El otro día vi "Llámame Peter", un film basado en la vida y muerte del genial actor británico Peter Seller. La película se anunció en su día en los círculos cinematográficos a bombo y platillo. Geoffrey Rush, se metía en la piel de camaleónico intérprete, John Litghow le daba forma a Blake Edwards y Stanley Tucci, tenía el honroso deber de configurar al genial Stanley Kubrick. Además, el film cuenta con las intervenciones de Emily Watson y Charlize Theron.
De entrada, la película tenía dos obstáculos bastante importantes, el primero, que se tratase de un film para la televisión británica, lo que siempre tiende a afectar al resultado final, con looks de telefilme, esto es, puesta en escena llana, escaso trasfondo dramática y muy poca consistencia narrativa. Y segundo, y si cabe más peligroso, su director, nada menos que Stephen Hopkins. Puede que a algunos de ustedes el nombre de Stephen Hopkins le suene a chino mandarín, pero si les digo que se y trata del director de "Pesadilla en Elm Street 5", "Depredador 2", "Los jueces de la noche", "Volar por los aires", "El fantasma y la oscuridad" y "Perdidos en el espacio", probablemente empiecen a preguntarse qué narices hace el señor Hopkins dirigiendo una película como "Llámame Peter". En efecto, ¿qué narices hace? Yo, no lo se.
El asunto no es que Stephen Hopkins sea más o menos un especialista sobre el género (¿qué genero, por otro lado?), el tema en cuestión es que Stephen Hopkins es un director extremadamente limitado que se puede desenvolver con más o menos soltura en determinado tipo de películas, pero que en última instancia es un realizador extremadamente limitado. Es por esto, que elegir a Hopkins como director de una película como "Llámame Peter" es un error de base fundamental que imagino, será culpa de alguno de los nueve productores de los que hace gala el film.
Una pena, porque el libro en el que se basa el film, "Vida y muerte de Peter Seller" de Roger Lewis, aunque no lo he leído (ya lo estoy buscando), seguro que está repleto de posibilidades, eso es al menos lo que se desprende de su guión, un atinado texto escrito a cuatro manos por dos guionistas de esos, tan frecuentes por Hollywood que suelen trabajar siempre al unísono y que han escrito los guiones de películas como "Las crónicas de Narnia 1 y 2", Christopher Markus y Stephen McFeely. La película, no se el libro, arranca con Seller en su mejor momento como humorista radiofónico en Inglaterra, intentando infructuosamente meter la cabeza en el mundo del cine. El film avanza rápido y cuando a penas nos hemos dado cuenta, Seller es requerido para interpretar una película norteamericana de un famoso director estadounidense, "La pantera rosa", de Blake Edwards. Según el film, Seller acepta a regañadientes ofendido por ser un segundo plato (su papel era secundario, se suponía que era un film para la estrella David Niven, aunque al final Seller le terminó arrebatando el film y además, Peter Seller fue requerido cuando Peter Ustinov, declinó la oferta de Edwards). Pronto nos encontramos con Seller en el plató de "Teléfono rojo, volamos hacia Moscú" y a un Geoffrey Rush haciendo un verdadero esfuerzo por imitar -y vaya si lo consigue- a Peter Seller, por más que haya una acusada diferencia de edad, sobre todo al principio de la película.
El problema es que Hopkins no parece tener pasión por lo que está rodando y lo filma todo con bastante desgana, eso es al menos lo que sugiere una puesta en escena previsible y llana. Pese a todo, insisto, la película, independientemente de hacer las delicias del cinéfilo al ver reproducidos escenarios como es de "La pantera rosa", contiene algunos elementos de interés que hacen entrever una película mejor, de no haber tenido detrás de la cámara a un insípido como Stephen Hopkins. Sobre todo, en aquellos pasajes en los que Seller/Rush, literalmente, abandona la escena, poniendo al descubierto la parafernalia propia de la filmación de un largometraje, y reconvertido en alguno de los personajes importantes de su vida (su padre, su ex mujer, Kubrick...), apuntalando así esa genial capacidad camaleónica de Seller/Rush, maquillado como otro personaje, se dirige al espectador lanzado algunas cuestiones que se supone, debían azotar la cabeza del actor británico.
Una pena, insisto, porque sospecho, había posibilidades en ese guión. Al final lo que queda es, a parte de una idea desaprovechada, al menos el conjunto de "Llámame Peter" ofrece una visión más o menos aproximada de quien fue ese gran actor llamado Peter Seller. Un hombre que por lo visto, se odiaba así mismo, acomplejado, que parecía vivir en una constante ficción (de ahí las escenas en las que literalmente, se sale de la ficción), que se ocultaba en sus payasadas, promiscuo y abrumado por una fama que a la vista de este largometraje, no supo digerir. Una pena, no me cansaré de decirlo, de película y por lo visto, también de persona, porque según cuentan aquellos que lo conocieron, si Peter Seller hubiera sido un hombre algo más equilibrado, quien sabe las maravillas con las que nos podría haber premiado y eso, se dice aún habiendo protagonizado largometrajes como "El quinteto de la muerte", la saga de "La pantera rosa", "Lolita", "Teléfono rojo, volamos hacía Moscú", "¿Qué tal, Pussy Cats?", "Casino Royale", "El guateque" y "Bienvenido Mr. Chance", un dificlísimo papel dramático que le valió su tercera nominación al Oscar que nunca consiguió. Otra pena...
De entrada, la película tenía dos obstáculos bastante importantes, el primero, que se tratase de un film para la televisión británica, lo que siempre tiende a afectar al resultado final, con looks de telefilme, esto es, puesta en escena llana, escaso trasfondo dramática y muy poca consistencia narrativa. Y segundo, y si cabe más peligroso, su director, nada menos que Stephen Hopkins. Puede que a algunos de ustedes el nombre de Stephen Hopkins le suene a chino mandarín, pero si les digo que se y trata del director de "Pesadilla en Elm Street 5", "Depredador 2", "Los jueces de la noche", "Volar por los aires", "El fantasma y la oscuridad" y "Perdidos en el espacio", probablemente empiecen a preguntarse qué narices hace el señor Hopkins dirigiendo una película como "Llámame Peter". En efecto, ¿qué narices hace? Yo, no lo se.
El asunto no es que Stephen Hopkins sea más o menos un especialista sobre el género (¿qué genero, por otro lado?), el tema en cuestión es que Stephen Hopkins es un director extremadamente limitado que se puede desenvolver con más o menos soltura en determinado tipo de películas, pero que en última instancia es un realizador extremadamente limitado. Es por esto, que elegir a Hopkins como director de una película como "Llámame Peter" es un error de base fundamental que imagino, será culpa de alguno de los nueve productores de los que hace gala el film.
Una pena, porque el libro en el que se basa el film, "Vida y muerte de Peter Seller" de Roger Lewis, aunque no lo he leído (ya lo estoy buscando), seguro que está repleto de posibilidades, eso es al menos lo que se desprende de su guión, un atinado texto escrito a cuatro manos por dos guionistas de esos, tan frecuentes por Hollywood que suelen trabajar siempre al unísono y que han escrito los guiones de películas como "Las crónicas de Narnia 1 y 2", Christopher Markus y Stephen McFeely. La película, no se el libro, arranca con Seller en su mejor momento como humorista radiofónico en Inglaterra, intentando infructuosamente meter la cabeza en el mundo del cine. El film avanza rápido y cuando a penas nos hemos dado cuenta, Seller es requerido para interpretar una película norteamericana de un famoso director estadounidense, "La pantera rosa", de Blake Edwards. Según el film, Seller acepta a regañadientes ofendido por ser un segundo plato (su papel era secundario, se suponía que era un film para la estrella David Niven, aunque al final Seller le terminó arrebatando el film y además, Peter Seller fue requerido cuando Peter Ustinov, declinó la oferta de Edwards). Pronto nos encontramos con Seller en el plató de "Teléfono rojo, volamos hacia Moscú" y a un Geoffrey Rush haciendo un verdadero esfuerzo por imitar -y vaya si lo consigue- a Peter Seller, por más que haya una acusada diferencia de edad, sobre todo al principio de la película.
El problema es que Hopkins no parece tener pasión por lo que está rodando y lo filma todo con bastante desgana, eso es al menos lo que sugiere una puesta en escena previsible y llana. Pese a todo, insisto, la película, independientemente de hacer las delicias del cinéfilo al ver reproducidos escenarios como es de "La pantera rosa", contiene algunos elementos de interés que hacen entrever una película mejor, de no haber tenido detrás de la cámara a un insípido como Stephen Hopkins. Sobre todo, en aquellos pasajes en los que Seller/Rush, literalmente, abandona la escena, poniendo al descubierto la parafernalia propia de la filmación de un largometraje, y reconvertido en alguno de los personajes importantes de su vida (su padre, su ex mujer, Kubrick...), apuntalando así esa genial capacidad camaleónica de Seller/Rush, maquillado como otro personaje, se dirige al espectador lanzado algunas cuestiones que se supone, debían azotar la cabeza del actor británico.
Una pena, insisto, porque sospecho, había posibilidades en ese guión. Al final lo que queda es, a parte de una idea desaprovechada, al menos el conjunto de "Llámame Peter" ofrece una visión más o menos aproximada de quien fue ese gran actor llamado Peter Seller. Un hombre que por lo visto, se odiaba así mismo, acomplejado, que parecía vivir en una constante ficción (de ahí las escenas en las que literalmente, se sale de la ficción), que se ocultaba en sus payasadas, promiscuo y abrumado por una fama que a la vista de este largometraje, no supo digerir. Una pena, no me cansaré de decirlo, de película y por lo visto, también de persona, porque según cuentan aquellos que lo conocieron, si Peter Seller hubiera sido un hombre algo más equilibrado, quien sabe las maravillas con las que nos podría haber premiado y eso, se dice aún habiendo protagonizado largometrajes como "El quinteto de la muerte", la saga de "La pantera rosa", "Lolita", "Teléfono rojo, volamos hacía Moscú", "¿Qué tal, Pussy Cats?", "Casino Royale", "El guateque" y "Bienvenido Mr. Chance", un dificlísimo papel dramático que le valió su tercera nominación al Oscar que nunca consiguió. Otra pena...
4 comentarios:
En su día me quedé con ganas de ver esta película cuando la estrenaron (estaba en la playa e ignoro cuánto duró en cartel en Murcia city), más que nada por el personaje de Peter Seller y el "enfoque" que le dan, y todavía sigo con esas ganas. Videoclub toca u otras alternativas (adivinanza). Creo que el libro fue algo polémico.
La película, irregular y todo, vale la pena verla, si te mola mucho Peter Seller, como es mi caso. El libro, polémico o no, ya lo estoy buscando y en breve (cuando me lea la media docena de libros que tengo en lista de espera) lo comentaré en el blog. POr cierto, yo juraría que "Llamame Peter" no se estreno en "Murcia City" y si así fue, debió durar un suspiro.
Gracias Tigretón por tus comentarios.
La pille el otro día con ese periódico para listos de los cojones ;-) y la tengo en la lista de espera.
Yo si sabia que Sellers fue un tipo complejo y problematico y aguardaba a ver como habian sacado partido de eso en la peli, ya veo que aunque con poca habilidad al menos han sido mas o menos fieles a la realidad.
Rush borda a Sellers, y ver a Charlize siempre es una delicia...¿q mas se puede pedir por 1 €, sobre todo ahora que el Roures esta empezando a pasar estrecheces económicas? ;-)
Si, si y si. Yo había leído que matiz arriba, matiz abajo, lo que fue Peter Seller es un hijo de puta, así con todas las palabras y si, eso también se deja sentir en el peli.
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