"Suspense" nos dejó a más de uno con la boca abierta. De pronto, de la nada, fuera de los espacios especializados en el horror, existía una formidable película de terror que jugaba con las sugerencias y los tópicos del miedo de una forma absolutamente brillante. Fue a través de "Suspense", como yo conocí la existencia de una genial novela, "Otra vuelta de tuerca", del no menos estimulante Henry James. En 1961, año de producción de "Suspense" el cine de terror andaba ya un poco titubeante. La Hammer comenzó a mostrar preocupantes síntomas de agotamiento y en Estados Unidos ya se estaba fraguando lo que pocos años después generaría propuestas tan osadas y rupturistas como "La noche de los muertos vivientes" (1968) o "La matanza de Texas" (1974). Pero antes de esto, como siempre, el genial Alfred Hitchcock había removido los cimientos del género con una novelucha de tres al cuarto que el orondo cineasta británico convirtió en una obra maestra, "Psicosis" (1960).
Pues bien, en este contexto, un relativamente joven (tenía 40 años y "Suspense" era su cuarta película) director británico, oriundo del movimiento Free Cinema (bajo ese sello Clayton filmó "Un lugar en la cumbre"), recogió una obra maestra de la literatura universal con sus raíces impregnadas del modelo clásico de las casas encantadas y la estimuló con una de las lecturas más apasionantes que jamás se hayan hecho de la obra de James. Clayton, que no era tonto, supo rodearse de algunos de los más prestigiosos profesionales, entre ellos, Truman Capote para que le escribiera una adaptación de la novela de James, el director de fotografía Freddie Francis y la actriz inglesa Deborah Kerr.
Rodada en riguroso blanco y negro (una opción lógica para la temática de horror clásico de la cinta pero también muy arriesgada para 1961) "Suspense" cuenta la, en principio, anodina historia de una institutriz, la señorita Giddens, que viaja a una mansión a hacerse cargo del cuidado de dos niños... No hace falta decir que pronto, en la mansión de marras, comienzan a pasar cosas raras, fundamentalmente, la presencia de una extraña figura de lo que parece ser un hombre, ruidos, golpes, en fin.., lo habitual en estos casos. El asunto, comienza a ponerse más truculento de lo habitual cuando comenzamos a percibir cierta conveniencia por parte de los pequeños con los extraños sucesos que se suceden en la casa, sobre todo, del niño, personaje sobre el cual recaerá buena parte de la... atención de la señorita Giddens.
Así las cosas, y dada la exquisita puesta en escena de Clayton, el guión a prueba de bomba y al formidable trabajo de fotografía en blanco y negro de Francis, "Suspense" consigue proponer una inquietante historia de amor bajo las figuras amenazantes de una típica Ghost House. "Suspense" además invita a un buen número de lecturas, casi tantas como la novela de Henry James o incluso más, porque en el film de Clayton, los matices visuales y sonoros incluso, logran tomar una entidad difícilmente equiparable a la de un libro, como ese piar de los pájaros al final de la película que sugiere, una tórrida historia de amor incestuoso.
"Suspense", aunque superior a películas como "Al final de la escalera", ha logrado hacerse poco a poco y sin hacer demasiado ruido, un significativo hueco entre los fans del terror y amantes del cine en general, hasta el punto de que directores tan populares como Alejandro Amenábar admitiera públicamente, que "Suspense" era una de sus película favoritas y una importante fuente de inspiración para su película "Los otros" (yo iría más allá y diría que la película de Amenábar era algo así como la versión intelectualmente descafeinada del film de Clayton).
En 1967 Jack Clayton filmó otra inquietante historia con niños, "A las nueve cada noche". La película gira en torno a la historia de ocho hermanos que tras la muerte de su madre deciden enterrar el cadáver en el jardín y seguir su vida como si nada hubiera pasado, aunque eso si, consultando a su madre las decisiones más importantes a través de una de las hermanas, que sentada en una inquietante mecedora, parece ponerse en contacto con la madre muerta. Punto de partida muy propio de un film de horror que no obstante, deriva en una trágica historia de la ausencia de una figura paterna (que no materna), degenera a un drama casi social salpicado de elementos de horror.
En cualquier caso, una película por debajo del riesgo, el rigor y las transgresión de "Suspense", un film que recomiendo encarecidamente que vean todos aquellos que no lo hayan visto, porque además de ser un largometraje abierto a un buen número de complejas lecturas es además, un estimulante film de terror.
Pues bien, en este contexto, un relativamente joven (tenía 40 años y "Suspense" era su cuarta película) director británico, oriundo del movimiento Free Cinema (bajo ese sello Clayton filmó "Un lugar en la cumbre"), recogió una obra maestra de la literatura universal con sus raíces impregnadas del modelo clásico de las casas encantadas y la estimuló con una de las lecturas más apasionantes que jamás se hayan hecho de la obra de James. Clayton, que no era tonto, supo rodearse de algunos de los más prestigiosos profesionales, entre ellos, Truman Capote para que le escribiera una adaptación de la novela de James, el director de fotografía Freddie Francis y la actriz inglesa Deborah Kerr.
Rodada en riguroso blanco y negro (una opción lógica para la temática de horror clásico de la cinta pero también muy arriesgada para 1961) "Suspense" cuenta la, en principio, anodina historia de una institutriz, la señorita Giddens, que viaja a una mansión a hacerse cargo del cuidado de dos niños... No hace falta decir que pronto, en la mansión de marras, comienzan a pasar cosas raras, fundamentalmente, la presencia de una extraña figura de lo que parece ser un hombre, ruidos, golpes, en fin.., lo habitual en estos casos. El asunto, comienza a ponerse más truculento de lo habitual cuando comenzamos a percibir cierta conveniencia por parte de los pequeños con los extraños sucesos que se suceden en la casa, sobre todo, del niño, personaje sobre el cual recaerá buena parte de la... atención de la señorita Giddens.
Así las cosas, y dada la exquisita puesta en escena de Clayton, el guión a prueba de bomba y al formidable trabajo de fotografía en blanco y negro de Francis, "Suspense" consigue proponer una inquietante historia de amor bajo las figuras amenazantes de una típica Ghost House. "Suspense" además invita a un buen número de lecturas, casi tantas como la novela de Henry James o incluso más, porque en el film de Clayton, los matices visuales y sonoros incluso, logran tomar una entidad difícilmente equiparable a la de un libro, como ese piar de los pájaros al final de la película que sugiere, una tórrida historia de amor incestuoso.
"Suspense", aunque superior a películas como "Al final de la escalera", ha logrado hacerse poco a poco y sin hacer demasiado ruido, un significativo hueco entre los fans del terror y amantes del cine en general, hasta el punto de que directores tan populares como Alejandro Amenábar admitiera públicamente, que "Suspense" era una de sus película favoritas y una importante fuente de inspiración para su película "Los otros" (yo iría más allá y diría que la película de Amenábar era algo así como la versión intelectualmente descafeinada del film de Clayton).
En 1967 Jack Clayton filmó otra inquietante historia con niños, "A las nueve cada noche". La película gira en torno a la historia de ocho hermanos que tras la muerte de su madre deciden enterrar el cadáver en el jardín y seguir su vida como si nada hubiera pasado, aunque eso si, consultando a su madre las decisiones más importantes a través de una de las hermanas, que sentada en una inquietante mecedora, parece ponerse en contacto con la madre muerta. Punto de partida muy propio de un film de horror que no obstante, deriva en una trágica historia de la ausencia de una figura paterna (que no materna), degenera a un drama casi social salpicado de elementos de horror.
En cualquier caso, una película por debajo del riesgo, el rigor y las transgresión de "Suspense", un film que recomiendo encarecidamente que vean todos aquellos que no lo hayan visto, porque además de ser un largometraje abierto a un buen número de complejas lecturas es además, un estimulante film de terror.
3 comentarios:
Buenas
Nunca he entendido porque le cambiaron el título a esta película. Es muchísimo mejor el original "The innocents".
Totalmente de acuerdo contigo. A mi me dejo con la boca abierta y sin poder dormir cuando la vi por la tele, y eso que ya era un adolescente. Clayton demostró que para dar miedo no hacen falta visceras o monstruos. Basta con sugerir y dejar que tu imaginación rellene los huecos.
Un saludo
Las películas de miedo con niños son las de más miedo, sin duda. Yo también estuve sin dormir (bueno, la verdad es que me asusto con poco). Junto con "La casa encantada" de Wise, me parece una de las mejores películas de terror que he podido aguantar y ver, je, je. Inquietante. A todo esto, hoy duermo sola, ¿para qué habré leído este post? Maldición.
Estoy contigo Reisman lo del cambio de título no tiene mucho sentido, la verdad. Y tu Athena..., cuidado con las sombras...jejeje
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