
Concebida, vendida y envuelta como el "2001" del siglo XXI, sería interesante que aquellos que no hayan visto "Origen" fueran rebajando expectativas. Que nadie se escandalice, "Origen" es una película muy interesante, pero se sabe compleja y densa y eso, le termina afectando a si misma. Porque en el fondo, la última película de Christopher Nolan no es más que un film de robos pero alterando su decorado, imponiendo nuevas reglas y de paso dejando se ver como el nuevo genio de cine norteamericano. Porque lo cierto es que si vamos al meollo de la cuestión, es bastante mejor película "El caballero oscuro" que "Origen", cuyas escenas de acción, al contrario que en el film de Batman, andan cogidas con hilos, extrañamente justificadas y a todas luces, excesivamente prolongadas.
Pero tal vez, lo menos bueno de "Origen" sea que el film de Nolan no aporta, culturalmente, nada nuevo (de ahí que ande lejos de ser el "2001" del siglo XXI). La última película del director de "El caballero oscuro" no hace otra cosa que sumarse a la corriente posmodernista popularizada (que no inaugurada) por la terriblemente sobre valorada "Matrix". Porque al fin y al cabo lo que hace "Origen" no es más que incidir en la idea de que la realidad no existe, de que todo es un sueño y que de hecho, en última instancia, cabe la posibilidad de que todo lo que consideramos realidad, sea precisamente, un sueño. Ósea, nada nuevo. De hecho, me irrita profundamente que algunos críticos y buena parte del público aplauda y llene de laureles a una película, no cabe duda que buena, pero lejos, o al menos, a cierta distancia de remover los cimientos del cine de ciencia ficción. Caballeros, no nos dejemos llevar. A mi juicio "El caballero oscuro" sí que trastocó los pilares de cine de superhéroes, tanto, que casi resultaría imposible imitarlo. Pero "Origen", pese a su parafernalia, es un film mucho más simple.
Dicho esto, vuelvo a lo que decía al empezar. "Origen" está muy bien. Exige una atención por encima de la media en el espectador, propone una trama rocambolesca e imaginativa y tiene algunas referencias cinematográficas -"La espía que me amó", por ir a lo más claro- que harán las delicias del cinéfilo. Además, Nolan parece confirmar la contención narrativa de la que ya hiciera gala en "El caballero oscuro", sino lejos, si que al menos a una moderada distancia de los excesos escénicos, fundamentalmente de montaje, de "Batman Begins", "Insomnio" e incluso "Memento".
En cualquier caso, "Origen" es, a todas luces, una película muy recomendable. No gustará por igual a todo el mundo, pero sí que desde luego, confirma a Crhistopher Nolan como uno de los cineastas más interesante e inquietos del actual panorama cinematográfico. Pero sin duda, lo mejor de todo esto es que un film como "Origen· nos invita a pensar que un día de estos, dentro de unos años (Nolan "sólo" tiene 40), el director de "Memento" hará un peliculón que seguramente, esa sí, sea el "2001" del siglo XXI, porque hay una cosa que tengo muy clara y es que Nolan puede, no, debe ir más allá de las modas culturales más facilonas del momento. Un día, espero que no muy lejano, Christopher Nolan dejará a media platea boquiabierta, mutará la concepción cultural del respetable y el cine, o por lo menos, un género, tomará un nuevo camino. Yo, personalmente veo a Nolan con ese potencial.