lunes, 7 de julio de 2008

Marc Foster y la arbitrariedad de la planificación


Este tipo no es un cantante de rock, es Marc Foster, un director de cine que se pondrá de moda a finales de este año por ser el director de la última aventura de la saga Bond. "Quantum of Solace". Pero yo lo saco a relucir unos cinco meses antes del estreno de la última aventura de Bond por dos razones; primera porque es un director que pese a estar bien considerado por la crítica, nunca me ha dicho nada especial y segunda, porque ayer vi una de sus películas más aplaudidas, "Más extraño que la ficción".

La película, protagonizada por Will Ferrer y Emma Thompson es una de esas apuestas disparatadamente divertidas cuyo punto de partida parece querer igualar la película de Foster, a los niveles de "Como ser John Malckovich" o "Adaptation". De entrada, vaya por delante que Zach Helm (guionista de "Más extraño que la ficción") no es Charlie Kaufman (guionista de "Adaptation", por ejemplo), y eso se nota porque ni la historia tiene la garra de Kaufman, ni su ingenio, ni su frescura.

Pero lo que mas me ha llamado a mi la atención ha sido Marc Foster, director que nunca ha levantado mi entusiasmo, tal vez porque no he visto "Monster Ball´s" que dicen, está muy bien. Pero a tenor de lo que he podido ver de Foster -"Regreso a nunca jamás" y "Más extraño que la ficción"- las ganas de ver "Monster Ball´s" se van diluyendo poco a poco. En principio, me dará igual ver "Quatum of Solace", porque como es sabido la figura del director en la serie Bond no es más que la de un humilde trabajador que filma y luego se va a casa, siendo el productor quien coordina y supervisa el montaje, los efectos, la baso, etc...

Pero volviendo a "Más extraño que la ficción", para los que nos gusta contemplar una película, admirar sus planos, comprender el por qué de un encuadres, asimilar una conexión entre lo qué estamos viendo y cómo lo estamos viendo, "Mas extraño que la ficción" es absolutamente decepcionante. Recuerdo que en cierta ocasión leí que Orson Welles era incapaz de comprender como un director podía llegar al estudio sin saber de antemano, donde iba a poner la cámara en la escena que iba a rodar. Obviamente esta afirmación es un poco exagerada (Terence Fisher por ejemplo, decidía donde iba a poner la cámara una vez veía a los actores ensayar en el decorado), pero apunta a la cuestión fundamental del asunto. ¿Es una banalidad dónde colocar la cámara?

En absoluto. Si la ubicación de la cámara fuera una cuestión baladí, determinadas imágenes (el plano que abre "Centauros del desierto", la escena de la ducha de "Psicosis", el plano que cierra "Munich") se abrían borrado de un plumazo de nuestra mente. Pero no sólo eso, aquellas películas que cuidan y miman su puesta en escena, no habría conseguido llegar hasta los corazones que asaltaron sin previo aviso.

Si uno se fija en estas cuestiones, la verdad es que resulta un experimento muy curioso. Por ejemplo, recuerdo ver uno de esos making of en el que Richard Donner (uno que se ha sometido a una lobotomía para olvidar todo lo que aprendió hasta "Superman") explicaba sus artes para rodar una escena de acción en "Maverick" (todo lo divertida que se quiera pero mala). Pues el señor Donner, sin pelos en la lengua aseguraba que lo mejor era rodar una pelea desde todos los ángulos posibles (uno 14 creo que empleo) para después, y sólo después, darle forma en la sala de montaje. Eso es lo que yo llamo previsión.

De esta forma, salen las cosas que salen y en el caso de "Más extraño que la ficción" creo que algo de esto ha ocurrido. Sólo hay que ver cómo están planificadas, sobre todo, aunque no las únicas, las conversaciones. Da la impresión de que Foster ha hecho algo parecido a lo que Donner, colocar cuatro o cinco cámaras mientras los actores hablan y después ya veremos, como ensamblamos el asunto.

Y es que, aunque puede parecer lo contrario, estas cosas, al final, se notan, y mucho. Por ejemplo, aunque uno no sea un fan incondicional de M. Night Shyamalan, no se le puede negar al director de origen hindú una especial precisión y control de la planificación. De hecho, si uno contempla una conversación de "Más extraño que la ficción" y otra cualquiera de cualquier película de Shyamalan, enseguida se percibe que todo lo que en Night, hay intención, en Foster es arbitrariedad.

Insisto, el cine puede ser muchas cosas, pero no olvidemos que su raíz hinca su razón de ser en las imágenes, en la puesta en escena, en la planificación. Y si eso no se cuida, creo yo, no se es un buen director.

9 comentarios:

Antonio Rentero dijo...

Un análisis muy certero sobre un tema que da para mucho y sesudo estudio.

Como aficionado y tras haber participado y asistido a algunos rodajes de cortos y largos, desde luego la planificación es ESENCIAL pero ello no quita para que a mí se me antoje ideal poder contar con más de una cámara en determinadas secuencias.

Los diálogos que luego en montaje se solucionan con el plano/contraplano en ocasiones al no tener más que una cámara te puedes perder matices en la interpretación del que no está siendo rodado, que por muy buen actor que uno sea, no siempre pone exactamente los mismos gestos o usa las mismas inflexiones de voz.

Y ya en secuencias de acción o con muchos actores... una cosa es la improvisación, que tb tiene su público, pero supongo que lo mejor será la mezcla de ambas, una planificación que dé cierta facilidad a posibles improvisaciones o, al menos, poder contar con diferentes puntos de vista donde elegir.

Y no solo en escenas de acción, tb un diálogo entre un par de actores o un grupo de ellos puede ser susceptible de tener alrededor a media docena de cámaras recogiendo diferentes planos.

En eso me gusta mucho la posibilidad de la televisión (cuando se da, que tampoco es siempre) de estar recogiendo el evento desde diferentes cámaras... la diferencia sería no hacer la elección en directo y descartar sin más, sino poder seleccionar tranquilamente, en la mesa de edición/montaje...

Ramón Monedero dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ramón Monedero dijo...

Hombre. Siempre es bueno mantener un controlado equilibrio entre planificación y la improvisación. Como es sábido, en un rodaje pueden pasar mil cosas distintas a las que te tienes que enfrentar para sacar adelante esa planificación que habñias ideado. Pero de ahí, h llegar al rodaje, colocar 10 y cñamaras y decir, ¡venga "pa" lante! Pues me aprece que hay un trecho. En todo caso jugosoa cuestión sobre la que relfexionar entre jarras y jarras de cerveza..., ay! Rentero, que pena que no te ponga la cerveza....!

Antonio Rentero dijo...

Tú échale guindas a la birra que yo le echaré al mosto... como si eso fuera un problema :-)

Ramón Monedero dijo...

jajaja, que bueno, si la vedad, es que no es ningún problema...

Antonio Rentero dijo...

Pues sin ir más lejos el jueves que viene ya sabes que nos ha citado PA...

Ramón Monedero dijo...

Si es verdad, me acordaba estaba mañana, pero no recuerdo la naturaleza de aquella cita, en cualquier caso, como yo me apunto a un bombardeo....

Antonio Rentero dijo...

¿Naturaleza de una cita? ¿Importa?

:-)

Ramón Monedero dijo...

Hombre..., hay naturalezas y naturalezas, y en fin...