jueves, 7 de agosto de 2008

Don Bluth


Hoy me ha dado por ponerme nostálgico. Ahora que está "Wall-e" volviendo locos a pública y crítica, me parece un buen momento para rescatar a uno de los nombres fundamentales de la animación de los años 80 y que ahora, fulminado por las nuevas tecnologías y con más de 70 años a sus espaldas, es fácil, no volvamos a oír a hablar jamás de el, salvo cuando lo reclamen del otro mundo.

Se trata de Don Bluth, un tejano oriundo de la misma frontera con Méjico (El paso), forjado entre las míticas paredes de los estudios Walt Disney donde trabajó en películas como "La bella durmiente" (1959), "Taron y el caldero mágico" (1963), "Robin Hood" (1973), "Los rescatadores" (1977) o "Pedro y el dragón Elliot" (1977) entre otras muchas. Como se puede apreciar, Bluth comenzó a trabajar en la Disney precisamente cuanto está, inició su dolorosa cuesta abajo. Quien lo iba a decir, uno de sus animadores, terminaría por convertirse en el único autor (si, he dicho, autor) de cine de animación que trataría al género con dignidad ante del resurgir de la Disney con la llegada de películas como "La bella y la bestia".

Pero Bluth, al contrario que otro honorable animador de la Disney, Tim Burton, nunca renegó de aquellos años es más, los reutilizó, los revitalizó y les dio forma de cuerpo presente en una de las etapas más delicadas para el cine de dibujos animados. Don Bluth, deberíamos haberlo admitido hace tiempo, fue el cineasta que durante la década de los 80, más hizo por el cine de animación. Sus películas, han marcado a generaciones enteras (la mía sin ir más lejos), lo que ocurre es que creo que aún, no hemos reparado en ello.

Don Bluth filmó en 1981 "Nihm", su primer éxito. Toda una declaración de principios de como el espíritu Diseny podía todavía sobrevivir, si se sabía como hacerlo. Fue entonces cuando Bluth llamó la atención de Steven Spielberg, por aquel entonces en todo lo suyo, creando su particular universo de producciones Amblin que definiría el futuro del cine de Hollywood. Spielberg se atreví entonces con la producción de dibujos animados y le dio carta blanca a Bluth para que filmara su siguiente película, "Fievel y el nuevo mundo" (1986). Enternecedora, con una deslumbrante banda sonora de James Horner (cuando aún no había perdido el norte...), y todo, bajo una óptica tradicional de la animación; dos dimensiones, dibujos a mano, buena música y un buen puñado de canciones, Bluth logró superar el examen. Acto seguido, y de nuevo con Spielberg apoyándole, Bluth volvería a dar en el clavo con "En busca del valle encantado", un fillm estructuralmente muy similar a "Fievel" que todavía hoy, sigue generando secuelas en las estanterías de los video-clubs.

Pero entonces, algo pasó entre Bluth y Spielberg. No se el qué, pero algo pasó. Por aquella época no se decían cosas precisamente buenas del director de "E.T." de modo que sólo cabe la especulación. En cualquier caso las carreras de uno y otro se distanciaron. Spielberg produjo con otro equipo "Fievel va al Oeste" y fue entonces cuando Bluth, inició su particular cuesta abajo. "Todos los perros van al cielo" (1989) fue sólo el principio. A esta le siguieron films como "En busca del Rey del Sol" (1991) o "Pulgarcita" (1994) pero aquí Bluth, ya estaba herido de muerte. En el año 91 Disney estrenaba "La bella y la bestia" y el cine de animación que había sobrevivido gracias a la buena mano de Bluth, pasó de generación y dio las espaldas a Don Bluth.

El driector norteamericano veía como películas tras películas, fracasaba estrepitosamente, en muchos casos, sin justicia, con películas como "El jardín mágico Stanley" (formidable BSO de Robert Folk) o "Hubi. El pingüino" (1995). Pero entonces paso algo curioso. En pleno 1995 Disney estaba en todo lo suyo hasta el extremo de que se podía empezar a permitir variaciones bastante más arriesgadas como "Pocahontas". Fue el momento en el que casi todas los estudios comenzaron a producir películas de animación como churros con cosas como "Balto" (1995) producida por Spielberg, "En busca de Camelot" (1998), "El gigante de hierro" (1999) de Brad Bird, hoy oscarizado director de "Los increíbles" y "Ratatouille" entre otras.. pero el caso es que ningún estudio daba con la fórmula secreta de Disney que parecía tener en propiedad. Entonces la Fox recurrió al viejo zorro de Bluth y le ofreció la dirección de "Anastassia". Como el resto de la competidoras de Disney, el film no dio la talla. Pese a todo Fox y Bluth lo volvieron a intentar con "Titan A.E.", pero nada de nada. El tiempo de Bluth, había llegado a su fin.

Director todo lo criticable que se quiera, forzado a hacer películas completamente opuestas a su forma de entender el cine de animación ("Titan A.E."-, Don Bluth bien se merece un recuerdo aunque sólo sea por ses breve espacio de tiempo en el que los niños que como yo, en los años 80, crecimos creyendo que ya no existía el cine de animación, Don Bluth nos demostró que la magia sobre el papel a golpe de lápiz, nunca muere...

4 comentarios:

Athena dijo...

El cine de animación por ordenador ha dado pasos de gigante en poco tiempo, pero la animación clásica tiene el encanto del dibujo a mano. Me gustaba mucho ver los "Making of" de "La Bella y la Bestia" o "Aladdin" y observar a los dibujantes con esos grandes folios, lápiz en ristre, pasándolos una y otra vez para ver el resultado del movimiento que dibujaban. Se me caía la baba.

No digo que la animación por ordenador no tenga su trabajo, pero grafismo como el de "La bella durmiente", donde lo que se destaca es precisamente planitud del dibujo, es insuperable.

En cuanto a Don Bluth y sus experiencias fuera de Disney, creo que el error de la gente que trabajó al margen de la gran productora cayó en la mera copia sin aportar nada nuevo. Me da la impresión de que la razón fue el "miedo" a una estética nueva, puesto que generaciones enteras "educaron" su mirada con los tipos Disney (los de la Warner son ya harina de otros costal, claro). Pero se ha visto que al público nos viene todo bien y "Hércules", por ejemplo, tiene un diseño bastante alejado de los personajes blandurrios que parecían ser el tipo disneyano. El proceso se inició ya con "La Sirenita", con honrosos antecedentes como la citada "La bella durmiente". El despiporre fue con "Pocahontas" y el morreazo que se pega con John Smith, pero sabían que no hacían cine sólo para niños.

De los clásicos de dibujos más recientes siento decir que sólo me quedo con la Disney: "La Sirenita", "La Bella y la Bestia" y esa obra maestra que es "Aladdin". Los dramones inmediatamente posteriores... pues bueno. Menos mal que "Hércules" vino a dar una nota de humor ante tanta tragedia (un malo con gracia hacía falta desde el excepcional Jafar).

Menudo rollo... se nota que no está mahn por aquí, ¿verdad?

Ramón Monedero dijo...

Si, si, ¡¡Mahhhhhnn!. Es Broma.
Desde luego, comparar a BLuth con casi cual peli de la Disney hace tambalear más de un cimiento, ahora bien...
Yo lo que reivindico es que mientras la Disney hacía cosas como "Retorno a Oz" (1985), "Taron y el caldero mágico" (1985) o "Basil. El ratón superdetective" (de lejos, la mejor del grupo, Bluth filmó películas encantadoras como "Nihm", "Fievel y el nuevo mundo" o "En busca del valle encantado".
Tiene razón queridisima Athena en eso de que Bluth sigió la estela Disney sin demasiadas variaciones, aunque eso es algo que habría que estudiar detenidamente porqiue si no no se explica por qué Bluth trinfó en los 80 y Disney, con perdón, se comía los mocos.
En cualquier caso creo qeu BLuth es tio a reivnidicar también porque dentro del género de animación, consiguió un perfil muy similar de eso que se ha venido a llamar autor. Pero no solo eso, lo más importante, al menos para mi, es que la gente de mi generación (y la tuya también, más o menos, no?), cuando rondaba los 8 ó 9 años no tuvimos "Aladdin" ni "La Bella y la bestia", y casi nuestra única ventana al mundo de la animación fue Don Bluth.

Athena dijo...

A pesar de que no nos llevamos apenas años, yo no crecí con el cine de Bluth, sino con las reminiscencias de los clásicos a través de alguna reposición y de un tomo de "Películas", un libro que recogía algunos films de Disney en plan cómic. Entre ellos estaban "Merlín el Encantador", "La Bella Durmiente" y cosas como "Pedrito Plano" o "Mickey y las judías mágicas".
No tenía vídeo y, en cuanto al cine, era la menor y había que ir en tropel a ver cualquier película, de manera que a mi hermana mayor no la metía yo a ver "Basil, el ratón superdetective", aunque me quedara con las ganas. Bueno, gracias a eso vi "Amadeus" con diez años.
Por otra parte "Fievel y el Nuevo Mundo" o "En busca del Valle Encantado" son películas que me resultan demasiado blandas, a mis años no me siento a verlas una y otra vez como sí hago con clasicazos como "101 Dálmatas" o "La Dama y el Vagabundo", por no irme a las producciones recientes.

Pero ojo, no le quito ningún mérito a Don Bluth. Que Disney se comiera los mocos mientras él triunfaba creo que tiene su explicación en las tramas escogidas: los dinosaurios son garantía de éxito para el público infantil (y lo digo totalmente en serio).

Ramón Monedero dijo...

Vamos a ver..., si es verdad que Bluth tiene unos logros limitados, pero "Fievel" y "En busca del valle encantado" e incluso "Nihm" son peliculas encantadoras. Yo los guardo con mucho cariño y me gustaria volver a verlas. Que los dinosaurios son garantía de éxito lo sabemos ahora y no siempre )ahí ese pastelillo titulado "Rex. UN dinosaurio en Nueva York", también de dibujos animados).