jueves, 17 de julio de 2008

Los zombis de Romero


George A. Romero es uno de esos directores que, un poco como Tobe Hooper ("La matanza de Texas") se ha convertido en todo un clásico por derecho propio aunque eso si, a costa, únicamente, de una sola película, "La noche de los muertos vivientes". Ejemplar retrato del pesimismo del ser humano envuelto en una de esas atmósferas enrarecidas y asfixiantes fruto, entre otras cosas, del bajo presupuesto y de un buen montón de ingenio. Ahora bien...

El otro día, por caprichos del destino, me encontré viendo, por tercera o cuarta vez una película que francamente, no me gusta en absoluto, "Zombi", secuela oficial de "La noche de los muertos vivientes". Como propuesta, la idea no está nada mal. Los zombis se han multiplicado peligrosamente y los lugares seguros empiezan a escasear, ya sólo es cuestión de encontrar el mejor refugio posible. Fruto de esa huida desesperada -que no obstante algunos, consideran alarmista-, un grupo de personajes llega a un centro comercial semi abandonado -y digo semi porque sus únicos visitantes son unos zombies que deambulan sin rumbo por el complejo llevados tal vez, por lejanos recuerdos de su vida como seres humanos- donde deciden atrincherarse.

Como suele ocurrir en estos casos, se masca la tragedia. Yo, si un día nos viéramos invadidos por los zombis ya tengo muy claro qué es lo que no haría, encerrarme en un único lugar y esperar allí hasta que me rescaten, porque está fórmula, lo ha puesto de manifiesto Romero, suele terminar malamente. Pues eso, los personaje se encierran y poco a poco, fruto de sus propias intrigas, las medidas de seguridad empiezan a fallar, los zombis cada vez penetran más y más hasta que al final, hay que salir, literalmente volando del lugar con cinco o seis personas menos.

El tema es el siguiente. "Zombi" puso de manifiesto de entrada, una cosa. Los zombis de Romero quedan mucho mejor en blanco y negro. Al menos con ese presupuesto entre las manos. Si es verdad que la sangre resalta menos pero a menos que ese sea el objetivo primordial -y parece que para Romero si que lo era-, donde esté el blanco y negro que se quite todo. "Zombi" perdió ese fundamental componente de su textura fílmica aunque a cambio, ganó en una extraña sensación de realidad, entre tosca y prematura. Sus alarmantes carencias técnicas, lo mal iluminadas de determinadas escenas, incluso el montaje, en ocasiones atropellando las acciones y aglomerando imágenes de dudosísima continuidad, componen un mosaico que, seamos sinceros, luce de cierta coherencia narrativa de puro milagro. La película está mal montada, mal escrita, mal iluminada y mal rodada, no hay por donde cogerla y sólo soporta su visionado la propia sensación enrarecida que su propia puesta en escena aorta a una cuestión, también descabellada.

pero si "Zombi" es mala, ¿qué puedo decir de "El día de los muertos"? También con un punto de partida interesante y algunas ideas ciertamente brillantes (esa imagen inicial de una ciudad desierta tomada por zombis y animales salvajes que campan a sus anchas), la invasión zombi ya ha tomado tintes apocalípticos. En apariencia, no hay prácticamente, presencia humana sobre la faz de la tierra, y uno grupo de personajes se refugia en una base subterránea fuertemente armada. Lo de siempre..., los personajes empiezan a enzarzarse en estúpidas peleas (con diálogos mal escritos y actores pésimos) hasta que es su propia estupidez la que favorece las primeras grietas para que los zombis entren en la base. Esta bien esa idea de retener a un zombi para su estudio y hasta esos momentos en los que los hombres, maltratan y torturan a los zombis. En general la película esta mejor hecha, pero su escuálido guión y sus puesta en escena abiertamente casposa, casi amateur, no soporta ni de lejos sus eternos 115 minutos (según donde se vea la película tiene diferentes metrajes, mientras en Alemania existe una versión extendida de 158 minutos -¡agarraté!- en Italia por ejemplo el montaje final se quedó en 117 minutos, en cualquier caso, muy larga). Si, como en "Zombi" todo esto le da cierta rareza que beneficia al film, pero no es suficiente para justificar su admiración por parte de ciertos sectores.

Buena prueba del entusiasmo que Romero despertaba entre algunos, fue la sorprendente oportunidad que Hollywood le dio al director de "Zombie". 2Atracción diabólica" y "La mitad oscura" fueron dos fracasos. Romero perdió su momento. Filmó eso si un interesante segmento para la película de episodios, "Los ojos del diablo", pero en Hollywood, no dio en el clavo. Su último film, "El rostro de la venganza" fue directa y merecidamente, a las estanterías de los videoculbs.

Cinco años pasaron, hasta que Danny Bolye resucitara la temática zombi con "28 días después" y que Paul W. Anderson demoliera las taquillas de medio mundo con "Resident Evil". Los zombis estaban otra vez de modo, por lo que, nada mejor, que darle un telefonazo al padre de la criatura, George A. Romero.

"La tierra de los muertos", sin desterrar las particulares obsesiones de Romero -la crítica social de la que por cierto, tengo mis dudas, para más información: http://www.miradas.net/2006/n53/estudio/nightofthelivingdead.html) se nota, está más cuidada. Pero más cuidada, en todos los sentidos. No ya que haya más dinero de por medio, que la hay, sino que su guión está más cuidado (pagaría por saber cuantos guionistas no acreditados metieron mano en ese guión) y se nota, que a Romero, le debieron de parar los pies en más de una ocasión. Este mes de agosto está previsto que se estrene "Diario de los muertos", también de Romero y ya se está preparando la secuela de esta.

En fin..., un hombre, Geogre A. Romero, que al parecer está condenado, como sus zombis de película, a la muerte en vida, a seguir trabajando tras las cámaras aunque sea en un limbo creativo que impide su desarrollo cinematográfico y que por tanto, certifica su muerte como cineasta. Salvo sorpresas, claro...

2 comentarios:

Antonio Rentero dijo...

A mí "28 días después" me pareció una fantástica resurrección del género... y "28 semanas después" incluso me parece superior por ritmo y atmósfera (y además con el español J.C. Fresnadillo tras las cámaras).

Ramón Monedero dijo...

Desde luego "28 días después" tiene su punto, y "28 semanas después" no está mal, aunque a mi me puede esa planificación tan confusa que atropella más que narra. De todos modos, lo que me parece interesante pero a la vez, discutible era la idea de que zombis ya no fueran seres lentos y torpes que avanzaban lenta pero incesantemente hacía ti sino verdaderos atletas que corrían como posesos detrás de ti. Como digo, la idea tiene su punto, pero le quita cierta inquietud al tema zombi ya que una de las cosas que más aterrorizan de los zombis es precisamente esa ventaja que te permite observarlos con cierto margen de huida, si no te asaltan por la espalada y te condenan a la muerte en vida....