viernes, 15 de mayo de 2009

"Gritos de Oldfield" de Jeff Burr


El otro día se lo comentaba a Tomás. Ando yo por una de esas grandes superficies en las que venden absolutamente de todo, poco importa que vayas a comprar una grapa o un fueraborda, porque lo más probable es que salgas con ambas cosas y unas cuantas más. El caso es que iba yo sólo a hacer unas compras de última hora, y como a mi, es una verdad abiertamente demostrada, no se me puede dejar sólo, acostumbro a pasearme por la sección de libros, música y DVD. No siempre cae algo, aunque la media tal vez se incline a favor, pero bueno, el caso es que ese día no tenía previsto comprarme nada salvo que aparecieran un par de productos de primera necesidad (cultural) que hace tiempo llevo buscando. El caso... Que ando yo por entre los DVDs y al disparatado precio de tres euros me encuentro un montón de DVDs. Había mucho morralla tipo, sesiones de aerobic con Jane Fonda y esas cosas, pero el caso es que ahí escarbando me encuentro con un DVD bastante extraño... "Gritos de Oldfield"...
La película venía dirigida por un tal Jeff Burr pero eso no fue suficiente para imprimir algo de cordura al momento. Es Vincent Price, y eso era más que suficiente. No me percaté, eso si, que la película en cuestión había sido filmada en 1987, un dato este si, quizá más preocupante que tal vez me hubiera hecho pensar dos veces lo que estaba haciendo. Pero como digo, es Vincent Price, además, de vez en cuando me gusta aventurarme con la esperanza de redescubrir una pequeña joya olvidada o un pequeño gran cineasta engullido por el olvido. El caso es que ya se pueden imaginar. Yo, en la cola de la cajera, con un paquete de champiñones, unas cervezas, una lata de berberechos y la película de 3 euros (el precio iba en papel amarillo chillón y bien grande) “Gritos de Oldfield” cuya carátula (en la imagen) como pueden apreciar, debió de hacer pensar a más de uno que yo debía guardar gatos muertos en mi nevera, como mínimo…
Pero el caso es que "Gritos de Oldfield" es, de entrada, una película extraña. Está filmada casi a finales de los 80 con un Vincent Price casi momificado que a penas se mueve de su sillón durante todo el metraje que va conduciendo él, a modo de prologuista de cuatro historias de terror, muy al estilo Amicus (como sabrán, legendaria rival de la Hammer experta en producir películas de terror construidas por lo general, de una forma episódica). En cambio, las cosas son bien distintas. Está Price, es cierto, y también una estructura más o menos clásica, también es verdad, pero para empezar, detrás de la cámara estaba un director sumamente joven, un Jeff Burr de discutible talento de tan sólo 24 años. Burr, que después se ha especializado en hilarantes secuelas de películas de terror de diferentes niveles de casposidad (atentos con los títulos que no tienen desperdicio, "El padrastro II", "La matanza de Texas III", "Pacto de sangre 2. La maldición de la bruja", "Muñecos asesinos 4", "Muñecos asesinos 5. El capitulo final", "La noche del espantapájaros", "El renacer del hombre lobo", "El chico con rayos X en los ojos", "Frankenstein y el renacer del hombre lobo", "Directos al infierno", "Mil Máscaras contra la momia azteca" (¡!) y no crean, el hombre sigue rodando, de hecho, ya está ultimando su último largometraje, "Luger of the Black Sun"), filma "Gritos de Oldfield" con una sensible frialdad, casi aparente desinterés lo que termina provocando un enrarecido distanciamiento que ciertamente, al final, y contra todo pronóstico, acaban imprimiendo en el film una incómoda atmósfera, asfixiante y cercana a la pesadilla que como inesperada conclusión, configuran una película angustiosa.
Es por lo que he dicho en alguna ocasión, el cine de serie B tiene que convertir en virtud sus carencias, pero si además, esas carencias las incluye en el aparataje dramático y narrativo del film, mejor que mejor. Quiero decir, en "La noche de los muertos vivientes", su carencia de medios, su escasa profesionalidad a la hora de rodar y montar y el granulado blanco y negro, le concedieron al film una atmósfera casi irrespirable, perfecta, para una película como esa. Pues bien, en "Gritos de Oldfield" pasa algo parecido, pero de una forma menos palpable. No hay blanco y negro, el granulado es menos acusado y la corrección en la planificación es corriente, ordinaria. Sin embargo, la suma de estos ingredientes al servicio de una historia que nos narra las desventuras de distintos psicópatas que habitan en la ciudad de Oldfield, por lo visto, una especie de Eje Geodésico del Mal, termina por beneficiar al resultado final de la película, pues su propósito es, al fin y al cabo, provocar miedo, enrarecida extrañeza.
Las propuestas dramáticas de la película, tampoco tienen desperdicio. Un viejo solterón que ahoga a su hermana en la bañera justo el día que ésta, parece insinuarse, y que después asesina a una atractiva joven de la que se había enamorado, la viola en el funeral y posteriormente un bebé zombi acude a ajustarle las cuentas a Papá (como digo, el asunto no tiene desperdicio) es un ejemplo bastante gráfico de las tendencias narrativas de la película. Pero si a todo esto además, le sumamos un inusual regusto por la sangre y la violencia muy extraña en un film con la presencia, aunque sea estelar de Vincent Price, el resultado como digo, no puede resultar más extraño, enrarecido, incómodo y, ¿no es esto, al fin y al cabo, lo que busca una película de terror?
"Gritos de Oldfield" es una película mediocre, puede incluso que sea mala, pero tendríamos que ser un poco honestos y admitir, creo yo, que tal vez por casualidad, lo cierto es que la película consigue sobradamente sus objetivos. Yo soy, el primer sorprendido. Ver, para creer...

4 comentarios:

Tomás Serrano dijo...

La verdad es que ese Jeff Burr ya, de entrada, parece tener nombre falso, nombre "artístico", como si se tratara de un Jesús Peláez nacido en Burriana (creo que de provincia de Castellón) y le hubieran rebautizado. Ramón, en este caso estaba Vincent Price y eso ya es una referencia. Aunque, si te digo la verdad, y ya sé que no estaréis de acuerdo, a mí, de su filmografía que haya visto, solo me gusta "Eduardo Manostijeras". Las de Poe o el museo de cera y tal, nada de nada.

Ramón Monedero dijo...

Bueeeeenoooo....!!!
En efecto, no, no estamos del todo de acuerdo. A mi Price siempre me ha parecido, antes que nada, toda una PRESENCIA, como Peter Cushing, un tipo cuya estancia dentro de un plano ya dignificaba el resto. Es verdad que en la serie de Poe hay mucha paja, pero también hay momentos gloriosos ("La caida de la casa Usher" o "La máscara de la muerte roja" son verdaderamente interesantes).
Luego Price tiene también títulos como "El último hombre vivo" que tengo entendido que es la mejor adaptación del célebre "Soy leyenda" de Matheson, que acaba de salir en DVD y que estoy a esto de atentar contra algún derecho constitucional para hacerme con ella...
En esta película Price aparece más bien poco, pero la verdad es que vuelvo a lo del principio, es toda una PRESENCIA...
Pero bueno, si, para gustos los colores, desde luego que si...

El chache dijo...

Pedazo de pelicula oiga...
Un saludete

Ramón Monedero dijo...

Hombre..., pedazo, pedazo... unu trocin simpatiquillo diria yo, pero bueno, lo dicho, para gustos, los colores...