sábado, 5 de septiembre de 2009

"Indiana Jones y la tumba del emperador" de Clint Bajakian


Bueno, pues ya estoy de vuelta. Como algunos sabrán, estos días no se me ha ocurrido mejor cosa que casarme. Si señores, como lo leen. Ya soy un hombre casado. Y como es bien sabido, a la habitual parafernalia social y festiva que suele acompañar a estos momentos, he tenido la suerte además de pegarme un generoso viajes a Praga y Berlín. La capital checa ya la conocía para ha sido en esta ocasión cuando he averiguado por qué me gusta tanto esa ciudad, porque es un perfecto escenario natural de una película de la Hammer. Qué callejuelas, qué edificios, qué estatuas...
Berlín, por su parte es una cosa bien distinta. Afortunadamente menos cargada de turistas (Praga tenía algo de Disneyworld), la capital alemana es una megalópolis tan o más grande que un Londres, pero también más fría, demasiado expandida, como si hubiera demasiada ciudad como para que todas sus calles estuviera constantemente transitadas por viandantes. Y además, también un poco sucia, un poco inquietante en según qué callejones, y mucha gente de todas las culturas, edades y además, mucho pinta, mucho vagabundo, mucho estrafalario, mucho punky, mucho tipo raro... Cuando llegué a la estación central de seis plantas rodeado de carteles en alemán que no entendía ni por asomo, cargado con dos maletones de veinte kilos cada una y me recibió un vagabundo orinando en pleno andén, me sentí como Paco Martínez Soria en "La ciudad no es para mi".
Y se preguntarán ustedes, que qué tiene que ver todo esto con el videojuego que titula esta entrada, pues les cuento. Andaba yo por Berlín, ya algo más situado y menos acomplejado por no entender un carao de alemán, y como hice en Praga, no hubo tienda de discos, DVD o similares que se me resistiera al menos, a una cordial visita de cortesía. Estaba yo por tanto, en pleno centro de Berlín y no se me ocurre mejor cosa que meterme a una tienda de discos que de entrada, casi parecía más un sex shop, con carteles amarillos anunciado lo que vendían en su interior, en un entresuelo desde fuera, un poco siniestro. Pero el caso es que cuando entro...
Yo creo, sinceramente, que no recuerdo haberme topado con una sección de música de cine más grande. Cuando fui consciente de lo que tenía delante, os juro por Dios que me puse a temblar, me flojearon las piernas, y mi tarjeta de crédito se temió lo peor...
Afortunadamente, o no, aún no lo se, la verdad, hice de tripas corazón y me retuve hasta extremos que yo mismo me sorprendo. Y fue allí, escarbando entre miles de bandas sonoras cuando me topé con esto, la banda sonora del videojuego "Indiana Jones y la tumba del emperador". Así, de entrada, entiendo que uno debe de pensar que se tiene que ser muy freak para comprarse la BSO de un videojuego y hombre, razón no le falta a quien sospeche eso, pero no es menos que cierto que en más de una ocasión, las consolas han servido de nutritivo campo de formación para algunos de los compositores modernos más representativos. El caso, sin duda, más claro en este sentido es el de Michael Giacchino, curtido entre videojuegos y posteriormente formidable compositores de BSO´s como "Los increíbles", "Ratatouille", "Up", "Mission: Impossible III" o "Star Treck".
El caso es que aún arriesgándome a que el CD en cuestión sonora a huevos fritos (no es la primera vez que Perico, el de los palotes, coge una marca registrada tipo Indiana Jones o Star Wars e con un órgano Sony en ristre se pone a tararear determinados temas por más que se anuncien como Orquestas Sinfónicas de sabe Dios que condición y calaña...), me lo compré. Y no era precisamente barato. Pero ahí estaba yo, en mi plena condición de freak y más aún, si es de Indiana Jones de quien hablamos.
Como digo, el CD de marras, presidido, eso sí, por el nombre de John Williams, como irrefutable autor de determinados temas (los clásicos de Indiana), la BSO venía también acompañada por el nombre de Clint Bajakian (en aquel momento y para mi humilde conocimiento, un Perico el de los palotes) y una de esas temidas orquestas de las que uno no ha oído hablar en su vida, la Northwest Sinfonia Orchesta. Insisto, yo, no sin cierto temor, me lo compré.
Luego, para tranquilidad mía me fijé que en los créditos del CD aparecía George Lucas como productor ejecutivo. Eso significa, como bien saben ustedes que a efectos prácticas Lucas autorizó la música y que dio el visto bueno a explotar tanto su creación (Indiana) como su nombre a la BSO. No será una total castaña, pensé yo... Y bueno, la verdad, no me equivoqué del todo...
Hombre, se nota que detrás no está la Orquesta Sinfónica de Londres, y también que el señor Bajakian, con toda su buena intención, no es Williams, y también se nota que "Indiana Jones y la tumba del emperador", es la BSO de un videojuego (algunos temas duran escasamente veinte o treinta segundos), pero el compacto, como curiosidad, está bastante bien. Conserva, desde luego la "Raiders March", aunque sea en estos momentos, cuando la Northwest Sinfonia Orchesta más pone de relieve sus deficiencias. Lo mejor de "La tumba del emperador" es cuando se aventura con nuevos temas y nuevas propuestas musicales. El resultado es una BSO entretenida, fácil de oír y que sobre todo, hace soñar con una nueva BSO del Williams de los buenos, y no con ese prestigioso imitador del compositor de "Star Wars" que compuso "Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal", aunque claro con una película así, era difícil encontrar la inspiración, eso también...
Por si fuera poco, la BSO de "Indiana Jones y la tumba del emperador" contiene un par de suites de otros dos videojuego sde Bajakian de Indiana, "Indiana Jones and de Fate of Atlantis" e "Indiana Jones and the Infernal Machine" y además, un jugosa selección de nada menos que veinte cortes de la música de "The Young Indiana Jones Cronichles", osea, tela... y además, todo muy cuiroso. Si señor.

7 comentarios:

Athena dijo...

Veo que su pasión por la música de cine le acompaña hasta en la luna de miel :)

Tomás Serrano dijo...

Bueno, bueno... Menos mal que yo conocí Praga sin esa sombra de la Hammer, aunque afortunadamente, como creo que solo he visto una película de esa penosa productora, si vuelvo a Praga no la asociaré.
Repito la enhorabuena.

Ramón Monedero dijo...

Athena, la pasión por la música de cine, y por el cine, hasta el final...
Y Tomás, tal vez, y sólo tal vez, tendrías que replantearte tus consideraciones sobre la Hammer porque algunos (yo incluido), creemos que aquella productora generó algunas obras maestras bastante importantes. Y tio, Praga, tiene un royo Hammer bastante importante...

Tomás Serrano dijo...

Ramón, dime la obra maestra más maestra de la Hammer que la voy a ver. Y después comentamos...

Ramón Monedero dijo...

Jajajaja... ¿"Drácula"?, ¿"La maldición de Frankenstein"?, "Drácula. Príncipe de las tinieblas"?, esta es la que tengo más vista...

Tomás Serrano dijo...

A ver, a ver... elígeme sólo una, no sea que elija la última de las tres y me digas luego que la primera era la mejor... Y además que vea el ambiente "praguero"...

Ramón Monedero dijo...

Bueno, bueno, bueno... A ver..., lo del ambiente "praguero" es un impresión personal que me dio a mi porque estoy mal de la azotea y veo vampiros en todos sitios. Pero vamos, creo que hay algo de gótico en Praga, eso parece claro no? Sin ir más lejos, el castillo de Praga visto desde el río casi, casi parece el castillo de Drácula.
Obviamente, todo esto no lo vas a encontrar en las pelis de la Hammer porque ahí no había presupuesto y casi no había exteriores, y los que hay son dibujos o maquetas técnicamente bastante cutres, era serie B. Pero creo que el espíritu "gotico" está ahí, en las pelis de la Hammer y en Praga.
Dicho esto, a mi, personalmente, la que más me gusta tal vez sea "Drácula. Príncipe de las tinieblas", tiene algún "desnivel" en su tercio final, pero en conjunto me parece una obra portentosa.
Para gustos...