jueves, 11 de septiembre de 2008

11-S


El 11 de septiembre es el cumpleaños de mi hermana. Estábamos en casa de mis padres. Creo recordar que era sábado. Habíamos comido y yo, me había levantado de la mesa y me había sentado en el sillón frente al televisor. No se qué me llamó la atención. Entonces escuché decir a Matias Prats que una avioneta se había estrellado contra una de las torres del World Trade Center. Las imágenes eran espectaculares. Al parecer, yo no lo recuerdo probablemente porque estaba absorto con las imágenes, mi padre me dijo algo así como "deja esa película y ven a la mesa que es el cumpleaños de tu hermana". "Una película". Y es que, el 11-S tuvo mucho de puesta en escena. Es decir, ¿cual puede ser el lugar del mundo más concurrido, reclamado, visitado y admirado? Nueva York, Manhattan, esas dos imponentes torres del WTC.

Ya nada sería igual, ni si quiera el cine. De pronto, multitud de películas que hacían referencia a situaciones, más o menos, similares a las del 11-S fueron canceladas o sustancialmente modificadas. Súbitamente, cuando uno subía a un avión, no sólo tenía que temer que el chisme se precipitara al vacío en pleno vuelo, sino que todo el pasaje se convirtió en un potencial sospechoso. Todos, atentos a las bolsas y las mochilas del que tenía sentado a su lado. Volar se convirtió entonces en el escenario idóneo para un film de terror como demostró Wes Craven en su entretenida "Vuelo nocturno".

Pero el cambio en el mundo fue mucho más radical y profundo y eso también se dejó sentir en el cine. De pronto, Estados Unidos, se aisló en una carrera, de tintes disparatados a la caza y captura del mismísimo diablo, que había tomado la forma de un multimillonario jeque al perecer, atrincherado en alguna escarpada montaña de Afganistán. Aprovechando el tiró y la solidaridad que el mundo prestó a Estados Unidos, George W. Bush invadió Irak con las nefastas consecuencias que todos conocemos de sobre. Bush alimentaba decálogos como "el eje del mal" y "la lucha contra el terror" y si la sociedad norteamericana de por si, es una sociedad con miedo en las venas, ahora se había convertido en una sociedad paranoica que había monstruos nada más poner un pie fuera de sus fronteras. Eso es "Hostel". La historia de un grupo de jóvenes que viajan a Eslovenia en busca de sexo fácil y al final son utilizados como muñecos de tortura. El mal anida fuera de los Estados Unidos.

"Hostel" provocó que el cine de terror mirará de nuevo a aquellos clásicos malsanos y premeditadamente toscos que en la década de los 70 hicieron temblar a toda una generación. Alguien se acordó de "Las colinas tienen ojos" y Alexandre Ajá filmó un notable remake hundido en la paranoia norteamericana. La familia desmebrada a causa de un ataque externo en un luagr que muy bien, podría ser ninguna parte a manos de unos monstruos que a la sazón, han sido creados por los propios americanos (como es bien sabido, Bin Laden fue financiado y armado por Estados Unidos durante la ocupación rusa de Afganistán, de hecho, los simpáticos, amigables y pobres nativos a los que John Rambo ayuda a luchar en "Rambo III", son guerreros talilbán, ahora, enemigos del "mundo libre" y el cáncer de la actual Afganistán).

Los zombies de George A. Romero también encuentran su fisura. Si "La noche de los muertos vivientes" fue un alarido de horror ante la caída incesante de soldados norteamericanos en Vietnam, casi 3.000 muertos de una sola tacada bien podían merecer no una, sino varias películas. A modo de premoción "28 días después" se estrenó el mismo años 2002. Luego vendría su secuela, la mucho más intencionada "28 semanas después", y después "Amanecer de los muertos", "La tierra de los muertos vivientes", "El diario de los muertos".

Entonces la sociedad norteamericana empezó a corromperse tanto, como la epidermis de los muertos vivientes. De acción-reacción a un ataque se pasó a un exultante y ególatra sentimiento, no, deber a su defensa y la defensa de todo el mundo. Sólo Estados Unidos podía y debía salvar al mundo. Irán, Corea del Norte aún hoy, siguen bajo la amenazante mirada de Estados Unidos y Rusia se ha dado cuenta de que o da un golpe en la mesa y se hace notar, o los yankees se la comen con patatas. Entonces Bush, de ser un salvador y un comandante en jefe en condiciones, se convierte en un alfeñique, en lo peor que ha hecho Estados Unidos en mucho tiempo. La popularidad de Bush cae por lo suelos y todo el mundo se muestra más crítico que nunca , especialmente los propios norteamericanos que empiezan a preguntarse si actuaron de una forma correcta. Al fin y al cabo, el detonante de todo esto, Osama Bin Laden, sigue vivo y en paradero desconocido.

Entonces Michael Moore se hace famoso poniendo a caer de un burro a Bush con su aplaudida "Fahrenheit 9/11" y Oliver Stone se resarce de su excesivamente correcta -que no mala película- "World Trade Center" filmando "W". Paul Greengras filma la que hasta ahora es la mejor aproximación a los atentados con "Vuelo 93" donde se deja diluir cierta crítica a la caótica respuesta que Estados Unidos a los ataques. Ya nadie se cree que Irán sea una amenaza potencial y aunque lo sea, hay otras prioridades; salir de Irak, contener Afganistán, desmantelar células islamista a lo largo y ancho del mundo, porque esto hay que tenerlo muy presente, Bush, declarándole la guerra abierta a Al-Qaeda revolvió un avispero al que le dio alas y justificación. Bush se quiere ir de su mandato con un halo de pacifista. Mientras sólo en Irak han muerto más personas que en el 11-S el presidente de los Estados Unidos trata de anudar un acuerdo entre israelíes y palestinos. ¿El conflicto más largo de la historia del hombre va a ser finiquitado por Bush? Eso nadie se lo cree. Ni los propios israelíes y ni mucho menos los palestinos. Ahora Bush dice que ya es hora de que sus soldados vayan dejando Irak. Pero Afganistán, cuya operación lidera Estados Unidos bajo el nombre "liberta duradera" como respuesta al 11-S está peor que nunca. En suma ¿qué podemos ver hoy que haya conseguido Bush tras los atentados del 11-S?

1 comentario:

Tigretón dijo...

El 11-S fue martes, y día de la Romería de la Fuensanta en Murcia...

Lo recuerdo perfectamente, igual que tú, excepto lo del día, pero me refiero a que todos nos acordamos de lo que hacíamos ese día y en esos momentos (y eso es lo que dice mi tocayo Rentins respecto a estos hechos y otros como por ejemplo el asesinato de Miguel Ángel Blanco).

Ese día Murcia estaba desierta, todo cerrado, mi hermana se iba a Madrid y teníamos que comer deprisa, para que no se le hiciera muy tarde en la capital de España.

Y puse las noticias de A3, y ví la escena de la primera torre con humo negro saliendo... Pensé que era una película (también), o un incendio, luego me enteré que había sido un avión.

Luego, mis padres y yo, vimos en directo todo lo que pasó después (o vimos lo que se pudo ver, mejor dicho), desde el impacto del segundo avión hasta el derrumbe de las Torres.

La confusión, el desconcierto era grande entre los que informaban por televisión y los televidentes.

Era como una especie de "Guerra de los Mundos" pero no era obra de ningún genio como Welles, todo aquello era real...

Mi hermana salió en dirección Madrid, antes de que ocurriera la caída de las Torres y mi padre se alarmó le comentó por teléfono lo que había pasado y que llevara cuidado.

Una compañera de trabajo (de mi etapa de Bullas) tiene costumbre tomar vacaciones y viajar a lugares exóticos con un grupo de amigos. Aquel año fue a un sitio más bien normalito para ella: La India. Vieron la foto de un avión estrellándose contra una Torre en un periódico del allí día siguiente. Pensaron: "Cartel de una película" (¡Hubo tantos que pensaron en el cine!). Hasta que poco más tarde llamó madre de mi compañera, llorando, diciendo que a ver si iban a poder volver..."

Nada, efectivamente, es igual ya desde aquel día...