
Al ritmo de una pegadiza melodía compuesta por Henry Manccini una pantera de color rosa,conquistó el mundo. Fue en 1963 cuando Blake Edwards, por aquellos años un prestigioso director de Hollywood fue contratado por los hermanos Mirisch para que rodara una película sobre un ladrón de guante blanco. Era una película pensada para una estrella, David Niven. La producción se puso en marcha y según el guión había un inspector de la policía de Paris, Clouseau, que se tiraría todo el largometraje tratando de atrapar a Niven. El personaje de Clouseau lo iba a interpretar Peter Ustinov pero de pronto, el actor británico a falta de escasos días para comenzar el rodaje se retiró de la producción. Así, deprisa y corriendo comenzó la búsqueda de un nuevo Clouseau y Edwards se había fijado en un popular actor británico que por aquel entonces gozaba de cierta fama sobre todo, en los programas de humor ingleses, Peter Seller. A Seller, que tenía el ego subido por las nubes, lo hizo demasiada gracia eso de que lo llamaran como segundo plato, pero su representante insistió se trata de Hollywood.
Peter Seller se leyó el guión prácticamente por el camino y cuando llegó no tuvo que esperar mucho tiempo para ponerse a rodar. Cuando Seller se plantó delante de la cámara y Edwards grito acción se hizo el silencio. Sellers seguía el guión pero... había algo imprevisto, había chispa en aquello y de pronto, sin previo aviso, sin contar con el guión, Seller improvisó, el equipo de filmación estalló a reír y surgió la magia. Visto lo visto, Edwards le dio el suficiente margen a Seller para que improvisara y el propio director se sumó a ir añadiendo pequeños chistes visuales que poco a poco iban generando un personaje único, tanto, que terminó eclipsando nada menos que a David Niven.
Tras el éxito clamoroso de "La pantera rosa", Peter Seller se convirtió en una celebridad y le llovieron los proyectos, uno de ellos era un film de suspense titulado "Un disparo en la oscuridad". A Seller no le gustaba el guión y le pidió a su amigo Edwards que lo reescribiera y dirigiera él la película. Edwards le dijo sólo haría eso si introdujera al personaje de Clouseau. El asunto se plantea a los productores, que casualmente, eran los mismos hermanos Mirisch de "La pantera rosa" y Clouseau resucitó. Retitulada en nuestro país como "El regreso del inspector Clouseau" fíjese en que la Pantera Rosa como tal, aún no se asocia al personaje, es sólo el brillante del primer film, un McGuffin en estado puro que nadie suele recordar. "El nuevo caso del inspector Clouseau" funcionó muy bien en taquilla pero Seller no quedó nada satisfecho con el resultado final, de hecho, por lo visto fue un rodaje bastante tortuoso entre el actor y el director. Ambos terminaron la película sin ninguna intención de volver a trabajar juntos. Pese a todo y por suerte, Seller y Edwards eran magia en estado puro y ambos se volvieron a ver las caras en la fantástica "El guateque".
A mediados de la década de los 70, diez años después de "El nuevo caso del inspector Clouseau" ni Seller ni Edwards atravesaban su mejor momento, de modo que ambos decidieron recuperar a Clouseau paro ahora si, la cosa sería bien distinta. Edwards y Seller afrontaron el proyecto de una forma sensiblemente diferente, de entrada, el término Pantera Rosa se asociaría con el propio inspector, todos se dieron cuenta que incluyendo en el título las palabras Pantera y Rosa, el éxito se multiplicaba y después, Edwards reconfiguró a Clouseau que si en las dos primeras películas era un ingenuo infeliz absolutamente despistado, ahora sería un completo disparate, decididamente hilarante y completa y asumidamente enfocado hacia el humor algo que en los dos primeros films, casi, surgió por generación espontánea. "El regreso de la Pantera Rosa" es para mi, de las mejores. Hilarante hasta el disparate, desproporcionadamente surrealista, desconcertantemente descacharrante fue a partir de esta película además cuando a Clouseau se asociaría a una particular forma de hablar (que según parece escuchó Seller hablar así a un pasajero de un avión) que se come las palabras y pronuncias las cosas como le vienen en gana y su afición a disfrazarse. "El regreso de la Pantera Rosa" toma además prestados, modelos del cine de 007 con un pretendido villano marcadamente teatral que quiere dominar el mundo y para demostrar su fuerza hace desaparecer la sede en Nueva York de la ONU.
Nuevo éxito, Edwards y Sellers parecían haber dado en el clavo. Al año siguiente, en 1976 director y actor regresan con "La Pantera Rosa contraataca" donde Clouseau ya no sólo es la estrella, sino que es un completo idiota, ajeno al mundo que le rodea y los villanos que persigue. Pero además, en esta época Sellers ya estaba muy enfermo. Se había hecho una operación de cirugía estética y su rostro se había hecho más agresivo y menos inofensivo que el Clouseau original. Por aquel entonces Peter Sellers había sufrido dos o tres infartos, la situación era tan delicada que Edwards usaba constantemente un doble salvo cuando no había más remedio de que se viera la cara de Sellers. La relación Sellers-Edwards continuó siendo un volcán en activo que oscilaba entre la magia ocasional y los enfrentamientos. 1978 Edwards y Sellers se verían las caras por última vez en "La venganza de la Pantera Rosa", tal vez la película más mediocre de la era Sellers. Profundamente influenciada por la moda pop del momento, el film resulta tan disparatado que por momentos ni se sostiene en pie. Pese a todo, la película sigue atesorando algunos momentos ciertamente brillantes por obra y gracia del estilo Sellers.
Peter Sellers murió en julio de 1980. Pues bien, en 1982 Blake Edwards rodó "Tras la pista de la Pantera Rosa" con... Peter Sellers. Si señores, el señor Edwards ideó una trama según la cual Clouseau desaparecía durante los primeros minutos de película y resto del film era una entrevista tras otra a aquellos que lo habían conocido reproduciendo así pasados episodios de películas anteriores y escenas descartadas. La idea, que como se verá no tiene ni pies ni cabeza porque más que una película "Tras la pista de la Pantera Rosa" casi sabe a homenaje, posee algunos momentos ciertamente hilarantes rescatados de películas pasadas que ciertamente, no tienen precio como aquel momento de Sellers en el baño de un avión... "La maldición de la Pantera Rosa" repitió la fórmula anterior sin Sellers pero con Clouseau...
Blake Edwards exprimió más allá de lo tolerable el filón de la Pantera Rosa, no obstante se dio algún que otro desagradable incidente durante estos años. Fruto del desigual entendimiento entre director y actor, en 1968, después de la desafortunada experiencia profesional según Edwards y Sellers, ninguno de los dos quiso atender la petición de los Mirisch para resucitar a Clouseau, y entonces de decidió hacer un film sobre el personaje sin Edwards ni Sellers. El resultado fue "Inspector Clouseau", retitulada aquí no entenderé jamás por qué "El rey del peligro", con un director demasiado televisivo como Bud Yorkin y con Alan Arkin como imposible Clouseau. El asunto, no pasa de curioso.
Ya en la década de los 90, cuando Clouseau parecía permanecer encerrado en la galería del museo de los mitos del cine, Edwards lo utilizó una vez más como medida desesperada para reavivar una carrera ya, en franca decadencia. Utilizando la escusa de el hijo de... Edwards contrató a un cómico europeo, por aquel entonces, como Sellers en su momento, muy popular en su país de origen, Italia. El actor era Roberto Benigni y la película "El hijo de la Pantera Rosa". La película resulta ciertamente desigual, tiene sus momentos, pero porque Edwards es un genio del gag visual, pero el guión no se sostiene y aunque Benigni hace lo que puede por olvidar a Sellers, el asunto no paso de un quiero pero no puedo. Edwards parece ser que fue el primero que admitió que ese era su fin. Después no volvió a dirigir una película más.
Ya en el Hollywood del siglo XXI, el mundo de los remakes y los rescates desesperados de éxitos del pasado, Steve Martin capitaneó la recuperación del personaje y de la serie de la Pantera Rosa. Manteniendo los elementos básicos, Clouseau, el inspector Dreyfus (Kevin Kline), el odio antagónico del uno por el otro, la estupidez del primero y el dichoso diamante en cuestión, Martin construyó un vehículo para su lucimiento. El principal problema de esta nueva Pantera Rosa son varios, primero que Steve Martin no es Peter Sellers, no obstante Martin tomó la valiente decisión de no imitar a Sellers y construir su propio Clouseau. La idea era buena, arriesgada pero buena, lo que ocurre es que este Clouseau de Martin es un personaje demasiado ridículo tanto, que se nota que está hecho para hacer risa, se nota que abre, anda y viste para hacer risa, en el humor, cuando se nota que se quiere hacer risa, la comedia fracasa. Y segundo, el director del film Shwan Levy no es más que un artesano que trabaja de encargo sin personalidad alguna y desde luego, lejos de la sutileza y la elegancia que pese a todo, siempre tuvo Blake Edwards. Se pasa el rato si, pero uno termina de ver esta "Pantera Rosa 2000" queriendo revisitar los mejores episodios de Edwards-Seller. Hoy se estrena "La Pantera Rosa 2". ¿Será tan longeva esta nueva saga? Yo creo que no. Ni hay ingenio suficiente, ni valor suficiente y hasta que Steve Martin no penda de un hilo, tampoco necesidad suficiente.
Peter Seller se leyó el guión prácticamente por el camino y cuando llegó no tuvo que esperar mucho tiempo para ponerse a rodar. Cuando Seller se plantó delante de la cámara y Edwards grito acción se hizo el silencio. Sellers seguía el guión pero... había algo imprevisto, había chispa en aquello y de pronto, sin previo aviso, sin contar con el guión, Seller improvisó, el equipo de filmación estalló a reír y surgió la magia. Visto lo visto, Edwards le dio el suficiente margen a Seller para que improvisara y el propio director se sumó a ir añadiendo pequeños chistes visuales que poco a poco iban generando un personaje único, tanto, que terminó eclipsando nada menos que a David Niven.
Tras el éxito clamoroso de "La pantera rosa", Peter Seller se convirtió en una celebridad y le llovieron los proyectos, uno de ellos era un film de suspense titulado "Un disparo en la oscuridad". A Seller no le gustaba el guión y le pidió a su amigo Edwards que lo reescribiera y dirigiera él la película. Edwards le dijo sólo haría eso si introdujera al personaje de Clouseau. El asunto se plantea a los productores, que casualmente, eran los mismos hermanos Mirisch de "La pantera rosa" y Clouseau resucitó. Retitulada en nuestro país como "El regreso del inspector Clouseau" fíjese en que la Pantera Rosa como tal, aún no se asocia al personaje, es sólo el brillante del primer film, un McGuffin en estado puro que nadie suele recordar. "El nuevo caso del inspector Clouseau" funcionó muy bien en taquilla pero Seller no quedó nada satisfecho con el resultado final, de hecho, por lo visto fue un rodaje bastante tortuoso entre el actor y el director. Ambos terminaron la película sin ninguna intención de volver a trabajar juntos. Pese a todo y por suerte, Seller y Edwards eran magia en estado puro y ambos se volvieron a ver las caras en la fantástica "El guateque".
A mediados de la década de los 70, diez años después de "El nuevo caso del inspector Clouseau" ni Seller ni Edwards atravesaban su mejor momento, de modo que ambos decidieron recuperar a Clouseau paro ahora si, la cosa sería bien distinta. Edwards y Seller afrontaron el proyecto de una forma sensiblemente diferente, de entrada, el término Pantera Rosa se asociaría con el propio inspector, todos se dieron cuenta que incluyendo en el título las palabras Pantera y Rosa, el éxito se multiplicaba y después, Edwards reconfiguró a Clouseau que si en las dos primeras películas era un ingenuo infeliz absolutamente despistado, ahora sería un completo disparate, decididamente hilarante y completa y asumidamente enfocado hacia el humor algo que en los dos primeros films, casi, surgió por generación espontánea. "El regreso de la Pantera Rosa" es para mi, de las mejores. Hilarante hasta el disparate, desproporcionadamente surrealista, desconcertantemente descacharrante fue a partir de esta película además cuando a Clouseau se asociaría a una particular forma de hablar (que según parece escuchó Seller hablar así a un pasajero de un avión) que se come las palabras y pronuncias las cosas como le vienen en gana y su afición a disfrazarse. "El regreso de la Pantera Rosa" toma además prestados, modelos del cine de 007 con un pretendido villano marcadamente teatral que quiere dominar el mundo y para demostrar su fuerza hace desaparecer la sede en Nueva York de la ONU.
Nuevo éxito, Edwards y Sellers parecían haber dado en el clavo. Al año siguiente, en 1976 director y actor regresan con "La Pantera Rosa contraataca" donde Clouseau ya no sólo es la estrella, sino que es un completo idiota, ajeno al mundo que le rodea y los villanos que persigue. Pero además, en esta época Sellers ya estaba muy enfermo. Se había hecho una operación de cirugía estética y su rostro se había hecho más agresivo y menos inofensivo que el Clouseau original. Por aquel entonces Peter Sellers había sufrido dos o tres infartos, la situación era tan delicada que Edwards usaba constantemente un doble salvo cuando no había más remedio de que se viera la cara de Sellers. La relación Sellers-Edwards continuó siendo un volcán en activo que oscilaba entre la magia ocasional y los enfrentamientos. 1978 Edwards y Sellers se verían las caras por última vez en "La venganza de la Pantera Rosa", tal vez la película más mediocre de la era Sellers. Profundamente influenciada por la moda pop del momento, el film resulta tan disparatado que por momentos ni se sostiene en pie. Pese a todo, la película sigue atesorando algunos momentos ciertamente brillantes por obra y gracia del estilo Sellers.
Peter Sellers murió en julio de 1980. Pues bien, en 1982 Blake Edwards rodó "Tras la pista de la Pantera Rosa" con... Peter Sellers. Si señores, el señor Edwards ideó una trama según la cual Clouseau desaparecía durante los primeros minutos de película y resto del film era una entrevista tras otra a aquellos que lo habían conocido reproduciendo así pasados episodios de películas anteriores y escenas descartadas. La idea, que como se verá no tiene ni pies ni cabeza porque más que una película "Tras la pista de la Pantera Rosa" casi sabe a homenaje, posee algunos momentos ciertamente hilarantes rescatados de películas pasadas que ciertamente, no tienen precio como aquel momento de Sellers en el baño de un avión... "La maldición de la Pantera Rosa" repitió la fórmula anterior sin Sellers pero con Clouseau...
Blake Edwards exprimió más allá de lo tolerable el filón de la Pantera Rosa, no obstante se dio algún que otro desagradable incidente durante estos años. Fruto del desigual entendimiento entre director y actor, en 1968, después de la desafortunada experiencia profesional según Edwards y Sellers, ninguno de los dos quiso atender la petición de los Mirisch para resucitar a Clouseau, y entonces de decidió hacer un film sobre el personaje sin Edwards ni Sellers. El resultado fue "Inspector Clouseau", retitulada aquí no entenderé jamás por qué "El rey del peligro", con un director demasiado televisivo como Bud Yorkin y con Alan Arkin como imposible Clouseau. El asunto, no pasa de curioso.
Ya en la década de los 90, cuando Clouseau parecía permanecer encerrado en la galería del museo de los mitos del cine, Edwards lo utilizó una vez más como medida desesperada para reavivar una carrera ya, en franca decadencia. Utilizando la escusa de el hijo de... Edwards contrató a un cómico europeo, por aquel entonces, como Sellers en su momento, muy popular en su país de origen, Italia. El actor era Roberto Benigni y la película "El hijo de la Pantera Rosa". La película resulta ciertamente desigual, tiene sus momentos, pero porque Edwards es un genio del gag visual, pero el guión no se sostiene y aunque Benigni hace lo que puede por olvidar a Sellers, el asunto no paso de un quiero pero no puedo. Edwards parece ser que fue el primero que admitió que ese era su fin. Después no volvió a dirigir una película más.
Ya en el Hollywood del siglo XXI, el mundo de los remakes y los rescates desesperados de éxitos del pasado, Steve Martin capitaneó la recuperación del personaje y de la serie de la Pantera Rosa. Manteniendo los elementos básicos, Clouseau, el inspector Dreyfus (Kevin Kline), el odio antagónico del uno por el otro, la estupidez del primero y el dichoso diamante en cuestión, Martin construyó un vehículo para su lucimiento. El principal problema de esta nueva Pantera Rosa son varios, primero que Steve Martin no es Peter Sellers, no obstante Martin tomó la valiente decisión de no imitar a Sellers y construir su propio Clouseau. La idea era buena, arriesgada pero buena, lo que ocurre es que este Clouseau de Martin es un personaje demasiado ridículo tanto, que se nota que está hecho para hacer risa, se nota que abre, anda y viste para hacer risa, en el humor, cuando se nota que se quiere hacer risa, la comedia fracasa. Y segundo, el director del film Shwan Levy no es más que un artesano que trabaja de encargo sin personalidad alguna y desde luego, lejos de la sutileza y la elegancia que pese a todo, siempre tuvo Blake Edwards. Se pasa el rato si, pero uno termina de ver esta "Pantera Rosa 2000" queriendo revisitar los mejores episodios de Edwards-Seller. Hoy se estrena "La Pantera Rosa 2". ¿Será tan longeva esta nueva saga? Yo creo que no. Ni hay ingenio suficiente, ni valor suficiente y hasta que Steve Martin no penda de un hilo, tampoco necesidad suficiente.