viernes, 31 de julio de 2009

"Asalto al tren Pelham 123" de Tony Scott (2009)


Puesto que los comentarios anteriores iban más que por Denzel Washington por la propia película que acaba de estrenar y ya que los siempre inescrutables caminos del señor son a todas luces imprevisibles y resulta que la he visto, me viene como anillo al dedo dejar aquí algún que otro comentario sobre el film en cuestión. Aunque para hablar de "Asalto al tren" habría que hablar antes de Tony Scott, ya sabe, el hermano bueno según el alborotador de Tarantino de los Scott. Yo, que debo de discurrir por senderos absolutamente opuestos a los del señor Tarantino (lo que explicaría muchas cosas) soy de los que veo en un tipo como Tony Scott uno de los peores y más inexplicables virus del actual cine moderno. Las películas de Tony Scott son rematadamente malas, en el mejor de los casos, entretenidas, pero sin dejar de ser malas, y sin embargo tiene una importante legión de fans, es considerado por algunos como un auteur y el listo de Tarantino dice que es mejor que su, por otro lado, también discutible hermano Ridley.
Todo esto me lleva a algo que suelo repetir cada vez que tengo ocasión. Que en esto del cine hay dos tipos de directores malos, los malos y además, aburridos. Y lo malos, pero al menos, entretenidos. Tony Scott creo que es el maestro de los directores malos pero entretenidos, quiero decir. "Superdetective en Hollywood II", "Amor a quemarropa", "Días de trueno", "Marea roja" (quizá su mejor película), "Enemigo público", "Deja Vu" son película en la mayoría de los casos hechas como hamburguesas, para comer y tirar, pero se dejan comer muy bien, todo hay que decirlo. De hecho, Tony Scott es el padre de esa estética patentada por el maegaproductor Jerry Bruckheimer que hoy a infectado buena parte del cine de Hollywood contemporáneo así como el noventa por ciento de la producción televisiva de Estados Unidos. Es decir, planos cortos, elementos en primer plano desenfocados, mucho movimiento, montaje frenético... ¿El sentido de todo esto? ¡Y eso que importa, si queda bien! Pues esa es la filosofía de Scott y eso en suma es "Asalto al tren Pelham 123". Se deja ver, se olvida sin trauma alguno, todo está rodado con muchas cámara no sea que se pierda una mueca de Travolta y Scott no le haya hecho un plano detalle, y la cámara se mueve mucho, no sea que se cuele algún plano estático y el personal se nos aburra.
En cuanto a nuestro queridísimo Denzel Washington, pues eso, un santo. Un humilde funcionario de control del tráfico del metro de Nueva York sospechoso de haber aceptado un soborno pero que será perdonado por la santísima trinidad de la policía neoyorquina por sus buenas maneras al frente de la crisis del secuestro de un tren. Todo anodino es verdad, con escasísimo interés, también es verdad, con pocas o ninguna sorpresa, no es menos cierto, pero el mayor logro de Tony Scott es que consigue que un Donut se pueda degustar de principio a fin sin que casi, nos demos cuenta y además, se lo logra colar a algunos como si fuera caviar ruso. Cosas del cine...

5 comentarios:

Tomás Serrano dijo...

Ramón, ya he vuelto de vacaciones y aquí me tienes ya dispuesto a llevarte la contraria en materia de serie B... Las películas de este Scott son, excepto "Amor a quemarropa" (de la que guardo buen recuerdo), malas sin más. "Deja vu" es un ejemplo de como tomar el pelo a la gente con un mínimo de tragaderas. Ni entretenidas ni nada. espl

Ramón Monedero dijo...

Welcome pues! Yo me iré unos días a finales de agosto, ya os diré algo en el blog...
En efecto, eso que dices de "Deja Vu", aunque yo lo aplicaría a la práctica totalidad de la filmografía de Scott. Y "Amor a quemarropa" si..., tienes sus momentos, pero tal vez me quedara con "Marea Roja".
Tendría que volver a ver la primera, que hace tiempo que la vi, a ver si veo el momento,
Un saludo.

Major Reisman dijo...

Buenas

¡Ay,ay,ayayay! Me estoy temiendo que verla va a ser malo para mi salud mental. Aprovechando las vacaciones el otro día volví a ver "Pelham 1, 2, 3" y de nuevo volví a disfrutar. No hay casi efectos especiales. Sólo hay interpretaciones. Y mucha mala leche con frases y situaciones que ahora serían censuradas por nuestro "ministerio de la igualdá". No hay más que oir lo que dice el jefe de estación cuando recibe al fontanero que va a intentar recuperar un anillo que se le ha caído a la secretaria. O la cara de Walter Mathau cuando le toca hacer de guía turístico para "monos amarillos".

Un saludo

Ramón Monedero dijo...

tengo que revisar el film de Mathau..., casi no me acuerdo de él... A veces pienso que este tipo de remakes sirven al menos para recordarnos pequeños clásicos del pasado. Bueno..., menos da una piedra.

Delirium dijo...

Yo alquilé hace un par de días Pelham 1,2,3 (el clásico) y me lo pasé pipa. Como dice el Major, diálogos punzantes, un retrato del alcalde de eterna actualidad y sobretodo, la sensación de ser más 'de verdad' que cualquier film rodado ahora mismo.

Se entiende eso de que los clásicos nunca mueren.

Un saludo!