lunes, 10 de noviembre de 2008

Terror británico


Como es bien sabido por todo obseso al cine de terror como el que esto firma, las películas de miedo forman parte de la idiosincrasia británica. Su Londres victoriano parecía pensado para albergar personajes de la calaña de Jack El Destripador y puestos a visitar Europa, que mejor lugar que Londres para acoger con los brazos abiertos y los cuellos desnudos al mismísimo conde Drácula. El cine inglés por su parte, no sentó las bases de un terror made in England hasta finales de los 50, gracias a las particulares aptitudes de Terence Fisher y su popular productora Hammer Films.


Después de esta gloriosa etapa, aderezada por interesante propuestas de otra productora surgida a la sombra de la Hammer, la Amicus, el cine inglés de terror dio bandazos más que otra cosa. En las adaptaciones que años después, ya en los 80 , realizó Clive Barker con "Hellraiser" a la cabeza, muchos quisieron ver una recuperación del género en las islas británicas, pero no fue más que un espejismo más o menos simpático.


Cuando si hemos podido contemplar un resurgir más o menos serio del cine de terror británico fue a partir del año 2002 con la película "La cámara secreta" de Marc Evans, uno de esos largometrajes que a mi me gusta definir como, películas rebote, es decir, un film redondo de un director del que después, nunca más se supo. Es decir, una película que salio bien de rebote. Eso parece ser "La cámara secreta" a tenor de la nula presencia de su director, Marc Evans, un hombre que llegó a compartir portada con Mike Leight y que algunos apresurados quisieron ver como la nueva cara del cine británico fuera de sus fronteras.


El caso es que "La cámara secreta" funcionó a las mil maravillas y como por aquel entonces, el cine de terror en todo el mundo estaba la mar de bien, ahí que los ingleses se pusieron a hacer películas de terror como rosquillas. Véase "Deathwatch", "Dog Doldier", "The Descent", "28 días después", "The Hole"... Pero hubo un film que personalmente, me gustó particularmente, "El bunker" (en la imagen) de Rob Green. Este director británico se había forjado una interesante carrera como montado en películas como "Licencia para matar", "Kafka" o "Frankenstein de Mary Shelley" y "El bunker" fue su primera película. Aquel film suponía una interesantísima aproximación al modelo de casas encantadas pero con un bunker en lugar de una vieja mansión. Con unos soldados alemanes como ocasiones fantasmas y un grupo de militares, también alemanes encerrados en el bunker de marras, el film jugaba al terror sin mostrar a penas nada y si haciendo hincapié en la degradación del espíritu humano, de como éste se iba corrompiendo hasta convertirse en el peor enemigo del propio hombre. Con un final esqueletoso y tremendamente ambiguo, "El bunker" resultó ser además, un magnífico ejemplo de puesta en escena, creación de ambientes y construcción de atmósfera. Muy recomendable.

Sin embargo, algo raro debe pasar con el señor Green. Durante un tiempo se anunció que iba a dirigir la secuela de "Dog Soldier" de Neil Marshall, film mucho más efectista y sanguinolento con sus acierto si, pero a años luz del riesgo y el rigor narrativo de "El bunker", pero al parecer, la cosa al final se quedó en nada. Si se filmará eso si, una secuela de un film de Marshall, "The Descent 2", a cuyo cargo está Jon Harris, montador de "The Descent". Pero Green sigue estancado sin un proyecto a la vista. A escrito el guión de "House" de Robby Henson y el de "Live Girls", otro film de terror de momento sin director que me llama la atención, no se le haya ofrecido a Green.

Lo que vengo a decir en suma con todo esto, es que por desgracia, parece que hay que ofrecerle al público bofetadas visuales si uno quiere trabajar en esta industria de forma regular y más aún, en un género tan popular como el terror. Neil Marshall, que filma muy bien pero que a punto está de cargarse su trabajo en el set a base de un montaje heredero de la Mtv, no tiene problemas para rodar, de hecho, "Doomsday", su última película, ya se estrenó por todo lo alto, fuera de los circuitos minoritarios en los que vierno la luz "Dog Soldier" o "The Descent". Pero Rob Green ahí sigue, sin un lugar donde poner de manifiesto sus cualidades que a tenor de "The Bunker", son unas cuantas.

El mismo Juan Carlos Fresnadillo, que se tuvo que ir a Inglaterra a filmar su segunda película (su ópera primera, "Intacto", le costó sudor y sangre sacarla adelante porque nadie veía clara una historia de suspense en torno a un concepto tan ambiguo como la suerte....), debió de sufrir algún tipo de catarsis interna para rodar, y cómo la rodó, ese atolondrado festín de movimiento desmedido y montaje disparatado que es "28 semanas después". Lo que de nuevo, parece incidir en esa idea; filma como un alumno de Jerry Bruckheimer si quieres que las cosas te salgan bien con moderada facilidad.

4 comentarios:

Antonio Rentero dijo...

Ya no quedan herederos de Frankenheimer ("Grand prix", "Ronin"...).

Una pena... algún día volverá la moda de los planos largos en las escenas de acción, de colocar un trípode bajo la cámara, de no usar de operadores de cámara a enfermos de Parkinson, que bastante tienen estos con su enfermedad...

Ramón Monedero dijo...

Hasta que la Mtv no diga lo contrario...
Hasta que la publicidad no diga lo contrario....
Hasta que Jerry Bruckheimer no diga lo contrario...
Sin más rodeos, estamos jodidos...

Antonio Rentero dijo...

Y lo peor es que estamos jodidos a plano por segundo :-(

Ramón Monedero dijo...

Muy bueno...