
Resulta que ayer me entero que este 31 de marzo, "Matrix" cumplía diez años. ¡Agárrense a los machos! ¡Vaya una década que ha sembrado la peliculita de los hermanos Wachowski! Dos cineastas que, dicho sea de paso, no han hecho más que desinflar su propio globo de autores posmodernos película tras película (y no he visto aún "Speed Racer" que ha recibido críticas de todo tipo). "Matrix Reloaded" y "Matrix Revolutions" ya saben ustedes a que altura dejaron el invento de los Wachowski, aunque yo siempre he defendido que, en concreto, "Matrix Reloaded" era en evidencia, lo que para algunos "Matrix" sólo era en apariencia, una simple película de acción. Vistosa y delirante si, pero una simple y llana película de acción. A ver señores, que detrás estaba Joel Silver y todo lo que sale de la cabeza de ese hombre hay que cogerlo con pinzas. Una cosa es "Jungla de cristal", y otra bien distinta hacer de "Matrix" la Biblia del posmodernismo.
Que "Matrix" supuso un punto y aparte en la creación de efectos especiales está claro, pero y qué. Porque lo verdaderamente preocupante no fue eso, sino que de pronto todo el mundo se puso a imitar su estética de hombres de negro enfundados en cuero (el ramalazo sado está allí) y esa dinámica del cuerpo suspendido en el aire moviéndose a cámara lenta mientras la cámara daba vueltas alrededor como un tiovivo. Puro delirio. De hecho, si uno se fija, cuando arranca la película y vemos a Trinity hacer la primera pirueta, luego se nos explica que ese manipulación del espacio-tiempo es posible porque ocurre en un universo artificial, Matrix, y si uno es capaz de dominarlo entonces puede adaptarlo a sus necesidades. Estupendo. Como excusa es hilarante, pero a efectos de ciencia ficción, magnífico. El problema viene cuando los Wachowski centran su desmedida atención sobre los casquillos que caen al suelo lentamente, sobre esa bola de fuego que barre el hall de un edificio, sobre esa pistola que escupe balas... Caballeros, eso ya no es manipular el espacio-tiempo, eso ya es cachondeo, regusto por la estética de la violencia, virtuosismo visual, pero absolutamente vacío, hueco, y plano. Una completa chufa que en mi humilde opinión, sedujo a millones de personas, algunas ciertamente ilustres que creo yo, se dejaron llevar por una factura técnica impecable que parecía, sólo parecía, darles pie a reflexiones más hondas.
Como digo, a mi la que me gusta es "Matrix Reloaded". Fundamentalmente por dos momentos, la disparatada pelea de Neo contra miles de agentes Smith y por la no menos hilarante persecución de la autopista. Cine espectáculo excesivo y orgulloso de serlo, falsamente profundo, plastificado y formalmente impecable. En el caso de "Reloaded", tan divertido a ratos como aburrido. Desigual pero al menos, con momentos de completa y absoluta evasión por la evasión.
Otra cosa bien distinta fue sin duda, "Matrix Revolutions". Ya el inventó, que se había agotado antes de nacer, no puede ser exprimido más y sus juegos estéticos no consiguen ni si quiera levantar los ánimos de un disparate sin el escaso sentido de por lo menos, las dos primeras entregas. Pero el caso es que miren ustedes lo que ha conseguido "Matrix", que estemos aquí hablando de la película porque se han cumplido diez años de su estreno. Particular gallina de los huevos de oro de Silver, Wachowski, pero también de un chino experto en kung-fu llamado Woo-ping Yuen, que tras años de estar coordinando peleas de personajes como Jackie Chan y demás émulos del mismo, pasó a convertirse en el experto en artes marciales más solicitado y lo que es más sorprendente, prestigioso del cine, siendo reclamado para poner a cada uno en su sitio mientras peleaban por el aire en películas como "Tigre y Dragón", "Zu Warriors", "Kill Bill", "Danny the Dog" o "El reino perdido", casualmente todas, películas bastante malas.
Por si fuera poco, lo que han hecho los Wachowski después, salvo insisto "Speed Racer", que no la he visto, tampoco ha hecho por dignificar demasiado su legado. Se pasaron seis años reescribiendo y dándole la vuelta a lo mismo con "Animatrix", videojuegos y demás historias vinculadas, relacionadas o herederas del universo "Matrix" y sólo en 2005 alimentaron una propuesta interesante con "V de Vendetta", que probablemente, habiendo visto las facultades de los Wachowski debió de ser fruto más de la materia prima del cómic de Alan Moore, que de las ocurrencias de los Wachowski. En fin, que han pasado ya diez años, veamos si aguantan otros diez. Esperemos que no...
Que "Matrix" supuso un punto y aparte en la creación de efectos especiales está claro, pero y qué. Porque lo verdaderamente preocupante no fue eso, sino que de pronto todo el mundo se puso a imitar su estética de hombres de negro enfundados en cuero (el ramalazo sado está allí) y esa dinámica del cuerpo suspendido en el aire moviéndose a cámara lenta mientras la cámara daba vueltas alrededor como un tiovivo. Puro delirio. De hecho, si uno se fija, cuando arranca la película y vemos a Trinity hacer la primera pirueta, luego se nos explica que ese manipulación del espacio-tiempo es posible porque ocurre en un universo artificial, Matrix, y si uno es capaz de dominarlo entonces puede adaptarlo a sus necesidades. Estupendo. Como excusa es hilarante, pero a efectos de ciencia ficción, magnífico. El problema viene cuando los Wachowski centran su desmedida atención sobre los casquillos que caen al suelo lentamente, sobre esa bola de fuego que barre el hall de un edificio, sobre esa pistola que escupe balas... Caballeros, eso ya no es manipular el espacio-tiempo, eso ya es cachondeo, regusto por la estética de la violencia, virtuosismo visual, pero absolutamente vacío, hueco, y plano. Una completa chufa que en mi humilde opinión, sedujo a millones de personas, algunas ciertamente ilustres que creo yo, se dejaron llevar por una factura técnica impecable que parecía, sólo parecía, darles pie a reflexiones más hondas.
Como digo, a mi la que me gusta es "Matrix Reloaded". Fundamentalmente por dos momentos, la disparatada pelea de Neo contra miles de agentes Smith y por la no menos hilarante persecución de la autopista. Cine espectáculo excesivo y orgulloso de serlo, falsamente profundo, plastificado y formalmente impecable. En el caso de "Reloaded", tan divertido a ratos como aburrido. Desigual pero al menos, con momentos de completa y absoluta evasión por la evasión.
Otra cosa bien distinta fue sin duda, "Matrix Revolutions". Ya el inventó, que se había agotado antes de nacer, no puede ser exprimido más y sus juegos estéticos no consiguen ni si quiera levantar los ánimos de un disparate sin el escaso sentido de por lo menos, las dos primeras entregas. Pero el caso es que miren ustedes lo que ha conseguido "Matrix", que estemos aquí hablando de la película porque se han cumplido diez años de su estreno. Particular gallina de los huevos de oro de Silver, Wachowski, pero también de un chino experto en kung-fu llamado Woo-ping Yuen, que tras años de estar coordinando peleas de personajes como Jackie Chan y demás émulos del mismo, pasó a convertirse en el experto en artes marciales más solicitado y lo que es más sorprendente, prestigioso del cine, siendo reclamado para poner a cada uno en su sitio mientras peleaban por el aire en películas como "Tigre y Dragón", "Zu Warriors", "Kill Bill", "Danny the Dog" o "El reino perdido", casualmente todas, películas bastante malas.
Por si fuera poco, lo que han hecho los Wachowski después, salvo insisto "Speed Racer", que no la he visto, tampoco ha hecho por dignificar demasiado su legado. Se pasaron seis años reescribiendo y dándole la vuelta a lo mismo con "Animatrix", videojuegos y demás historias vinculadas, relacionadas o herederas del universo "Matrix" y sólo en 2005 alimentaron una propuesta interesante con "V de Vendetta", que probablemente, habiendo visto las facultades de los Wachowski debió de ser fruto más de la materia prima del cómic de Alan Moore, que de las ocurrencias de los Wachowski. En fin, que han pasado ya diez años, veamos si aguantan otros diez. Esperemos que no...