Dicho esto, y hecho público el descubrimiento entre los simpáticos lugareños del lugar, la apacible familia de pronto, comienza a verse acosada por unos extraños personajes. Ataviados con ropajes del siglo XVIII, acosan a la familia exigiéndole que le devuelvan el dichoso manuscrito. Hasta aquí, "Los washingtonianos" no ofrece nada nuevo, familia apacible acosada por extraño descubrimiento..., nada nuevo sobre el horizonte, pero se agradece la puesta en escena de Medak que sabe como empañar de inquietud momentos, en principio, no particularmente terroríficos.
Pero cuando el asunto se pone de verdad interesante viene después. No voy a desvelar mucho del resto porque le quitaría la gracia al asunto, digamos sólo que "Los washingtonianos" resulta un saludable ejemplo de autocrítica hacía los Estados Unidos, la divinización que su pueblo tiene sobre el presidente de los Estados Unidos, y un dardo envenenado final especialmente dedicado a George Bush que no tiene ningún desperdicio.
El resultado final es una película saludable, con sus momentos de vísceras y sangre por doquier, inquietud y unas notas de intriga y suspense muy bien dosificadas, para que nos vamos a engañar. Lo bueno de todo quizá sea que al final, "Los washingtonianos" demuestra ser un chiste y nada más, un chiste con mala uva si, un chiste ácido, pero un chiste, y eso es algo que no se suele ver en el cine de terror. La última vez, tal vez, en la propia "Master of Horror" con el episodio de Joe Dante "El regreso" o "El ejército de los muertos" creo que se tituló por aquí.
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