lunes, 22 de diciembre de 2008

La belleza de vivir... en Navidad


Hoy, que España entera aguanta la respiración expectante ante el sorteo de la tradicional lotería de Navidad, se ha popularizado el dicho de que antes, hoy es el día de la salud. Ya se sabe, cuando no toca, al menos tenemos salud... El tema tiene su intríngulis, porque ante la posibilidad de recibir un buen puñado de millones, el mundo cambia a nuestro alrededor por unos minutos, y por una pequeña franja horaria, manejamos la posibilidad de hacernos con varios millones de euros.
El 22 de diciembre marca el inicio oficioso de la Navidad, es la previa, el prólogo de la Nochebuena, una época del año que también se refleja en la televisión y claro está, en las salas de cine. Los cines de Murcia ya están repletos de productos navideños confeccionados para tal efecto y la televisión no es menos. El otro día pasaron "Shrecketefeliz Navidad", un peñazo de media hora con cuatro guionistas y muy poca gracia protagonizado por el ogro más famoso del cine que traicionaba los propios postulados supuestamente irreverentes que lanzaron al éxito el film de Dreamworks.
Pero si hay un título emblemático en Navidad ese es sin duda, "¡Qué bello es vivir!" de Frank Capra. Recuerdo que ante de haberla visto yo, alguien me dijo esa película deberíamos verla todos los días antes de comenzar un nuevo día. El film, se pasa religiosamente Nochebuena tras Nochebuena a horas, en ocasiones, absolutamente impensables. Y si falta esa noche, cae seguro en Navidad. En alguna ocasión se ha dado la circunstancia de que la película de Capra se estuviera proyectando en dos cadenas a la vez al mismo tiempo; maravillosa competencia, decía mi amigo Pedro.
Yo recuerdo que cuando la vi me quedé un poco a cuadros. Después de haber oído hablar tanto y tan bien de ella, eso de que el film empezara con "una estrella" hablando me pilló desprevenido. Luego, me pongo a verla y me doy cuenta de que el largometraje es básicamente la vida de George Bailey (James Stewart). Como se hace con un negocio, como se enamora, se casa, tiene hijos, una casa.... Andaba la hora y media larga de película y yo, aún demasiado joven e ingenuo, empezaba a preguntarme donde diantres estaba la magia y la maravillosa moraleja del film. Cuando Bailey llega a un punte y se tira al río acosado por las deudas ya me había olvidado de que estaba viendo "¡Qué bello es vivir!". Es entonces cuando aparece aquel entrañable anciano de ribetes angelicales... El resto, es historia.
Con el paso de los años, la he visto es sucesivas ocasiones (si no todos los días, si que habría que ver esta película al menos, una vez al año) y he aprendido a valorar un guión de hierro, una dirección de actores de primera, un James Stewart que se sale y un cineasta que no me explico de qué maldita caverna del optimismo pudo surgir. Es increíble la visión que Capra tenía del mundo o al menos, la visión que el director de "Un gangster para un milagro" quiso extender. A mi me llegó a cargar incluso con "Vive como quieras", pero entiendo que su cine resulta extremadamente valioso. Y no por su optimismo innato, lo cual está muy bien en estos tormentosos momentos posmodernos, sino porque Capra resultó ser el perfecto ejemplo de que el cine clásico de los años 40 y 50 no eran sólo películas de estudio impersonales. Capra además, demostró que "sólo" es cuestión de proponérselo, que la vida, aún cuando está siendo castigada por el crack del 29, por una guerra mundial, o incluso cuando una plaga como el nazismo se está gestionando en el corazón de Europa, hay belleza y motivos de alegría si sabe dónde y cómo mirar. Al mundo.
Capra, era el Jefferson Smith de Hollywood, ese personaje que trata de impregnar a la política norteamericana de honestidad y buen juicio. Capra hizo lo mismo con su luminosa forma de ver el mundo. Hoy, Frank Capra probablemente sea más valioso que nunca, y no ahora, en Navidad, sino ahora, en los primeros pasos del siglo XXI. Su cine es hoy un jarro de agua helada que nos hace preguntarnos, ¿no estaremos demasiado obcecados en nuestro propio pesimismo? ¿No le estaremos prestando demasiada atención de modo que no podamos contemplar los problemas con más claridad y de este modo encontrar soluciones más rápidas y duraderas?
El mundo es un mosaico demasiado complejo y enredado como para que una película pueda arreglarlo. Pero si que puede, creo yo, recordarnos cómo hay que mirar el mundo. Recordarnos que es nuestro problema, y sólo nuestro, querer afrontar la existencia con un lucero como metal al final del camino, o como una oscura gruta como irremediable destino. Frank Capra tenía muy clara su respuesta.

6 comentarios:

El chache dijo...

Como me gusta esa pelicula. Que maravilla.
Un saludete

Ramón Monedero dijo...

Hay cosas que nunca cambian, y está película, por fortuna, es de esas...

Antonio Rentero dijo...

Pues parece recurrir al tópico, pero es que es una película que permanece incólume al paso del tiempo, mantiene su vigencia, sus valores siguen siendo envidiables y admirables... y probablemente sí que tuviéramos que admitir sus enseñanzas y aplicarlas en esta epoca de proceloso pesimismo en que nos vemos envueltos.

Yo siempre recomiendo como pelis navideñas "Qué bello es vivir" y "Pesadilla antes de Navidad" ;-)

Tigretón dijo...

Maravillosa película navideña. Es "La" película navideña (no las ñoñerías y tontadas que hacen ahora, y que en ocasiones ponen en tv después de comer).

La historia del héroe cotidiano, del tipo de buen corazón, que tanto gustaba en la época, representado por Stewart, pero vigente también hoy en día, como bien decís ("Caballero sin espada" es otro ejemplo, la pude ver hace no mucho en tv, increíblemente, creo que en un canal por cable)

En cuanto a James Stewart es un actorazo pero en esta película lo demuestra aún más. Lástima que el doblaje español de su voz no me agrada demasiado, pero bueno... Y bueno, secundarios de lujo.

La pena es que la película la ponen siempre en canales de tv de poco "calado" y como tú dices a horas intespestivas, o bien hechas para gente que al día siguiente no tiene que trabajar o le importa un carajo su labor cotidiana. Y es que poner en televisión una película que tenga más de tres años parece que es delito, así que lo de programar un clásico en "prime time" tiene que conllevar treinta años sin posibilidad de redención de penas por trabajo

http://www.youtube.com/watch?v=tfGos88UcnA

La escena no tiene desperdicio, y en youtube hay muchas más

Athena dijo...

Obra Maestra.

Tigre: aquí lo dobla Jesús Puente.

Wunderkammer dijo...

Para mí también es un clásico imprescindible de la Navidad.

Qué maravilla.