miércoles, 30 de septiembre de 2009

"El malvado Zaroff" de Irving Pichel y Ernest B. Schoedsack (1932)

Es uno de esos clásicos engullidos por la poderosa sombra de la Universal, que durante los años 30 y 40 monopolizó el cine de terror. Parecía que nada se hacía más allá de las paredes de los estudios de la familia Laemmle. Nada más lejos de la realidad. Hay unas cuantas obras maestras que poblaron la cinematografía del horror de aquellos, pero si hay un estudio que más y mejor supo ver en el cine de terror un interesante potencial económico y también, subversivo, esa fue sin duda la RKO. Y no es raro, puesto que tras la decadencia de los estudios Universal y de sus revisitaciones de los mitos clásicos del horror, sería precisamente la RKO quien tomaría el relevo como el estimulante del cine de terror más importante en Hollywood. Pero antes de aquellos años de vino y rosas de la RKO fueron los años 30. La Universal estrenó "Drácula" con un éxito que nadie se esperaba y algo parecido ocurrió con "El doctor Frankenstein" y con "La momia". En el cine de terror había una mina y había quedarse tiempo para explotarla si la RKO también quería su pedazo de pastel.
De este modo, más o menos, debió de alimentarse la idea de hacer un film de terror en los estudios RKO. De hecho, la majors no se tomó el asunto a broma y puso a trabajar en su película a algunos de los nombres más importantes que por aquel momento tenía en nómina, los productores David O. Selznick y Merian C. Cooper, el director Ernest B. Schoesdack, el compositor Max Steiner y los actores Joel McRea y Fay Wray. Estaba toda la carne en el asador y así nació "El mlavado Zaroff", una interesante adaptación del relato de Richard Conell "El juego más peligroso".
Lo primero y más curioso de esta película es que en muchos sentidos, "El malvado Zaroff" es un aperitivo de lo que vendría a ser un par de años más tarde "King Kong", y ya no sólo por determinadas similitudes dramáticas (un barco zozobra y el único superviviente va a parar a una misteriosa isla) sino porque entre sus créditos ya se encontraban algunos de los responsables del mítico film, Cooper, Schoesdack, Wray... También se nota el interés de los responsables de "El malvado Zaroff" por la jungla y sus accidentadas circunstancias y se advierte también un afán técnico verdaderamente importante para la época. Algunas de las escenas de acción están rodadas con asombrosa virtuosismo y con una cámara asombrosamente autónoma para aquellos años, recordemos, 1932.
La película nos propone un interesante cambio de roles ante un cazador que de pronto se verá situado en el lugar del cazado. Resulta que el malvado Zaroff que da título a la cinta es un curtido cazador que ha perdido el interés por la caza, digamos, convencional y ha encontrado en la caza de seres humanos su particular pasión. "El malvado Zaroff" nos propone por tanto retroceder hasta los orígenes más animales del hombre ante una implacable caza por una frondosa jungla que no puede sino recordar al futuro paisaje donde habitará el rey Kong. El film además, en una etapa como la de principios de los años 30 plantea también la abisma diferencia que los norteamericanos encontraban en los europeos, situando a Zaroff como un emigrado ruso huido de la revolución de Octubre. Lo curioso del caso es que 70 años los americanos siguen mirando al viejo continente con cierto recelo, como si en Europa se dieran las mayores atrocidades de una sociedad aún con sus raíces ancestrales todavía muy presentes. Ahí está si ir más lejos, "Hostel", donde unos jóvenes americanos penetran en las profundidades de una Europa anquilosada, casi en la Edad Media.
El film dura unos escasos 68 minutos y no le falta nada. Es más, la película está llena de significativos matices, como esa aldaba con la que se abre el largometraje en donde un demonizado centauro herido de una flecha y una mujer entre los brazos surge victorioso, una imagen muy similar de lo que en suma, nos va a proponer "El malvado Zaroff", un encarnizada lucha en definitiva, por la posesión de una mujer, lo que además, le añade al conjunto unas interesantes pulsiones sexuales que si cabe, enrarece todavía más una película impecable.

7 comentarios:

Tomás Serrano dijo...

ESta la vi hace muchos años y tengo un recuerdo muy poco interesante, como de serie C o D... y eso que "la crítica" la calificaba como "pequeña joya". Lo de casi siempre.

Antonio Rentero dijo...

Me encanta que recuperes clasicazos como este. El "King Kong" original es una de mis pelis favoritas de toda la vida y reconozco que los dos remakes (el de DeLaurentiis en los 70 y el de Jackson hace unos años) aunque tienen momentos concretos que me encantan (sí, a mi me gustó lo del ataque de los insectos en la de Jackson, lo reconozco) sigue ocupando su lugar en mi corazoncico.

"El malvado Zaroff" la vi de pequeño y me dejó vivamente impresionado, y no sé si lo compartiréis conmigo, pero cuando vi el primer "Predator" me resultó muuuuuyyyyy familiar ;-)

Bueno, luego John Woo hizo "Blanco humano" y en fin... qué os voy a decir, aunque hay que reconocer que la acrobacia (sin cables ni ordenador) de estrellar la moto contra la furgoneta y salir por encima disparado dando una voltereta (es un "stunt" magnífico, como digo, sin cables ni más trucos) o la pelea inicial, una de las más macarras y coñísticas de VanDamme ("coge tu pincho... y tu novio..." acompañado de miradita al lado con caida de ojos) es de esas macarradas que te reconcilian con los subgéneros.

Peor no sé pq, aunque pase un siglo, qué gustazo da ver que hay pelis que no se quedan viejas ni antiguas ni desfasadas...

Ramón Monedero dijo...

Tomas, vuelve a ver la película que está muy bien y a ver si te quitas tus rencores con la serie B...
Y si Antonio, es verdad que hay ciertos puntos de conexión con "Blanco humano", película que a mi por lo menos, me resulta divertidísima, de lo mejor que ha hecho Woo y no digamos Van Damme, la caña y esas escenas que mencionas.... fantásticas, si señor...

Durandarte dijo...

Gracias por recordar esa película, Ramón.
Luego está el asunto de si se pueden juzgar películas de hace setenta años con los elementos críticos de hoy. Creo que perfectamente, al fin y al cabo, se trata de contar historias y hacerlo bien, y en ese apartado, el verdaderamente esencial, "El malvado..." es una maravilla. A pesar del tiempo transcurrido, y contando con la mirada maleada por décadas de cine de terror, la raíz de la inquietud sigue intacta en el núcleo de la película.
Me parecen muy interesante que recuerdes su carácter innovador en el plano técnico, e ir más allá en el juicio meramente formal sería como ponerle reparos a las pirámides por carecer de instalación eléctrica.

Saludos y gracias de nuevo por tu aporte.

Durandarte

Antonio Rentero dijo...

Buenísimo lo de la instalación eléctrica en las pirámides!!!

Me lo apunto...

Tomás Serrano dijo...

Soy bastante crítico con la serie B, sí. En mi opinión están muy pasadas aunque reconozco que mucho daño les han hecho esos doblajes lamentables con los que nos las hemos tragado, por lo menos antes de Pilar Miró en TVE y aun así, en programas como "Qué grande es el cine". Claro que puedo encontrar películas excelentes como "La invasión de los ladrones de cuerpos", pero la inmensa mayoría es para no repetir. Lo mismo digo en materia de "westerns". Sí es que los de serie B parecen de otro país...
Respecto a las pirámides, como monumento están muy bien sin instalación eléctrica, pero no son habitables, y las viviendas de Vitrubio sin ella las encuentro poco recomendables hoy en día...

Ramón Monedero dijo...

No había odio nunca lo de las pirámides, muy bueno!!
Y lo de la serie B..., el western... bueno..., yo..., creo que el asunto es tiene mucha chicha, lo único que hay que hacer es superar algunos baches técnicos y determinadas cuestiones de contexto, "sólo"...