martes, 21 de diciembre de 2010

Paternidad


El pasado 18 de diciembre, cumpleaños de Steven Spielberg, fui padre. Lucía nació a las diez y cuarto de la mañana del sábado, después de doce horas de hacerse de rogar. Tras doce horas esperando en una sala de espera completamente sólo tuve tiempo de hacer un par de amistades fugaces con las que probablemente no me vuelva a encontrar y si me los encuentro será el típico rostro de de qué diablos me suena esa cara.
En fin, que todos muy bien, la niña, la madre y bueno, el que menos importa, yo también. De momento el balance es de 2-1; dos noches sin pegar ojos (pero sin pegar ojo literalmente) y otra de sueños intermitentes pero lo cierto es que sin pretender ser tópico, vale la pena.

martes, 30 de noviembre de 2010

Leslie Nielsen (1926-2010)


¡Dios lo que me he reído con ese hombre!. Puede que muchos consideren que exagero pero humildemente creo que Leslie Nielsen hubiera podido ser un nuevo Peter Seller. No gozó de los proyectos más indicados y se dejó llevar por una agenda que al fin y al cabo le daba un trabajo regular. Lo sorprendente de Nielsen es que tocó el éxito en 1988 con más de sesenta años gracias a "Agárralo como puedas". Atrás quedaban entorno a las cuatrocientas películas y series de televisión en las que Nielsen había intervenido pero nadie se acordaba de él, salvo entre los fans del cine fantástico gracias a su papel en "El planeta prohibido". No obstante entre la década de los 60 y la de los 70 no hubo serie de televisión, exitosa o no, en la que no hiciera acto de presencia este intérprete canadiense. Su rostro se pudo ver en series como "Los intocables" (1960), Alfred Hitchcock Presenta" (1958-1961), "El fugitivo" (1963-1964), "Bonanza" (1967), "Night Galery" (1971), "M.A.S.H." (1973), "Las calles de San Francisco" (1973-1974), "Kojak" (1974), "Kung Fu" (1975), "Colombo" (1971-975), "Los hombres de Harrelson" (1075-1976), "Vacaciones en el mar" (1977-1979), "Se ha escrito un crimen" (1985-1986) y "Autopista hacia el cielo" (1987) entre otras muchísimas apariciones en multitud de series más. Quizá su trabajo más recordado en aquella época fuera en "El planeta prohibido" pero Nielsen también se dejó ver en películas como "La aventura del Poseidón" (Ronald Neame, 1972) interpretando al capitán del barco (¡no sabían a quien le había dejado el barco!), "Made in USA" (John Landis. 1977) "Creepshow" (George A. Romero. 1982) o "Loca " (Martin Ritt. 1987) pero Nielsen era sobre todo un actor de televisión al que le daba igual ocho que ochenta porque todo parecía hacerlo bien.
Su encuentro definitivo vino con los Zucker-Abrahams-Zucker o lo que es lo mismo Jerry Zucker (después director en solitario de películas como "Ghost" o "El primer caballero"), Jim Abrahams y Davi Zucker, los tres hilarantes responsables de películas como "Top Secret" y "Aterriza como puedas", allí Nielsen hizo un pequeño papel secundario, nada serio, pero a todo el mundo le hizo gracia y lo que es más, fraguó una amista decisiva para su futuro.
Nielse destacó por su cara de poker, por ese gesto desencajado que solía poner cuando se percataba de que la cosa no iba con él, que se había dejado caer en el decorado equivocado, casi, casi como se de vez en cuando sus personajes se colaran en los guiones de otras películas con los que no tenía nada que ver. Nadie como él para ponerle rostro a una situación embarazosa o a un equívoco babilónico. Leslie Nielsen sabía mejor que nadie como estar donde no debía estar. Era algo así como el tipo equivocado para la situación equivocada y para ello, nada mejor que la apariencia de Nielsen. Además sabía poner cara de pan, de buenazo, de no haber roto un plato y también era único para poner cara de serio y que nadie se lo tomara en serio. Eso era lo que mejor sabía hacer.
Me hubiera gustado saber que hubiera sido de Leslie Nielsen si lo hubiera cogido cualquiera con ganas de sacarle jugo al asunto y hubiera hecho como Kenneth Branagh con John Cleese que consiguió que nadie esbozara una sonrisa al verlo como profesor Waldman en "Frankenstein de Mary Shelley", o como hizo Hal Ashby con Peter Seller en "Bienvenido Mr. Chance". No se si Leslie Nielsen hubiera sido capaz de ofrecer algo distinto que no fuera poner cara de equívoco, tampoco importa demasiado porque como cómico fue de los grandes de finales de siglo, tal vez el más grande porque ya se sabe que el cine de humor no ha gozado estas últimas década de su mejor estado de salud.
Fue una pena, eso sí, que sólo se dejara ver en película que fluctuaban entre la mala y la nefasta calidad. Siendo muy, muy, muy benevolentes quizá su última película de cierta dignidad fuera "Drácula. Un muerto muy contento y feliz" más porque detrás estaba Mel Brooks que por otra cosa la verdad. Pero lo cierto es que esto tampoco importaba demasiado porque lo bueno que tenía Leslie Nielsen era él mismo porque su sola aparición podía ser capaz de arreglar el mayor despropósito cinematográfico, con esa cara de poker Nielsen se paseó por películas abominables, creo que consciente de las insensateces en las que estaba tomando parte por esto encajaba tan bien y por esto también salvó más de una deleznable película o al menos, más de una deleznable escena. Como el propio Nielsen dijo una vez, puede que a nadie le importe un comino esto de que haya muerto Leslie Nielsen, "pero es nuestro comino".
Al menos algo es seguro, aquí abajo nos seguiremos riendo con él cada vez que volvamos a ver una de sus películas. Y allí arriba, los muy cabrones, se lo van a pasar bomba.

jueves, 11 de noviembre de 2010

"Paranormal Activity 2" de Tod Williams


La mera existencia de una película como Paranormal Activity 2 (Paranormal Activity 2; Tod Williams, 2010) puede ser tanto motivo de alegría para aquellos que amamos el buen cine de género hecho en Hollywood como de hastío para los que detestan la tendencia casi patológica de la Tierra de los Sueños de exprimir los éxitos hasta más allá de lo tolerable. Motivo de alegría porque, al fin y al cabo,Paranormal Activity 2 es una consecuencia directa de un éxito tan inesperado como fresco y revitalizante para el cine de terror. Contando la misma historia de siempre, el director de origen israelí Oren Peli consiguió insuflarle aires nuevos a un relato que hemos visto un millón de veces, retorciendo un poco más si cabe la mala uva que por lo general suele impregnar este tipo de películas. Y de hastío porque la única razón de ser de una película como la que nos ocupa es la taquilla, el dinero.

jueves, 4 de noviembre de 2010

"Ga´Hoole. La leyenda de los guardianes" de Zack Snyder. (2010)


Cuenta la leyenda que Peter Jackson dirigió la trilogía de El señor de los anillos(Lord of the Rings, 2001) subido en una bicicleta dando instrucciones desde unwalkie-talkie y corriendo de un set a otro, de modo que no me extraña en absoluto que Zack Snyder haya dirigido Ga'Hoole. La leyenda de los guardianes (Legend of the Guardians. The Owls of Ga'Hoole, 2010) desde Los Ángeles mientras la producción en sí se llevaba a cabo en Australia. Tal vez por esto Snyder ha enfatizado a lo largo del periodo de promoción del film que Ga´Hoole es una película absolutamente suya desde el ámbito visual.

jueves, 28 de octubre de 2010

"La red social" de David Fincher. (2010)


La última película de David Fincher se parece mucho al último largometraje de Oliver Stone. La red social (The Social Network; David Fincher, 2010), como Wall Street. El dinero nunca duerme (Wall Street. The Money Never Sleep; Oliver Stone, 2010), es una película que aborda, aunque sólo sea como telón de fondo, una cuestión de capital importancia para la década que ahora se acaba. En el caso del film de Fincher, la película del director de Alien3 (Alien3; David Fincher, 1992) desentraña la personalidad de Mark Zuckerberg a través de la creación de la red social más famosa del mundo, Facebook. Por su parte, la película de Stone aborda una complicada relación entre un padre y una hija hundidos en los pilares que se resquebrajaron cuando la tristemente célebre burbuja inmobiliaria saltó por los aires y medio occidente vio tambalear sus economías.

lunes, 4 de octubre de 2010

"Buried. Enterrado" de Rodrigo Cortés (2010)


Quiero actualizar el blog y no veo el momento, de modo que para los interesados aquí os dejo una crítica que he escrito hace poco sobre el estreno de la temporada "Buried (Enterrado)" para un web amiga.
Un abrazo a todos.

martes, 14 de septiembre de 2010

"The Broken" de Sean Ellis (2008)


A mis 33 años he visto casi de todo en esto del cine. Como leí el otro día por ahí, he visto películas de miedo y películas de asco y tal vez lo único que me falte por ver sea una snuff movie y la verdad, tampoco tengo mucho interés. He visto películas prohibidas en medio mundo, atrocidades, inquietudes varias y verdaderas abominaciones y sin embargo, hacía mucho, pero que mucho tiempo, que no tenía pesadillas después de ver una película de terror. Pues bien, el otro día, cuando vi "The Broken", tuve pesadillas.
La película la verdad es que es la perfecta personificación de lo que podríamos decir que es un film inquietante; atmósfera opresora, un entorno gris y un punto de partida intrigante como pocos. Un día Gina (Lena Headey), mientras llama por teléfono desde una cabina contempla el que parecer ser su mismo coche conducido por... ¡¡ella misma!!. A partir de entonces Gina empieza a hacerse determinadas preguntas pero tranquilos, "The Broken" no es la típica película de terror con investigación de fondo y por tanto, con explicaciones aclaratorias que nos indican cómo y por qué debemos digerir esta película. No, "The Broken" es una película mucho más extraña, no se aún si ambigua, pero sí que, desde luego, extraña. Para que nos entendamos, "The Broken" es un poco como "El maquinista", aunque con una atmósfera menos asfixiante y en definitiva, menos aclaratoria.
"The Broken" se adentra sin complejos en el cine fantástico plateando una hipótesis tan extraña como intrigante, por decirlo sin complejos, ¿qué hay al otro lado de los espejos? "The Broken" recuerda remotamente a otra película de terror de serie B que pasó sin pena ni gloria y que pese a su aglomeración de tópicos a un servidor de hizo su gracia, "They" sólo que aquí la película está pensada para un público bastante más exigente.
El caso es que "The Broken" tiene su punto. El film se sostiene a la perfección, mantiene el interés y la intriga en cada plano, no está nada mal rodado y por si fuera poco tiene a Richard Jenkins entre sus actores. Rechina algún que otro efectismo, pero tampoco hay que ponerse exquisito cuando una película genera un interés tan apasionante. Obviamente, "The Borken" tiene sus trucos y por tanto, sus pegas. No creo que haya que enterrar la película de Ellis por una serie de tendencias tan extendidas y habituales en el cine actual que ya ni casi las vemos; efectos sonoros, cámaras lentas, golpes de música...
En suma, conviene no perderle la pista a Sean Ellis. Antes hizo "Cashback" que también goza de buena prensa, así que ya saben -y sabemos-.

viernes, 10 de septiembre de 2010

"Especial" de Hal Haberman y Jeremy Passmore (2006)


Curiosísima película escrita y dirigida por la pareja de -antes guionistas- directores Hal Haberman y Jeremy Passmore que además viene protagonizada por uno de esos secundarios que cuando le dan un papel protagonista se desbordan. Atención a la propuesta argumental de "Especial" porque no tiene desperdicio. Michael Rapaport interpreta a Les, un tipo bastante gris del que se ríen con bastante facilidad que no tiene pareja y lo más parecido a unos amigos son un par de amiguetes que regenta una tienda de cómics. En efecto, Les es un apasionado de los comics que empieza a tomar una nueva medicación debido a su tendencia a la depresión. Pero entonces, Les comienza a experimentar cosas extrañas, escucha lo que otros piensan, puede atravesar paredes y si se lo propone puede hasta volar. En ese momento Les decide que lo mejor que puede hacer es convertirse en un superhéroe. Ahora bien, la gracia viene dada por el hecho de que en realidad Les no tiene ningún poder extraordinario. Muy al contrario, la susodicha medicación de marras no es que le haya dado superpoderes a Les, es que le hace creer cosas que no son.
La idea, de brillante, era muy complicado sostenerla y aprovecharla en todo su potencial. La intención de "Especial" es utilizar una premisa como la antes citada como el detonante dramático sobre la patética existencia del personaje protagonista. Y en este sentido, el film funciona a la perfección. Esbozando alguna que otra sonrisa, el espectador asiste al declive vital de un personaje perdido en su propia locura fruto de una total carencia de horizonte vital. Es cierto que Haberman y Passmore estiran demasiado algunas situaciones que hace tambalear el drama -la intervención de los "trajeados"-, pero en su conjunto "Especial" es una película muy coherente. Es por esta razón que al contrario de lo que he leído por ahí, "Especial" sea la mejor película que sobre cómics se ha hecho en Estados Unidos (ese papel es, hasta nuevo aviso es para "El protegido"), porque en el film de Haberman y Passmore utiliza la mitología del cómic muy por encima, únicamente como detonante, como excusa para escarbar en la conciencia de un patético personaje.
Pero lo que también es innegablemente cierto es que cuando uno ve "Especial" resulta imposible no acordarse de Kevin Smith y pensar que hubiera hecho el hilarante director y guionista norteamericano con una propuesta argumental como ésta. Porque no nos engañemos, la idea inicial de "Especial" y hasta su publicidad en el cartel de la película ("Leslie cree que es un superhéroe. El resto del mundo simplemente cree que es un superimbecil") apuntan a una dirección equivocada. "Especial" no es una comedia, es un dramón. Tiene algunos momentos, pero su interés no reside en explotar la particular visión del mundo que tiene Les, sino en explorar su interior. Cometido justo, loable y admirable donde los haya, no cabe duda. Pero después de ver "Especial" uno se queda con la frustrante sensación de haberse perdido una comedia endiabladamente divertida a la que "Especial" apunta, pero sólo apunta.
Es curioso porque la película está muy bien, pero sus intenciones, su puesta en escena, su música, sus formas en suma, se alejan lo máximo posible del hilarante potencial que como digo tiene su propuesta inicial. Tal vez por esto, las opiniones en general sobre "Especial" flirteen entre la decepción y la innegable brillantez que se puede apreciar sin demasiado esfuerzo en su metraje. O dicho de otro modo, vean "Especial" sí, pero esperen un drama y obtendrán alguna que otra inesperada carcajada que salpicará un producto muy prometedor.

martes, 31 de agosto de 2010

"Bienvenido Mr. Chance" de Hal Ashby (1979)


"Bienvenido Mr. Chance" viene firmada por Hal Ashby, aunque la magia, el encanto y la grandeza de la película es de su actor protagonista, Peter Sellers. Tampoco digo nada nuevo lo se, pero es que las cosas son así. En aquella película Sellers hizo una cosa a la que estamos muy mal acostumbrados hoy idea; interpretar. Sospecho que desde la era De Niro-Al Pacino-Nicholson, nos cuesta trabajo ver una interpretación de gigante si alguien no grita, arquea la ceja o contorsiona los rasgos de su cara (que conste que yo de los tres siempre me quedaré con De Niro, que creo que era el más contenido, pero pienso que el mensaje se entiende...). Peter Sellers -que también coqueteó con la sobreactuación en "Teléfono rojo. Volamos hacia Moscú", aunque bien pensado, era muy complicado interpretar a tantos personajes y tan disparatados sin coquetear con la sobreactuación...- en "Bienvenido Mr. Chance" lo que hace es dar una lección de actor como no recordaba yo. Es inevitable acordarse de "Forrest Gump" y de Tom Hanks y ciertamente, el asunto juega en su contra, fundamentalmente en contra de Hanks.
Pero es que además, "Bienvenido Mr. Chance" es un raro -o por lo menos curioso- ejemplo de los esbozos originales de ese nuevo Hollywood que estalló en los 70 y se hizo con Hollywood en los 80. Hal Ashby, como Robert Altman con "M.A.S.H." (1970) y hasta como Warren Beatty como principal impulsor de "Bonnie and Clyde" (Arthur Pen; 1967), fue uno de esos cineastas que ya llevaban consigo el virus de la renovación cinematográfica. Empezó casi antes que nadie con "El casero" (1970) y llevó una carrera comercial bastante desigual sin llamar la atención de demasiada gente y sin provocar demasiados altercados intelectuales. Salvo en todo caso "Shampoo", Ashby pasará a la historia como uno de los primeros integrantes del Nuevo Hollywood, uno de los que puso su grano de arena para que Hollywood se reinventara, pero nada más allá.
Esa excepción de ese más allá en el que Ashby ni pinchó ni cortó del todo -y todo sin ser un mal director- es sin duda "Bienvenido Mr. Chance". El problema de film es que está rodado con tanta corrección que muy poca cosa destaca del conjunto más allá de una historia que está contada de forma impecable, todo hay que decirlo. Pero no hay casi nada más allá de esa impecable corrección. Ashby se pierde en anacronismos formales -atención a su BSO- y se alimenta de su apetito cinéfilo centrado de forma muy especial en su actor protagonista, Peter Sellers a quien adora, dramática y narrativamente hablando.
Pero el caso es que Ashby, además de contar con un actor que además de bueno, estaba en estado de gracia, contó también con una novela original de Jerzy Kosinski y un guión -adaptado por el propio Kosinski- fuera de lo común. Ka historia avanza sin prisa pero sin pausa. Sellers hace con nos deleitemos con casi cada plano en el que interviene, que son la mayoría y Shirley MacLaine pone la guinda a un film en su fondo, muy curioso.
Lo que "Bienvenido Mr. Chance" nos viene a proponer es la historia de una hombre más bien "corto" que se desenvuelve en un extraño mundo real en el que nadie percibe la deficiencia intelectual de Chance. Asumiendo por tanto este extraño milagro de la ficción cinematográfica que nos propone Ashby, Mr. Chance se convertirá en poco menos que un gurú de la política nacional a un paso, eso nos indica el final del film, de convertirse en presidente de los Estados Unidos. Los equívocos se suceden detrás de otros y el público debe de pasar por la prueba de creer, de asumir, que ése mundo que no sabe que está hablando con un retrasado mental existe. Así, el humor y el drama -la escena de la masturbación del personaje de MacLaine es impresionante- sostiene un film, seguramente irrepetible, con un final, también irrepetible; ese plano de Mr. Chance, caminando sobre las aguas de un lago, como ese extraño milagro que de forma inexplicable ha brotado y germinado en un mundo cruel monopolizado por la televisión y las política de los embaucadores del poder.

domingo, 29 de agosto de 2010

"El equipo A" de Joe Carnahan. (2010)


Hace poco leí una entrevista al director de "El equipo A" en la que el entrevistador le decía algo así como que si uno toleraba una frase como "¡están tratando de pilotar un tanque!", lo más probable es que al final terminara pasando un rato de lo más entretenido con la película. Y creo que tiene mucha razón. "El equipo A" es lo que en mis años mozos llamábamos una "americanada" o una "fantasmada", o lo que es lo mismo, un disparate de tras de otro, una disparatada sucesión de escenas cada cual más hilarante que la interior con el sentido mínimo y la coherencia justa para que de la sensación de que hay una historia entre tanto tiroteo, explosión y abracadabra.
De entrada, lo más admirable de un film como "El equipo A" es algo que suelo decir muy a menudo, la película tiene conciencia de sí misma, es decir, sabe qué es lo que es, es decir, sabe que no es más que un entretenimiento vacío, escandaloso sí, pero hueco. Esto como digo, no tiene nada de malo si la película no se toma en serio a sí misma y sabe hasta donde puede llevar el dramatismo de determinadas escenas o la definición de los personajes. Así, el dramatismo en "El equipo A" es nulo, los personajes están descritos a base de brochazos rápidos y sin dar pie a ambigüedades; el líder, el guapo, el loco y el fuerte, y muy poco más.
Y vista así, lo cierto es que "El equipo A" es una película de lo más entretenida. Su historia se sostiene lo justo como para no aburrir y su complejidad es absolutamente nula, con la excepción de su trama, rocambolesca y rebuscada plagada de agentes dobles, traidores e infiltrados que supongo yo, explicará la presencia en los títulos del film de tres guionistas. El film salta de localización en localización (en realidad, y aunque en la película se diga lo contrario, sin salir de Canadá) sin dar un respiro al espectador que asiste patidifuso a una constante y repetitiva violación de las leyes de la física en las que el término "inverosímil" se queda corto.
Pero que nadie se acerque a "El equipo A" buscando nada más, y eso sí, nada menos. El film cumple con lo pactado. Acción rebosante de diversión, escenas hilvanadas para que nadie se pierda y el siguiente disparate tenga una razón de ser, al menos, argumental y nada más. Película de palomitas, sin más, pero insisto, tampoco sin menos.

martes, 10 de agosto de 2010

"Origen" de Christopher Nolan. 2010


Concebida, vendida y envuelta como el "2001" del siglo XXI, sería interesante que aquellos que no hayan visto "Origen" fueran rebajando expectativas. Que nadie se escandalice, "Origen" es una película muy interesante, pero se sabe compleja y densa y eso, le termina afectando a si misma. Porque en el fondo, la última película de Christopher Nolan no es más que un film de robos pero alterando su decorado, imponiendo nuevas reglas y de paso dejando se ver como el nuevo genio de cine norteamericano. Porque lo cierto es que si vamos al meollo de la cuestión, es bastante mejor película "El caballero oscuro" que "Origen", cuyas escenas de acción, al contrario que en el film de Batman, andan cogidas con hilos, extrañamente justificadas y a todas luces, excesivamente prolongadas.

Pero tal vez, lo menos bueno de "Origen" sea que el film de Nolan no aporta, culturalmente, nada nuevo (de ahí que ande lejos de ser el "2001" del siglo XXI). La última película del director de "El caballero oscuro" no hace otra cosa que sumarse a la corriente posmodernista popularizada (que no inaugurada) por la terriblemente sobre valorada "Matrix". Porque al fin y al cabo lo que hace "Origen" no es más que incidir en la idea de que la realidad no existe, de que todo es un sueño y que de hecho, en última instancia, cabe la posibilidad de que todo lo que consideramos realidad, sea precisamente, un sueño. Ósea, nada nuevo. De hecho, me irrita profundamente que algunos críticos y buena parte del público aplauda y llene de laureles a una película, no cabe duda que buena, pero lejos, o al menos, a cierta distancia de remover los cimientos del cine de ciencia ficción. Caballeros, no nos dejemos llevar. A mi juicio "El caballero oscuro" sí que trastocó los pilares de cine de superhéroes, tanto, que casi resultaría imposible imitarlo. Pero "Origen", pese a su parafernalia, es un film mucho más simple.

Dicho esto, vuelvo a lo que decía al empezar. "Origen" está muy bien. Exige una atención por encima de la media en el espectador, propone una trama rocambolesca e imaginativa y tiene algunas referencias cinematográficas -"La espía que me amó", por ir a lo más claro- que harán las delicias del cinéfilo. Además, Nolan parece confirmar la contención narrativa de la que ya hiciera gala en "El caballero oscuro", sino lejos, si que al menos a una moderada distancia de los excesos escénicos, fundamentalmente de montaje, de "Batman Begins", "Insomnio" e incluso "Memento".

En cualquier caso, "Origen" es, a todas luces, una película muy recomendable. No gustará por igual a todo el mundo, pero sí que desde luego, confirma a Crhistopher Nolan como uno de los cineastas más interesante e inquietos del actual panorama cinematográfico. Pero sin duda, lo mejor de todo esto es que un film como "Origen· nos invita a pensar que un día de estos, dentro de unos años (Nolan "sólo" tiene 40), el director de "Memento" hará un peliculón que seguramente, esa sí, sea el "2001" del siglo XXI, porque hay una cosa que tengo muy clara y es que Nolan puede, no, debe ir más allá de las modas culturales más facilonas del momento. Un día, espero que no muy lejano, Christopher Nolan dejará a media platea boquiabierta, mutará la concepción cultural del respetable y el cine, o por lo menos, un género, tomará un nuevo camino. Yo, personalmente veo a Nolan con ese potencial.

"Airbender. El último guerrero" de M. Night Shyamalan. 2010

Vaya por delante, "Airbender. El último guerrero" no es el pedazo de mierda que se ha empeñado determinado sector crítico, sobre todo, norteamericano. Atacar sistemáticamente a determinadas películas o a ciertos directores puede tener su gracia en función del contexto pero desmembrar airadamente cada una de las películas de M. Night Shyamalan hasta el extremo de desollar sin piedad y con ensañamiento casi patológico "Airbender" me parece un fenómeno ciertamente insólito. Así, ahora mismo, la verdad es que soy incapaz de recordar otro cineasta que fuera atacado con tanta voracidad por la crítica norteamericana. Cualquiera puede leer algunas de las perlas que se han dicho de "Airbender" en la web FilmAffinity, una tendencia que dicho sea de paso, parece haberse extendido, al menos, a cierto sector de la crítica española.

De todos modos, vayamos por partes.

"Airbender" no es la mejor película de M. Night Shyamalan desde luego, pero de ahí a ser el pedazo de estiércol que se empeñan algunos en extender hay un trecho bastante importante. "Airbender. El último guerrero" es una fantasía épica al uso (dato importante, hay que verla en 2-D porque el 3-D fue aplicado después y creo que resulta bastante molesto, una imposición de los estudios...) que nada tiene que envidiarle a, pongamos por caso, "Las crónicas de Narnia". El film de Shyamalan contiene algunos momentos ciertamente imponentes, destacados fundamentalmente por ese estilo tan propio de Night de rodar planos largos y tirando del montaje lo justo. Da gusto contemplar determinadas escenas de acción en las que la planificación no es un batiburrillo de planos mal montados y dispuestos de la menos mala forma posible. Se nota y mucho, que Shyamalan quería esforzarse por ofrecer algo distinto que meros planos aéreos de millones de soldados batallando patentados por Peter Jackson y su trilogía de "El señor de los anillos" que dicho sea de paso, en determinados momentos no hacía otra cosa. Pero además, "Airbender" sigue ofreciendo ciertas constantes intrínsecas del cine de Shyamalan, como su creencia acerca de lo ordinario y lo extraordinario, la importancia del punto de vista de un niño o la presencia o la ausencia de la fe en sus personajes.

A mi, personalmente, tengo que admitir, que este tipo de películas me gustan más bien lo justo. Nada me entusiasmó de "El señor de los anillos" y mucho menos de "Las crónicas de Narnia", porque ya era algo bastante obvio, pero "Airbender" no es más que eso, una mitología fantástica con un acabado técnico impecable (sus efectos especiales son de primera y no como se ha dicho en algunos medios) y poco más.

El principal problema que tiene una película como "Airbender. EL último guerrero" -que lo tiene- es precisamente su inseguridad. Tengo la sensación de que Shyamalan tenía mucho miedo de no ofrecer lo que se esperaba de una producción como "Airbender" y a la vez, no traicionarse así mismo. Creo que hay un cierto equilibrio en este sentido, el film se sostiene sin problemas como producción de Hollywood para el verano y además contiene suficientes elementos técnicos, dramáticos y narrativos, como para identificar la película como un trabajo de M. Night Shyamalan, pero sin duda también es cierto que existe cierta inestabilidad en el conjunto, cierta inseguridad en su trama, en sus motivos y hasta en sus formas. Hay algo en el conjunto que distorsiona el resto, no lo destruye, pero sí que se ve afectado.

De todos modos, para aquellos que vayan buscando una recomendación o no, el asunto es muy sencillo. ¿Fantasía épica para toda la familia sazonada con artes marciales y efectos especiales? Es tú película. ¿Te aburren las fantasía épicas pero eres un fan incondicional de "El señor de los anillos? Saldrás defraudado porque a Shyamalan no es tan prepotente como Peter Jackson en aquella trilogía y además, tampoco buscaba ir mucho más allá de lo que se pueden ver en sus imágenes. ¿M. Night Shyamalan te cae como el culo? Ni te acerques. Vamos, ni mires el cartel de la película.

sábado, 31 de julio de 2010

"Shutter Island". Martin Scorsese. 2010


Tengo que admitir que me ha costado y en cierto modo, me sigue costando mucho comprender la extraña fascinación que al parecer siente Martin Scorsese por Leonardo Di Caprio. Puedo entender que un joven y prometedor actor como Di Caprio se fascine ante Scorsese pero lo contrario lo llevo un poco peor. Cuentan las malas lenguas que andaba Socorsese buscando a un actor que interpretara el papel de Amsterdam para "Gans of New York" y que en mitad de una conversación con Robert De Niro, éste le dijo, "llama a Leonardo Di Caprio, puede que tenga cara de tonto pero hará lo que le digas sin rechistar"....
Hasta hace unos días, de todas las colaboraciones entre Scorsese y Di Caprio yo me quedaba con "Infiltrados". No es el film que debería haber encumbrado a Scorsese a ganar un Oscar pero desde luego, era de lo mejor que había filmado el director ítaloamericano desde los tiempos de "Uno de los nuestros". Pero después de haber visto "Shutter Island" altero mi predilección y sin ningún genero de dudas me quedo con la última película hasta la fecha de Martin Scorsese. Entre otras cosas porque "Shutter Island" supone un desconcertante paso hacia adelante con una propuestas que sin perder de vista las raíces de la obra más scorsesiana consigue ofrecer algo diametralmente nuevo. "Shutter Island" es una apasionante mezcolanza de film noir salpicado con elementos del cine de terror envueltos en una endiablada trama repleta de giros y trampas que no dejarán absolutamente a nadie indiferente. Y esto, ya es muy bueno.
Las primeras imágenes de "Shutter Island" nos muestran a dos agentes federales que navegan hacia una extraña y apartada isla en la que un manicomio sirve de prisión para enfermos mentales que han cometido los peores crímenes. Scorsese filma a los agentes sobre el barco con una premeditada falsedad de decorados, es decir, el barco apenas se mueve, el fondo canta a la lega que es una transparencia. Pero esto lo hace el director de "Taxi Driver" porque su intención es precisamente esa, la de introducirnos en un universo barroco, falso, manipulable. Lo que Scorsese pretende con sus decorados, con la cinematográfica lluvia, sus rayos y sus truenos y su propia trama, es tejer una cinematográfica tela de araña capaz de atraparnos desde el primer minuto, sin soltarnos, sin darnos opción a respirar. Tal vez por esto muchos han tachado "Shutter Island" de ser un film demasiado comercial y previsible (lo cual no entiendo porque a la película se le puede tachar de cualquier cosa menos de previsible), pero lo cierto es que a mi modo de ver, "Shutter Island" es un juego de astucias filmado con verdadera maestría muy recomendable, sobre todo, para los muy cinéfilos. Para aquellos que no sólo disfrutan con una historia bien contado, sino para los que también valoran las interpretaciones (Di Caprio está mejor que nunca), los decorados, los efectos, la música, los giros y en suma, el cine en su conjunto.

lunes, 24 de mayo de 2010

"Paranormal Activity" de Oren Peli (2010)


"Paranormal Activity" retoma esa cuestión tan de moda últimamente del falso documental. Yo, antes de entrar en si "Paranormal Activity" es buena o mala -creo que es más buena que mala-, creo que la cuestión de fondo es ¿qué nos ofrece este formato del falso documental? y ¿ hasta cuando nos seguirá sorprendiendo? Yo no soy ningún genio pero parece bastante evidente que esta variación ficticia de la realidad atrae al público. Y eso, siempre hay que tenerlo en cuenta. A efectos prácticos, de formato, yo diría que "La cuarta fase" es mejor película que "Paranormal Activity" aunque por una cuestión de base muy importante, porque la primera en el fondo, era menos arriesgada que la segunda. Ósea, que la primera se sostenía sobre un soporte ficticio, reconstruida , todo lo contrario que el film de Oren Peli, que juega a lo largo de todo el metraje con una historia aparentemente espontánea, intuitiva.... Ósea, más de lo mismo.
De todos modos, que nadie se engañe, el gran aliciente de "Panoramal Activity" como ya he dicho, no es tanto su formato de cámara "al hombro", sino su propuesta dramática, es decir, su guión, o mejor aún, su idea. Su guión, como buena parte de este tipo de películas que parecen haber sido rodadas como el que no quiere la cosa, suelen estar plagados de vacíos, de rellenos de paja. Y en este sentido, "Paranormal Activity" no es una excepción. El film está repleto de escenas prescindibles, de momentos aburridos, de situaciones que no aportan nada; definen a los personajes, dirán algunos, pero en realidad aportan muy poco.
Otra cosa es su idea, su planteamiento argumental. La mejor idea, de entrada, de "Paranormal Activity" es que "mete" la cámara en un dormitorio, y lo que es más, en un dormitorio mientras dormimos, mientras se supone que no pasa nada. La idea -en realidad muy "spielbergriana", dicho sea de paso, para los que no hayan reparado en el caso, el director de "E.T." está detrás del lanzamiento internacional del film- es introducir el espectador en un lugar donde todos, nos sentimos más seguros, más íntimos. Nuestros dormitorios son nuestras particulares burbujas que nos apartan de problemas con el banco, el trabajo o los recibos. Es lugar perfecto para relajarnos, de hecho, para dormir. Pues ahí precisamente, Oren Peli propone introducir una cámara y, eso no es todo, situar el epicentro de un inquietante drama sobrenatural.
Cuando Peli nos ha metido en el corazón de la intimidad de una pareja que no vive tranquila porque su seno hogareño se ve extrañamente alterado, el director y guionista va más allá y nos propone algo más que un mero espíritu revoltoso que quiere hacer justicia entre los vivos. No, "Paranormal Activity" juega un poco más alto y nos indica la presencia de lo que parece ser..., un demonio.
Lo mejor de todo es como el film de Oren Peli propone el asunto. Pequeños síntomas, pequeñas apreciaciones , pequeñas frases de guión nos hacen suponer que se trata de un demonio, pero nada se nos dice acerca de la naturaleza del ente, nada sobre sus intenciones, nada sobre el por qué de lo que ocurre. Esto también es bueno.
"Paranormal Activity" tiene un buen montón de defectos, pero se defiende bastante bien no, muy bien, como película "de miedo" con apariencia amateur. Vale la pena verla.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Antonio Ozores


Es posible que algunos pensarán qué es lo que hace un personaje como Antonio Ozores en un blog de cine serio como este, pero lo cierto es que ya han pasado unos años y he ido aprendiendo a perder la vergüenza y admitir públicamente que Antonio Ozores me hace mucha, mucha gracia. Esto no quiere decir obviamente, que Ozores sea digno de admiración o de reivindicación, pero lo cierto es que también con el paso de los tiempos, creo haber entendido que Ozores, también tiene mucho de reivindicación. No voy a entrar ahora en aspectos de interés en su humor o en sus películas, pero no me negarán que había un hilo conductor y si aquí aplaudimos a Billy Cristal o a Adam Sandler, no se por qué hemos mantenido siempre a Ozores (a Antonio y a su hermano Mariano) en un acomplejado segundo plano.
A lo largo del día de hoy hemos visto como un buen número de personajes de la actualidad cinematográfica aplaudía a la figura de Antonio Ozores, alabando su genio, su surrealismo, su profesionalidad, su humor (que ahora por cierto, es genial) etc... El asunto contrasta claro está con el hecho de que nadie, salvo su hermano Mariano, lo contratara durante las últimas dos décadas, y que Ozores haya sobrevivido a base de obras de teatro que jamas aparecieron en los informativos. También llama la atención que nadie lo haya recuperado como actor, quien sabe si dramático, para haber intervenido en alguna película o como un actor cómico, lo que fue siempre, como ya ocurrió con el recuperado -fugazmente, eso si- Tony Leblanc por Santiago Segura, a quien por cierto, hemos podido ver acercarse al funeral. Yo he visto a José Sacristan alabarlo, pero no me lo creía. Si me he creído en cambio a Juanito Navarro, llorando desconsoladamente diciendo únicamente que nunca lo podrá olvidar y probablemente muchos con él. Pues bien Juanito, entre esos que nunca olvidarán a Ozores estoy yo.
Hace un par de años, una idea descabellada cruzó mi cabeza. Me propuse hacer un documental y para esto, tenía que ponerme en contacto con los Ozores. Lo conseguí, hablé con Mariano, con Emma y con Antonio Ozores, de quien conseguí su número de teléfono fijo. Tengo que decir, así de entrada, que su contestador automático es un verdadero disparate, una oda al humor absurdo y lo poco que hablé con él... Tachaba el actual cine español como "malo" sin tartamudear y siempre defendió la época de su época dorada de los 80. El prestó encantado al disparatado proyecto que pretendía poner en marcha y en esa motita de contacto que tuve con él, siempre lo recordaré, aunque siempre preferiré legendarios momentos como el de la báscula de "Yo hice a Roque III" que mi buen amigo Antonio Rentero reproduce en su blog del que yo me voy a permitir abusar. Me consta que mi buen amigo Antonio no tendrá inconveniente sobre todo, si es de Ozores de quien estamos hablando.

miércoles, 14 de abril de 2010

"Celda 211" de Daniel Monzón (2009)


A mí siempre me ha caído bien Daniel Monzón. Incluso cuando hacía críticas de cine en "Días de cine". Todavía me acuerdo de él haciendo una crítica sobre "Héroe por accidente" en un croma que simulaba estar al borde de un edificio o de "El hombre invisible" en la que simple y llanamente, no se veía, por eso de ser invisible...
Pero en lo que a su trabajo como director se refiere, también me ha caído siempre bien el hombre. "El corazón del guerrero" es un film terriblemente irregular, pero con ideas interesantes, con propuestas interesantes y sobre todo, con unas intenciones muy interesantes, aunque no las lograra. "El robo más grande jamás contado" tampoco era la película perfecta, es más, insistía en muchos de los defectos de "El corazón del guerrero" y además caía en otros errores nuevos, pero seguía sosteniendo determinados intereses, intereses engranados fundamentalmente en el cine de género. Monzón era y es un agricultor de ese cine denominado, de género, es decir, un cine que se decanta abiertamente por los marcos dramáticos y visuales de los clásicos de Hollywood (donde se inventaron y se les dio forma definitiva a los géneros). Eso mismo -o más de los mismo, según se mire- vino a demostrar una película tan irregular como "La caja Kovak", buenas intenciones, buenos momentos, pero mal cohesionado el conjunto, mal equilibrado el asunto.

Todo esto demuestra una cosa, y es que por más que Monzón tuviera buenas miras y por más que Jorge Guerricaechevarría le echara una nada desdeñable mano a partir de "El robo más grande jamás contado" (porque a partir de aquí, el cine de Monzón mejoró) lo que este ex crítico de cine necesitaba era una buena regleta, una buena base que le diera un diamante en bruto. Esto ha demostrado al menos que Daniel Monzón sabe aprovechar un buen material, y que sabe de hecho, adecentar un material mediocre, pero es que había que ser muy bestia para desaprovechar un material como el que brindaba la novela de Francisco Pérez Gandul (su ópera prima, por cierto).

Lo cierto es que "Celad 211" tiene pulso, garra, tensión. Casi no decae su equilibrio, en todo caso, el elemento más frágil de todo el film sea la relación entre Juan Oliver (Alberto Amman) y Elena (Marta Etura) pero lo cierto es que poco importa, porque la conexión sentimental entre ambos personajes genera el combustible preciso para uno de los momentos más tensos del film. Monzón filma con brío, sabe donde poner la cámara y además lo hace con bastante honestidad. Además, "Celda 211" le permite al director de "La caja Kovak" alternar ese realismo extremo con el que ha flirteado en algunas ocasiones (los pasajes dedicados a la prostituta de "El corazón del guerrero" eran ciertamente desagradables) con la maquinaria del suspense que todo parece indicar, es el verdadero meollo del cine de Daniel Monzón.

Por lo demás, todo encaja en la película con una asombrosa precisión. La música del -murciano- Roque Baños aunque seguramente inaudible en solitario, cumple con su cometido sin estridencias y los actores están muy bien, desde el primero al último. Mención especial merece sin duda Luis Tosar, que simple y llanamente, clava su papel de delincuente habitual capaz de rajarte la garganta sin pensárselo dos veces, uno de esos tipos a los que da simplemente miedo acercarse. Pero precisamente por esto, "Celda 211" funciona tan bien, porque al final, uno se identifica con "Malamadre" (Tosar), porque al final lo compadece, se identifica, y lo sufre... La verdad es que, muy bien hecho señor Monzón.

martes, 6 de abril de 2010

"La cuarta fase" de Otulande Osunsanmi (2010)


Yo siempre he defendido que es más saludable una buena polémica que la indiferencia. Y aunque sólo sea por eso, nada más empezar, chapeau por "La cuarta fase". Al parecer, la película de Otulande Osunsanmi ha montado un buen pollo en tanto se ha discutido mucho sobre qué hay de verdad en la película y qué es total ficción... Para los que no sepan demasiado sobre la película, les pongo en antecedentes. "La cuarta fase" es un film protagonizado por Milla Jovovich que nos cuenta la historia, supuestamente real, de la terapeuta Abbey Tyler quien al parecer, en un pequeño y remoto pueblecillo de Alaska llamado Nome, trató y experimentó en sus propias carnes lo que significa eso de ser abducido por un extraterrestre.
Hasta aquí el tema, más o menos normal. El asunto, por lo visto, empezó a ponerse peliagudo cuando los responsables de "La cuarta fase", incluyendo a sus distribuidores (la Universal y la Warner Bros. en Japón) vendieron y publicitaron la cinta como un relato documentado de hechos reales incuestionables hasta tal punto que el film de Osunsanmi llega a combinar escenas rodadas con actores en vídeos, teóricamente reales del hecho en sí. O dicho de otro modo, mientras vemos en la película como un personaje/actor es grabado con una cámara de vídeo, vemos al otro lado de la pantalla al supuesto personaje real que fue realmente grabado con esa cámara de vídeo que hemos visto colocar. Buena o mala la película no me negarán que la idea tiene su interés.
De entrada, me veo en la obligación moral de admitir que he sido el primero en caer en la red publicitaria de la película y en haber visto "La cuarta fase" pensando que había un soporte gráfico real indiscutible. Muy tonto por mi parte, aunque por otro lado pienso que no deja de ser un sentimiento maravillosamente ingenuo eso de ver una película como si fuera algo real, como un tonto... Ahora que lo pienso, espero seguir así muchos años...
Esto no quita, no obstante, que pasado el efecto inicial de embriaguez dramática, uno, tome posiciones, asiente los pies en la Tierra, y tome una determinación sobre lo que ha visto. Pues bien, para mi, lo que nos expone "La cuarta fase" es dramáticamente falso (sólo hace falta dedicarle una horilla a navegar por Internet para legar a esa conclusión), pero la verdad es que a mi eso me da francamente igual Lo que realmente me encandila de la película de Osunsanmi es que después de cosas como "Holocausto caníbal" o "El proyecto de la bruja de Blair", sigamos cayendo en la trampa de manejar la posibilidad de que lo que estamos viendo es real. A ver, caballeros, que en Hollywood no son idiotas y en el resto del mundo parece que cada vez los somos un poco más, (empezando por los propios diarios de Alaska que al parecer, llegaron a denunciar a la Universal por difamar la realidad de un entorno tan bello y rural, si es que esta misma información es cierta...).
Porque ya no se trata de cómo es posible de que ciertas imágenes hayan sido ocultadas hasta el estreno del film, o cómo puede ser que algo así esté pasando en un lugar como Alaska y nadie se haya percatado de ello, o de cómo es posible que el FBI haya visitado el lugar más de 200 veces y hayamos oído hablar más de Roswell que de Nome, en fin... De lo que se trata, insisto, es que hemos vuelto a caer. Hollywood, o en este caso, Otulande Osunsanmi (un director nacido en Estados Unidos pero que no debe esforzarse mucho en demostrar sus orígenes africanos...) nos ha vuelto a embaucar.
Por otro lado, la películas ha generado algunas críticas ciertamente feroces. Yo he llegado a leer que era la peor película de terror jamás filmada. A ver, caballeros, que hay mucho cine malo por ahí suelto y "La cuarta fase" no es uno de ellos... La película con defectos y todo, vale la pena admitirlo, y dejando incluso polémicas a un lado, consigue su propósito básico, inquietar y en última instancia, aterrorizar. Si, caballeros, "La cuarta fase", SI UNO ENTRA EN SU JUEGO, da miedo, es entretenida y aguanta en la memoria más de lo esperado. Mucho, para una película protagonizada por la Jovovich, que nos tiene demasiado acostumbrado a sus "Resident Evil" & Cia...
En fin..., a mi modo de ver, película a retener, o al menos, a tener en consideración y a no despreciar a la primera de cambio. La película, insisto, tiene defectos si, pero también virtudes (su nivel de efectismo es muy limitado, o al menos, singular, los extraterrestres por ejemplo, nunca se llegan a ver). Yo al menos pienso, que merece la pena intentarlo, y esto en el panorama actual es decir mucho. Pero desde luego, mala, mala de rasgarse las vestiduras, pues tampoco caballeros... Primero porque será el tiempo el encargado de indicarnos si esta película es un fiasco aunque yo sospecho que no y segundo, porque uno al fin y al cabo, insisto, si se deja llevar por el film, pasa miedo, y eso, eso siempre es bueno en el cine de terror.

viernes, 26 de marzo de 2010

"El hombre lobo" de Joe Johnston (2009)


"El hombre lobo" es una película curiosa. Primero por tratarse de un film de encargo de cabo a rabo, es decir, una de esas películas de estudio en las que se percibe que tanto monta, monta tanto que su director hubiera o hubiese sido Joe Johnston o Perico el de los Palotes. Si la hipotética personalidad de un director tan llano como Johnston ya es de por si, eso, una hipótesis, en "El hombre lobo" no hay ni rastro de ella, de hecho y muy al contrario, hay demasiada sangre en la película para ser un film de Johnston. Segundo porque es bien sabido, la película debió de tener algún que otro problemilla de esos denominados, creativos, porque según parece a punto estuvo Johnston de mandar el film a hacer gárgaras para que lo firmara cualquier seudónimo razón por la que se montó y remontó hasta que todos quedaron relativamente contentos. Tercero por ser una película de terror de premeditado aroma clásico que surge en un momento en el que el género anda a la deriva. La Edad de Oro del cine de terror ya pasó, los éxitos como "Drácula de Bram Stoker", "Scream" o "El sexto sentido" ya forman parte de la historia, lo que por necesidad implicaba cierto riesgo a la ahora de producir un film sobre el hombre lobo que además no pretendía reinventar el mito ni nada de eso, más bien, a lo que aspiraba era a retroalimentarse de la mítica del título original de la Universal. Es cierto que en este sentido lo que "El hombre lobo" buscaba bien se podría equiparar a una película como "Drácula de Bram Stoker", aunque con la radical diferencia de que por desigual que fuera "Drácula", Joe Johnston no es Francis Ford Coppola, y eso siempre va a pesar y más aún ante un film de encargo como este en el que seguramente Johnston filmó bajo la amenazante presencia de un productor que no le quitaría el ojo de encima y que raudo se llevaría el material para montarlo él, o los suyos, a su manera.

Pero bueno, a lo que vamos, ¿qué tal está "El hombre lobo" según los parámetros del Hollywood del 2009?. Pues..., regular. Regular porque no es un espanto de película, lo cual, francamente, se agradece. Y regular porque el film de Johnston no aporta nada..., de nada. Ni en lo argumental, ni en lo dramático, ni en lo efectivo, por más que el equipo de diseño de efectos visuales viniera presidido por Rick Baker, el mago todopoderoso de los legendarios efectos de "Un hombre lobo americano en Londres". Pero ¡ay!, los tiempos han cambiado. ¡Cuando beneficio y a la vez, cuando daño ha hecho el ordenador en el cine!. Y "El hombre lobo" es un buen ejemplo. Por un lado, la película de Johnston se preocupa por conservar el modelo clásico del licántropo, en el que el hombre lobo es eso, un hombre con apariencia lobezna en contra de esa tendencia en la que en un hombre lobo se transformaba en un lobo..., humanazoidamente..., grande... Pero a la vez, el hombre lobo de Johnston resulta demasiado plastificado, demasiado digitalizado, de modo que pierde la carnalidad que sí poseían películas como "Un hombre lobo americano en Londres" o incluso "Aullidos" por discutidas que sean.

De modo que supongo que, una de cal y otra de arena, de forma de nos quedamos donde empezamos. Una vez uno sale de ver "El hombre lobo", según nos dicen lo créditos, de Joe Johnston, nada ha cambiado, todo sigue igual en el mundo y en el cine. De modo que la película con la misma facilidad que se ve, todo que hay decirlo. Yo, lo único que destacaría, para bien, de la película, es el personaje y el propio actor de Hugo Weaving. Primero porque Weaving es un actorazo de primera por reivindicar y segundo porque que actor interpreta nada menos que a Frederick Goerge Abberline, uno de los inspectores estrella del misterioso caso de Jack el Destripador (aún por resolver, por cierto...) que aquí es ficcionizado y lo que es más, maldecido por la maldición del hombre lobo, lo que abre interesantes vías a posibles secuelas.., lo que siempre es interesante, siempre cuando ande de por medio Hugo Weaving...

domingo, 21 de marzo de 2010

Star Wars in Concert


No se me suele ver a mi en este tipo de concentraciones, más que nada porque en muchas ocasiones considero mucho más enriquecedor (y barato) ver una buena película, leer el periódico o seguir con el libro que tengo a medio. Pero se daban ciertas circunstancias que hacían una completa estupidez no haber ido. Primero el gesto que nunca olvidaré de mi buen amigo Antonio Rentero que me dijo más o menos tengo una entrada para Star Wars in Concert y está huérfana... ¡Para qué les voy a decir más! Segundo que ir a Madrid siempre es una buena idea y tercero, que escuchar a una orquesta tocando, no sólo los típicos temas de Star Wars, sino algunos que hemos repasado cientos de veces y que jamás hemos visto interpretar en director era una ocasión, probablemente única.
Cuando me acercaba al Palacio de los Deportes de Madrid lo primero que me llamó la atención no fue la kilométrica cola que me encontré, sino ¡¡las cuatro kilométricas colas que me encontré!! Por alguna razón no me esperaba tanta gente. Aunque como me dijo mi mujer si sumas a los cuatro freak de Murcia, los cuatro de Cuenca y así hasta llegar a los doce de Madrid.., pues eso, se juntan las 20.000 personas que allí nos congregamos. Quizá debería haberlo esperado, pero me hizo gracia ver, no ya a niños pequeños disfrazados de Darth Vader, Obi Wan o Luke Skywalker, sino a familias enteras disfrazadas de todos los personajes citados más la princesa Leia, Amidala, Han Solo, Qui-Gon Jinn, soldados de asalto, artilleros de la Estrella de la Muerte, soldados de asalto terrestres y hasta Cheewaka... Era todo un espectáculo la verdad.
Una vez dentro del edificio, las sorpresas continuaban. Resulta que habían tríado varios muñecos originales de las películas como el propio Cheewaka, Han Sólo congelado en carbonita, camisetas, llaveros, imanes, vamos de todo y todo, a precios muy poco populares. Me gusta el universo Star Wars pero no tanto...
Con diez minutos de retraso se apagaron las luces, el director hizo acto de presencia. Todo el mundo se olía lo que iba a pasar a continuación: la fanfarria de la 2th Century Fox y acto seguido, en una gigantesca pantalla aparece la leyenda Long ago, in a galaxy far, far away.... (con los cuatro puntos de rigor, no se crean, yo me enteré de esto hace poco) Y entonces la orquesta literalmente explotó en una de los temas más conocidos de la historia. No hubo mucho demasiado espacio para escuchar las primeras notas, porque el público explotó a aplaudir. Una vez terminado el tema, entró en escena la otra sorpresa de la noche, Anthony Daniels, el actor bajo lo metales de C3 PO. Con un ingles exquisito y formas de un actor formado en el teatro, Daniels hizo de oportuno presentador de cada uno de los temas.
Como era de esperar, y salvando Duel of the Fates, los temas de la última trilogía de Star Wars fueron digeridas por el público más que un aperitivo de lo que vendría después que otra cosa. Y es que no es lo mismo, ni las películas, ni la música (de esto ya hablaremos en otra ocasión). El auditorio casi se cae cuando terminó la pieza que presagiaba el que sería uno de los momentos álgidos de la tarde; la Marcha Imperial. Ahí sí que temblaron los cimientos del Pabellón...
Hubo entonces un inesperado descanso, habían tipos ahí con barriles a la espalda vendiendo cervezas y cubalibres de Ron (15 pavos, por cierto...). Ir al baño era inutil, había tanta cola como para entrar al concierto. Un botellín de agua costaba dos euros, en fin...
Según el discurrir de la música, los que estábamos allí sabíamos que ahora venía lo mejor. Y así fue; The Asteroid Field, Tie Fighter Attack o The Ewok Battle son sólo los ejemplos más espectaculares de esta segunda parte y de paso, la prueba irrefutable de que, por las razones que sean, John Williams estaba mucho más inspirado veinte años atrás que cuando la nueva trilogía se puso en marcha.
En suma, tarde memorable, música de primera, juegos de luces, una pantalla gigante con imágenes de las seis películas, un entorno disparatado, todas las franjas de edad disfrutando como enanos, más de uno marcando el ritmo con los pies, la cabeza, las manos, una copa! Irrepetible. Yo hubiera eliminado, es cierto las imágenes de la película y las hubiera sustituido por imágenes de la orquesta, que es al fin y al cabo lo que habíamos venido a ver. Ocurrió en un par de ocasiones, pero supo a poco. Pero por lo demás, apasionante.
De modo que ya para terminar esta fiesta freak os voy a dejar con un vídeo que me he tropezado por Youtube verdaderamente divertido. Se trata de un fan de John Williams que canta A capella algunos de los temas más populares de la obra de Williams con una letra inventada sacada directamente de La guerra de las galaxias. Sin desperdicio alguno, se lo aseguro. Pinchen aquí y disfruten.

miércoles, 17 de febrero de 2010

"Sólo el cielo lo sabe" de Douglas Sirk (1955)


Volver la mirada atrás para contemplar una película de Douglas Sirk es siempre una delicia. El director de origen alemán siempre ha sabido tratar con asombroso tacto y apreciable sentido del decoro tramas propias de folletín, pero que su formidable trabajo tras la cámara y un guión generalmente, de acero armado, han conseguido dignificar hasta el cisma de las obras maestras del Hollywood clásico. "Sólo el cielo lo sabe", como pasa hoy día, fue una consecuencia directa de un éxito anterior, el también melodrama de Douglas Sirk "Obsesión". Hollywood, que ya entonces sabía muy bien como agarrarse a un éxito cuasi seguro, tiró además de idéntica pareja protagonista, Rock Hudson y Jane Wayman.

La historia es muy sencilla, una adinerada viuda se enamora de su jardinero. Las habladurias de sus vecinas primero, y la hostilidad general de sus hijos después, obstaculizan una relación idílica. Ella es de la alta sociedad, pero disfruta rodeada de campesinos y agricultores mientras su amado, abre botellas de vino con los dientes. Él, no es más que un jardinero, endiabladamente guapo, eso es verdad, pero él tampoco está por la labor de abandonar su entorno y zambullirse en las exquisiteces de la burguesia. Ambos quieren conservar sus entornos, pero ambos, no se dan cuenta, estan siendo igual de egoístas.

Como digo, así visto sobre el papel, lo más lógico sería pensar que un film con semejante trama no puede ir más allá del soberano aburrimiento, pero es precismente por este tipo de películas, por las que amo profundamente al cine clásico. Douglas Sirk, no sólo consigue que el personal romance nos alcance como propio y que suframos, compadezcamos y nos irritemos ante la abigarrada sociedad norteamericana, sino que además, el director consigue envolvernos en un universo de bellísimas imágenes y cuidada puesta en escena en donde cada movimineto de cámara tiene su razón de ser y cada corte de plano su sentido.

Es con películas como estas, creo yo, con las que se pueden generar nuevos amantes de cine. Porque cuando uno se enamora del cine clásico, no olvidemos, se está enamorando del cine. Es lo bueno y lo sublime que tiene el cine clásico, que amar a John Ford, George Cuckor, Howard Hawks o Douglas Sirk, es amar a todo lo que vino después, y claro está, todo lo que vendrá después...

Goyas 2010


Justicia. Y van dos años seguidos, ¡qué cosas! "Celda 211", que casualmente ha sido la película -íntegramente- española más taquillera del año, se llevó a casa ocho goyas. Me parece muy bien, porque Daniel Monzón es un tipo que me cae simpático. Aprecio pese a sus altibajos "El corazón del guerrero", me divertí con "El robo más grande jamás contado" y pase un rato entretenido con "La caja Kovak". Nada del otro mundo, es cierto, pero si que se dejaba sentir una importante tendencia hacia el cine de género, que es algo, de lo que está muy necesitada nuestra industria.
Otra cosa bien distinta es "Agora". Estoy seguro que más de uno de la gala de entrega de premios se debió de preguntar en qué clase de ceremonia española se encontraba cuando una buena parte de los Goyas técnicos al film de Amenábar eran recogidos por extranjeros... Era el gran hándicap de Amenábar para este año, mucho presupuesto sí, mucha taquilla, también, pero pocos españoles, o al menos, no los suficientes. Pero a Amenábar lo quieren mucho en la Academia de Cine, demasiado, y por eso nadie se resistió a darle el Goya al mejor guión original, aunque yo se lo hubiera entregado a Fernando Trueba por su despreciada "El baile de la victoria". Habría sido un reconocimiento merecido para un cineasta de primera que no siempre, y esto es lógico, da en el clavo de la taquilla.
Por lo demás, sorpresas las justas, más allá de la presencia del laureado Pedro Almodóvar. Se dice que Alex de la Iglesia lo intentó también con José Luis Garci y Quentin Tarantino. No se puede negar que el hombre apunta alto y eso es bueno. En lo que respecta a la gala, la verdad es que no deberíamos quejarnos demasiado; una retransmisión en directo sin publicidad debe de ser algo agotador, y con alguna que otra descompensación (un vídeo que no entró, una música que no dejaba de sonar...), el conjunto se dejo ver con ligereza. Buena culpa de esto la tuvo, claro está, Andreu Buenafuente que podrá caer mejor o peor a según quien se le pregunte, pero vale la pena reconocerlo, hizo un magnífico papel como maestro de ceremonias. También se agradeció la presencia de la insustituible Rosa María Sardá, y hasta estuvo simpático el montaje que Santiago Segura presentó de "Celda 211" y ese número musical del principio de la gala donde se pusieron algunos puntos sobre las íes, aunque eso si, con bueno humor y desparpajo, para que nadie se ofendiera demasiado.
Y poco más la verdad. A Luis Tosar había que darle ese Goya, aunque su papel estuviera hecho a la medida de un actor que parece haber nacido para interpretar personajes de villano (para cuando una comedia para Tosar, ahí sí que se vería lo gran actor que es). La BSO para Alberto Iglesias también tiene su punto de contradicción, la partitura de Roque Baños era mucho más compleja, pero la sensibilidad de Iglesias y el prestigio del compositor fuera de nuestras fronteras siempre ha jugado a su favor en los Goya, y todo aunque su director fetiche, Pedro Almodóvar, nunca haya terminado de encajar con la Academia.
En suma, una estimable fiesta de promoción del cine español. Dos películas de género y taquilleras coparon todos los premios y eso también es bueno. A ver si este año se repiten las cifras del pasado aunque sin estreno anual de Amenábar, Almodovar o un "Planet 51" el asunto va a estar dificilillo. A ver si nos sorprenden con algo...

viernes, 5 de febrero de 2010

"Avatar" de James Cameron (2009)


Vaya por delante que fui a ver "Avatar" con la mejor de mis disposiciones. El impresionante éxito de la película de cuyo eco están dado buena cuenta los medios de comunicación, me hizo reflexionar un poco sobre el cine de James Cameron, sobre todo sobre "Titanic", la película que menos me interesa. Echando la mirada atrás y recordando algunas de esas frases que calan en nuestra vida, llegué a la conclusión de que "Titanic" sin personajes y todo, era un film muy cameroniano en tanto era un producto en esencia, profundamente simple, pero bien construido dentro de sus parámetros de simplicidad. Es decir, no hay que pedirle mucho a "Titanic", pero lo poco, lo muy poco que ofrece, lo ofrece muy bien. Todo hay que decirlo.
De modo que con esta guisa reconciliadora me fui a ver "Avatar" y lo que es más, en 3-D (del tema 3-D ya hablaremos un día de estos). Cómo de costumbre en el cine de James Cameron (lo que demuestra que pese a quien le pese, Cameron es un director con constantes, es decir, lo que muchos llaman un autor...), "Avatar" es un film que arranca con un entorno frío y fuertemente jerarquizado, lo que aplicado al ejército siempre encaja a las mil maravillas. Un diseño de producción apabullante y un cuidado técnico impecable. Me llamó mucho la atención, eso si, que el protagonista fuera un hombre paralítico de cintura para abajo, ¿un héroe minusválido pensé yo? No...., nada de eso...

Fuera de su impresionante logística técnica, "Avatar" es una de esas películas que desde prácticamente el primer plano y conforme se va desvelando por dónde van a ir los tiros, uno intuye con bastante seguridad por dónde van a ir los tiros. De hecho, lo mejor de "Avatar" son sus primeros minutos, cuando uno aún tiene esperanzas de que el asunto sea algo diferente. A Cameron siempre se le han dado bien lo preliminares, eso hay que reconocerlo. Pero cuando la película toma posiciones y desvela sus primeras y cartas y resulta evidente, que no hay muchas más cartas que desvelar "Avatar" cae en picado.

Por momentos, la última película de James Cameron recuerda a "Pocahontas", ese ficus fluorescente resulta bastante irrisorio y en conjunto la trama no tiene mucho de donde tirar. Como digo, técnicamente la película es impecable, pero su uso y abuso de la digitalización de las cosas, tengo la impresión de que le ha afectado a Cameron y ya no tiene ese toque tan particular que tenía cuando rodaba escenas de acción real en decorados reales. Lo que ahora hace con la cámara, el montaje y los movimientos, vienen a ser lo mismo que hemos visto otras veces en otras películas de técnica similar. Pero lo peor de todo es conforme la película va entrando en su mitad final y el aburrimiento es ya una sensación bastante perceptible. Sobre todo porque en "Avatar", por más que se empeñen los fans (que los hay y por montones), no hay emoción. Cameron es un hombre demasiado frío, demasiado tecnócrata (seguro que es uno de esos directores que como Peter Jackson rueda con un portatil en la mano...) como para hacer una película sobre una etérea energía que une a la Madre Naturaleza, tal es así, que como hiciera George Lucas en la desastrosa "La amenaza fantasma" con la Fuerza, Cameron le pone nombre y apellidos a esa energía natural, poniendo en boca de sus personajes que se han detectado corrientes químicas entre los árboles y plantas del planeta Pandora. Si hablamos de una cuestión casi espiritual (que parece ser la apuesta de Cameron), justificar su existencia extirpa todo el misterior.

Lo cual, me lleva a una reflexión. Si "Avatar" ha batido todos los récords habidos y por haber, algo, necesariamente algo, debe de tener la película de Cameron. Vista fríamente si, "Avatar" tiene efectos especiales, acción y unas gotitas de romance (¿quién le habrá dicho a James Cameron que es un tío romántico?. ¡Uy..., que le dieron once oscar por una historia de amor pasada por agua...!). Vale, es cierto, pero ¿cuantas películas con similares ingredientes y técnicamente también impecables se han quedado en la parrilla de salida? Me cuesta mucho trabajo entender cómo es posible que un film tan mediocre como "Avatar" pueda generar semejante cantidad de público y que conste, que no quiero tratar con desprecio al elemento más importante de la industria cinematográfica (sin público, no habría cine). No entiendo eso fans enganchados a la película que necesitan verla una y otra vez para regresar constantemente al imaginario mundo de Pandora, que tampoco es que ofrezca demasiadas novedades. No lo entiendo. Tal vez, forzando la maquina, todo venga del descontento existencial, de la generación "Ni-Ni", que no encuentra o no le quiere encontrar motivos para hacer nada palpable y que encuentran en una película como "Avatar" un objetivo y un motivo por el que vivir, sin molestarse en buscarlo y en identificarse con él. El cine incita a la empatía, se da por su puesta y muchos, da la impresión, acceden encantados. ¿Será eso?