martes, 23 de septiembre de 2008

CSI: La estética del crimen


"CSI" lleva en las parrillas de la televisión de medio mundo 8 años, casi una década. Ya hay una generación entera que se ha criado viendo como avispados investigadores descubren al asesino más rocambolesco. Como sabrán, este tipo de asesino que planea sus crímenes como si de un crucigrama se tratase sólo habita por tierras americanas. Aquí cogemos un cuchillo y ensangrentados negamos ante la policía cualquier implicación. "Spain its different"...

También como sabrán, "CSI" es un invento de uno de los productores más poderosos de Hollywood, Jerry Bruckheimer, responsable/culpable de películas como "Top Gun", "Dos policías rebeldes", "Black Hawk derribado", "Piratas del Caribe" o "La búsqueda", vamos, cosa fina... Para entendernos, Bruckheimer sería algo así como la Hamburguesa por antonomasia, el Burguer King del cine, es decir, mucho ruido y pocas nueces. Pero eso si, un ruido que Bruckheimer, lo ha demostrado con creces, sabe vender muy bien. Nunca ha ocultado sus verdaderas intenciones, lo suyo es hacer ruido. Sólo cuando filma con los hermanos Scott, el personal se toma el asunto con mayor seriedad pero aún en estos caso, lo que prima es el ruido. Y cuando hablo de ruido no me refiero sólo a formidables equipos de Dolby Digital Sourround, sino también a ruido visual, es decir, formidables efectos especiales y una cuidadísima estética articulada en función de sus planos, las fugas de luz, juegos con la profundidad de campo y claro está, el montaje, mucho, mucho montaje, Si además resulta que hay un buen guión, pues mira, eso que nos llevamos, pero esa no es la prioridad.

"CSI" es en verdad todo esto. La cámara está en constante movimiento, si se fijan, casi nunca está quieta, suaves desplazamientos por aquí, elegantes grúas por allá, además en muchos casos, también si se fijan, entre la cámara y el objeto principal a encuadrar, hay elementos secundarios desenfocados, que se "pasean" por delante de la cámara. En "CSI" también encontramos una cuidadísima iluminación, algunas efectos de montaje ciertamente chirriantes que a ritmo de rock nos muestran con todo lujo de detalles la belleza innata que inunda una sala de autopsias cuando un cadáver es abierto en canal. Los investigadores reproducen las escenas del crimen y Burckheimer se encarga reproducirla con sus consabidas cámaras lentas, acercando y alejando la cámara de forma imposible pero eso si, muy vistosa. Y otra cuestión desconcertante de "CSI". Todo el mundo es guapo o es guapa. Además están buenos y los, y las que no lo están, están tremendas. Todo resulta demasiado idílico, demasiado perfecto, demasiado...

Bien pues este es el mundo que ha manofacturado el señor Bruckheimer y que se vende como rosquillas en todo el mundo. Al público le gusta, por lo visto, sumergirse en truculentas tramas donde todo, no obstante, huele a nuevo. Historias de tragedias sociales que no estorban a nadie porque no dejan de desprender algo de plastificado, de falso. El público sueña por tanto con ser un esbelto o esbelta investigador/ora que con su flamante cuerpazo y sus tetas de silicona desenmascara a los malos sin que el peinado sufra daños colaterales o el rimel corriéndose hacía donde no debe. La muerte y el crimen resultan atractivos en "CSI" y Bruckheimer no tiene inconveniente en comercial con ello, ni nosotros, o al menos sus fervientes seguidores (yo la sigo ocasionalmente cuando soy invitado a verla), en comprarlo. La muerte y el crimen se han convertido en un buen material de mercado aunque esté vacío de contenido, aunque su única finalidad sea entretener.

No se hasta que punto hacemos bien, cuando mercadeamos con la muerte y el crimen que han sido maquillados para que gusten al público. Un público que sólo pide (en todo su derecho) pasar un rato frente al sofá evadido de sus problemas entretenido mientras unos mueren y matan en una sucesiva repetición de postales que en suma, no nos quieren decir nada, salvo consume, y no pienses porque no vale la pena.

Me dirán algunos, sus guiones está muy bien. Si, ¿y qué?

2 comentarios:

Antonio Rentero dijo...

A ver, como decia el bueno de Jack...

Para empezar no me gusta "CSI", visto uno vistos todos.

Pero reconozco que me encanta lo listillo q es el gran Grissom y lo chulito que se pone Horatio (que si juntas ese nombre y el apellido del otro y se lo pones a un churumbel amargas la existencia de un niño por siempre jamas).

Para episodios autoconclusivos en los que desentrañar un intrincado misterio en 50 minutos me quedo mil millones de veces con el bueno del doctor House, y ademas, Cameron SI QUE ES UNA PRECIOSIDAD.

En eso disiento contigo, las actrices de las tres "CSI" no me dicen absolutamente nada, si acaso (fijate) la unica que si q me pone es la rubia de Las Vegas, Marg Helgenberger.

Me pondrias en un aprieto si tuviera que elegir entre ella y la Cameron de House...

En cuanto al ruido visual... muy bien apuntado por tu parte ;-) mucho ruido y pocas nueces jajaja

Ramón Monedero dijo...

Hombre, desde luego "House" es mejor serie se mire por donde se mire aunque en eso de las mujeres..., Cameron es más mona pero todo el reparto de CSI es sencillamente espectacular. En cualquier caso lo que si hay es una estética televisiva basada en el ruido (visual) en una densidad de nueces bastante discutible en casi todos los casos. La cosa tiene tela no creas: Lenguaje audiovisual en la nueva era de las series de televisión americanas...