jueves, 16 de octubre de 2008

Producción y animación


Este tipo que ven ustedes aquí y que atiende al nombre de Rob Minkoff, a punto estuvo en su día de llevarse un Oscar. Ahora nadie se acuerda de él pero en su momento, fue el principal responsables de una de las películas de animación más aplaudidas y taquilleras de la historia del cine por no mencionar que para muchos -para mi no- supuso el punto álgido de la última Era Disney, ya saben aquella que arrancó con "La sirenita" y se perdió en algún momento entre "Atlantis" y "Lilo & Stitch". Pues bien, desde aquel, ya lejano, 1994, año de producción de "El rey león", Rob Minkoff ha dirigido cuatro espantosas películas, "Stuart Littel", "Stuart Littel 2", "La casa encantada" con el inefable Eddie Murphy y "El reino prohibido", con los no menos inefables aunque bastante más simpáticos Jackie Chan y Jet Li, casualmente de reciente estreno.

Si uno mira la cuestión con cierta perspectiva, parece obvio que Minkoff no es el genio que por lo visto, muchos quisieron ver en "El rey león". Un asuntillo que me lleva a una cuestión bastante más interesantes -creo yo- que la aburrida decadencia de este director, si es que alguna vez estuvo en lo alto, a la que llevo dándole vueltas desde hace un tiempo. En primer lugar la analítica estructura de producción de los estudios Disney. Imagio que de forma similar a como hoy ocurre en Pixar, las películas de la Disney de hace dos década eran producciones medidas con escuadra y cartabón hasta el extremo, de que un ligero desequilibrio en el proceso creativo podía llegar a poner en evidencia la frialdad real de la maquinaria interna ("Atlantis"). Atención con el dato. De entre los más de 600 integrantes del equipo técnico y artístico de "El rey león", el guión del film venía firmado por tres personas, Irene Mecchi, Jonathan Roberts y Linda Woolverton, cuando en realidad fueron más de 30 personas los encargados de pulir, pulir y volver a pulir el guión final. ¿Que a qué viene esto? Pues a que por lo general, tal y como se cuidan los guiones de determinadas películas de animación, para lógico anteponer la prudencia a la hora de ensalzar a directores de largometrajes de animación como ha ocurrido recientemente con Andrew Stanton y su aplaudida "Wall-e". Los largometrajes de animación, sospecho, los mejores, son medidos y cuidadísimo ejercicios de colaboración entre cientos de profesionales que al unísono, en ocasiones, provocan esa rara magia con la que de vez en cuando nos obsequia el cine. Pero dado este modelo de producción, me parece un poco osado que sigamos laureando a Stanton o aplaudiendo el Oscar de Brad Bird. Todo está muy medido, tal vez demasiado medido.

Por todo esto me hace mucha gracia ver en el Making Off de "Los increibles" a Brad Bird sólo en su habitación escribiendo el guión a contrareloj como si hasta la última líena de diálogo fuera suya. Miren que a mi me gusta Brad Bird, pero cabría preguntarse porque el director de "El gigante de hierro" no ha triunfado hasta que ha llegado a Pixar. ¿Saben cuantos co-guionistas, editores de historias, co-escritores de diálogos tiene "Ratatouille"? Seis, acreditados tres, reales, calculo que unos 13.

2 comentarios:

Antonio Rentero dijo...

Es una reflexión muy interesante esta que haces hoy, querido Ramón.

Precisamente el otro día después de ver la peli 3-D de U2 (otra que te has perdido y probablemente sea la que más deberías lamentar, es toda una experiencia) tras quedarnos hasta el final de los títulos de crédito alguien comentó "cuánta gente ha trabajado aquí" y yo pensé para mis adentros "bueno, esos son los acreditados"... seguro que siempre se queda alguien fuera.

Y ya con lo del guión, y más en este tipo de "productos"...

Claro, que quizá esa labor ingente de equipo "en la sombra", de múltiples colaboradores que meten una cuñita aquí, un aporte allá, una frase acullá... consiguiendo un producto auténticamente REDONDO sea una de las diferencias entre el éxito y la calidad (no siempre van unidas, reconozcámoslo) de muchas producciones como la mentada "Wall-E" y esa montonera de celulóide positivado que muchos optimistas denominan "CINE ESPAÑOL".

¿Es que no veían "La Bola de Cristal"?

"Sólo no puedes... con amigos, sí".

Pues eso, que ya lo cantaban los Beatles... "with a little help from my friends..."

Ramón Monedero dijo...

En efecto queridisimo Antonio, el cine, como todos los cinéfagos sabemos, es una cuestión de equipo. Sin embargo, sospecho que en este tipo de producciones el asunto se llegaba a medir hasta tal punto que el producto final lindaba y de hecho linda con la frialdad. Insisto, es un equilibrio muy dificil y ya hemos visto como el asunto, no es tan fácil de mantener.