Como bien sabrán, hace unos días un avispado crítico de cine, según él, en paro, robó un premio Goya entre los abrigos de una discoteca madrileña en la fiesta post-gala. Se ha hablado bastante del asunto pero yo aún no me había pronunciado porque en el fondo, creo que sigo sin tener una postura clara sobre el asunto. No quiero decir con esto que apruebe que alguien robe, lo que sea, sea un Goya, un Oscar o una piruleta, lo que me llama la atención ha sido su reivindicación y la técnica empleada para ejecutarla.
Porque vamos a ver una cosa. Que el cine español ostenta unos niveles alarmantes de mediocridad, eso lo sabemos todos. No hacía falta robar un Goya y jugarse una denuncia. Que la gala de los Goya es un teatrillo de amiguetes en la que ellos se lo cocinan y ellos se lo comen, también los sabemos todos. No hacía falta robar un Goya. Que los premios van a las películas, en ocasiones, menos apropiadas, también lo sabemos todos. Que un tugurio infecto de humo, alcohol y seguramente drogas, no es el lugar más adecuado por un Goya, también lo sabemos todos. Pero de ahí, a robar un Goya, caballero, me parece que hay un trecho. El hecho de que el señor critico y ocasional mangante, devolviera el premio a un periódico como "El Mundo", le ha dado además al asunto, un tono político, ideológico. ¡Cómo somos los españoles!, a la primera de cambio, le ponemos colores a las cosas.
Ahora bien, deshagámonos de ese sambenito tan extendido y publicitado (y yo soy el primero) de que todo, TODO, el cine que se hace en España es basura. Hombre, tampoco es eso. Está claro que hay una elite que tiene su corrillo y que además controla el cotarro. Me cuentan desde Madrid amigos que están estudiando o que han estudiado cine, que allí las subvenciones están dadas, que siempre se las llevan los mismos y que como no podía ser de otro modo, también las subvenciones tienen un color político. ¿Qué como me parece todo esto? Fatal, pero robando un Goya no vamos a solucionar nada señor crítico. ¿Llamar la atención sobre la cuestión? Permítame que lo discuta. Como he dicho antes, es de dominio público la situación cultural y política del cine español. No nos lo recuerde más, porque en el fondo, hace daño y nosotros, los espectadores, e incluso los críticos de cine, esta visto que no podemos hacer nada. Por más que el público no vaya al cine a ver una película española, los artistas nacionales nos quieren imponer sus películas por Ley. Por más que la crítica ponga a caer de un burro determinadas producciones españolas, no pasa nada, porque estas se repiten como rosquillas.
En el cine español, como en todos sitios, hay cosas muy buenas, buenas, regulares, malas, espantosas y ofensivas. Es cierto que lo malo parece que tiene más publicidad, que los españoles, somos muy dados a criticar lo nuestro, pero seamos honestos, hay de todo. Y para decir todo esto, para en el fondo, admitir lo bueno y lo malo que hay en el cine español, no hacía falta robar un Goya...
2 comentarios:
Pues estoy contigo. Robar esta muy feo, y si haces cosas feas, pierdes toda la razon que podias tener.
Un saludete
Es como dijo alguien muy listo, cuando gritas (y robar, y más así, es una forma muy mediática de gritar) es que tus fundamentos en realidad no se sostienen. La pena es que los fundamentos del crítico y ocasional magante, son muy serios, reales y veraces....
Publicar un comentario