Imagino que de igual forma que el cine de terror ya ha sido estudiado y analizado por algunos ilustres críticos e historiadores cinematográficos, algún día el cine de acción se quitará el sambenito de ser un género de desechos, de poco o ningún valor. Vaya por delante, no obstante, que no soy particularmente partidario de esa denominada teoría de los géneros, es decir, sí pienso que debe haber cierta distinción, pero de ahí, a hacer una tesis sobre el tema me parece que hay un abismo. Un género es un elemento maleable, tremendamente inestable y en continuo proceso de cambio. Establecer las fronteras de un género suele ser por lo general una tarea desagradecida, y que en la mayoría de los casos nos suele llevar a callejones sin salida o a encorsetamientos alejados de la realidad y en muchos casos estériles. Entiendo que no todo el mundo comparta esta opinión, pero mi experiencia me dice que éste es un tema en el que mejor no meterse demasiado. Entiendo que puede parecer un poco absurdo hablar de una cosa que no nos atrevemos a definir, pero créanme, mejor no meterse en camisa de once varas.
Dicho esto, a lo que íbamos; el cine de acción. Como digo, tal vez algún día alguien se plantee realizar un estudio serio y consecuente sobre el género. (Yo me lo planteo, pero tengo otras prioridades antes). Como el cine de aventuras, el cine de acción suele tener su propio entorno, su espacio vital y adecuado, el entorno urbano. No se descarta cine de acción en el campo, pero su medio natural, podríamos decir, es la ciudad. Entre otras razones, porque hay determinadas herramientas del género cuyo entorno es precisamente, el urbano, vehículos, edificios, multitudes... Pero además, el cine de acción suele tener también un componente humano enfangado en la lealtad, la amistad entre hombres, porque por más que se hayan filmado algunas incursiones femeninas en el género, la acción es intrínsecamente un género masculino, algo así como el western. Las mujeres no están descartadas pero por decirlo de algún modo, no están en su medio natural a no ser que sea interpretando a sufridas acompañantes del héroe o a seductoras villanas expertas en poner en aprietos al action-man de rigor.
Esta no es una cuestión sobre la que haya meditado mucho, de modo que todo lo aquí expuesto puede pecar de cierta imprecisión o de determinada inexactitud, pero así, a voz de pronto, yo diría que el cine de acción nació de la fusión de varios géneros. El western y el thriller fundamentalmente. El mismo Howad Hawks le dio una profunda importancia en su cine a la amistad entre hombres, a la lealtad. Ahí había una semilla, sospecho. Quizá, el denominado cine negro americano, fuera el primer embrión de lo que después se convertiría en lo que hoy conocemos como cine de acción. Ya estaban los primeros ingredientes, armas, coches, entornos urbanos, persecuciones y también, un profundo sentimiento de lo que significaba la amistad y la lealtad entre hombres.
El cine de acción, tal y como los conocemos hoy, pienso que quizá comenzó a tomar a formar a raíz de directores venidos de, digamos, un clasicismo tardío como John Sturges, Don Siegel o Franklin J. Schaffner, es decir, cineastas forjados entre los clásicos pero forzados a renovarse o morir ante las nuevas tendencias cinematográficas. De hecho, quizá podríamos decir que el cine de acción empezó a tomar verdadera forma con la llegada de la denominada generación de la televisión. Películas como "French Connection" de William Friedkin o incluso "French Connection II" de John Frankenheimer, fueron películas y directores que esculpirían al género hasta acercarse con bastante precisión a lo que hoy conocemos como cine de acción.
El cine de acción comenzó a tener a sus adeptos, podríamos decir tal vez, que en la década de los 70 el género, ya tomó forma. Y esto es así, porque fue precisamente a partir de este momento cuando comenzaron a surgir los primeros iconos del género con Charles Bronson y Clint Eastwood a la cabeza. Pero como todo en los 80, la llegada de Spielberg y Lucas lo redefinió todo. La idea era simple y atractiva, reinterpretar el cine clásico aunque de un modo más, digamos, moderno, actual para los 80. En este sentido, y en concreto Steven Spielberg, hizo mucho por darle forma a eso que llamamos cine de acción. El nacimiento del blockbuster y las nuevas técnicas le dieron al género nuevas metas que no obstante, no tomaría forma hasta los 90. Porque los 80, pese a la presencia de Spielberg y Lucas, el cine de acción propiamente dicho, seguía estando dominado por leyendas de los 70, Eastwood, Bronson y algún que otro desecho que nunca pasaría de allí como Chuck Norris que en todo caso, se hizo con un lugar a tener en cuenta en el género.
No obstante y de forma paralela a estas viejas glorias, otro nombre y otro estilo, se estaba forjando en Hollywood. Joel Silver se dio a conocer con "The Warrior" de Walter Hill, pero pronto salpicaría la década de los 80 de todo un estilo y una forma de entender la acción con películas como "Límite 48 horas", "Calles de fuego", "Commando", "Arma letal", "Depredador" o "La jungla de cristal" (en la imagen). De todas estas producciones, fundamentalmente dos directores se harían con las riendas del devenir del género en los primeros años de la década de los 90; John McTiernan y Richard Donner. Con el tiempo se demostraría que el verdadero padrino de la acción de finales del siglo XX sería McTiernan aunque mal que nos pese a algunos, Donner también tuvo su porción de influencia. El dominio de Silver sobrevivió a la década de los 90 aunque de milagro. Si, hay algunos títulos a retener, pero sobre todo secuelas de éxitos de los 80 y con la única excepción de "Matrix", todo lo demás en Silver no terminó de convencer como lo hizo en los 80. Otra generación había tomado el testigo. Jerry Bruckheimer.
La entrada de Bruckheimer en el universo del cine de acción era bastante lógica. El cine de acción deposita buena parte de sus particularidades en el montaje, en su ritmo (por cierto que fue mi buen amigo José Antonio Planes quien me sugirió que tal vez, el montaje analítico concebido por Sergi M. Eisenstein pudo sembrar el germen de ese montaje sincopado tan propio de la acción. Obviamente, la finalidad de ambos montajes son distintas, Eisenstein pretendía crear signos, símbolos, en el cien de acción es una cuestión de fragmentación de la realidad, de prestar atención a todos los detalles que conforman una escena, como una especie de danza. De modo que sí podría ser que la herramienta hubiera evolucionado, o se hubiera alterado, para incorporarse al cine de acción). Y esto sumado a su creciente popularidad entre el público, parece lógico que propiciara la entrada en escena de todos aquellos realizadores llegados del video-clip. Jerry Bruckheimer fue su principal impulsor. De la escuela Bruckheimer han salido numerosos nombres, pero el padrino de toda esta generación es sin duda Michael Bay, responsable de títulos como "Dos policías rebeldes I y II", "La roca" o "Armaggedon". Pero no sólo Bruckheimer apadrinó a toda una generación de nuevos directores sino que además, absorbió a viejos realizadores como los hermanos Tony y Ridley Scott. El imperio, ya estaba en pie. Y ahí sigue...
Con esta etapa, el género tras haber madurado con la llegada de Joel Silver, se banalizó hasta el extremo con la escuela Bruckheimer. ¿El resultado? De momento, un estado de stand bay. La escuela Bruckheimer se ha convertido ya, sin ningún género de dudas en un parque de atracciones con películas como "Piratas del Caribe" o "Transformer" (ésta con Spielberg como productor ejecutivo si, pero con poca o ninguna influencia creativa al contrario que su director, Michael Bay, recordemos, el pupilo aventajado de Bruckheimer). Además, la era Bruckheimer además de su ritmo sincopado que atropella sin piedad, su filosofía de la bofetada visual el sonido sourround y los efectos digitales, se caracteriza también por su capacidad de volatilizar la presencia de un autor detrás de la cámara. Poco importa que el director sea Bay, Dominic Sena, Gore Verbinski, John Turteltaub, Simon West, David McNally, Antoine Fuqua o incluso Mike Newell quien prepara estos días la nueva franquicia Bruckheimer, "El príncipe de Persia", porque todos los productos resultantes, matiz arriba, matiz abajo, van a tener un resultado muy similar.
De modo que así las cosas, el futuro pinta negro. Las viejas glorias de la escuela Silver no levantan cabeza y el que sin duda es su mayor y más honorable representante, John McTiernan tiene algún que otro problema con la justicia por lo que hasta nuevo aviso, está fuera de juego. ¿El futuro? Sin duda, sospecho, pasa por una nueva generación de cineastas, directores que se enfrenten al género sin desmerecer su natural afán populista pero sin conducirlo a los suburbios de la dignidad del cine.
Como digo, no hay en esta entrada rigor academicista ni nada de eso, son ideas sueltas a las que le he dado forma para la ocasión, Probablemente existan garrafales lagunas e importantes propuestas en la dirección equivocada, pero como me dijo mi buen amigo Marcelo L. Cambronero, el buen investigador no es aquel que ofrece la respuesta adecuada sino el que hace la pregunta correcta. Me conformaría y me sentiría sobradamente satisfecho con haber estimulado algunas cuestiones idóneas para canalizar esa cuestión de base que es la existencia de un género hasta la fecha, denostado a una vergonzosa segunda fila.
Y si has llegado hasta aquí, ya es todo un logro. Prometo que la siguiente entrada será significativamente más corta.
Dicho esto, a lo que íbamos; el cine de acción. Como digo, tal vez algún día alguien se plantee realizar un estudio serio y consecuente sobre el género. (Yo me lo planteo, pero tengo otras prioridades antes). Como el cine de aventuras, el cine de acción suele tener su propio entorno, su espacio vital y adecuado, el entorno urbano. No se descarta cine de acción en el campo, pero su medio natural, podríamos decir, es la ciudad. Entre otras razones, porque hay determinadas herramientas del género cuyo entorno es precisamente, el urbano, vehículos, edificios, multitudes... Pero además, el cine de acción suele tener también un componente humano enfangado en la lealtad, la amistad entre hombres, porque por más que se hayan filmado algunas incursiones femeninas en el género, la acción es intrínsecamente un género masculino, algo así como el western. Las mujeres no están descartadas pero por decirlo de algún modo, no están en su medio natural a no ser que sea interpretando a sufridas acompañantes del héroe o a seductoras villanas expertas en poner en aprietos al action-man de rigor.
Esta no es una cuestión sobre la que haya meditado mucho, de modo que todo lo aquí expuesto puede pecar de cierta imprecisión o de determinada inexactitud, pero así, a voz de pronto, yo diría que el cine de acción nació de la fusión de varios géneros. El western y el thriller fundamentalmente. El mismo Howad Hawks le dio una profunda importancia en su cine a la amistad entre hombres, a la lealtad. Ahí había una semilla, sospecho. Quizá, el denominado cine negro americano, fuera el primer embrión de lo que después se convertiría en lo que hoy conocemos como cine de acción. Ya estaban los primeros ingredientes, armas, coches, entornos urbanos, persecuciones y también, un profundo sentimiento de lo que significaba la amistad y la lealtad entre hombres.
El cine de acción, tal y como los conocemos hoy, pienso que quizá comenzó a tomar a formar a raíz de directores venidos de, digamos, un clasicismo tardío como John Sturges, Don Siegel o Franklin J. Schaffner, es decir, cineastas forjados entre los clásicos pero forzados a renovarse o morir ante las nuevas tendencias cinematográficas. De hecho, quizá podríamos decir que el cine de acción empezó a tomar verdadera forma con la llegada de la denominada generación de la televisión. Películas como "French Connection" de William Friedkin o incluso "French Connection II" de John Frankenheimer, fueron películas y directores que esculpirían al género hasta acercarse con bastante precisión a lo que hoy conocemos como cine de acción.
El cine de acción comenzó a tener a sus adeptos, podríamos decir tal vez, que en la década de los 70 el género, ya tomó forma. Y esto es así, porque fue precisamente a partir de este momento cuando comenzaron a surgir los primeros iconos del género con Charles Bronson y Clint Eastwood a la cabeza. Pero como todo en los 80, la llegada de Spielberg y Lucas lo redefinió todo. La idea era simple y atractiva, reinterpretar el cine clásico aunque de un modo más, digamos, moderno, actual para los 80. En este sentido, y en concreto Steven Spielberg, hizo mucho por darle forma a eso que llamamos cine de acción. El nacimiento del blockbuster y las nuevas técnicas le dieron al género nuevas metas que no obstante, no tomaría forma hasta los 90. Porque los 80, pese a la presencia de Spielberg y Lucas, el cine de acción propiamente dicho, seguía estando dominado por leyendas de los 70, Eastwood, Bronson y algún que otro desecho que nunca pasaría de allí como Chuck Norris que en todo caso, se hizo con un lugar a tener en cuenta en el género.
No obstante y de forma paralela a estas viejas glorias, otro nombre y otro estilo, se estaba forjando en Hollywood. Joel Silver se dio a conocer con "The Warrior" de Walter Hill, pero pronto salpicaría la década de los 80 de todo un estilo y una forma de entender la acción con películas como "Límite 48 horas", "Calles de fuego", "Commando", "Arma letal", "Depredador" o "La jungla de cristal" (en la imagen). De todas estas producciones, fundamentalmente dos directores se harían con las riendas del devenir del género en los primeros años de la década de los 90; John McTiernan y Richard Donner. Con el tiempo se demostraría que el verdadero padrino de la acción de finales del siglo XX sería McTiernan aunque mal que nos pese a algunos, Donner también tuvo su porción de influencia. El dominio de Silver sobrevivió a la década de los 90 aunque de milagro. Si, hay algunos títulos a retener, pero sobre todo secuelas de éxitos de los 80 y con la única excepción de "Matrix", todo lo demás en Silver no terminó de convencer como lo hizo en los 80. Otra generación había tomado el testigo. Jerry Bruckheimer.
La entrada de Bruckheimer en el universo del cine de acción era bastante lógica. El cine de acción deposita buena parte de sus particularidades en el montaje, en su ritmo (por cierto que fue mi buen amigo José Antonio Planes quien me sugirió que tal vez, el montaje analítico concebido por Sergi M. Eisenstein pudo sembrar el germen de ese montaje sincopado tan propio de la acción. Obviamente, la finalidad de ambos montajes son distintas, Eisenstein pretendía crear signos, símbolos, en el cien de acción es una cuestión de fragmentación de la realidad, de prestar atención a todos los detalles que conforman una escena, como una especie de danza. De modo que sí podría ser que la herramienta hubiera evolucionado, o se hubiera alterado, para incorporarse al cine de acción). Y esto sumado a su creciente popularidad entre el público, parece lógico que propiciara la entrada en escena de todos aquellos realizadores llegados del video-clip. Jerry Bruckheimer fue su principal impulsor. De la escuela Bruckheimer han salido numerosos nombres, pero el padrino de toda esta generación es sin duda Michael Bay, responsable de títulos como "Dos policías rebeldes I y II", "La roca" o "Armaggedon". Pero no sólo Bruckheimer apadrinó a toda una generación de nuevos directores sino que además, absorbió a viejos realizadores como los hermanos Tony y Ridley Scott. El imperio, ya estaba en pie. Y ahí sigue...
Con esta etapa, el género tras haber madurado con la llegada de Joel Silver, se banalizó hasta el extremo con la escuela Bruckheimer. ¿El resultado? De momento, un estado de stand bay. La escuela Bruckheimer se ha convertido ya, sin ningún género de dudas en un parque de atracciones con películas como "Piratas del Caribe" o "Transformer" (ésta con Spielberg como productor ejecutivo si, pero con poca o ninguna influencia creativa al contrario que su director, Michael Bay, recordemos, el pupilo aventajado de Bruckheimer). Además, la era Bruckheimer además de su ritmo sincopado que atropella sin piedad, su filosofía de la bofetada visual el sonido sourround y los efectos digitales, se caracteriza también por su capacidad de volatilizar la presencia de un autor detrás de la cámara. Poco importa que el director sea Bay, Dominic Sena, Gore Verbinski, John Turteltaub, Simon West, David McNally, Antoine Fuqua o incluso Mike Newell quien prepara estos días la nueva franquicia Bruckheimer, "El príncipe de Persia", porque todos los productos resultantes, matiz arriba, matiz abajo, van a tener un resultado muy similar.
De modo que así las cosas, el futuro pinta negro. Las viejas glorias de la escuela Silver no levantan cabeza y el que sin duda es su mayor y más honorable representante, John McTiernan tiene algún que otro problema con la justicia por lo que hasta nuevo aviso, está fuera de juego. ¿El futuro? Sin duda, sospecho, pasa por una nueva generación de cineastas, directores que se enfrenten al género sin desmerecer su natural afán populista pero sin conducirlo a los suburbios de la dignidad del cine.
Como digo, no hay en esta entrada rigor academicista ni nada de eso, son ideas sueltas a las que le he dado forma para la ocasión, Probablemente existan garrafales lagunas e importantes propuestas en la dirección equivocada, pero como me dijo mi buen amigo Marcelo L. Cambronero, el buen investigador no es aquel que ofrece la respuesta adecuada sino el que hace la pregunta correcta. Me conformaría y me sentiría sobradamente satisfecho con haber estimulado algunas cuestiones idóneas para canalizar esa cuestión de base que es la existencia de un género hasta la fecha, denostado a una vergonzosa segunda fila.
Y si has llegado hasta aquí, ya es todo un logro. Prometo que la siguiente entrada será significativamente más corta.
9 comentarios:
Hola Ramón. Te recuerdo que tienes tu paquete preparado. Cuando quieras me das tu dirección y te lo mando por correo. Ya te lo dije en un email. Espero tu respuesta. Gracias.
monederosdepapel
Una de las mejores peliculas que se han hecho en la historia es una peli de accion, La jungla de cristal.
Yo tampoco creo que se pueda hacer distincion entre generos. Si una peli es buena, es buena, independientemente del genero al que pertenezca.
Un saludete
Si, yo creo que "Jungla de cristal" ya es todo un clásico moderno y el tiempo sigue pasando y ahí que va aguantando y muy bien, el paso de los años... y los que le quedan sin duda...
No olvidemos tampoco en los orígenes del cine de acción en los 70 (y 80) a otro icono: Jean Paul Belmondo...
De esa primera etapa del "género", prefiero las películas de Eastwood a las de Bronson.
También tenemos la saga de "Rambo" en los 80, que dió lugar a que el cine soviético se lanzara a hacer alguna película de acción (serie B ó Z) con algún héroe del otro lado del "telón de acero".
Particularmente de los actores más o menos encasillados en papeles de acción, detesto a Van Damme, y mis favoritos son Eastwood (genial), Willis, e incluso el actual Gobernador de California, es un personaje que me cae simpático.
Y bueno, decir que ha habido numerosas películas basadas en Videojuegos, que se encuadran en este género (además de la que citas, la venidera Prince of Persia, tenemos: La propia Commando, Mortal Kombat, Street Fighter...) Y es que los videojuegos son (en la mayoría de los casos) adrenalina pura, acción.
En cuanto a "La Jungla de Cristal" también es una de mis películas de acción favoritas, muy superior a todas sus secuelas.
Bueno, Belmondo fue una respuesta europea a la fiebre de acción de los 70 pero si, tienes razón, se me ha pasado. Desde luego, también se me ha pasado Schwarzenegger y Stallone, que yo también, me inclinó por el primero.
En cuanto a los videojuegos, desde luego están ahí y hay que tenerlos en cuenta en este contexto, pero creo que son una respuesta a los éxito de la casa Bruckheimer.
Saludillos.
Buenas
Totalmente de acuerdo contigo en que el embrión del cine de acción está en algunas películas de gangsters. Por ejemplo las que tienen a James Cagney de protagonista. Me viene a la cabeza la "Enemigo público".
Y por cierto, hay que nombrar a Steve McQueen. Inolvidables su "Bullit" y "La huida".
Un saludo
PD: Por cierto, ¿no había una cena prometida a los 6 primeros seguidores de tu blog? ;-D
Es cierto quie no he mencionado "Buillit" como otras tantas que se me pasaron, pero de un modo u otro, creo que "Buillit" estaba incluida en esa generación de directores de un clasicismo tardía Schaffer e incluso, entre aquellos que vienían del medio televisivo. Peter Yates se forjó ayudando algunos clásicos -aunque digamos que de segunda- (Robson, J. Lee Thompson)y después trabajó para la televisión.
En cuanto a lo de la cena. Tiene toda la razón del mundo. Me pongo manos a la obra.
Saludillos.
enhorabuena por este "mini-estudio" del cine de acción, de verdad, conciso y completamente acertado. Del cine de acción decir que odio (una forma de decir que no me gusta) todo lo que sale de Buckenheimer y compañia y esa lamentable nueva escuela del montaje sincopado (transformers, El mito de bourne etc...)y un director que me gusta bastante (aunque todavia no ha hecho su pelicula perfecta) es Johnnie To.
Ah, se me olvidaba el grande....Paul Verhoeven.
Me alegro que te haya gustado la entrada David, era un tema que llevaba tiempo rondándome la cabeza. Yo como tu detesto a Bruckheimer y a su pupilo Michael Bay (Transformer) y tampoco le veo mucha gracia a Bourne que entusiasma mucho por estos paralelos.
En cuanto a Johnnie To creo que ha hecho casi 50 películas y francamente, no visto lo suficiente de el como para hcerme una idea auunque estoy contigo en que lo que he visto, aputna maneras.
Paul Verhoeven es desde luego un señor a tener en cuenta anque más alla de Robocop y Desafio total, su práctica en el cine de acción como tal es bastante llimitada.
Para mi, el genio actualmente es sin duda John McTiernan. Para gustos los colores, no dicen eso?
Saludillos.
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