Ayer me dijeron que es posible que unas semanas tenga que impartir unas clases sobre montaje cinematográfico. Lógicamente, la idea me entusiasma y desde el preciso instante en el que me comunicaron la propuesta, he empezado a darle vueltas a eso del montaje. A voz de pronto, parece que esta herramienta del arte de contar historias, por poco que nos paremos a pensarlo, supone como mínimo, el esqueleto de todo largometraje, la estructura interna que sostiene todo lo demás. Un buen montaje puede hacer que una interpretación mediocre resulte más que aceptable, que un decorado mediocre quede a la mil maravillas o que una planificación insostenible, cobre sentido y fuerza tras haber sido montada.
El problema que tiene el montaje creo yo, es que es un mecanismo que no se debe notar, o que al menos, debe pasar desapercibido. La primera vez que vimos la famosísima escena de la duche de "Psicosis" es posible que el montaje, el primer corte, nos impactara pero pronto, forma (montaje) y contenido (el asesinato en si) se aunaron en un mismo horizonte, provocar terror. Yo me imagino al productor de la película cuando leyó el guión de "Psicosis". Probablemente, llegado el momento de la ducha, aquella escena no fuera más que un asesinato más en una película de terror. Pero ¡ah!, ahí estaba Alfred Hitchcock para darle al momento su impronta personal (en la imagen el story board de la escena). Existe mucha mitología en torno a la autoría de esta escena. Hay quien asegura que la escena fue rodada e ideada por Saul Bass, que fue contratado por Hitchcock además de para diseñar los títulos de crédito de la película, como asesor visual (¿?). A un servidor, no le quedan demasiadas dudas al respecto, a mi parecer, la escena es hitchcockiana hasta la médula y más aún sabiendo la pasión y el respeto que el director británico tenía por el montaje.
Otra cuestión de la que me gustaría hablar al respecto es la idea de rodar con la mente puesta en el montaje. Es decir, rodar cada plano sabiendo qué imagen lo precederá y que plano lo sucederá. Recuerdo que Orson Welles dijo en cierta ocasión que le parecía impensable llegar a un set de rodaje a rodar una escena sin saber donde ibas a colocar la cámara. Terence Fisher en cambio, si que llegaba a un set sin saber exactamente donde la iba a colocar aunque lo decidía mientras veía a los actores ensayar en el decorado. Posturas ligeramente enfrentadas pero de ideario muy similar, uno no pude (o en principio, no debería) rodar al tun-tun. En cierta ocasión recuerdo que vi un making off de "Maverick", ya saben, esa simpática tontería de Richard Donner, antaño, magnífico director de "Superman" y "La profecía". Pues bien, en el making off se veía como Donner planificaba (es un decir) una escena, en concreto, una pelea. Mel Gibson, tenía que liarse a puñetazos contra seis o siete pistoleros. Donner, muy tranquilo él, afirmaba alegremente que él rodaba la escena como desde 14 ó 15 ángulos distintos para después, en la sala de montaje, darle forma al desaguisado. Keanu Reeves, en el rodaje de "Speed", recordaba orgulloso él, como en determinado momento, en el célebre autobús, se percató como lo estaban enfocando como siete y ocho cámaras en un espacio tan pequeño. Conociendo al director de "Speed", me imagino como Jan De Bont montaría aquello.
En fin. Estos son dos buenos ejemplos de lo que no se debería hacer. A uno le podrá gustar más o menos un cineasta como M. Night Shyamalan pero resulta evidente, que el director de "Señales" rueda sus películas con la cabeza puesta en el montaje. Todos los planos tienen un sentido, porque están bien arropados, por el que le precede y por el que le sucede. El montaje, he dicho antes, puede dignificar una planificación mediocre, cierto, pero parece indiscutible que hace falta un mínimo de materia prima con la que trabajar.
Bueno..., el tema sin duda daría para mucho, de momento, se me han pegado ala frente estas dos ideas, veamos que más produce mi maltrecha materia gris estos días...
El problema que tiene el montaje creo yo, es que es un mecanismo que no se debe notar, o que al menos, debe pasar desapercibido. La primera vez que vimos la famosísima escena de la duche de "Psicosis" es posible que el montaje, el primer corte, nos impactara pero pronto, forma (montaje) y contenido (el asesinato en si) se aunaron en un mismo horizonte, provocar terror. Yo me imagino al productor de la película cuando leyó el guión de "Psicosis". Probablemente, llegado el momento de la ducha, aquella escena no fuera más que un asesinato más en una película de terror. Pero ¡ah!, ahí estaba Alfred Hitchcock para darle al momento su impronta personal (en la imagen el story board de la escena). Existe mucha mitología en torno a la autoría de esta escena. Hay quien asegura que la escena fue rodada e ideada por Saul Bass, que fue contratado por Hitchcock además de para diseñar los títulos de crédito de la película, como asesor visual (¿?). A un servidor, no le quedan demasiadas dudas al respecto, a mi parecer, la escena es hitchcockiana hasta la médula y más aún sabiendo la pasión y el respeto que el director británico tenía por el montaje.
Otra cuestión de la que me gustaría hablar al respecto es la idea de rodar con la mente puesta en el montaje. Es decir, rodar cada plano sabiendo qué imagen lo precederá y que plano lo sucederá. Recuerdo que Orson Welles dijo en cierta ocasión que le parecía impensable llegar a un set de rodaje a rodar una escena sin saber donde ibas a colocar la cámara. Terence Fisher en cambio, si que llegaba a un set sin saber exactamente donde la iba a colocar aunque lo decidía mientras veía a los actores ensayar en el decorado. Posturas ligeramente enfrentadas pero de ideario muy similar, uno no pude (o en principio, no debería) rodar al tun-tun. En cierta ocasión recuerdo que vi un making off de "Maverick", ya saben, esa simpática tontería de Richard Donner, antaño, magnífico director de "Superman" y "La profecía". Pues bien, en el making off se veía como Donner planificaba (es un decir) una escena, en concreto, una pelea. Mel Gibson, tenía que liarse a puñetazos contra seis o siete pistoleros. Donner, muy tranquilo él, afirmaba alegremente que él rodaba la escena como desde 14 ó 15 ángulos distintos para después, en la sala de montaje, darle forma al desaguisado. Keanu Reeves, en el rodaje de "Speed", recordaba orgulloso él, como en determinado momento, en el célebre autobús, se percató como lo estaban enfocando como siete y ocho cámaras en un espacio tan pequeño. Conociendo al director de "Speed", me imagino como Jan De Bont montaría aquello.
En fin. Estos son dos buenos ejemplos de lo que no se debería hacer. A uno le podrá gustar más o menos un cineasta como M. Night Shyamalan pero resulta evidente, que el director de "Señales" rueda sus películas con la cabeza puesta en el montaje. Todos los planos tienen un sentido, porque están bien arropados, por el que le precede y por el que le sucede. El montaje, he dicho antes, puede dignificar una planificación mediocre, cierto, pero parece indiscutible que hace falta un mínimo de materia prima con la que trabajar.
Bueno..., el tema sin duda daría para mucho, de momento, se me han pegado ala frente estas dos ideas, veamos que más produce mi maltrecha materia gris estos días...
10 comentarios:
Muy interesante. De todas formas, la idea conforme a la cual el montaje debiera pasar desapercibido es sólo eso, una idea. Una idea que en la historia del cine y en los avatares de su industria fue ganando y transformándose en hegemónica, más bien única. Pero, ¿por qué establecer reglas morales para la realización y la ideación de una película? Afirmar que una idea es mejor que la otra, en el arte, no hace sino alimentar lo más rígido y conservador de un mercado. ¿Qué ocurre si hubiese ganado Eisenstein o Vertov la batalla?
Saludos!
Espero que se te den bien las clases.
No te pongas nervioso.
Un saludete
¡Hola!
Interesante post.
No sabía mucho acerca del montaje de películas (en la facultad de comunicación esto se lo dejan más a los de audiovisual), pero es interesante saberlo. Me ha chocado eso de hacer un montaje sin que se note, y la verdad es que tiene su lógica, pero me imagino a una persona intentando montar una escena que tiene 10 o 15 ángulos distintos, y creo que tiene que ser muy difícil. Últimamente cuando voy a ver una película me fijo más en los planos y en como ha sido montada, pero yo creo que la mayoría de las personas se quedan en el argumento, y que no se pueden imaginar todo lo que hay detrás de una película.
Un saludo
De maltrecha materia gris nada de nada...
Gracias Ramón por todas tus entradas con las que tanto aprendo.
Hernán: a ver..., obviamente lo expuesto en el blog no es más que una opinión, de todos modos cada uno es libre de tirar hacia una u otra tendencia. Obviamente si le preguntas a un tipo como Bruckheimer qué piensa de lo dicho aquí probablemente se partiría la caja a carcajadas. En mi caso, me considero más conservador aunque con reservas. Es decir, pienso que como dicjo Dreyer las formas en el cine, los planos, las angulaciones, los movimientos y el montaje, deberían ser "el vestido de los pensamientos" y que ese vestido, no debería resultar demasiado vistoso como para eclipsar el pensamientos (el discurso). Ahora bien, esto no quiere decir que no existan excepciones. Por ejemplo, Brian De Palma que un cineasta profundamente formalista me gusta mucho o el propio Hitchcock, pero en este caso creo que su cine reside precisamente en eso, en las formas, al entero servicio del contentido.
En fin.., en cualquier caso Hernán, como se suele decir por ahí, para gustos los colores. Vamos, que no tengo porque tener razón, eso está claro...
Chache: ni me había planteado eso de ponerme nervioso..., hasta ahora.
Miriam: en mi opinión, montar una escena con 15 angulaciones distintas es que has empezado mal desde el principio, porque ese suele ser señal de que no tienes ni idea de lo que quieras y que como decía Richard Donner, ya le daremos forma en la sala de montaje. Y si, desde luego, salo ocasiones muy, muy concretas, al gran público no le importan las formas en el cine, sino sus historias, a veces ni si quiera, su contenido (que es distitna cosa a una historia). Pero bueno, tampoco tiene porque preocupar a todo el mundo este tipo de cuestiones. Al fin y al cabo, y eso nunca debemos olvidarlo nunca, el cine es un medio para entretenerse y eso también legítimo. Lo que pasa es que..., bueno ya sabes Miriam, que los colgaos como yo, si no meditamos 150 veces lo que vemos en una pantalla..., pues eso, que no pegamos ojo...
Gracias a ti Wunderk por tus palabras y bueno..., un poco maltrecho si que esta, creemmé...
jeje
Pues sí, tiene razón Wunderk, se aprende mucho con este blog.
Recuerdo un cine-club con un cursillo de cine, al que me apunté hace tiempo en Maristas. Proyectaron en aquél entonces (nada de vídeo, todo películas): Tiburón o Sopa de Ganso, entre otras. De Hitchcock también alguna.
Aprendí bastante, pero todo se va olvidando. Afortunadamente ahí está su blog para recordar conceptos o para ahondar en detalles de muchos conocidos (el zoom o el montaje)
Me encantan los "story boards", y es curioso verlos y el resultado final en que se convierten en las escenas de las películas...
Por cierto: ¿Sabes si es una leyenda que "Psicosis" se rodó en blanco y negro por la sangre de la escena de la ducha, o es verdad?
Por lo que yo se Tigretón, si que es cierto que algo de eso hay. Hitchcocl quería además que la escena de la ducha fuera mucho más sangrienta pero al final no le gustó como quedaba el asunto. Si que se quqe Hitchcock rodó "Psicosis" ofreciendo un tono deliberadamente televisivo, es decir, sin demasiada textura cinematográfica (pplanos montaje y demás) salvo en ocasiones como la conocida escena de la ducha.
Sobre esta peli creo yo, se podrían escribir libros..
por cierto gracias por tus palabras, no creais que yo no parendo de vosotros...
Un abrazo.
Muy interesante entrada. A estas alturas de la película, confieso que no tengo clara la distinción entre forma y fondo cinematográficos, y tampoco sabría en qué apartado colocar el montaje. Sí sé que hay directores que hacen del costurón evidente una forma de expresión. El estilo invisible es de agradecer en la medida que es coherente con lo narrado; la exhibición de recursos, el cómo se cuenta algo por encima del qué se cuenta, también tiene ilustres ejemplos. Hoy estoy ecuménico: no me hagan elegir entre Hawks y Hitchcock.
Saludos, Ramón.
P.
Durandarte como bien dices tu, a estas alturas de la película yo creo que si se diferenciar entre forma y contenido, creo..., pero ha llegado a la conclusión de que lo idea es la plena fusión entre ambos concpetos. También creo que un montaje (forma) invisible debe ir en relación con su contenido, de igual forma que un montaje algo más vistoso (un de Palama o un Hitchcock) de ser coherente con los principios de un film, con sus propósitos (de nuevo Hitchcock) y esto, creo que a veces, es en realidad, lo verdaderamente dificil.
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