No pudo ser. Ni si quiera la nominaron.

Desde entonces su aproximaciones al cine han estado ligadas a su actual marido, el director Guy Ritchie, intervenciones no acreditadas aunque si recordadas ("Muere otro día", donde por cierto, quiso interpretar el papel de villana de la función pero al final no pudo ser) e incluso le ha puesto voz a dibujos animados en la aventura animada de Luc Besson "Arthur y los Minimoys".

¿Conclusión? Pues que si quiere puede. Está claro que Madonna ha aprendido donde meter la cabeza. Que ya no le interesa interpretar a tontas mujercitas y que al menos, lejos del escenario y con una cámara delante, está dispuesta a asumir su edad, o mejor, su madurez. Quien sabe, tal vez un día, termine recibiendo un Oscar. Con "Evita", ¡falto esto...!

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Ozores-Pajares-Esteso-Ozores


Hoy emiten en una cadena privada un reportaje sobre esa particular pareja que fue Andrés Pajares y Fernando Esteso, una pareja de protagonistas que a mi personalmente siempre me gusta recordar, formó grupo con otro par de personas más, a la sazón, hermanos, Mariano Ozores y Antonio Ozores. Ozores-Pajares-Esteso-Ozores le dieron forma a un cine muy particular, un cine, del que nadie ha dicho grandes cosas porque es de dominio público que no tiene ningún valor más allá de sus chistes de humor grueso. Sin embargo, de igual forma que Tim Burton consiguió y defendió la valía de Ed Wood como un artista adelantado a su tiempo, un servidor, que sin llamarse Tim, ni Burton, considera algo similar del cuarteto Ozores-Pajares-Esteso-Ozores, no creo, desde luego que estuviéramos ante unos artistas de vanguardia peeero, si que considero, tienen un valor que va siendo hora, un día admitamos.

En primer lugar como representación de una España que ya no es que empezara a abrirse, sino que podía empezar a permitirse el lujo de reírse de todo aquello, que se le había negado durante años. Sus guiones, esquemáticos, de brocha gorda y fundamentados en el equívoco, no dejaban de ser folletines de la clase media española, que ya empezaba a reconocer realidades como la infidelidad. Pero siempre, bajo un prisma desenfadado, casi hilarante, en un mundo donde no había consecuencias. Al final, los embrollos solían solucionarse con una multitudinaria reunión final en la que todos los implicados ponían sobre la mesa sus redencillas, odios viscerales y avaricias varias. En realidad Ozores nos decía, nadie se escapa en esta sociedad.

El laureado camino del entramado Ozores-Esteso-Pajares-Ozores comenzó con "Los energéticos" (1979), película modelo de lo que vendría después. "Los bingueros" (1979) que posteriormente sería remakeada por el propio Ozores en "Ya no va más" esta vez, ya sin Esteso y Pajares pero sin con su hermano Antonio, en esta ocasión de protagonista absoluto, "Yo hice a Roque III" (1980) -glorioso el chiste de la báscula que pesa en libras y hay que pasar la medida a kilos empezando por "¿a cómo está la libra?", "El liguero mágico", "Todos al suelo", "Los liantes" y un larguísimo etcétera de largometrajes que sembraron el inicio de la década de un absoluto desparpajo, desnudos fáciles y algún que otro chiste ácido contra la actualidad política del momento (en "Que vienen los socialistas", uno de los personajes enuncia la frase que da título al film y otro personaje responde "¿pero vienen armados?").

Pero además, una vez se habían asumido los roles y entrábamos en el esquemáticos juego propuesto por Ozores, el asunto tenía su gracia. Dos impresentables que por lo general no llevaban un duro en el bolsillo flirteaban con las mujeres más guapas y excitantes levantándosela a quien hiciera falta, sin ningún tipo de miramientos. Nada importaba más que unos pechos desnudos, un liguero y una actitud juguetona. Todo se justificaba ante una mujer descocada, el sexo se practicaba sin bajarse los pantalones aunque ellas si, no tardarán en quedarse con los trozos de tela justos para no ser clasificada X. Era un cine machista hasta la médula y eso, también tiene su valor, en el sentido de que podemos comprobar como hemos evolucionado y como todo aquello se contemplaba sin prejuicios en su día. Era cine hecho por hombres y para hombres, pero para el hombre medio, ese hombre que miraba a su lado y veía a la mujer con la que se había casado y que ya no le excitaba y encontraba en el cine de Ozores-Esteso-Pajares-Ozores esas cosas que sólo podían pasar en ese cine. Que un hombre con el discutidísimo atractivo de Antonio Ozores se llevara a la cama a algunos de los mitos eróticos más envidiados del momento.

A mediados de la década de los 80 se produjo el primer signo de decadencia, Fernando Esteso abandonaba el cine. Su última película, "Cuatro mujeres y un lío" (1985) se produjo en toda la Edad Dorada del género, pero la decisión no afectó demasiado al conjunto, es más, fue así como Antonio Ozores pudo empezar a lucirse como protagonista absoluto. Ozores además comenzó a subir como la espuma gracias al popular programa "Un, dos, tres..." y entonces comenzó la buena época de Ozores, de los dos Ozores, "¡No hija no!", "Esto si se hace", "Esto es un atraco" y "Ya no va más"... Paralelamente, Andrés Pajares emprendió un peligrosísimo camino, implicarse en proyectos dirigidos por algunos de los más toscos imitadores del cine de Ozores, Tomás Aznar, Ramón Fernández, Álvaro Sáenz de Heredia, Juan Ignacio Galván y Juan Guerra, proyectos además, en los que Pajares solía interferir bastante, algunas películas, incluso las co-dirigió el actor.

Pero con la llegada de la década de los 90 las cosas dieron un giro radical. Los hermanos Ozores apenas habían evolucionado desde principios de los 80 y seguían haciendo el mismo cine que entonces, "Disparate nacional", "Pareja enloquecida busca madre de alquiles", "Jet Marbella Set" y "Pelotazo nacional", la última película de Mariano Ozores en 1993. Con Pajares sin embargo, todo resultó bien distinto. El popular actor empezó a frecuentar directores más complejos y comprometidos y así se dejó ver en "Moros y cristianos" de José Luis García Berlanga, en "¡Ay, Carmela!" de Carlos Saura, y "Makinavaja" su particular aportación al mundo del cómic con un exitoso film, todo lo mediocre que se quiera pero con una gran aceptación popular. Andrés pajares era un hombre muy querido. España, de algún modo, le agradecía los buenos ratos que le había hecho pasar y ahora valoraba sus cambios de registro, especialmente en "¡Ay, Carmela!". Su último éxito en regla fue la serie de televisión "¡Ay, Señor, Señor!" donde contaba con la inestimable ayuda de un emergente Javier Cámara. Una vez en lo más alto, Pajares empezó a decaer. "Bwana" no fue el éxito que se esperaba, dirigió el mismo "Naufragos" e intervino en "Grandes ocasiones" de Felipe Vega, a partir de entonces, Pajares comenzó a frecuentar programas de televisión, series, nada concreto, su vida se bifurcó, sus situación personal se le fue de las manos, y hasta hoy...

Entretanto Mariano Ozores y Antonio lo intentaban en la televisión. "Taller mecánico" gozó de cierta aceptación pero lo que pasó con "El sexólogo" se pasó de la raya. La serie fue tachada de machista y se retiró de la parrilla de programación... Saquen sus propias conclusiones pero a mi me parece una actitud un poco hipócrita, aunque tengo que admitir que no recuerdo la serie y que sólo imagino, será una prolongación del cine Ozores-Esteso-Pajares-Ozores llevado a la gran pantalla.

Hace unos meses tuve la oportunidad de hablar con Mariano Ozores y aprovechando que lo tenía delante (es un decir, porque fue una conversación telefónica) le dije algo así como "Gracias por tantos momentos de diversión con sus películas" y Mariano me contestó, "nada hombre, hacíamos nuestro trabajo".

lunes, 15 de septiembre de 2008

Directores malos


Yo siempre he defendido que existen dos tipos de directores malos. Los malos y además, aburridos, y los malos, pero en el fondo, entretenidos. Los malos y aburridos son, afortunadamente cada vez menos, porque sus películas se hunden en la taquilla y desaparecen con suma rapidez. No obstante hay algún que otro malo y aburrido como Joel Schumacher que es capaz de cargarse una película con un punto de partida tan intrigante como "23" y de filmar la que está considerada la peor película de superhéroes de toda la historia, "Batman y Robin" y aún así, gozar de cierto prestigio crítico. También hay impresentables como Buz Luhrman al que un día de estos le van a dar un Oscar y todo o Russel Mulcahy que un día gozó de cierto éxito con "Los inmortales" se enterró vivo con "Los inmortales II", "Ricochet" (esta tenía su gracia, no crean) o "La sombra" y ahora se dedica a filmar secuelas infumables tipo "Resident Evil. Extinction" o "El Rey Scorpion 2. La rebelión de los guerreros" y mucha, mucha televisión.


Los malos y divertidos ya son otra cosa. Uno asume con desvergüenza y desparpajo que lo que está viendo no vale un céntimo de euro pero dejándose llevar se descubre lo hilarante de algunas propuestas. Y para mi, el rey de este cine malo es Renny Harlin (en la imagen). El hombre no da una desde los tiempos de "Máximo riesgo" con la única y moderada excepción de "Deep Blue Sea" y todo, abundando en un cine macarra, excesivo, por momentos disparatado, tipificado y repleto de subrayados y exaltaciones de la violencia y la sangre. Eso si, guste o no Harlin se portó como todo un señor sacando a flote la versión que de "El exorcista. El comienzo", querían los productores, pero antes había situado en la bancarrota a la Carolco (la madre de Terminator) gracias a la destrozona "La isla de las cabezas cortadas" y dirigió el guión más caro de la historia de la peor forma posible en la digerible aunque no exenta de indigestión "Memoria letal". Tiene fama de prestar la atención justa a los actores y estar siempre encima de la cámara y atento al monitor. Mathew Modine, que trabajó con el en "La isla de las cabezas cortadas" terminó el rodaje echando humos de Harlin que al parecer le daba la instrucciones casi por SMS. Algo parecido sucedió con el compositor David Arnold que debería haber compuesto la música de esta película de piratas. Al parecer Harlin le pasaba la instrucciones a Harlin por fax y cuando este escuchó un primer tema para la película, Harlin puso "caras raras" (según el propio Arnold) abandonó la sala y nunca más se supo, salvo que al final sería John Debney quien le pondría la música al film. Pero es que Renny Harlin es así, un disparate en estado puro y dicen, que un pelín arrogante también. Completamente ajeno a conceptos como equilibrio o sutilidad, su máxima es abrumar a través de imágenes potentes que no permitan el más mínimo atisbo de reflexión, no vaya a ser que alguien se percate de la castaña que está viendo y abandone la sala.


Michael Bay también es de los malos aunque entretenidos, o al menos, lo era. Aunque resulta bastante dificil aburrise con películas como "Dos policías rebeldes" o "La roca", el hastío ha invadido mis sentidos ante celuloide positivado del calibre de "Armaggedon", "Dos policías rebeldes II" o "Transformers" ("Pearl Harbor" ni me he atrevido a verla). Parece increíble que Bay, que ha hecho de la adrenalina y el ritmo desbocado sus señas de identidad haya perdido el norte dejándose llevar por un sendero de excesos videocliperos en donde los 25 fotogramas por segundo que fundamentan la existencia del cine a Bay, se le quedan cortos.


Otro malo paro a mi entender, entretenido es Roland Emmerich. El hombre, tiene buenas intenciones, lo que pasa es que no le sale. Su mandamiento de oro es el espectáculo de una falsa épica de lo grandilocuente. Pero además Emmerich, intenta, y lo intenta de verdad, adornar sus grandiclocuentes propuestas con personajes, o al menos, atisbos de personajes. Lo que pasa es que en este aspecto todo es demasiado simple. Es aquí donde el cine de Emmerich se estrella estrepitosamente, ni si quiera cuando un guión lo firma otro ("El patriota"), Emmerich no presta demasiada atención a los personajes, y si a la acción y la presumible emoción de la aventura. Una pena, porque Emmerich podría haber sido un digno sucesor de la escuela Lucas-Spielberg (que es a lo que siempre ha aspirado) sino fuera porque su sencillez como cineasta se hunde con demasiada frecuencia en la simpleza.


Jan De Bont es otro de los malos, pero que muy malos, pero entretenido. Antaño, excelente director de fotografía de John McTiernan, De Bont se dio a conocer con una estimable montaña rusa titulada "Speed". Pero esta, fue sólo un -en todo caso, humilde espejismo- de lo que De Bont podía ofrecer. "Twister" es horriblemente mala, pero como De Bont filma como filma, sus personajes van de un sitio para otro como si fuera a algún lugar y las cámaras (por De Bont usa de 6 a 7 cámaras en cada escena) los siguen con entusiasmo, siempre claro, en steady camp, al ritmo de una pegadiza banda sonora de Mark Maccina para terminar con una buena ración de efectos especiales. Eso se podía ver una vez y pase, pero dos... Ya después, todo fue caída en picado. "Speed 2" se imitaba a si misma y fracasaba estrepitosamente, "La guarida" sólo sería más mala, si no se pasearan por delante de la cámara de vez en cuando (véase que he dicho pasear y no actuar) Liam Neeson y Catherin Z. Jones. "Tomb Raider. La cuna de la vida" sigue siendo una película muy mala, pero al lado de "Tomb Raider", pode de manifiesto que pese a todo, De Bont es entretenido o mejor aún, más disparatado, con menos complejos.

Paul W. S. Anderson es otro que tal baila. Se metió en esto del cine con un film como "Mortal Kombat". Dirigió la interesante aunque desigual "Horizonte final". Recicló el modelo Rambo con la no obstante estimable "Soldier" y reinterpretó la temática zombi con la entretenida "Resident Evil". Apuntaba ciertas maneras, muy matizables todas, pero maneras al fin y al cabo. La crítica incluso, le tenía en cierta cosndieración pero poco a poco Anderson, se ha ido perfilando como un director de videojuegos rodados en cine con nulas pretensiones y sin con la mirada puesta en el público adolescente menos exigente y más embutido en la Mtv Way of Life. Y casi todo, gracias a un único film; "Alien contra Depredador". La película es un espantó, pero hacía la mitad del film el asunto se torna tan disparatado que entonces, la película pasa a ser divertida de lo hilarante de la propuesta. Ahora y ha terminado su última película, "Death Racer" con Jason Statham ("Transporter"). Un film futurista con carreras de coches. Pues nada, mucho ruido seguro, sólo cabe esperar que se trata de una propuesta al menos disparatada, que es el único espacio que nos queda a la hora de digerir este tipo de largometrajes, un tipo de películas que, y esto vale la pena destacarlo, en ocasiones, son necesarias. Uno no puede pasarse el día vieno a Bergman o a Tarkovski terminaría probablmente grillado. En ocasiones hace falta un cine plano sin prejuicios, divertido y descacharrante. Y en este sentido creo sicneramente que Harlin, Emmerich, De Bont y ocasionalmente Bay, son le major medicina para la relfexión sesuda. Ahora bien, atentos a sus contraindicaciones. Jamás, abusar de ellos. Jamás.


viernes, 12 de septiembre de 2008

"Se busca" a Angelina Jolie


Hoy es viernes, glorioso día de estreno. Y hoy, la cartelera tiene un nombre, "Wanted". Basada en un cómic del que admito públicamente, jamás había oído hablar, el film está protagonizado por Anjelina Jolie y Morgan Freeman, un actor todo lo bueno que uno quiera pero que suele pasearse por películas ciertamente malas (salvo cuando trabaja para su amigo Clint Eastwood) cuando no la jode directamente cuando hace acto de presencia ("El cazador de sueños"). Pues bien, "Wanted" está dirigida por Timur Bekmambetov, el responsable de la -aspirante a- saga "Los guardianes de la noche" y "Los guardianes del día".

Yo, tengo que volver a poner en evidencia mi ignorancia. No he visto "Los guardianes del día". Sin que la primera película me desagradara del todo, el conjunto mitológico del que hacía gala del que al parecer, más vale ser todo un erudito porque si no uno se pierde en vaguedades, me carga un poco. Parece que algunos confunden riqueza dramática con amontonar personajes, leyendas y situaciones (¿no, Lucas?) y aunque el film tenía ideas sugerentes, "Los guardianes del día" espero verla un día de estos en DVD.

Todo esto no quita que según tengo entendido "Wanted" sea un auténtico disparate. La crítica se ha divido entre los que la aplauden a rabiar (los que dicen estos los tengo fichados y no me fío un pelo) y los que la ponen a la altura del betún. Hombre, a mi me la impresión de que el film corre el riesgo de resultar excesivo aunque siempre puede resultar divertido, que es lo máximo a lo que uno puede aspirar con un film como este.

Otras de las cosas curiosas de la película es su cartel (en la imagen). Al parecer, en Inglaterra ha sido censurado (como lo oyen, o mejor, como lo leen) por considerarlo una apología de las armas y la violencia. Juzguen ustedes mismos. Pero yo me preocuparía más del contenido que del cartel y en cualquier caso, con un pie dentro del siglo XXI, iría dejando a un lado cualquier tipo de censura que ya hemos visto que si, agudizan el ingenio (esto es verdad, para qué lo vamos a negar), pero dice muy, muy poco a favor de nuestra sociedad.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Acelerador de partículas


Estos días está teniendo lugar en Ginebra el que según parece, es el experimento más importante jamás realizado. Un grupo de científicos y no se cuantos millones de dólares quieren reproducir las mismas condiciones que se dieron inmediatamente después de Big-Bang. A lo mejor nadie se ha percatado de que la teoría del Big-Bang es eso, una teoría, y que tratar de reproducir físicamente unas condiciones que se dieron como consecuencia de una..., "teoría", es a lo mejor mojarse demasiado. Pero bueno, como a mi la física nunca se me ha dado bien imagino que esta gente sabe lo que hace.

Entre otras muchas cosas ciertamente impronunciables, los científicos esperan dar con una cosa que se llama, "Materia oscura" que entre otras cosas es el combustible que utiliza la nave espacial de "Futurama". Pues bien, el caso es que esa "materia oscura" es el hecho más misterioso de la física porque los científicos creen que existe o mejor, debe existir, porque si no las actuales teorías de la física no se tendrían en pie. Es decir, debe existir algo en el espacio que otorgue las condiciones adecuadas para que las fórmulas de la física funcionen. Al parecer la materia oscura sería algo así como una partícula hiperconcentrada que contendría la madre de todas las partículas, la semilla de lo que todo esta hecho; tu, yo, el que está a tu lado y al mio, el cielo, el agua, la tierra, un coche, el ordenador que tienes delante, las teclas que estás aporreando, todo...

Pero por lo visto, el asunto también tiene sus riesgos. Al parecer, otro grupo de científicos (seguro que desarrapados que fueron apartados del proyecto del que lógicamente, todo físico querría formar parte) han presentado, nada menos que en el Tribunal Internacional de los Derechos Humanos una denuncia ante el experimento de marras. Al parecer, temen que en el proceso se genere un agujero negro y la tierra, el sistema sola y cuando no la galaxia entera, sea absorvida por la nada (aunque llegado este punto el asunto ya nos daría igual). Por si las moscas, en la India, una niña de 17 años ya se ha sucidado aterrada ante la idea del fin del mundo. Pese a todo, los científicos implicados han tachado tal ocurrencia de ciencia ficción aunque reconocen que la idea es generar un micro agujero negro. Pues bien caballeros, yo no se vosotros, pero jugar con esas cosas....

El caso es que el asunto tiene su aquel y andaba yo pensando estos días que me apuesto todo mi patrimonio (que debe andar por los menos 2.000 euros) a que el experimento del acelerador de partículas va a servir de base para más de una película la mayor brevedad. La idea es en si apasionante para dejar volar la imaginación. El experimento podría provocar una singularidad en el espacio-tiempo, y aunque yo no se que narices significa esto (Stephen Hawkings si, de hecho se lo leí a él) la idea puede servir para proponer casi cualquier cosa. Imaginar por ejemplo que se generara un agujero que negro que sólo absorviera el tiempo, ¿qué pasaría entonces con el espacio? O que se generara una energía en los alrededores que provocara lo que a uno se le venga en gana, desde muertos vivientes a vacas verdes con alas doradas y sombreros amarillos cantando La traviata de Verdi. Lo que uno quiera.

Mi apuesta es esa (ya saben mi patrimonio). Que el acelerador de partículas hace acto de presencia en el cine el día que menos lo pensemos. No lo duden ni un segundo.

11-S


El 11 de septiembre es el cumpleaños de mi hermana. Estábamos en casa de mis padres. Creo recordar que era sábado. Habíamos comido y yo, me había levantado de la mesa y me había sentado en el sillón frente al televisor. No se qué me llamó la atención. Entonces escuché decir a Matias Prats que una avioneta se había estrellado contra una de las torres del World Trade Center. Las imágenes eran espectaculares. Al parecer, yo no lo recuerdo probablemente porque estaba absorto con las imágenes, mi padre me dijo algo así como "deja esa película y ven a la mesa que es el cumpleaños de tu hermana". "Una película". Y es que, el 11-S tuvo mucho de puesta en escena. Es decir, ¿cual puede ser el lugar del mundo más concurrido, reclamado, visitado y admirado? Nueva York, Manhattan, esas dos imponentes torres del WTC.

Ya nada sería igual, ni si quiera el cine. De pronto, multitud de películas que hacían referencia a situaciones, más o menos, similares a las del 11-S fueron canceladas o sustancialmente modificadas. Súbitamente, cuando uno subía a un avión, no sólo tenía que temer que el chisme se precipitara al vacío en pleno vuelo, sino que todo el pasaje se convirtió en un potencial sospechoso. Todos, atentos a las bolsas y las mochilas del que tenía sentado a su lado. Volar se convirtió entonces en el escenario idóneo para un film de terror como demostró Wes Craven en su entretenida "Vuelo nocturno".

Pero el cambio en el mundo fue mucho más radical y profundo y eso también se dejó sentir en el cine. De pronto, Estados Unidos, se aisló en una carrera, de tintes disparatados a la caza y captura del mismísimo diablo, que había tomado la forma de un multimillonario jeque al perecer, atrincherado en alguna escarpada montaña de Afganistán. Aprovechando el tiró y la solidaridad que el mundo prestó a Estados Unidos, George W. Bush invadió Irak con las nefastas consecuencias que todos conocemos de sobre. Bush alimentaba decálogos como "el eje del mal" y "la lucha contra el terror" y si la sociedad norteamericana de por si, es una sociedad con miedo en las venas, ahora se había convertido en una sociedad paranoica que había monstruos nada más poner un pie fuera de sus fronteras. Eso es "Hostel". La historia de un grupo de jóvenes que viajan a Eslovenia en busca de sexo fácil y al final son utilizados como muñecos de tortura. El mal anida fuera de los Estados Unidos.

"Hostel" provocó que el cine de terror mirará de nuevo a aquellos clásicos malsanos y premeditadamente toscos que en la década de los 70 hicieron temblar a toda una generación. Alguien se acordó de "Las colinas tienen ojos" y Alexandre Ajá filmó un notable remake hundido en la paranoia norteamericana. La familia desmebrada a causa de un ataque externo en un luagr que muy bien, podría ser ninguna parte a manos de unos monstruos que a la sazón, han sido creados por los propios americanos (como es bien sabido, Bin Laden fue financiado y armado por Estados Unidos durante la ocupación rusa de Afganistán, de hecho, los simpáticos, amigables y pobres nativos a los que John Rambo ayuda a luchar en "Rambo III", son guerreros talilbán, ahora, enemigos del "mundo libre" y el cáncer de la actual Afganistán).

Los zombies de George A. Romero también encuentran su fisura. Si "La noche de los muertos vivientes" fue un alarido de horror ante la caída incesante de soldados norteamericanos en Vietnam, casi 3.000 muertos de una sola tacada bien podían merecer no una, sino varias películas. A modo de premoción "28 días después" se estrenó el mismo años 2002. Luego vendría su secuela, la mucho más intencionada "28 semanas después", y después "Amanecer de los muertos", "La tierra de los muertos vivientes", "El diario de los muertos".

Entonces la sociedad norteamericana empezó a corromperse tanto, como la epidermis de los muertos vivientes. De acción-reacción a un ataque se pasó a un exultante y ególatra sentimiento, no, deber a su defensa y la defensa de todo el mundo. Sólo Estados Unidos podía y debía salvar al mundo. Irán, Corea del Norte aún hoy, siguen bajo la amenazante mirada de Estados Unidos y Rusia se ha dado cuenta de que o da un golpe en la mesa y se hace notar, o los yankees se la comen con patatas. Entonces Bush, de ser un salvador y un comandante en jefe en condiciones, se convierte en un alfeñique, en lo peor que ha hecho Estados Unidos en mucho tiempo. La popularidad de Bush cae por lo suelos y todo el mundo se muestra más crítico que nunca , especialmente los propios norteamericanos que empiezan a preguntarse si actuaron de una forma correcta. Al fin y al cabo, el detonante de todo esto, Osama Bin Laden, sigue vivo y en paradero desconocido.

Entonces Michael Moore se hace famoso poniendo a caer de un burro a Bush con su aplaudida "Fahrenheit 9/11" y Oliver Stone se resarce de su excesivamente correcta -que no mala película- "World Trade Center" filmando "W". Paul Greengras filma la que hasta ahora es la mejor aproximación a los atentados con "Vuelo 93" donde se deja diluir cierta crítica a la caótica respuesta que Estados Unidos a los ataques. Ya nadie se cree que Irán sea una amenaza potencial y aunque lo sea, hay otras prioridades; salir de Irak, contener Afganistán, desmantelar células islamista a lo largo y ancho del mundo, porque esto hay que tenerlo muy presente, Bush, declarándole la guerra abierta a Al-Qaeda revolvió un avispero al que le dio alas y justificación. Bush se quiere ir de su mandato con un halo de pacifista. Mientras sólo en Irak han muerto más personas que en el 11-S el presidente de los Estados Unidos trata de anudar un acuerdo entre israelíes y palestinos. ¿El conflicto más largo de la historia del hombre va a ser finiquitado por Bush? Eso nadie se lo cree. Ni los propios israelíes y ni mucho menos los palestinos. Ahora Bush dice que ya es hora de que sus soldados vayan dejando Irak. Pero Afganistán, cuya operación lidera Estados Unidos bajo el nombre "liberta duradera" como respuesta al 11-S está peor que nunca. En suma ¿qué podemos ver hoy que haya conseguido Bush tras los atentados del 11-S?

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Pero... ¿de verdad eso fue todo?


Hubo un tiempo en el que no existía la Playstations. El vídeo VHS era un lujo del que no todos podían disfrutar. Como solía decir mi madre, los críos nos pasábamos el día "apedreando perros", o lo que es lo mismo, en la calle corriendo por mil razones, algunas de ellas, ciertamente fantásticas, otras más mundanas, pero siempre, emocionantes. Nuestro único objetivo parecía ser; correr. Pero a la hora de la merienda, o por la mañana los sábados y domingos, series como "Barrio Sésamo" o "Cajón Desastre" o más atrás incluso, "La bola de cristal", nos iluminaban con historias ridículas hasta a veces, un punto instructivas (todo el mundo recordará a Coco diciendo eso de "¡ahora estoy arriba!...., ¡ahora estoy abajo!...).

En este mundo que no puedo evitar contemplar con añoranza, tenía cabida y sentido, unos personajes como los Looney Tunes; una disparatada familia fundamentada en la persecución y el acoso y derribo al que tenía en frente sin dejar un resquicio para la paz. Eran personajes, además, cerrados, con sus características bien definidas siempre en constante explosión hiperactiva; Bugs Bunny podía hacer a cualquier cazador arrepentirse de haber cogido un día un arma, el Pato Lucas era un rezumo de envidia y odio vital a todo lo que deambulaba a su alrededor, pero con especial fijación ojeriza por Bugs, el Coyote en su incansable búsqueda de su necesaria y justa (no lo olvidemos) dieta, se convirtió en todo un paradigma de la naturaleza y un ejemplo incansable de la perseverancia; Piolin, el mayor hijo de puta que se haya dibujado jamás, con su rostro redondeado de animalillo inofensivo, resulta particularmente chocante contemplarlo como machaca con alevosía y premeditación malsana al pobre Silvestre, un triste gato que sólo quiere algo que llevarse a la boca, y en fin, toda una lista de personajes, eso si, siempre bañados por la hilaridad y el histrionismo.

Pero ahora, esto parece que ha cambiado. Los niños prefieren la animación 3-D, más vistosa, que la tradicional, por hilarante que esta sea. De vez en cuando, compruebo como mis sobrinos, de unos 3 años, se queda embobado mirando la televisión ante una serie de dibujos infumables y cuando he intentado ponerle algún corto de la Warner, no aguantan más de uno o dos episodios. ¿Qué ha pasado pues?

Desde luego las cosas cambian y todos debemos evolucionar. Pero de igual modo que seguimos recordando nombres como Chaplin, Drácula o Sherlock Holmes, creo que nunca deberíamos dejar de recordar a los Looney Tunes. Porque lo cierto es que sigue ahí, aguantando el tirón de la animación "tipo Pixar" (cuyo último corto, por cierto, "Presto" tiene cierto tufillo al más puro estilo Warner). Quizá por está razón, nombres como Tex Avery, Chuck Jones, Friz Freleng o Robert McKimson siguen a día de hoy siendo artistas respetados, porque al fin y al cabo, en los "Looney Tunes" no se trataba sólo del gag del mamporro. Pero por si acaso, por si alguien se había olvidado, o incluso, por si alguien no había oído nunca hablar de ellos (aunque conociendo a todos mis lectores, que los conozco con nombre y apellidos, se que todos no sólo saben de su existencia sino que además, son grandes admiradores), aquí va mi humilde, humildísimo recordatorio. ¿Para cuando un libro sobre los cortos de la Warner en castellano que vaya más allá de ser un cuaderno de dibujo, en todo caso, también muy necesario?

martes, 9 de septiembre de 2008

Series españolas


Como es bien sabido, los americanos siempre nos han llevado la delantera. Lo hicieron con el Kepchut, con los jeans, con la democracia y por su puesto, con la televisión. Cuando Estados Unidos estaba aburrido de amasar millones de dólares con series de televisión que nosotros hemos y seguimos adorando, en España dábamos tímidos pasos en busca de una fórmula adecuada. Atrás han quedado mitos como "Verano azul" pero ahora la cosa ya es bien distinta. Los españoles les plantamos cara a las series norteamericanas sin ningún rubor y en ocasiones, hasta ganamos. España ya saber hacer series de televisión. ¿O no?

Sin negar el abrumador éxito de algunas series de televisión españolas a mi me da la impresión de que hay algo que no hacemos del todo bien. Quiero decir, aún teniendo guionistas cada vez más curtidos, actores de primera e ideas soberbias..., ¿Por qué una serie de televisión española dura de media dos horas? Quiero decir, eso es una película en toda regla. ¿Es que ya nadie se acuerda de eso de que "lo bueno, si breve, dos veces bueno"? Una serie de televisión que se emite todas las semanas cuando no todos los días, no puede durar dos horas. Eso es un abuso.

Aún así, ahora estamos empezando a aprender. "Camera Café", la que sin duda es uno de los grandes éxitos de Telecinco y que por cierto ya se ha cargado a esa tontería de Antena 3 que pretendía hacerle sombra y que atendía al nombre de "Impares", dura cinco minutos escasos. Diálogos mordaces, ágiles, ocurrentes y personajes cerrados en dos o tres características básicas. Bien hecho. La fórmula funciona. Pero ni así. Los listos de Telecinco, con tal de hacer parrilla, acumulan no se cuantos episodios de "Camera Café" hasta por lo menos ocupar una hora. ¡Una hora! a costa de segmentos de cinco minutos, tienen que aglutinar muchos segmentos. Es una pena, porque Telecinco no se está dando cuenta de que está jugando con fuego y de que prolongando el espacio una hora está arriesgándose a perder el encanto de "Camera Café". Que dura una hora. Pero ya se sabe que cuando una fórmula funciona hay que explotarla sin piedad. Y yo me pregunto si no habría que empezar a denunciar esta práctica al Tribunal Internacional de los Derechos Humanos.

De hecho, Telecinco ya se cargó en su día el encanto que tenía otra serie de pequeños scketch. "Escenas de matrimonio". Cuando le cambiaron el reparto deje de ver esta serie. No si la alargado o que han hecho con ella, pero ya no me interesa. La que empieza a despuntar en mi opinión es "La tira", en La sexta. Es también una serie grabada casi, en cámara fija, personajes, también fijos en decorados inamovibles. La fórmula, de nuevo sus diálogos y alguna ocurrencia visual sin desperdicio. Yo, me quedo con los porteros de discoteca. "La tira" dura media hora escasa. ¡Bien hecho! Pero, ¡ay!, también los de La sexta quieren su pedazo del pastel de las audiencias en un horario ciertamente complicado, de cinco a seis de la tarde. Dos capítulos en uno y una horita completada. En fin...

Vamos teniendo ideas, si señor, ideas que no obstante, Estados Unidos lleva explotando desde hace años, pero bueno, cada cosa a su tiempo y creo sinceramente que el nuestro, ya está aquí. Ahora hay que aprovecharlo, que no explotarlo. ¿Y esto como se hace? Pues mimando al producto y no explotándolo.

Coppola en Alicante


-¡Eh, tio! Coppola está en Alicante.

-¡Coño!, estooooo... ¿quien es Coppola?

- ¡Joder, tio! El director de "El padrino"

- Pues, llevaba un tiempo sin hacer nada, ¿no?

- Bueno si, se tiró una década sin rodar un sólo fotograma.

- ¿Preparando su acariciado y descomunal proyecto "Megalópolis"?

- Bueno..., no lo se, en realidad terminó rodando "Youth Without Youth", un film pequeñito con Tim Roth

- Ah, ¿si?, ¿y que tal está?

- Pues la verdad es que no lo he visto porque en Murcia al menos, no se ha estrenado

- ¿Después de diez años regresa el director de "El padrino" al cine y no se estrena su película?

- Pues si, es que Murcia es así.

- ¿Pero ha funcionado en taquilla?

- Pues no lo se pero sospecho que no.

- Bueno, pero la que estará rodando ahora Coppola si será "Megalópolis", ¿no?

- No. Se llama "Tetro" y la protagoniza Maribel Verdú.

- ¿Y de que va?

- Pues de una familia argentina que viaja a Estados Unidos a descubrir las raíces de sus familiares italianos que emigraron en su día al Nuevo Continente.

- Bueno, pero puede estar bien, ¿no?

- No lo se. ¿Ta has visto algo de Coppola después de haber estado apartado de las cámaras de diez años?

- Estooo, no

- Pues yo tampoco

- Y entonces ¿cual fue su última película que se estrenó en condiciones?

- "Jack"

- ¡Qué el señor nos asista!

Pues eso...

lunes, 8 de septiembre de 2008

Chevy Chase


Cuando alguien nombra a Chevy Chase, si la otra persona sabe de quien está hablando, la respuesta suele ser una mueca de disgusto. No ocurre lo mismo en cambio con nombres como Dan Aykroyd, John Candy, Harold Ramis, Billy Cristal, o James y John Belushi. En cambio Chevy Chase, es algo así como la última frontera entre el humor hortera y el buen gusto. En cambio, a mi Chevy Chase me gusta, lo siento. Y me gusta por una cuestión meramente intuitiva. Lo miro a la cara y no puedo evitar mostrar una mueca de sonrisa. El tipo de hace gracia. Sobre todo cuando hace de bocazas listillo de pacotilla sin enterarse en realidad de lo que ocurre a su alrededor, como sucedía en "Espías como nosotros", película cumbre del cine de humor de los 80 obra del denostado John Landis.

Los 80, fueron sin duda, su Edad de Oro. En aquellos años, además de "Espías como nosotros", Chase filmó "El club de los chalados", "Como en los viejos tiempos", "El contrato del siglo" -una película de William Friedkin ("El exorcista") nada menos-, "Los tres amigos" y "Funny Farm" -dirigida por George Roy Hill ("El golpe"), nada menos...- entre otras. Pero además, Cahes tuvo tiempo de crear sus propias franquicias, una dedicada a un particular detective privado bastante malhablado y un pelín antipático con "Fletch" y "Fletch Revive" pero sobre todas las cosas, su gran creación, el personaje de Clark Griswold que protagonizó hasta cuatro largometrajes; "Las vacaciones de una loca familia americana", "Vacaciones europeas de una chiflada familia americana", "S.O.S Ya es Navidad" y "Vacaciones en las Vegas", está ya en 1997 como último recurso de Chase para revitalizar su maltrecha carrera.

Ya en los 90, Chevy Chase ha vagabundeado en diversas producciones de toda índole, dejándose ver eso si en películas como "Héroe por accidente" o protagonizando algunas encomiables producciones como "Memorias de un hombre invisible" de John Carpenter o una extrañísima película dirigida por su amigo Dan Aykroyd que se ha llegado a localizar por dos títulos bien distintos, "Nothing but trouble" (algo así como "Nada de problemas, pero...), "Valkenvania" y que aquí, con nuestra habitual habilidad titulamos "El gran lío"; film irregular, pero muy curioso, no cabe duda (este para un maratón...).

En fin, que el bueno de Chevy Chase debe rondar los 65 años y a mi es un tipo, que siempre me ha caído bien, aunque asuma su limitada capacidad interpretativa, su reprobable elección ante determinados poyectos, su empeño por dar vida a personajes ciertamente ásperos y sus orígenes televisivos dentro del celebérrimo late-night norteamericano "Saturday Night Live". ¿Si estamos ante un revival de los 80 y Quentin Tarantino puede hacer pasar por vanguardia (y lo consigue) las películas de kung-fu de los 70?, ¿por qué no reivindicar la figura de Chevy Chase?

En el fondo, menos mal que esto sólo lo leen cuatro amigos...

Fascinación


No había visto yo "Pozos de ambición". La vi la otra noche. Y me viene a confirmar algo que había empezado a sospechar tras "Punch-Drunk Love", que su director, Paul Thomas Anderson (en la imagen) tiene en su interior una capacidad de fascinación similar, por poner un ejemplo, a la que un director como Stanley Kubrick esgrimió hace años. Sus historias, terriblemente sencillas en la superficie, destilan una complejidad, igualmente terrible en su fondo. Anderson, es capaz de conseguir que sus imágenes, cuidadas hasta el mínimo detalle, logren trascender más allá de lo que simplemente estamos observando para en su conjunto, lograr transmitir, quizá no tanto un mensaje, como una impresión, una sensación.

Cine, en el fondo, esencialmente intuitivo, para disfrutar de un film de Paul Thomas Anderson es preferible relajarse en el salón de casa, tener a mano un paquete de cigarrillos y dejarse llevar por las imágenes, fundamentalmente, las imágenes de Anderson. El director de "Punch-Drunk Love", desde que saltara a la luz internacional con su espléndida "Boogie Nights", ha ido hermetizando su universo con cada película que ha hecho al añadirle más y más matices, mayores contenidos y aspiraciones. "Punch-Drunk Love" es sin duda, el prólogo que después daría pie a un film tan descomunal como "Pozos de ambición".

Sin duda, el primer logro de una películas como "Pozos de ambición" es que con un presupuesto de 25 millones de dólares (poco para lo que se gastan en Hollywood), haber conseguido que Miramax la hiciera pasar por una firme aspirante a los Oscar habiendo conseguido 8 nominaciones y dos estatuillas y habiéndola vendido como una historia épica de uno de los aspectos más turbulentos que cimentaron la historia de Estados Unidos, la extracción de petróleo.

Pero "Pozos de ambición" reduce la épica al mínimo y fuerza la máquina dramática y narrativa del conjunto al máximo. Con un Daniel Day Lewis en estado de gracia, repleto de matices, "Pozos de ambición" no habla del ser humano y de sus ambiciones que irremediablemente terminarán impregnadas de sangre. Sin grandes alardes narrativos ni dramáticos, Anderson consigue distanciarse de sus colegas del cine más moderno de Hollywood (Christopher Nolan, Darren Aronofski, Wes Anderson...) para construir un universo personal alejado de hábiles juegos de artificio y a la vez, mostrando un mundo extremadamente seductor, por el tremendo mimo que el director se percibe, ah dedicado a cada aspecto del film, generando en todo su conjunto una extraña fascinación entre la extraño de sus cuidadas formas y lo atractivo del conjunto. Anderson prefiere exprimir los planos a abusar del montaje, prefiere exprimir a los actores a emborronar sus interpretaciones a base de planos/contra planos, en suma un cineasta a tener en muy en cuenta. Todavía es joven como para encumbrarlo pero no pierdan de vista a este hombre y sobre todo, hagan un esfuerzo por asumirlo y recuerde, cuando fue la última vez que se esforzaron al ver una película...

viernes, 5 de septiembre de 2008

Che


Hoy es viernes, glorioso día de estreno. Y hoy se estrena "Che. El argentino" de Steven Soderbergh. La película, que se ha estrenado con toda la campaña publicitaria propia de un blockbuster y está protagonizada por el popular Benicio Del Toro (que por cierto, acaba de rodar con Joe Johnston "The Wolf Man"), está en realidad financiada con dinero español y francés. Además, originalmente, "Che" era una película de cuatro horas, pero los productores le dijeron a Soderbergh qué si es que estaba mal de la cabeza, de modo que a "Che" la ha pasado lo que ya ocurrió con "Kill Bill" o "Grindhouse", que acabó convirtiéndose en "Planet Terror" y "Death Proof".

Tratándose como se trata de una película de Steven Soderbergh, el resultado puede ser impredecible. Soderbergh, es capaz de hacerse monumentales pajas mentales ("Kafka") con tanta facilidad como puede filmar una película intrascendente y taquillera ("Ocean´s Eleven") y con un film como "Che" uno no sabe, ciertamente, a que agarrarse. Yo, tengo que admitir que Soderbergh es un cineasta que me deja bastante frío. Entiendo que es un director interesante, pero más que por sus propuestas, por es un hombre inquieto, poco amigo de los clichés y siempre con la cabeza metida en hacer cosas nuevas por arriesgadas que sean ("Solaris"). Soderbergh está convencido de que "Che" va a funcionar bien en taquilla, de modo que no extrañaría que la película fuera bastante ligera y se pueda ver sin demasiados escoyos por más que se trate, como el propio director ha declarado, de un film muy lejos de esas biografías épicas.

A mi lo que más me interesa es la propia razón por la que Soderbergh se metió en el proyecto (levantado fundamentalmente, gracias al empeño de Benicio del Toro); acercarse a una figura tan popular como poco conocida. Esa idea me gusta. Conocer a una figura que según lo expertos, condicionó el futuro económico y política de Sudamérica hasta nuestros días. Y también, comprobar como Soderbergh se ha acercado a un personaje que fluctúa entre el libertador para unos y el terrorista para otros. Cosa fina... Los que ya la han visto aseguran que Soderbergh, se inclina por lo primero.

La otra película estrella de la semana en las carteleras es "Viaje al centro de la Tierra". Buueeeno... Dando por su puesto que la película se va a parecer al relato de Julio Verne en el blanco de los ojos, sólo cabría esperar que el film, sea por lo menos, divertido. La presencia de Brendan Fraser en el reparto ya le da cierto encanto. Fraser, que seguro que le cae gordo a alguien, para mi personifica a la perfección lo que una relectura de Indiana Jones podría provocar ahora. Es decir, si Indana era un émulo de los clásicos de los 30 y Fraser, un émulo de un émulo, es decir, una copia de una copia, el resultado sólo puede lindar con la parodia, y eso lo hace muy bien Fraser ("La momia").

El director de "Viaje al centro de la tierra", Eric Breving, únicamente había dirigido antes algunos episodios de la serie "Xena. La princesa guerrera" (¡glup!), todo lo contrario que su carrera al frente de los efectos especiales de películas como "Abyss", "Desafío total", "Hombres de negro", "Wild, Wild, West", "Pearl Harbor", "Señales", "El bosque" o "La isla". Osea, imprevisible. En cualquier caso el principal reclamo de la película es que será proyectada en salas 3-D, una ocurrencia todo lo respetable que se quiera pero que no tiene porque afectar a la diversión del film, que visto lo visto, es lo único a lo que parece, podemos aspirar.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Cine musical


Voy a contar un episodio bastante personal, una de esas cosas que casi le ruborizan a uno. Andaba yo por los 15 ó 16 años, es decir, en plena adolescencia, imagino que bastante desorientado. Deambulaba -más que estudiaba- yo por los atiborrados pasillos del Instituto. Fue una época un poco extraña, porque yo, que nunca me he sentido particularmente sólo ni aislado, ni he tenido tendencia a la depresión, me sentía por aquellos años bastante desilusionado con casi todo. Habían pocas cosas que me estimularan, y con la única excepción de mis compañeras de clase que por aquellos años no se percataron de mi existencia (dudo que lo hayan hecho ya), todo me aburría bastante. Entonces recuerdo, que cuando teníamos el esperado descanso, también conocido como "recreo", yo iba a mi casa que afortunadamente la tenía a escasos pasos del Instituto. Me olvidaba de mis amigos y compañeros sumergidos en un constante y aburrido pitorreo entrecruzado entre ellos mismos y el resto del mundo y yo, me preparaba un delicioso bocadillo, me sentaba en el salón y me ponía a admirar con toda la atención del mundo la popular escena que da título al film "Cantando bajo la lluvia". Ahora que lo pienso, y miro hacia atrás en el tiempo la verdad es que me parece una actitud un poco extraña, pero a mi, por aquel entonces no me lo parecía, en absoluto. Aquel tipo con una sonrisa de oreja a oreja que decidía calarse hasta las cejas al ritmo de una pegadiza melodía conseguía algo extraordinario para mi entonces. Conseguía, hacerme sentir feliz.

El cine musical, que gozó de gloriosos años de fervor popular anda desde hace ya bastantes años un tanto descarriado. Está de moda incluso darles la espalda como decía un popular crítico de cine español afincado en Los Ángeles cuando admitía su absoluta indiferencia ante los musicales y en cambio, su absoluto entusiasmo ante una película como "Moulin Rouge!" (2001). Sólo hay que atar cabos, si a un tipo que no le gustan los musicales le entusiasma el espantó de Bazz Luhrman es que esa película debe ser muy mala. En efecto, yo la vi en DVD y ni la terminé. Todo lo contrario que le sucedió a otro musical, este de reminiscencias más clásicas y bastante más simpático que pese a contar en su reparto con una estrella como Uma Thurman se estrelló en las taquillas de todo el mundo, "Los productores" (2005). Casos como "Evita" y sobre todo, "Chicago" son tal vez excepciones que confirman la regla porque al fin y al cabo, no son músicales de ribetes clásicos, pero tampoco disparates hiperadrenalíticos como "Moulin Rouge!".

A mi de entrada me gustaría que se revitalizaran películas excepcionales como la propia "Cantando bajo la lluvia" o "West Side Story", pero para eso, hay que querer soñar. De igual modo que para pasar miedo en una película de terror hay que querer pasar miedo, para soñar en un musical y que tener cierta presdisposición. Y hoy la gente no quiere soñar. Lo que resulta paradójico en un medio como el cine que se supone, es una ventana a los sueños. Ahora preferimos universos digitalizados a coreografías musicales. Pero fíjense en como el pequeño protagonista de "Wall-e", veía un número de "Hello Dolly" con devoción y esperanza. El mundo, no puede ser tan malo o por lo menos, todo lo que sale de las manos del hombre no es horror y destrucción.

Recuerdo que fue mi buen amigo Pedro quien me dijo, cuando yo rondaba los 16 ó 17 años, que el movimiento de grúa que culmina la escena de "Cantando bajo la lluvia" había sido definido por numerosos estudiosos cinematográficos como la mejor representación de la alegría de vivir. Y eso es algo maravilloso. Pero claro, ahora que somos posmodernos y Baudrillard nos ha dicho que todo es un simulacro, que ni la tristeza ni la alegría existe, que por no existir nada no existe ni el mal, no parece que un musical tenga demasiado sentido y si explosiones de pesimismo como "Matrix", "Requiem por un sueño" o "El club de la lucha".

En cualquier caso, yo reivindico el optimismo. Vivir, no es tan malo, al contrario, es nuestro mejor regalo. No quiero adoctrinar a nadie, pero si lo pensamos bien, si sabemos hacia donde mirar, y "cómo" mirar, creo que podríamos descubrir esas pequeñas cosas que hacen del mundo un lugar mejor. Esas pequeñas cosas de las que están hechos los musicales. La magia. Porque si señores, lo creo sinceramente, en el mundo real, en el mundo de los genocidios, de los atentados y de las guerras, también hay magia. Y los musicales son, creo yo, hasta la fecha, su mejor exponente.


martes, 2 de septiembre de 2008

Tom Cruise


Hace unos días leía un artículo en no se que periódico sobre la alarmante decadencia de la carrera de Tom Cruise. Entre afirmaciones personales acerca de su liderazgo a la Iglesia de la Cienciología y recordando episodios lamentables del actor como aquella disparatada entrevista con Oprah Winfrey, el artículo recordaba que el último gran éxito de Cruise había sido con "La guerra de los mundos", "hace ya más de tres años", aseguraba el periodista. Doy por sentado que el autor del artículo pasó premeditadamente por alto "Mission: Impossible III" que si bien, no fue el éxito que se esperaba para nada, se puede hablar de fracaso.

Pero lo que todo esto me hace sospechar es que a Tom Cruise se ha decidido odiarlo. Es algo así como lo que le sucedió a Kevin Costner cuando fue laureado con "Bailando con lobos", vilipendiado por "Waterworld" y ejecutado (es un decir) por "El cartero del futuro". Es cierto que Costner parece que dio la razón a sus enemigos con algunas de sus películas, pero si tenemos que se francos, Cruise no está haciendo lo mismo. Es verdad, que a un nivel personal Tom Cruise puede ser todo lo imbecil que uno quiera (yo ahí no voy a entrar) pero si somos un poco honestos, creo yo, Tom Cruise ha demostrado en más de una ocasión ser un tipo inteligente que sabe que proyectos elegir. Que quede esto bien claro, no me interesa ni juzgo la vida personal de Cruise, me puede parecer un mamarracho en sus aparciones públicas pero si es de cine de lo que queremos hablar, creo sinceramente, que se trata de un actor con posibilidades y además muy habil en su elección de películas en las que intervenir.

A mi de Tom Cruise no me interesan sus primeras películas alimenticias pensadas para forgar la imagen de guapo de los 80, entre otras cosas porque todas, son muy malas; "Risky Bunisess" (1983), "Top Gun" (1986) o "Cocktail" (1988) creo que las he visto una vez, creo..., porque sinceramente, a penas recuerdo nada. Pero su participación durante aquella época en películas como "Legend" (1985) y especialmente "El color del dinero" (1986) comennzaron a poner de manifiesto al menos una cosa, a Cruise le interesaba algo más que ser el guapo del cine de los 80. Después vinieron "Rain Man" (1988) pero sobretodo "Nacido el 4 de julio" (1989), un film comprometido, arriesgado, que ponía su imagen de guapo al borde del absimo y que además puso de manifiesto que Cruise, si se lo proponía podía ser un buen actor.

Y es que, lo bueno de Cruise es que ha sabido alternar producciones meramente alimenticias con películas más arriesgadas, insólitas casi, para una estrella de su calibre. "Dias de trueno" (1990) es uno de esos proyectos alimenticios, algo así como "Un horizonte muy lejano" (1992), una producción camuflada bajo cierto prestigio y ciertas aspiraciones que aunque bastante mejor que "Dias de trueno" se quedó en un quiero y no puedo. Pero bueno, Cruise "quería". "Algunos hombres buenos" (1992) siguió un poco la estela de "Un horizonte muy lejano", Cruise muy guapo eso si, ciertas aspiraciones, y alguna que otra nominación para largometrajes en el fondo, muy funcionales.

"La tapadera" (1993) de Sidney Pollack ya fue otra cosa y es el momento además en el que Cruise comienza a codearse con los grandes directores de Hollywood. Se ha ganado determinado prestigio y ha demostrado que no sólo quiere ser una cara bonita, aunque si lo puede ser mejor. "Entrevista con el vampiro" (1994) es un poco del estilo de "La tapadera", pero esta vez, de nuevo bajo un director de prestigio como Neil Jordan, Cruise se enfrentará a uno de sus mayores retos, interpretar a un peligroso vampiro. Algunos, incluido la autora del libro en el que se basaba el film, lo pusieron a caer de un burro pero lo cierto es que Cruise aprobó con nota su incursión vampírica, todo lo contrario que su compañero de reparto Brad Pitt, el verdadero bulto sospechoso e incómodo de la película (a ver, no tengo nada contra Pitt, pero este actor no pegaba en ese papel con esa ridícula melena, Pitt queda bien, pues en cosas com "Troya").

A partir de este momento Cruise ya tiene el suficinete prestigio y poder en Hollywood como para poner en marcha su propia productora y fabricarse el mismo sus propios prodcutos alimenticios. Nada que objetar, a estas alturas y como casi todos los actores de Hollywood, se lo merecía. Nace entonces la serie "Mission: Impossible" con tres películas que resultan francamente rentables en taquilla (las dos primeras más que la tercera es cierto, pero éxitos al fin y al cabo) con las que además Cruise -y esto lo honra-, pretende aportarles un sello personal a cada una. Brian de Palma en la primera (de lejos, la mejor de todas), John Woo en la segunda (también de lejos, la peor) y J.J. Abrams en la tercera (entre la primera y la segunda, aunque algo más cerca de la primera). Películas para el lucimiento de Cruise, es cierto, pero con un mínimo de interés por su peso específico cinematográfico. Desde luego, mejor iniciativa que cualquier película de Jerry Bruckheimer.

"Jerry Maguire" (1996) es un proyecto que le ofrecen a Cruise con tufillo a Oscar y que en más de un sentido pretende repetir el éxito de "Mejor imposible" que además, cuenta con un director irregular, pero interesante, Cameron Crowe. Cruise no lo duda, mete la cabeza en el film. A mi no me dijo nada, pero es una buena elección crítica y de taquilla. Entre esta película y "Mission: Impossible II" Cruise se permite participar en dos películas ciertamente insólitas, "Eyes Wide Shut" (1999) y "Magnolia" (1999). Cruise está en todo lo alto, triunfa en las taquillas y lo siguen nominado a los Oscar, la estatuilla dorada debe estar al caer, debió de pensar él. Después protagoniza un extraño giro, compra los derechos de "Abre los ojos", le da el proyecto a Cameron Crowe y le deja que haga lo que quiera. El resultado es "Vanila Sky" (2001), película apaleada en España pero que algún día deberíamos reconsiderar por encima de sus defectos (en mi opinión, lo asombroso de esta película es que aún calcando la trama del film de Amenábar, Crowe realizará una película completamente distinta, con aspiraciones e intenciones absolutamente diferentes. Y eso, hay que reconocerlo, es bueno).

Después Cruise, que hemos visto, no es tonto, se alía con Steven Spielberg y ambos filman "Minority Report" (2002), un notorio exponente de cine de acción adulto y tras un breve regreso a producciones funcionales como "El último samurai" (2003), que pese a todo, no recibió malas críticas, vuelve a aliarse con un director de prestigio para interpretar otro papel complicado, "Collateral" (2004). Vuelve a aliarse con Spielberg en "La guerra de los mundos" (2005) y se atreve con la comprometida "Leones por corderos" (2007) de Robert Redford.

Ahora Tom Cruise ultima "Valkiria" (en la imagen) de Brian Singer, de nuevo un film arriesgado, con un director de éxito y bien cosndierado ("Sospechosos habituales"). A lo mejor la película terina siendo una castaña, pero la empresa, bien merecía la pena. De modo que es posible que Cruise sea un descerabrado en su casa, yo no lo se, e insisto, ni me importa. Pero lo cierto es que de momento, el actor está demostrando que su sola presencia en un film es un mínimo de garantia. Un mínimo de calidad. Un mínimo. Y esto, creo que es verdad, por gordo que nos pueda caer el señor Cruise.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Trailer "W"


Pues ya está, ya tenemos el primer trailer de "W", como sabrán, la particular aproximación que Oliver Stone está preparando sobre el actual presidente de los Estados Unidos George W. Bush. Las imágenes prometen una primera etapa de desenfreno que a buen seguro, no harán la menor gracia a la estirpe de los Bush. Una etapa que según las primeras imágenes del film estuvieron plagadas de excesos, delitos y no pocos enfrentamientos con su padre, el ex presidente George Bush. El nuevo cartel de la película ya promete mucho; un Bush siendo retocado ante lo que parece ser una inminente comparecencia pública, nada menos, que una película sobre su vida o mejor, sobre su ascenso de los bajos fondos de Texas (por más que Bush provenga de una familia atrincherada en millones el señor Bush por lo visto, se junto con lo mejor de lo mejor) hasta la mismísima Casa Blanca.

Por lo demás, confirmaciones y decepciones en el equipo técnico y artístico; como se anunció desde un primer momento, Johs Brolin (en la imagen) será Bush, Elizabeth Banks, la señora Bush (ahí es nada), Thandie Newton Condolleza Rice (también, cosa fina), Richard Dreyfus Dick Cheney, Ioan Gruffudd, Tony Blair, Scott Glen será Donald Rumshfeld y James Cromwell Bush padre. Para un servidor la mayor decepción es que al contrario que "JFK" y "Nixon", la banda sonora esta vez, no vendrá compuesta por John Williams, sino por Paul Cantelon. ¿Qué quien es este hombre? Esa es una buena pregunta. Al parecer Cantelon debe ser un hombre muy conocido en su casa a la hora de comer. Su trabajo más reciente ha sido "Las hermanas Bolena" todo lo demás, es bastante desconocido de modo que, a ver que pasa....

Del Toro y Lucas


Han sido estos, días extraños. Semanita de vacaciones, vuelta al curro que no ha sido tal pero que si, en fin... Todo muy raro. El otro día fue viernes, glorioso día de estreno, y yo me quedé sin lanzar mis habituales dardos envenenados contra determinados personajillos que yo me se, un gustazo que, me van a permitir, no deje pasar. Al esperadísimo estreno de "Los girasoles ciegos" (entenderán la ironía, no puedo termina de entender que pueda haber de extraordinario en una enésima aproximación al franquismo de posguerra donde todo sigue resultando extremadamente polarizado y no hay cabida para los matices o los tonos grises), han llegado también "Hellboy II" y "Las guerras clon", y aquí me quería detener yo.

El caso de "Hellboy II", o lo que es lo mismo, Guillermo del Toro, es ciertamente curioso. Del Toro, debe ser a día de hoy, el tipo más afortunado del mundo, hace lo que quiera y más o menos, cuando quiere y por si fuera poco, le ofrecen cosas, verdaderamente golosas. Se dio a conocer con "Cronos", para muchos, su mejor película hasta la fecha, una aguda aproximación al tema del vampirismo desde una óptica ciertamente insólita. Llamó la atención de Hollywood y le encargaron hacer "Mimic", película de encargo donde las haya, pero con su huella en el fondo y en la forma. Se acercó a la cinematografía española con la muy notable "El espinazo del diablo", sabiendo lo que pasó después, una de sus mejores decisiones, y todo -y aquí ha residido la habilidad de Del Toro,- sin perder sus contactos en Hollywood. Del Toro llevaba entonces, tiempo queriendo hacer "Hellboy" con Ron Perlman como protagonista, pero los estudios no lo veían nada claro. Esa era una película cara, protagonizada por un eterno secundario de modo que nadie quiso mojarse hasta que alguien le propuso a Del Toro un trato; "haz "Blade 2", y si es un éxito, te damos 60 kilos para que hagas "Hellboy"". Dicho y hecho. Es verdad que "Blade 2" es, de lejos, la película menos afortunada de Del Toro, pero también es verdad que es, también de lejos, mucho mejor que la espantosa "Blade". Tras el éxito de Blade 2" vino "Hellboy", para el tipo de film que es, una película no particularmente cara que funcionó bastante bien en taquilla. Después regresó a España donde filmó "El laberinto del fauno", y como si de pronto nos hubiéramos dado cuenta de lo que estaba haciendo Del Toro por el cien español, lo embotamos a Goyas. Además produjo "El orfanato", la película más taquillera de nuestro cine en años. Cosa fina... Del Toro, no sólo se había metido en el bolsillo a Hollywood, sino también a España. Hay es nada.

Ahora con "Hellboy II" Del Toro se reafirma en Hollywood y sienta sus bases para poder hacer frente al gran reto del director mexicano, "El hobiit". A mi, que "El señor de los anillos" siempre me ha parecido una película-trilogía sobrevalorada, espero mucho de esta nueva aproximación al universo tolkiano pero en cualquier caso yo soy de la opinión de que Del Toro, aún está por hacer su gran película, que quizá pudiera ser, su acariciado proyecto, "En las montañas de la locura"...

Y después tenemos "Las guerras clon". Bueno... Como muchos ya sabrán, yo le declaré la guerra a George Lucas tras el estreno de "Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal". Es como si aquella desafortunada película hubiera sacado a la luz todos los defectos que durante años a exhibido Lucas y que yo, cegado por una cuestión generacional muy complicada, no he podido ver. También sabrán los que me conocen, que mi entusiasmo por la última trilogía de "Star Wars" es limitadísimo, si bien no voy a despotricar más porque Antonio Rentero me desautorizó a criticar el "Episodio II y III" (al menos, has desistido de defender el "Episodio I") hasta que no los vuelva a ver, y como él es mi lector más fiel, pues le voy a hacer caso.

Ahora bien, esto no quita que mi interés por "La guerra de los clon" sea verdaderamente escuálido. Existe no obstante un resquicio de esperanza y es que al parecer, Lucas ha metido la mano bien poco en esta película, limitándose a ser acreditado como argumentista (es decir, la historia, no el guión), lo cual, es toda una buena noticia. Veremos por tanto que pasa con el guión de Henry Gilroy, Steven Melchin y Scott Murphy, tres hombres forjados en mil series de televisión que tienen en "Las guerras clon" su oportunidad de oro. Otro tanto de lo mismo se puede decir de Dave Filoni, también ensañado en la pequeña pantalla que podría insuflar a la saga "Star Wars" de un -necesario- soplo de aire fresco si Lucas quiere seguir viviendo de la renta como ha hecho hasta ahora y como parece, que pretende seguir haciendo.

Lo que si tenemos seguro, al menos, es que no se ha perdido la música de John Williams que se reutiliza en "Las guerra clon" salteada con una partitura de Kevin Kiner, un hombre con un buen número de obras tras sus espaldas (entre otras "Wing Commanders", "Temblores 3" o "C.S.I.") y que con ésta película se enfrenta al que tal vez sea el mayor reto de todos, estar a la altura de Williams, y continuar con su estela. Cosa fina...