lunes, 14 de septiembre de 2009

"Crepúsculo" de Catherine Hardwicke (2008)


No había visto yo "Crepúsculo". Si, ya se, que dicen por ahí, es el acontecimiento cinematográfico-literario del momento, pero me debo de estar haciendo mayor, de eso no cabe duda. Hace unos años sabría más de la saga de "Crepúsculo" que sus propios creadores antes incluso que el día de su estreno. Pero ahora, me enteré de que la película en cuestión estaba basada en un libro superventas cuando vi la noticia en un informativo. La verdad sea dicha, no me llamaba demasiado la atención ver la película en cuestión, pero un amigo me ha invitado a dar una charla en la Biblioteca Regional de Murcia justo el día antes que se estrena "Luna nueva" para que hable de vampiros, cine y literatura. Como no podía ser de otro modo, acepté encantado, aunque en lo que llevo de vida habrá dado cinco charlas y en cuatro de ellas ha sido para hablar de vampiros, por lo que empieza a preocuparme que un día me salgan colmillos...
Así que me pongo a verla, tengo que admitir, que con cierto recelo. De entrada, una historia de amor adolescente con vampiros de por medio, por mucho que me gusten los no-muertos, no es mi propuesta ideal para un domingo por la tarde, pero en fin... Tengo que admitir que receloso y todo, "Crepúsculo" no me disgustó. Hice desde luego un esfuerzo por obviar todos y cada uno de los tópicos que aparecen en la película así como esa sensación de estar viendo "Sensación de vivir" en su versión vampírica, pero debajo de todo esto, había al menos un film entretenido. Sobre todo, creo yo, por una cuestión, a mi parecer, fundamental. Y es que en "Crepúsculo", al contrario que en muchas otras películas el vampiro no es un ser marginado que se esconde de la sociedad, sino un personaje que se confunde con los humanos, fundamentalmente para corromperlo.
El acierto de "Crepúsculo" es verdad, llega hasta aquí. Los vampiros del film de Hardwicke (por qué aparece su título al final de la película, porque resulta tan impersonal que podría haberla dirigido casi cualquiera), los buenos y los malos, no aspiran a corromper nada, aquí los vampiros se limitan, unos, a pasar lo más desapercibidos posibles, otros, a cazar humanos. Aquí habita uno de los mejores momentos de “Crepúsculo”, ver a los vampiros cocinar, jugar al baseball, en suma, hacer cosas mundanas... Pero el enfrentamiento entre buenos y malos es sólo cuestión de tiempo y la excusa perfecta para ofrecer un digno espectáculo de acción y efectos especiales aunque eso si, todo pasado por el filtro "Matrix".
Pero el problema de base de "Crepúsculo", creo yo, es la actual tendencia que tenemos todos de humanizar a los mitos y leyendas, de forma que los desprendemos de su misterio y se quedan en vulgares monigotes. O dicho de otro modo, aunque "Drácula de Bram Stoker" articulara tosa su trama en torno al romance entre el popular vampiro y Mina Harker, un vampiro, por esencia, por definición, no puede, ni debe sentir piedad, y muchísimo menos amor. Si, podemos pasar por el aro porque no nos queda más remedio, pero siempre siendo conscientes de que eso ya no es un vampiro. Un vampiro es malo, y hace el mal porque esa es su forma de vida, su naturaleza. No es que haga el mal por hacerlo, sino porque no entiende otra forma de vivir. Pero más allá, su mal, no se queda en matar y comer a seres humanos, sino a corromper el alma humana, forzando al hombre a mirarse ante un espejo para descubrir que él, no es en su raíz, menos malo que la bestia que está tratando de destruir.
Nada de esto hay en "Crepúsculo", entre otras cosas porque no era esa su intención, eso está claro, y por supuesto, es una decisión legítima, pero lo que a mi me preocupa es que las próximas generaciones, las que no se han leído y ni piensan leerse "Drácula" y crean que la novela tiene algo que ver con el film de Coppola, y se queden con cosas como "Crepúsculo", asumiendo que un vampiro es un lastimero que puede decidir entre beber sangre humana o sangre de animal y al final, el legendario mito del no muerto, que lleva acompañando al hombre desde la cueva de Altamira, se convierta en una vulgar marioneta.

6 comentarios:

Tomás Serrano dijo...

Si me gusta "Drácula, el principe de las tinieblas" me tragaré esta...

Ramón Monedero dijo...

ja,ja,ja... no deberías aplicar esa lógica, porque no tienen nada que ver

Major Reisman dijo...

Buenas

Yo sólo puedo decir que me la pusieron en el avión, y me dormí.
Es nunca me había pasado antes.

Un saludo

Ramón Monedero dijo...

Ja,ja,ja... si, en definitiva, es para eso si...

Athena dijo...

Me he metido entre pecho y espalda las cuatro novelas. La película es fiel a la primera parte, incluso se permite una licencia que a mí me parece acertada, y es presentar una serie de crímenes que han sido cometidos por los vampiros "malos". Lo único que no me gustó fue la manera que la actriz protagonista tiene de interpretar a Bella Swan. Para mi gusto, poco que ver con lo que me imaginaba mientras leía.

En cuanto a lo del vampiro bueno, su explicación está en el origen del "padre" de Edward Cullen. De los vampiros de toda la vida está el mundo lleno. Los únicos que optan por la dieta "vegetariana" son el médico y todos a los que él va salvando de la muerte convirtiéndolos en chupasangres.

Antonio Rentero dijo...

Así me gusta, que hagas los deberes ;-)

No recuerdo si habías visto "Déjame entrar"... si no es así ya estás tardando!!!