Ahora que todo el mundo está perdiendo, literalmente, los papeles por ir a ver a Madonna a Sevilla y Barcelona, parece un buen momento para hablar de esta particular estrella del pop y su ocasional y turbulenta relación con el mundo del cine. Su primera película como actriz fue "Un cierto sacrificio", película de la que muy acertadamente, nadie se acuerda, pero el primer éxito de Madonna llegaría con "Buscando a Susan desesperadamente" en 1985. Pronto, para lo que ofrecía la cantante, su estrafalario look y un film muy a tono a la imagen que Madonna quería ofrecer, más o menos, lo que estuvo haciendo hasta "¿Quien es esa chica?" ahora si, un film absolutamente puesto al servicio de Madonna que dirigió en su día James Foley ("Glengarry Glenros".
Después, parece que Madonna quiso ponerse algo más seria y participó en un arriesgado film de Howard Brookner, junto a Matt Dillon y a renglón seguido, se centraría en su música, hasta su espectacular reaparición (imagen) en "Dick Tracy" de Warren Beatty. La cantante/actriz, que nunca se ha prodigado en virtuosos cambios de registros, lo cierto es que encajaba como anillo al dedo como mujer fatal en un mundo fantástico de colores chillones sacado de las viñetas de un comic. Seguía resultando inexpresiva, pero ahí donde la pusieron, encajó, sobre todo cuando la vemos rondar a Tracy a cuatro patas sobre la mesa de su despacho...
Dos años después Madonna confirmaría que ya se había terminado eso de hacer la payasa delante de una cámara e intervino en el film de Woody Allen "Sombres y nieblas". Nadie se acuerda de su paso por aquella película pero el intento, ya vale la pena tenerlo en cuenta. Se atrevió a compartir pantalla con Geena Davis y Tom Hanks en la divertida "Ellas dan el golpe" de Penny Marshall, quizá su papel mejor interpretado. Ni destacaba (que generalmente lo hacía por su falta de expresividad) ni resultaba indiferente. En su punto, bien.
Quizá fue que empezó a creerse que era algo parecido a una actriz, Warren Beatty, Woody Allen, Tom Hanks, en fin... Tal vez por esto, Madonna se metió en uno de esos proyectos que crucifican a cualquier actor, "El cuerpo del delito" un espantoso thriller erótico surgido a la sombre de "Instinto básico" donde Madonna volvía a dar buenas razones a todos su retractores para odiarla. No contenta con el formidable fracaso de "El cuerpo del delito", Madonna osa meter la cabeza en un film de Abel Ferrara (director al que hay que darle de comer a parte con algún que otro problemilla con el alcohol y las drogas hasta el extremo de haber tenido que suspender un rodaje al ser trasladado de urgencia a una clínica de rehabilitación) en "Dangerous Games". Nadie se acuerda especialmente bien del film, pero Madonna se asocia a uno de los directores más polémicos y complejos y eso, la hace sentir bien. Ya no es un escote protuberante que se pase por delante de una cámara, ahora quiere ser actriz. Y así sigue, dos años más tarde interviene en "Blue in the Face" una de las sorpresas independientes del año 95.
A partir de entonces Allison Anders ("Four Rooms" con padrinazgo de Robert Rodriguez y Quentin Tarantino, Spike Lee ("Girl 6") y la que sin duda es su mejor película, "Evita", de Alan Parker, con guión de Oliver Stone. Madonna entonces demostró que había aprendido a interpretar, que ya no era la eterna adolescente que únicamente pensaba en follar y que su apuesta por el cine era seria y contundente. Madonna se llevó incluso el Globo de Oro a la mejor actriz, muchos la veían ya recibiendo el Oscar. No pudo ser. Ni si quiera la nominaron.
Desde entonces su aproximaciones al cine han estado ligadas a su actual marido, el director Guy Ritchie, intervenciones no acreditadas aunque si recordadas ("Muere otro día", donde por cierto, quiso interpretar el papel de villana de la función pero al final no pudo ser) e incluso le ha puesto voz a dibujos animados en la aventura animada de Luc Besson "Arthur y los Minimoys".
¿Conclusión? Pues que si quiere puede. Está claro que Madonna ha aprendido donde meter la cabeza. Que ya no le interesa interpretar a tontas mujercitas y que al menos, lejos del escenario y con una cámara delante, está dispuesta a asumir su edad, o mejor, su madurez. Quien sabe, tal vez un día, termine recibiendo un Oscar. Con "Evita", ¡falto esto...!
4 comentarios:
MUY ACERTADO eso de "si quiere, puede"... una vuelta de tuerca bien distinta a lo que comentabas antes en otra entrada sobre los manazas metidos a directores :-)
Yo creo que salvo esa primera intervencion cinematografica ya mas que olvidada por los 4 q lo vieron en su dia, salvo un par de papeles todo ha sido fruto del marketing y de la fiebre ochenteronoventera por la Ambicion Rubia.
Como bien señalas, "Ellas dan golpe" y "Evita" se pueden considerar interpretaciones, el resto es paseo por delante de un sitio donde estaban rodando algo, aunque siendo justos su exiguo papel en "Muere otro dia" asistiendo al duelo de aceros con Bond de por mediono estaba mal.
Yo tb creo que probablemente ahora si encontrara quien supiera sacarle punta saldria algo interesante. No voy a decir para Oscar, pero en fin, como la Academia ya hace años que me la suda igual casi que si.
Inciso final: sobre el inefable Abel Ferrara es mitico el comentario a vuelapluma que en una de sus legendarias y tristemente desaparecidas homilias de "Dias de cine" solto una vez el GRAN Antonio Gasset Dubois:
"el director no estrictamente cuerdo Abel Ferrara..."
:-)
Muy bueno lo de Gasset, muy, pero que muy bueno.
Las ironías de Gasset son antológicas. Sólo comparable (le recuerdo vagamente y he oído hablar -por referencias- del gran Alfonso Sánchez -aquella inconfundible voz... y su amor por Anouk Aimeé-). Nuestra generación tiene un verdadero icono en Antonio Gasset
Yo lo conocí personalmente y es ciertamente un hombre peculiar. Alto, extremadamente delgado y me aseguraron que un ligón de tres pares de narices. También dicen que ha dejado "Días de cine" por algún que otro problemilla personal, pero no se... rumores, supongo.
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