viernes, 8 de mayo de 2009

"Gomorra" de Matteo Garrone


No nos vamos a engañar, "Gomorra" se ha estrenado en medio mundo, ha gozado de un moderado éxito y ha logrado el Premio Especial del Jurado en Cannes por lo que de valiente tuvo el libro original en el que el film de Matteo Garrone se inspira, obra del periodista Roberto Saviano, como recordarán, amenazado de muerte por la Camorra italiana por haber dado demasiados detalles a cerca de su maquinaria interna. Y digo que no nos vamos a engañar, porque sorprende lo desapasionado, la frialdad, casi la asepsia, con la que Garrone retrata el mundo de la Camorra en este largometraje. Tal es la asepsia, que de hecho al final el asunto termina resultando un poco insípido, un poco ajeno. La, por otro lado, loable intención de Garrone de no interferir en lo que sucede termina revelándose como un producto demasiado ajeno como para que nos afecte.
El film, articulado en torno a tres relatos paralelos, penetra en las entrañas de la Camorra italiana pero sin que percibamos su hedor. Garrone no quiere ser maniqueo y eso le honra y hay que aplaudirlo, pero también es cierto que esta habitual posición de realismo premeditadamente distante a las sensaciones, a las reacciones humanas, es por un lado, la fórmula más fácil ante una propuesta como esta y segundo, la forma más arriesgada de concebir un film, que como ocurre en "Gomorra", resulta carente de latidos, de furia, de sangre, de odio...
Esto me recuerda que el realismo (término a coger con hilos que se merecería el sólo, no ya una entrada en este, mi humilde blog, sino una tesis doctoral) es a veces -a mi me lo parece siempre-, un arma arrojadiza de doble filo, una especie de boomerang que empieza muy bien, en tanto se presenta como una estructura, en principio, ajena a manipulaciones y maniqueísmos, pero que en última instancia, se puede volver contra ti, convertida en una película fría, distante y al final, carente de interés.
En este sentido, sino fuera porque sabemos que ese submundo de delincuentes conforma un entramado mafioso muy potente en Italia, poco importaría estar viendo una película como "Navajeros" dado que salvando las distancias generacionales y por tanto las modas imperantes de cada momento, ambas películas se parecen mucho, tienen similares objetivos y sus resultados, vienen a ser más o menos los mismos.
Todo esto me viene a confirmar una sospecha que hacía tiempo me venía rondando la cabeza y es que, a la hora de abordar con realismo una cuestión, la que sea, viene mucho mejor y sale artísticamente más rentable también, tomar parte. Entrar, afrontar la situación y decantarse por un lado o el otro (otro peligro es cuando películas pseudo realistas se inclinan siempre por lo mismo, y no voy a poner ejemplos españoles porque creo que todos estamos pensando en lo mismo), de ese modo, el realismo, creo yo, no se difumina, al contrario, creo que se acrecienta, porque las cosas son reales cuando las percibimos, y cuando las percibimos es que las estamos interpretando. Este proceso es inconsciente en el hombre, pero en una película, donde por espontáneo que algo resulte todo está calculado al detalle, el proceso de percepción e interpretación debe ser un proceso premeditado, estudiado y planteado, también al detalle.
Y es que, como me dijo una vez un amigo, sólo hay que fijarse en como empieza a llover en una película para darse cuenta de lo falso que es el cine. Y si, el cine es falso claro, es una creación, tiene que ser falso, por eso, pienso que perseguir el realismo en el cine, puede y de hecho, suele conducir a engaño a más de uno...

9 comentarios:

Tomás Serrano dijo...

Empecé a verla, pero se me hizo "difícil"... Respecto a lo que dices del realismo, ¿qué te parece "Todos estamos invitados"? A mí me pareció muy mala, increíble, con un guión atroz y mal resuelta.

Ramón Monedero dijo...

Estoy contigo, a mi "Todos estamos invitado" tampoco me dijo nada. Y es que en el cine español el tema del realismo a mi parecer a alcanzado unos niveles que ya parece que da igual quien firme la película, porque todas me parecen, matiz arriba, matiz abajo, iguales.

El chache dijo...

A mi no me gusto nada esta pelicula.
En fin, hay que ver de todo es este mundo.
Un saludete

Ramón Monedero dijo...

Ya lo dijiste tu mismo. A veces es cuestión de completismo.

Tigretón dijo...

Pues yo la ví junto a los Consejeros Javi y Antonio, y me pareció una película-denuncia, un tanto documentalista, quizás algo lenta.

Lo primero que te llama la atención es que la Camorra está en todas partes (es, como se dice de la Mafia, "La Piovra", el pulpo), incluso hasta en la moda (vaya historia la relacionada con la costura), luego que la Camorra se ubica en barrios pobres que se parecen mucho arquitectónicamente a Los Rosales en El Palmar o La Fama (sic). Luego está el tema de los vertidos tóxicos, la iniciación de los jóvenes, los disidentes, los "cobradores", etc

El libro no lo he leído, pero como siempre (y, otra vez la eterna canción, y que son, dos lenguajes distintos, como recordaste en una entrada en este blog) seguro que será mucho mejor que la película, porque, como siempre, es difícil condensar en hora y media o más, todas las páginas de un libro.

Miguel de Diego dijo...

Pues tenía muchas ganas de leer el libro y ver la película, pero me has dejado algo frío, me contentaré con el libro. Saludos.

Ramón Monedero dijo...

Tanto Tigertó como Miguel, si, creo que el libro es mucho más apasionante. Yo de todos modos, prefiero emplear mi tiempo en otra cosa que no sea escarbar en las miserias delicitivas de una panda de desgraciados al servicio de otros desgraciados a un mayores...

Wunderkammer dijo...

A mí no me pareció mal la película, aunque ciertamente te deja algo frío. Espeluznante ver la situación de Nápoles.

Ramón Monedero dijo...

Ahí está la diferencia, Una cosa es que se aborde un asunto con frialdad, con crudeza, tal cual son las cosas, otra bien distinta es que te deja fría...